Apartados SFR

El Rombo tridimensional (2ª parte)

El Rombo tridimensional (2ª parte)

En este artículo, nos centraremos en la historia de las diferentes construcciones que han existido de la figura tridimensional del Rombo, en el estudio de sus movimientos giratorios y en unas nuevas consideraciones que surgen de la observación tridimensional de los tres puntos de Ideación Divina.

Una de las componentes del grupo, Ana Guelbenzu, con la ayuda de su hijo Mikel, y después de algunas charlas, intercambio de ideas y experimentación con modelos elementales del Rombo en movimiento, diseñó informáticamente el modelo en 3D de la figura y llevó el archivo a Barcelona para imprimirlo utilizando impresión en 3D.

La prueba de impresión, aunque fue complicada, tras pasar por algunos retoques y correcciones salió bastante bien. En todo el proceso, que fue arduo, nos tuvimos que enfrentar a distintos problemas técnicos, ya que diseñar e imprimir posteriormente un degradado sobre una base de cerámica, con la tecnología actual, no es tan sencillo como parece.

La prueba piloto en impresión 3D sobre base de cerámica

La prueba piloto en impresión 3D sobre base de cerámica

El aforismo que dice “la luz es inatrapable”, se mostró exacto en este ejercicio, ya que no es nada fácil transmitir con nitidez los ángulos, las líneas rectas y los colores del mundo virtual binario al mundo físico tridimensional. Pasar de la luz a la materia, de lo informático a lo físico, no es nada sencillo, e implica muchas traducciones de lenguaje, innumerables posibilidades de error, que a veces, no son perceptibles por las máquinas, pero si por el ojo humano.

El Rombo tridimensional que obtuvimos con todo este trabajo, fue solo un prototipo, una prueba, el primer paso y según pienso, para ser el modelo primigenio, quedó bastante bien. Lo más difícil, ya estaba hecho, y ahora, en el presente y en el futuro próximo, tocará empezar a trabajar sobre lo realizado, para poder pulir las pequeñas imperfecciones y mejorar algunos de los aspectos prácticos.

Teoría y práctica

Teoría y práctica

Este modelo tridimensional, (que se hizo con soporte de cerámica), es el cuarto modelo del Rombo tridimensional que hemos conseguido materializar. Este prototipo fue presentado en sociedad cuando celebramos el primer día del 25º año de la Sagrada Forma del Rombo (21/12/2016), coincidiendo con lo que podríamos considerar el inicio astronómico del año 2017, ya que el solsticio de invierno, (en el hemisferio Norte), es el punto donde el sol se encuentra más bajo en el horizonte, y desde donde, y a partir de esa fecha, empieza a emitir más radiación. Es por llamarlo de alguna manera un inicio, el nacimiento de la luz, y un momento lógico para situar el inicio del ciclo solar anual.

El 25º año de la SFR

El 25º año de la SFR

Desde un punto de vista astronómico, esta fecha de inicio del año, es mucho más lógica que la actual, que es el 1 de enero (que presenta un desfase de 10 días), pero la medida del tiempo y del inicio del año en nuestra cultura tiene una larga historia, que ha hecho que el año empezase en una fecha menos lógica.

Fue Julio César en el 45 a.C. (año 708 de Roma) quien decidió realizar una reforma del calendario. Fijó el principio del año en el día 1 de Lanarus (mes dedicado a Jano) y dio a los años una duración de 365 días, con un día supletorio cada 4 años. Este calendario, denominado Juliano en memoria de Julio César, permaneció válido durante más de dieciséis siglos.

Pero, realmente, el año juliano de 365 días y seis horas, no era exacto, ya que, en realidad, la duración del año era un poco más larga (365 días, 6 horas, 11 minutos y 14 segundos) y otra vez los errores empezaron acumularse y a fines del siglo XVI las fechas se habían desplazado unos diez días, y fue entonces cuando el Papa Gregorio XIII emprendió una nueva reforma para corregir los errores y abolió por un decreto pontificio el calendario juliano e impuso el calendario gregoriano. Pero la fecha de inicio seguía siendo el 1 de enero, fecha que se estableció ya en tiempos anteriores a Julio César cuando el calendario era lunar y el año tenía que empezar en luna nueva. En fin… algo realmente complicado, lleno de historias, anécdotas y rectificaciones. La cuestión es que por motivos históricos, en nuestra cultura (no en otras), el año empieza el 1 de Enero, pero desde un punto de vista astronómico, en el hemisferio Norte, empieza el 21 de Diciembre (Solsticio de Invierno). Así que nosotros, siguiendo a la lógica astronómica y los consejos recibidos por la Enseñanza, tenemos integrado que el ciclo anual empieza en esa fecha, y por eso lo celebramos cada año con más o menos regularidad.

Ya que hemos hecho un poco de historia, deberíamos recordar que el calendario de la SFR empezó el 21/12/1992. (Para memorizar este dato, que aparentemente es una fecha como otra cualquiera, utilizo una regla mnemotécnica muy sencilla, porque el inicio del calendario tuvo lugar después de las Olimpiadas de Barcelona, que tuvieron lugar en julio de 1992). Así que y volviendo al dato inicial, el 21/12/1992, fue el 1º día del 1º año de la SFR y por ese motivo, este 1º año, transcurrió durante casi todo el año 1993. Como que la memoria nos falla, y nunca sabemos en qué año estamos, exponemos a continuación la tabla que nos recuerda la situación actual.

21/12/1992

1993

AÑO

21/12/1993

1994

AÑO

21/12/1994

1995

AÑO

21/12/1995

1996

AÑO

21/12/1996

1997

AÑO

21/12/1997

1998

AÑO

21/12/1998

1999

AÑO

21/12/1999

2000

AÑO

21/12/2000

2001

AÑO

21/12/2001

2002

10º

AÑO

21/12/2002

2003

11º

AÑO

21/12/2003

2004

12º

AÑO

21/12/2004

2005

13º

AÑO

21/12/2005

2006

14º

AÑO

21/12/2006

2007

15º

AÑO

21/12/2007

2008

16º

AÑO

21/12/2008

2009

17º

AÑO

21/12/2009

2010

18º

AÑO

21/12/2010

2011

19º

AÑO

21/12/2011

2012

20º

AÑO

21/12/2012

2013

21º

AÑO

21/12/2013

2014

22º

AÑO

21/12/2014

2015

23º

AÑO

21/12/2015

2016

24º

AÑO

21/12/2016

2017

25º

AÑO

Cuadro anual

El 21 de diciembre de 2016, era particularmente importante ya que además de ser el habitual solsticio de invierno, era a su vez, el inicio del año 25º de la SFR, es decir, las bodas de plata entre nosotros y el Rombo. En cierta manera, esta fecha representaba también la madurez del Rombo, ya que, si pensamos que supuestamente, existe un ciclo de 49 años, la mitad se halla en el año 24’5, que implica haber llegado a un nivel de desarrollo y plenitud, y a los 25 años, se pasa al otro lado de la figura y se entra en otro estado vital.

El paso del ecuador del Rombo

El paso del ecuador del Rombo

Por todas estas circunstancias, valía la pena celebrar de alguna manera especial la conmemoración de la madurez del Rombo y así lo hicimos. En el transcurso de la fiesta, y a modo de sorpresa, llegó de improviso el nuevo Rombo tridimensional, que se transformó en el actor e invitado especial y fue la guinda del pastel de aniversario.

Pero este Rombo tridimensional, no ha sido el primero que ha aparecido en escena en estos 25 años. Ha habido, por supuesto, otros modelos previos. El primero, lo hizo Jaume hace muchos años y como que los datos de que disponíamos entonces era que el Rombo, tenía que medir 22 cm de diagonal mayor, la representación del modelo tridimensional se hizo a partir de un modelo en que 22 cm era la distancia medida por la parte exterior del Rombo.

A partir de esta primera construcción, y viendo lo cuadrada que parecía la figura, nos planteamos la posibilidad de que la distancia 22 cm podría ser interior y no necesariamente exterior, y a partir de aquí, después de algunos planteamientos, descubrimos que existían dos tipos de Rombos tridimensionales: El Rombo 22 exterior que era el chip universal y el Rombo 22 interior que era el Rombo relativo a los planos de conciencia.

Aquí nos sucedió lo de siempre, ya que cualquier trabajo que se hace sobre el Rombo, hace surgir posteriormente, nuevas preguntas y obliga a pensar sobre la idoneidad de lo que se ha hecho. Es un proceso de producción muy interactivo y curioso, cuyo motor básicamente es éste: La curiosidad. Recuerdo en este momento, lo que decía Asimov en la introducción de uno de sus libros y que expresa una gran verdad:
En su principio, la Ciencia fue casi la curiosidad”.

Y creo que esto es lo que nos ha movido a hacer todo lo que hemos hecho en el camino del Rombo. Si, hemos sido curiosos, porque sin esta cualidad innata en el ser humano, el Rombo no habría avanzado. Nos hubiéramos quedado anclados en la Revelación del 25/11/1986 y allí se hubiera acabado todo, estancados en los mismos datos, anclados casi justo después de empezar.

Las ganas de entender y descifrar lo que nos hemos ido encontrando en el camino, ha sido lo que nos ha hecho llegar donde estamos ahora. Somos conscientes de que aún hemos recorrido muy poco, que apenas hemos sentado los cimientos de la Obra y que tan solo, hemos construido algún piso, pero, ciertamente, sin este esfuerzo inicial, invisible y pausado, sin esta base segura, la construcción, no se hubiera mantenido en pie.

Paso a paso, hemos ido levantando pisos, edificando sobre lo ya construido, haciendo crecer el edificio planta a planta y todos los pequeños pasos que hemos hecho sobre la construcción del modelo del Rombo tridimensional, no son más que una muestra clara y palpable de todo ello.

Con la elaboración del Rombo tridimensional, hemos ido experimentando a partir de modelos básicos sobre los que hemos intentado realizar mejoras. Así que, como era de esperar, al cabo de un tiempo, después del primer Rombo tridimensional, apareció el segundo. Este Rombo, lo hizo Susa de Mohernando, una amiga artesana, que tuvo la idea de rematar todas las aristas con plomo.

El Rombo 22 exterior y el Rombo 22 interior

El Rombo 22 exterior y el Rombo 22 interior

Este Rombo, se construyó de una manera similar a como se hacían los vitrales en las catedrales. El hecho de que este Rombo, como el primero, fuera de cristal transparente, le proporcionaba una sutileza muy sugerente, de tal manera, que la idea de la transparencia de la figura fue arraigando progresivamente en el colectivo del grupo. Fue quizá por ello, que Lluís Pascual, decidió hacer con posterioridad un Rombo totalmente transparente, sin colores, en el que, a diferencia de los modelos anteriores, las aristas estaban biseladas artesanalmente, de tal manera que coincidieran perfectamente cara a cara y se fusionaran con exactitud.

El Rombo de cristal transparente

El Rombo de cristal transparente

En este nuevo diseño, el Rombo parecía un diamante, una joya preciosa, y a todos nos gustó, aunque le faltara el color, así que, basándonos en esta idea, decidimos ir un paso más adelante e intentar hacer lo mismo pero incorporando (si era posible) el color al cristal, utilizando la tecnología 3D, que venía precedida de una fama casi mágica.

La idea inicial era ver si se podía hacer el Rombo tridimensional en cristal y que los colores fueran degradados, pero… creo que pedimos demasiado a esta nueva tecnología. El degradado del color fue ya un problema, y además el uso del cristal, no permite (en el momento actual) la introducción del color. Así que viendo que no podíamos imprimir el modelo en cristal y con un degradado cromático, apostamos por una solución adaptada a la realidad tecnológica actual. Nos decantamos por la cerámica opaca y por el mejor degradado del color que pudiéramos conseguir. Y eso fue ni más ni menos lo que conseguimos: Un Rombo tridimensional hecho en cerámica y con un degradado cromático más o menos correcto.

Estamos convencidos que esta tecnología, en vibrante auge, irá evolucionando y quizá en un día no muy lejano, podamos imprimir el Rombo en cristal transparente y en un perfecto degradado, pero no será este año 2017, por descontado. Entonces, cuando llegue ese momento, sí que tendremos una auténtica joya. Mientras tanto, tocará experimentar y probar una y otra vez porque de otra forma…sabemos que el Rombo tridimensional imaginado, no llegará por sí solo. Necesitará de nuestras manos, imaginación y empeño.

Pero aparte de estas cuatro creaciones tridimensionales tan elaboradas, hemos hecho algunas otras construcciones muy sencillas que nos han servido para familiarizarnos con la figura, ser capaces de ponerla en movimiento y jugar con ella sin temor a que se cayera y rompiera. Han sido para mí una pieza clave en las representaciones 3D, ya que los otros modelos, implican muchas horas de trabajo y una demostrada fragilidad estructural.

El Rombo desplegable

El Rombo desplegable

Este es el recortable que permite obtener la figura tridimensional con la que he trabajado más. A esta figura de papel, le he dado vueltas, subido, bajado, hecho girar de aquí para allá, bascular, y realizar todo tipo de movimientos giratorios combinados. Es, en definitiva, la figura que me ha permitido entender tridimensionalmente al Rombo, percepción que, de entrada, después de haber estado tan familiarizado con el Rombo bidimensional, me ha planteado algunos problemas de visualización y comprensión que he tenido que resolver.

Pero además de estos cinco modelos, ha habido otras construcciones muy diferentes, que han aportado visiones internas de la arquitectura y la geometría interna de los modelos tridimensionales y que, al final, han sido la base para el cálculo matemático de los ejes y los lados del Rombo del que disponemos en la actualidad.

Los primeros cálculos se hicieron sobre la proyección del modelo tridimensional

Los primeros cálculos se hicieron sobre la proyección del modelo tridimensional

El primer modelo de la geometría interna y externa surgió de la idea de poder encontrar una estructura geométrica capaz de albergar al Rombo tridimensional. Esa necesidad, surgió gracias a uno de los primeros dibujos, en los cuales se podía ver el triángulo equilátero dentro del hexágono, donde parecía intuirse que, en realidad, el dibujo plano fuera la proyección bidimensional de una estructura tridimensional.

La proyección bidimensional de la estructura tridimensional

La proyección bidimensional de la estructura tridimensional

Se observaba entonces, un Rombo tridimensional interior, sostenido por una estructura hexagonal exterior. Si, además, colocábamos a la construcción en una forma apaisada, podíamos ver al Rombo sujeto en su interior y veíamos como los vértices de la diagonal mayor, ocupaban el centro de los hexágonos situados en los extremos.

La estructura hexagonal de soporte vista de perfil

La estructura hexagonal de soporte vista de perfil

Pero había más posibilidades, ya que el hexágono permitía construir otro Rombo en su interior, con la diferencia de que, si mirábamos desde arriba, no veíamos el triángulo, sino la silueta Romboidal.

La otra posibilidad de construcción

La otra posibilidad de construcción

Al final, como hemos visto, teníamos la posibilidad de que surgieran dos Rombos iguales uniendo distintos puntos del hexágono exterior.

Las dos construcciones posibles

Las dos construcciones posibles

Este juego de construcción de Rombos dentro de estructuras hexagonales no es nada fácil y creo que la única manera de entenderlo es hacer la figura de verdad, la manualidad práctica, construir los dos modelos, y ver realmente de donde salen los Rombos interiores. Es muy fácil verlo y entenderlo cuando tienes delante la figura tridimensional ya hecha, pero bastante complicado (por no decir imposible) cuando solo puedes ver una foto, que es la imagen proyectada en dos dimensiones de una estructura tridimensional.

Al hacer estos dos modelos de estructura interna, creo que entendí por primera vez que la figura tridimensional es más sencilla que la bidimensional, y que el intentar entender un mundo de tres dimensiones representado solo en dos, es una obra que necesita grandes cantidades de imaginación y proyección.

La representación en 2D de la figura 3D, crea muchas ilusiones ópticas y proporciona datos que sólo se entienden realmente en la figura tridimensional, ya que si no, muchos conceptos, quedan escondidos, tapados, y se pueden interpretar incorrectamente.

En el siguiente dibujo, por ejemplo, tenemos el resumen bidimensional de la proyección de las dos estructuras tridimensionales que hemos estado viendo antes, construidas dentro del prisma hexagonal. Se trata de la representación de los dos Rombos internos construidos en el prisma que proporciona el soporte exterior, pero…la verdad es que sin tener en las manos los dos modelos tridimensionales superpuestos, cuesta mucho entender la proyección bidimensional resultante en la que se puede ver como se proyectan en 2D un Rombo apaisado y otro en el eje anterior-posterior al mismo tiempo. En cambio, si estamos trabajando con los dos modelos tridimensionales hechos con palitos de madera y los ponemos uno encima del otro, veremos como la proyección resultante es el dibujo al que hacíamos referencia, sin ninguna duda. En ese caso, y con los modelos tridimensionales en la mano, la proyección final bidimensional, no ofrece dudas. Y en cambio, descifrar e interpretar sin más datos, este dibujo 2D y saber que es lo que significa realmente, es muy difícil.

La proyección de los dos Rombos interiores

La proyección de los dos Rombos interiores

Esto es un excelente ejemplo práctico de lo complicado que resulta la interpretación bidimensional de una estructura en 3D. Tenemos muchos dibujos del Rombo en los que creemos que la representación 2D es muy clara, pero cuando el modelo se intenta elevar y pasar a 3D, resulta difícil de entender de donde salen todas las líneas y que representan. Pero, en cambio, si se hace al revés, y si partimos de una estructura 3D y realizamos una proyección en 2D, vemos claramente de donde emergen las líneas, que es lo que unen en realidad y que es lo que representan. Entonces, podemos ver con más claridad y nos damos cuenta de que hay ciertos aspectos que en la representación 2D no se observan y que pueden llevar a visiones parciales de la realidad o a ilusiones ópticas.

Los efectos ópticos de 2D

Los efectos ópticos de 2D

Todo esto, es un buen ejercicio para que la mente empiece a ver y comprender el Rombo en tres dimensiones. Parece algo complicado al principio, pero es un buen ejercicio manual y mental, y que al final, nos permitirá entender a la figura bidimensional en su plenitud.

Recuerdo en este momento al autor de un libro muy sencillo y genial: Planilandia, de Edwin Abbot, en el que describe lo difícil que les resulta a los seres de dos dimensiones comprender a los seres que pertenecen a un mundo tridimensional.

Es lo que nos sucede a nosotros cuando pasamos de estudiar el Rombo 2D a 3D, y nos vemos obligados a ampliarlo y expandirlo en el espacio y darle un sentido, un movimiento y una estructura que no tenia antes. Primero cuesta entender esta nueva representación, pero luego, observamos que esta dimensión extra, les proporciona claridad a los dibujos 2D, ya que, en esta dimensión menor, todo está comprimido y proyectado. La representación en 3D, es más libre y rica.

Utilizando el razonamiento que hemos expuesto antes y que se parece mucho al del autor del libro, ha de ser muy difícil para alguien de la tercera dimensión entender un mundo de cuatro dimensiones, pero en cambio, desde la cuarta dimensión, ha de ser muy sencillo entender el mundo tridimensional, y contemplar todos los aspectos que parecen estar velados para nuestro entendimiento.

Sin duda, la familiarización con el Rombo 3D, nos hará abrir la comprensión de nuestro actualmente comprimido Rombo bidimensional. Seamos pues valientes y demos un paso más en el conocimiento de nuestra figura. Para ello, en vez de mirarla desde el valle, lo haremos desde la cima o desde más arriba aún. Desde allí, la perspectiva es diferente, las líneas, se ven de otra manera y cobran un significado que no tenían antes, cuando estábamos a ras de suelo.

Un poco más arriba

Un poco más arriba

PORQUE EL ROMBO ES TRIDIMENSIONAL

Creo que la razón más obvia es porque nuestro mundo, nuestro cerebro, nuestro entorno, y todo lo que somos capaces de ver, oír, tocar, oler y gustar, es tridimensional. Somos tridimensionales y nuestro entorno es tridimensional, así que la manera más clara de representar esta realidad, es hacerlo a través de un símbolo con el mismo número de dimensiones con el que estamos familiarizados a movernos: es decir tres.

Hemos aprendido a representar el pensamiento, la poesía, la música, las matemáticas, la geografía, la filosofía y el arte en dos dimensiones, pero ha sido un aprendizaje proyectivo y simbólico. Hemos precisado realizar una traducción y una simplificación para poder representar estos aspectos de una manera rápida y con los medios que nos ha permitido nuestra arcaica tecnología. Todos los fenómenos que hemos citado antes tienen una realidad tridimensional, pero nuestra representación ha sido básicamente dimensional.

Cuando queremos reproducir y entender mejor aquello que hemos guardado, tenemos que pasarlo de nuevo desde el mundo bidimensional al más complejo y libre mundo tridimensional y para ello lo tenemos que descomprimir. Hemos de abrir los planos de arquitectura y construir un edificio, traducir los símbolos del pentagrama y producir ondas musicales tridimensionales y pasar de la foto estática a la escultura con relieve. El mundo dimensional es un registro simplificado y esquemático del mundo tridimensional, que es el lugar donde se encuentran realmente plasmadas estas materias. Todos hemos aprendido a representar al Rombo en dos dimensiones, pero ahora toca empezar a comprenderlo desde su realidad tridimensional, más profunda, más compleja, y más clara.

El Rombo en dos y tres dimensiones

El Rombo en dos y tres dimensiones

La experiencia final será siempre más enriquecedora. Sólo hay que perder el miedo inicial y empezar a mirarlo todo de nuevo con una nueva perspectiva. Veremos que hay muchos conceptos que sólo se pueden entender con la representación en tres dimensiones, porque la proyección de estas leyes o razones geométricas sobre dos dimensiones dificulta o impide la comprensión de los fenómenos que tienen lugar en la realidad. En la segunda dimensión, está todo tan comprimido que cuesta ver la realidad de lo manifestado. Al abrir el Rombo y analizarlo desde la 3D, aparecerán nuevos conceptos, ideas de las que nadie ha hablado y escrito. Emergerán nuevas hipótesis que, en principio, bajo la primera impresión, parecerán contradecir lo que sabemos de la figura bidimensional. Pero si realmente, queremos abrir la figura bidimensional, y pasar al mundo tridimensional, tenemos también que abrir nuestra mente del mismo modo, y ser capaces de asimilar los nuevos datos que aparecerán, que serán sorprendentes, y que además…serán muchos.

NUEVOS CONCEPTOS

No hay nada en la enseñanza del Rombo que sea superfluo, que esté de más, o que no tenga valor. Lo que sucede es que a veces, tardamos muchos años en asimilar conceptos y en situarlos en un punto que aporten datos de gran interés y que den soluciones a cuestiones actuales. En referencia a este punto, recuerdo, que hace ya años, ante nuestra sorpresa, recibimos una forma de saludo que podíamos emplear entre nosotros y que decía asÍ:

“Alabada sea la SFR”

A la que podíamos responder con la siguiente frase:

“Por siempre sea loada, estudiada y discernida.”

Resultaba plausible creer que este amable y fraternal saludo estimulaba los tres centros básicos del cuerpo humano, como son: el corazón (la loa), el cerebro (el estudio) y el espíritu (el discernimiento). Esta idea básica, se podía representar gráficamente de esta manera:

Los tres centros

Los tres centros

En el artículo que escribimos hace tiempo acerca del Centro Cerebral de Espiritualidad Cósmica, nos extendimos en esta explicación y recordamos que aunque conocíamos bien dos de los grandes centros (corazón y cerebro), teníamos dudas acerca del centro espiritual. Aprendimos entonces que el espíritu era un término ambiguo por el cual se designaban diversas formas de energía mental, aunque en su significado más puro, el espíritu era la chispa de vida sin mácula, que no formaba parte del drama cósmico y que cada criatura poseía por si misma.

Si pensamos que la palabra discernimiento es estimuladora del espíritu, debemos suponer que el espíritu en sí, aparte de ser la chispa de vida, debe ser un conjunto de funciones mentales superiores que vibran de alguna manera con la elevada facultad que proporciona el discernimiento. Quizá más lógico sería utilizar la palabra “vida” “vigor” o “luz” en vez de “discernimiento” para hacer resonar al espíritu, pero sí se ha escogido esta palabra, es porque, aunque el significado más puro de la palabra espíritu, sea el de la chispa que da vida, tendrá sin duda otro aspecto, menos sutil y que está relacionado con algunas funciones mentales superiores muy elaboradas y complejas. Hemos de pensar que quizá no sería lógico que una energía capaz de dar vida, de estimular, no albergara en si misma una facultad inteligente capaz de saber cómo y de qué manera estimular.

En cualquier caso, y dejando aparte todas las disquisiciones, supimos de la existencia imprescindible de estos tres grandes centros: Corazón, Cerebro y Espíritu. Sabiendo que existen estos tres grandes centros y a su vez, viendo que el Rombo tridimensional, tiene tres facetas, parece que el razonamiento más lógico y elemental, nos lleva a pensar que debe existir un relación directa entre estos tres centros vitales y los tres lados del Rombo tridimensional, ya que el Rombo es un logotipo capaz de albergar físicamente las verdades universales.

Corazón, Cerebro y Espíritu

Corazón, Cerebro y Espíritu

Para que pueda haber una comprensión correcta y fiel de lo que simboliza el Rombo, ha de existir una representación física en la que aparezcan estos tres centros vitales o elementos primarios. Han de estar totalmente representados y presentes de una manera clara estos tres ingredientes para que se pueda entender como el Rombo crea y da vida.

Tenemos por un lado una mente superior, un intelecto superior que es lo que da la idea sobre la forma de algo. Para que ese algo, esa forma pueda tener vida, se necesita del espíritu, de la no materia o luz que le de vitalidad y para que esta fusión de intelecto y energía se pueda dar, se necesita del amor que proviene del centro del corazón.

Estos tres elementos, están siempre en continuo movimiento e interacción. Se hallan siempre en una relación constante y fluida, que se puede observar en todos los giros y balanceos que produce la figura tridimensional. El triángulo formado por estos tres centros, es Divino, y va desplazándose, girando en todos sus posibles ejes, originando con su oscilatorio latir, el pulso de la vida.

El triángulo Divino

El triángulo Divino

Este mismo esquema, esta misma representación de la interacción de estos tres elementos primordiales, también se puede encontrar (como si de un micro mundo se tratase) en cada una de las tres caras del Rombo.

En el dibujo tradicional del Rombo, observamos en la parte inferior a la mente que permite la creación material, en la parte alta, vemos a la energía de los Rayos que llega desde la zona del espíritu, y el nexo entre estas dos partes que es la parte central (la zona verde), que participa como sabemos, de las dos naturalezas, de la materia y del espíritu que es el amor o corazón. Por amor se unen la materia y la energía. Por amor se unen Yin y Yang. El amor, como sabemos, es la fuerza atractiva que todo lo fusiona.

De esta manera, vemos como la idea de la Trinidad, está presente y representada en el mundo bidimensional y en el tridimensional y debemos ser capaces de verla con comodidad y de una manera automática en las dos representaciones del Rombo.

Facetas rombo

Bien… toca ya dar el salto y ser valientes para empezar a manejarnos con comodidad y libertad en la figura tridimensional. Al hacerlo, nos veremos obligados sin duda a replantearnos algunos conceptos limitantes que teníamos con la figura bidimensional y empezar a abrir nuevos caminos.

No hay otra posibilidad que la de afrontar los hechos observables y dotar al Rombo de una dimensión más, lo que nos va a llevar con toda seguridad a revisar algunas ideas antiguas y plantearnos con valentía algunas de nuevas.

Lo que va a pasar ahora, nos recordará lo que sucedió cuando pasamos de la aparente inmovilidad de la figura de dos dimensiones a la representación en tres dimensiones, en la que dotamos al Rombo de una compleja movilidad. Ese hecho, supuso dar un salto mental, y lo que vamos a hacer ahora implicará además una pirueta olímpica con tirabuzón incluido.

RECORDANDO EL MOVIMIENTO DEL ROMBO TRIDIMENSIONAL

En el artículo que se escribió sobre planos de conciencia, ya se expresó lo que sucedía con los diferentes movimientos que aparecían al estudiar la figura tridimensional, así que no vamos a expandirnos en este tema, y solamente recordaremos que la figura tridimensional, está sujeta como mínimo a tres movimientos que generan sus ciclos correspondientes:

  • Los ciclos polares.

Son los ciclos en los que se alterna la polaridad Yin-Yang por la rotación del Rombo. El punto central sobre el que se realiza este giro es el punto Hara.

Los ciclos polares

Los ciclos polares

  • Los ciclos de creación-retrospección.

Son los ciclos que se generan cuando el Rombo gira alrededor del eje de la diagonal mayor y que va haciendo posible que se vaya presentando cada una de las tres caras.

Los ciclos de creación-retrospección

Los ciclos de creación-retrospección

  • Los ciclos de oscilación

Son los ciclos en los que el Rombo oscila buscando el equilibrio

Los ciclos de oscilación

Los ciclos de oscilación

A partir de estos conceptos previos, vamos a pasar a nuevos puntos de vista.

NUEVAS CONSIDERACIONES

Cuando observábamos la figura bidimensional, veíamos que en el vértice obtuso superior estaba la rayita que marcaba la localización de Ideación Divina.

Ideación Divina

Ideación Divina

Pero este hecho, siempre ha despertado una pregunta, porque como se desprendía de su funcionalidad, el vértice obtuso inferior (su imagen opuesta y simétrica), del cual se ha hablado en muy pocas ocasiones, parecía tener unas funciones muy similares al superior. El vértice superior, llevaba todas las informaciones hacia abajo y el vértice inferior, reenviaba todo hacia arriba. Ambos eran impulsores, pero sólo el vértice superior tenía la capacidad de análisis de lo que había sucedido en el Rombo de creación.

Cuando en 2006 llevé a cabo los primeros dibujos para el desarrollo geométrico del Rombo bidimensional, observé que, dentro de la construcción de la figura, existía un espacio virtual para la rayita que forma la ID y al mismo tiempo, otro espacio virtual para el espacio simétrico inferior, al que llamé Realización Divina (RD). No dibujé jamás esta segunda rayita porque parecía contradecir los principios elementales del Rombo, pero ahora, cuando hablamos del Rombo tridimensional, esa teoría que dejé sin desarrollar vuelve a tomar peso y en la medida que expongamos los hechos, la rayita inferior, que en este momento, es virtual, empezará a hacerse física y hablar por ella misma.

El punto de Realización Divina

El punto de Realización Divina

Si vamos a la figura tridimensional, que es la que ahora reclama nuestra atención, veremos que cuando la ponemos de perfil y la observamos desde la 1ª dimensión, aparece el triángulo Divino del que hablábamos, en el que cada uno de los lados, es el Rombo bidimensional con el que estamos tan familiarizados.

El triángulo Divino

El triángulo Divino

Pero aquí, en este triángulo, tenemos la presencia de dos lados más que en la figura dimensional, y como que, a cada lado de la figura, le pertenece una rayita de ID, la pura lógica nos lleva a pensar que faltan dos puntos más de ID, que hemos de colocar en los dos únicos espacios posibles. Así que de repente, en el triángulo tridimensional, aparecen de la forma más lógica posible, tres puntos de ID. Entonces sucede que, sin quererlo, y solamente por la nueva construcción geométrica, el vértice inferior, se ha convertido también en un punto de Ideación Divina, imposible de diferenciar del mismo punto superior de Ideación Divina. Esto nos lleva a reconsiderar muy seriamente la posibilidad que se intuía en los primeros dibujos, en la que el vértice obtuso inferior (RD), parecía comportarse como el vértice obtuso superior (ID). Estamos frente a un hecho: Al pasar al Rombo tridimensional, nuestro pensamiento de lo que es la localización única de ID, ha de ser reconsiderado. No es la primera vez que esto pasa con ID, pues el concepto primero que teníamos de ID, lo hemos retocado ya muchas veces. Cuando lo miremos con calma, después del shock inicial, veremos que, en realidad, no cambia nada sustancial, sino que solamente se ha ampliado un poco el concepto que teníamos hasta ahora, y esto nos llevará a revisar las ideas iniciales y reevaluar la actual situación geométrica.

Una de los fenómenos que hemos de considerar con el Rombo tridimensional en rotación es que tenemos un triángulo, en el que cada uno de sus vértices, tiene una zona muy especial a la que llamamos Ideación Divina y que tiene como sabemos este nombre por dos conceptos: Ideación, que es la idea formulada por mentes humanas en estado cósmico, que están en la cuarta dimensión, y que quieren para sus hermanos el bien, el amor y la felicidad. Y Divina, porque divino es el propósito que estos seres buscan para mejorar el estado del hombre y del planeta. Esta Ideación Divina o mente universal, forma parte de un estado en el que se vive de una manera omnipresente y omnisciente, donde existe una fuente inagotable de líquido inalterable, con el conocimiento del pasado, presente y futuro. Es el todo y la nada. Pero en cambio, no existe, no actúa y no participa en el drama cósmico.

A esta transitada zona de ID, es donde acuden los Maestros de Sabiduría y también los señores del Karma en busca de soluciones reparadoras para la criatura evolutiva. Esta zona controla también las fases de expansión y contracción del Rombo y lleva el ritmo y el pulso de la vida. Tiene por tanto un registro de todas las actividades del Rombo. Es un complejo centro de información. El más completo centro de información que existe. Y este centro, o mejor dicho, estos tres centros, se hallan en rotación constante creando un campo de información alrededor del Rombo ya que la información magnética deja trazas por los circuitos por donde se desplaza. El resultado final es que cada uno de nosotros, cada criatura creada, tiene alrededor de su Rombo particular una información que lo abraza, como un envoltorio, a forma de aura y donde se pueden leer todos los registros personales, pasados, presentes y futuros.

Estamos acostumbrados a constatar que todo tiene envoltorios. En nuestra cultura, todo se ha de envolver. Y parece ser que, en el Rombo, también es así. Por un lado, tenemos a la energía Yin-Yang que envuelve al Rombo, también sabemos de la presencia del espacio magenta extradimensional que lo envuelve y protege, hemos conocido la presencia del séptimo plano de conciencia que envuelve y engloba a los otros seis, y ahora vemos como alrededor del Rombo, se puede hallar un espacio de información generado por el campo magnético de ID.

Seguramente, todos estos cuidados, precauciones y envoltorios que se crean por la misma expresión de la vida, tienen la misma finalidad: salvaguardar, contener y proteger lo más preciado que existe en el universo: La vida.

Es posible que la presencia de todos estos envoltorios no haga más que complicar la comprensión de la aparente sencillez del Rombo, pero no es así, ya que todos estos mecanismos actúan al mismo tiempo, y hacen posible que todo funcione a la perfección, para que al final, se pueda observar la armónica sincronización de todos sus movimientos.

Lo que sucede es que nosotros, vamos descubriendo paso a paso cada uno de estos mecanismos y los vamos superponiendo, incorporando, e intentando ensamblar. Vamos fusionando todas las nuevas ideas que van apareciendo, y esto puede hacernos perder temporalmente la idea global del sistema. Pero, no nos preocupemos…en este camino del Rombo, el paisaje ha de ir variando porque el avance por el Rombo, forma parte de un estimulante trayecto, que es cambiante y que se ha de recorrer con paciencia y con una mentalidad abierta y moldeable.

LOS CIRCUITOS DE LOS TRES CENTROS

Sigamos analizando las posibilidades de esta figura tridimensional. Tenemos los tres circuitos principales: El del corazón, el del cerebro y el del espíritu. Empecemos por uno de ellos, por ejemplo, por el del cerebro. Desde ID1, nace el estímulo que desciende hasta ID2, y desde allí, cuando la experiencia se ha completado, la información regresa hasta el punto de salida ID1. Es un circuito de ida y vuelta, en el que aparentemente, el punto ID2, actúa sólo como una especie de espejo, en el cual rebota la información vital hacia arriba.

Pero ese mismo punto ID2, a su vez, es el punto de Ideación Divina de inicio del circuito del Espíritu que finaliza en ID3. Una vez concluida la experiencia, desde ID3, que también actúa como un espejo, todo regresa a ID2 para cerrar el circuito del espíritu.      

Los circuitos entre los tres lados

Los circuitos entre los tres lados

Y al mismo tiempo, desde ID3, se pone en marcha el circuito del corazón, que finaliza en ID1, desde donde la experiencia rebota y regresa al punto de inicio que era ID3, cerrando de este modo el circuito del corazón.

Es decir que cada punto de ID es a la vez emisor y receptor de su circuito y receptor y emisor del circuito adyacente.

Pongamos un ejemplo ilustrativo: A ID1 llegan las informaciones del ciclo de creación del circuito del corazón y las impulsa de nuevo hasta su inicio, en lo que sería el ciclo de retrospección hasta ID3, zona de origen del circuito.

Pero al mismo tiempo, desde ID1, salen las informaciones del ciclo de creación del circuito del cerebro hasta ID2, y una vez han llegado allí, las informaciones rebotan, iniciando el ciclo de retrospección que finaliza en ID1.

Cada centro de ID es emisor y receptor de los dos circuitos contiguos

Cada centro de ID es emisor y receptor de los dos circuitos contiguos

Bien, es un dato muy interesante, pero al que le podemos sacar bastante más contenido, ya que en el ejemplo anterior hemos supuesto que cada punto de ID estaba divido en dos partes que no se comunicaban entre si y cada circuito era independiente el uno del otro.

Ideación Divina parece fragmentada en dos zonas que no se comunican

Ideación Divina parece fragmentada en dos zonas que no se comunican

Pero dadas las características de esta zona, presuponer que su parte derecha e izquierda no se comunican, no es de lo más acertado. Pensemos que ID participa de las propiedades de la cuarta dimensión, de la expansión y la contracción, así que lo que hasta aquí llega, pasa al otro lado y viceversa. Es decir que las informaciones que llegan a ID1 desde el circuito del corazón y que regresan a este mismo circuito, tienen que pasar de algún modo también al circuito del cerebro y de la misma manera, las informaciones que llegan a ID1 a través del circuito del cerebro, han de pasar de alguna manera también al circuito del corazón.

Las flechas horizontales en ID simbolizan la interrelación bilateral de ID

Las flechas horizontales en ID simbolizan la interrelación bilateral de ID

No puede ser que cada centro de ID actúe solo dentro un circuito cerrado. Por construcción geométrica, cada punto de ID participa de dos circuitos adyacentes que están comunicados. Esta comunicación necesaria y bilateral se da en los puntos de Ideación Divina, de tal manera que las acciones de creación del circuito del corazón influencian a las acciones del circuito de creación del cerebro. Y las acciones de retrospección del cerebro, ejercen una acción sobre las acciones de retrospección del circuito del corazón.

Este mismo juego de comunicaciones, se da en los tres centros, pero no vamos a detallar el funcionamiento porque es exactamente el mismo mecanismo. Lo importante es ver que los tres centros están comunicados y que la acción o la retrospección de uno de ellos, repercute sobre los otros dos.

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Puntos emisores y receptores

La idea que se desprende de estas observaciones es que entre los tres centros de ID, se establece un circuito de creación y uno de retrospección en el que todos los centros participan conjuntamente y las informaciones, tanto de creación como de retrospección, recorren todo el conjunto del Rombo, comunicando e interrelacionando corazón, cerebro y espíritu. De esta manera, todo el Rombo está envuelto por un flujo constante de información de creación y retrospección que es analizado y corregido al mismo tiempo y de una manera coordinada en cada punto de ID.

Información

Todo el flujo de información karmático de los tres puntos de Ideación Divina   corre por una zona muy especial del Rombo. Una zona a la que a veces olvidamos y que forma el espacio extra dimensional o interestelar, y que (cito a las escrituras) …

Es ese espacio propio de expansión y contracción, de respiración neumática del Rombo, que está formado de la materia más etérea que existe y por tanto de más fuerza energética, y que es al mismo tiempo vehículo y soporte de todo el correo de la Ideación Divina que se ha de manifestar en los diferentes planos dimensionales.

Las fronteras del Rombo

Las fronteras del Rombo

       Este espacio es asimétrico, pero esta asimetría no tiene vinculación con su efecto de la transmisión de las órdenes karmáticas, sino que solamente tiene vinculación con la formación de arquetipos y formas.

       Ese espacio que podríamos decir que es magenta y que es el punto donde la misericordia, vibración sutilísima penetra en la mente de las criaturas, iluminando los rincones y dando respuesta a la necesidad del hermano, sin espejismos ni subterfugios. Es el punto donde el amor se concreta y materializa, el punto magenta

La zona magenta

La zona magenta

Tenemos tendencia a olvidar esta zona magenta tridimensional, pero es uno de los envoltorios más famosos del Rombo y por donde corre todo el flujo que llega y sale de ID. Quizás, ahora, con el estudio del Rombo tridimensional y los circuitos por donde corre el flujo de la ID, nuestro intelecto, se haya acercado un poco más a este espacio tan singular. Tal vez…pero vayamos a otra cuestión que se ha generado con el descubrimiento del Rombo tridimensional.

EL HARA CENTRAL

Todo esto, nos proporciona una nueva visión del funcionamiento del trío compuesto por corazón, cerebro y espíritu y de cómo se comunican e interaccionan mutuamente entre sí gracias a los puntos de ID. El mecanismo es mucho más dinámico e interactivo de lo que nos habíamos imaginado y nos proporciona una nueva visión de la unidad de estos tres elementos.

Pero hay todavía un dato del que no hemos hablado aún, que resulta muy curioso y que da mucho que pensar. Es sorprendente que, de los tres centros, en los puntos de ID, sólo se comuniquen los dos que son adyacentes, y que aparentemente, el tercero de ellos quede fuera del juego colectivo y no participe en la interacción.

La idea de que corazón, cerebro y espíritu estén siempre comunicados en el mismo momento, tiene que abrir la posibilidad de que exista, además, otro mecanismo de comunicación al comentado ya anteriormente. Y aquí es donde puede entrar en juego un punto vital para el equilibrio del Rombo. Es el punto Hara.

Punto Hara del rombo

Como sabemos y vemos en el dibujo, el punto Hara está a medio camino entre los dos puntos de ID (el superior y el inferior). Y como cualquier elemento que se encuentre a medio camino de dos polos, es el centro de equilibrio de ambos, el pivote, el punto a través del cual, los otros dos, hallan su equilibrio.

El punto Hara es capaz de equilibrar los dos lados

El punto Hara es capaz de equilibrar los dos lados

Con este principio físico, podemos pensar que el punto Hara es capaz de compensar y/o recibir las compensaciones de los puntos de ID vinculados a un centro determinado. Cada punto Hara de una de las tres facetas del Rombo, manifiesta el estado de equilibrio del propio centro.

Pero puestos a desarrollar teorías, podemos pensar que, por la misma construcción de la figura, cada uno de los puntos Hara, además de equilibrar sus puntos contiguos de ID, es capaz de interaccionar con el punto de ID que se halla opuesto a él.

En la figura siguiente, vemos como el punto Hara del Corazón, está relacionado con ID2, el punto Hara del Cerebro, con ID3 y el punto Hara del Espíritu con ID1.

Rombo tridimensional - Proyección de los puntos Hara

Rombo tridimensional - Proyección de los puntos Hara

Y a su vez, si observamos más atentamente la figura, veremos como las tres líneas que parten de los diferentes puntos de ID y que van al punto Hara del lado opuesto, confluyen en un punto Hara central, que es donde se halla el auténtico punto rotor, equilibrador y basculador del Rombo, que genera los ciclos de polaridad, creación y compensación. Este punto, es el auténtico coordinador de los tres movimientos del Rombo y el punto resultante del equilibrio global de la figura tridimensional.

El punto Hara Central

El punto Hara Central

CONCLUSIONES

Poco a poco, el Rombo tridimensional, va abriendo sus puertas y se van vislumbrando sus posibilidades. Al dar al Rombo una dimensión más, le hemos dotado de tres movimientos circulares uniformes o armónicos simples, que son los movimientos presentes en toda la naturaleza, y que hacen que gire siguiendo los tres ejes posibles de las dimensiones.

Razonando un poco, hemos visto como cada una de sus caras, se corresponde con uno de los tres grandes centros (corazón, cerebro y espíritu). También hemos podido dotar al vértice obtuso inferior de la figura bidimensional de unas funciones que no se podían observar en la figura de dos dimensiones. Al mismo tiempo, hemos logrado pensar en la posibilidad de que existan en todo el Rombo circuitos de creación y retrospección que tienen polaridades inversas y que tal vez, estos circuitos corran por el espacio extradimensional magenta.

Además, hemos visto como cada punto de ID comparte y coordina dos centros contiguos y como el punto Hara es capaz de unir a las dos ID contiguas y tener un efecto a distancia sobre el tercer punto de ID con el que no tiene una relación de contigüidad. Y como no, hemos descubierto a este punto Hara central, donde se fusionan los tres puntos Hara y que es el centro del equilibrio y del giro del bloque del Rombo tridimensional. Son muchos descubrimientos para unas pocas páginas.

Pienso que, para un día de lectura, no está mal, nada mal, la verdad. Hace tiempo que sabemos que hemos de pensar en tridimensional y creo que ha llegado el momento de que dotemos en la práctica a nuestra figura, de una dimensión extra. De hecho, cada vez que lo hemos hecho, y cada vez que le hemos dedicado un poco de tiempo a contemplar esta posibilidad, la cantidad de nuevos datos que afluyen sin barrera es excepcional.

Son buenos presagios. Auguran que vamos por el buen camino y que lo único que hay que hacer para seguir andando por el camino del Rombo es mirar, observar y preguntar.

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