Las necesidades primarias del hombre
Las necesidades primarias del hombre, como un ser que está integrado en el cosmos
(Texto extraído y escrito a partir de la Comunicación del 19 abril 1987)
El hombre, para sobrevivir en este planeta, necesita tres tipos de alimentos: la respiración, la alimentación y las sensaciones.
El más imprescindible, desde que sale ya del claustro materno, es la respiración. Es lo primero que armoniza al hombre con todo el Universo. En el Universo, todo respira; todo se dilata y se contrae… Respira el Universo desde la primera explosión del Huevo Cósmico. Una expiración es la Creación Universal y una expiración también son todas las vibraciones que se producen en el Universo, hasta que se llegue otra vez a la gran concentración del Huevo Cósmico primario.
La alimentación. El ser humano debe alimentarse, al igual que se alimentan todos los seres vivos, como también se alimenta todo el Universo, creciendo y expansionándose, hasta llegar a las grandes formaciones de las galaxias, sistemas solares y todos los cuerpos celestes.
Las sensaciones. Para su supervivencia y realización, el hombre necesita de las sensaciones, que le proporciona su conciencia interna. Necesita saber que existe y que forma parte de un todo. Esta conciencia interna del ser reside en lo más profundo del subconsciente del hombre. Son los sentidos que el hombre posee los que le permiten saber lo que ocurre y lo que existe en el exterior de sí mismo. Necesita comunicarse con la parte de él que está integrada en los demás para enriquecer su consciente y poder buscar y encontrar su sitio, el lugar que ocupa en la sociedad y entre sus hermanos.
Más allá de este primer plan de relación y comunicación, el hombre debe alimentarse y enriquecerse a través de su conexión con la Gran Mente Cósmica, para no quedarse atrás, para no quedarse aislado del Gran Plan al que tiene derecho, como verdadero heredero del Padre.
Sólo a través del amor puro y desinteresado, junto con el esfuerzo amoroso de todos, se podrá conseguir que la humanidad trascienda y dé el gran paso para quedar integrada en la gran evolución cósmica.
Hasta aquí, la referencia a la Comunicación del 19 de abril de 1987. Me ha impactado especialmente este apartado:
“Necesita comunicarse con la parte de él que está integrada en los demás, para enriquecer su consciente y poder buscar y encontrar su sitio, el lugar que ocupa en la sociedad y entre sus hermanos”:
En las dos últimas décadas, uno de los descubrimientos científicos más importantes en el campo de la neurología, ha sido el de las “neuronas espejo”. Éstas son unas células cerebrales, que constituyen una red invisible que une a todos los humanos entre sí, y también con sus predecesores. Permiten la conexión entre las mentes y la transmisión de conocimientos a través de la cultura y el aprendizaje. Pone en marcha un mecanismo que nos permite intuir lo que el otro está pensando y qué emociones está sintiendo.
Se ha podido demostrar de forma experimental en los monos, que se activan las mismas neuronas cuando el mono realiza un movimiento, que cuando ve que el mismo movimiento lo hace otro mono.
Lo mismo ocurre en los humanos. Cada uno de nosotros somos una especie de espejo, en el que se refleja todo lo que el otro hace, todo lo que el otro siente. Todo esto constituye la fundamentación neurológica de la comunicación, de la capacidad de empatía, de la comprensión, etc.
Hace falta mostrarse disponible; hace falta dejarse llevar por el Amor universal.
Esto permite entender también las razones neurológicas de las dificultades de comunicación que algunas personas manifiestan; por ejemplo, las personas con autismo. Sus neuronas espejo no funcionan o funcionan a muy bajo rendimiento. A su vez, este descubrimiento refuerza la propuesta de un tipo de intervención a desarrollar con estas personas: insistir en la relación comunicativa a través de la imitación, dentro de un marco de cariño, de vinculación y de amor.
Pienso que este descubrimiento es una explicación de lo que Energía nos comunicó el 19 de abril de 1987.