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El sonido

El sonido

En este número se habla del sonido, de las diferentes octavas musicales y de su colocación dentro del Rombo. Se muestra también un sistema de clasificación muy particular y que se utiliza en el Rombo para poder ordenar sonidos, colores o elementos primarios.

EL ESPECTRO AUDITIVO

El sonido es un fenómeno físico que está relacionado con la propagación de ondas mecánicas que se transmiten a través de un medio material. Todo cuerpo vibra y genera un sonido relacionado con las diferentes frecuencias vibratorias que salen de él como resultado de su vibración atómica, molecular y estructural. El sonido se propaga en todos los medios físicos, pero en los cuerpos sólidos y líquidos lo hace con mayor rapidez que en los gaseosos. En todos los casos, la propagación del sonido por un medio implica transporte de energía, pero sin desplazamiento de materia. Parece que solamente produzcan sonido algunos fenómenos que tenemos muy presentes en nuestra vida cotidiana, pero todo lo que existe en la naturaleza, vibra y produce ondas sonoras que, dependiendo de su frecuencia y amplitud, pueden ser percibidas o no por el oído humano.

El oído humano es el órgano diseñado para captar el sonido, pero sólo puede percibir frecuencias que oscilen entre 20 y 20. 000 hercios. Si las vibraciones sonoras están por debajo o por encima de estos valores, reciben el nombre de infrasonidos o suprasonidos. Este tipo especial de sonido sigue las mismas leyes frecuenciales, armónicas y de crecimiento en octavas que se aplica a sus hermanas, las frecuencias sonoras audibles.

En los esquemas clásicos de distribución de frecuencias, los infrasonidos y los ultrasonidos se dibujan a izquierda y derecha del espectro audible, pero en las ilustraciones del Rombo, esta representación no se puede hacer de esta manera ya que, en ese caso, las frecuencias que están por debajo o por encima de los valores audibles, quedarían fuera del Rombo y eso no puede ocurrir. Lo que se hace en este tipo de representación es integrarlas y fusionarlas dentro de la figura. Lo que queda fuera del espectro de la audición, se integra dentro de la figura, pero se le da un valor energético muy distinto. Estos sonidos o radiaciones que salen del espectro audible pasan a estar vinculadas a la 8ª, 9ª, 10ª, 11ª y 12ª dimensión, lugar de asiento de los Rayos Vigilantes-Ejecutores.

Figura. Ubicación de las vibraciones sonoras no audibles

Figura. Ubicación de las vibraciones sonoras no audibles

Esta manera tan especial de distribución de las frecuencias sonoras, lumínicas o de otro tipo, es sorprendente, pero desde la óptica de nuestra figura, tiene sus razonamientos y está basada en algunos principios que son inherentes a la estructura del Rombo:

  • Por un lado, sabemos que nada de lo manifestado queda fuera del Rombo así que, de alguna manera, estos sonidos que, en las representaciones convencionales, quedan fuera del marco sensorial, tienen que caber dentro de la figura.
  • Además, los conceptos de los Rayos dicen que ni 1ª ni 7ª dimensión tienen asociados Rayos Señores Vigilantes-Ejecutores, así que estos dos espacios dimensionales quedarán sin ocupar por otras radiaciones que no están vinculadas estrechamente con los Rayos Regentes 1º o 7º, por lo que los sonidos o radiaciones que se ubicarían en los extremos del Rombo no pueden hacerlo porque sencillamente ese lugar ya está ocupado, allí no pueden estar y han de pasar a situarse en el espacio que existe entre la 2ª y 6ª dimensión.
  • Tenemos además el principio de que lo sutil penetra lo grosero o denso, así que las radiaciones más sutiles que quedarían fuera del Rombo a la derecha han de colocarse dentro y a la derecha del Rombo, ya que es su parte correspondiente y ocupar allí el espacio que les corresponda. Por el mismo principio, las radiaciones groseras que hay más allá de la parte izquierda y ya fuera del Rombo, serán penetradas por las más sutiles que hay en la parte izquierda dentro del Rombo y quedarán juntas ocupando la parte izquierda del Rombo.
  • La parte central del Rombo es ambivalente, y su parte derecha será ocupada por la parte proximal de las radiaciones extremas o sutiles de la derecha y la parte izquierda del centro, será ocupará por la parte proximal de las radiaciones extremas o densas de la izquierda.
  • También sabemos que, si el Rombo se plegara y la parte derecha de las vibraciones. cayera sobre la izquierda, todas las frecuencias se unirían, que es la situación que se da en la naturaleza, donde todas estas radiaciones de alta y baja frecuencia se encuentran fusionadas, mezcladas unas con las otras y no separadas. Tanto las radiaciones como las dimensiones están mezcladas e interpenetradas, y su clasificación y separación aparente, en diferentes niveles o dimensiones, tiene sobre todo un componente didáctico.

Volviendo a las generalidades del sonido que nos llega por vía aérea, hemos de decir que el sonido, se produce por la propagación de ondas sonoras que tienen lugar cuando las oscilaciones de la presión del aire, se transforman en el interior del oído en ondas mecánicas que son enviadas bajo la forma de estímulos eléctricos a través del nervio auditivo hasta llegar al sistema nervioso central donde son  interpretadas por determinadas zonas cerebrales.

Este fenómeno tan conocido de transformación del lenguaje de la información al pasar de un medio a otro se observa en todos los sentidos humanos y siempre sucede cuando se pasa de un medio de una densidad a otro donde la densidad tiene otro valor. Cada dimensión precisa de un tipo de energía y el hecho de pasar de una dimensión a otra implica siempre un cambio en el lenguaje de la comunicación y en el tipo de energía que se utiliza para manejar la información en ese medio.

Gracias a todo este mecanismo de traducción continua de informaciones que tiene lugar al pasar de un medio a otro, el humano puede oír lo que popularmente se dice que es el mejor de todos los sonidos: la música. Este arte de las musas es un tipo de sonoridad audible para el ser humano y que se define como la creación y organización de  sonidos respetando los principios de melodía, armonía y ritmo.

El humano, siempre se ha interesado por los sonidos y la música, y cuando el hombre primitivo sólo tenía conciencia de lo que era una roca, el agua, los vegetales y los animales, precisaba de un sentido de la audición muy rudimentario y por ello, la cantidad de ruidos o de tonos que necesitaba manejar eran mínimos. En la medida en que el hombre fue desarrollando su conciencia y descubriendo elementos más sutiles, fue ampliando asimismo la percepción de las notas musicales. Cuando empezó a descubrir y a diferenciar los elementos, compuso música con tres notas. En la medida en que se le abrió la esfera del conocimiento, también se le amplió la percepción de tonos que antes no había oído, empezó a hacer música con cinco notas. Posteriormente, fue capaz de percibir 12 notas básicas y actualmente en las escuelas de música, se utilizan estas 12 notas repartidas entre tonos y semitonos formando lo que se conoce musicalmente como una octava.

Algunos instrumentos tienen la posibilidad de abarcar un amplio espectro de octavas musicales a las que se les ha asignado de forma matemática un valor concreto de valores frecuenciales. En el caso del piano, vemos que el instrumento es capaz de abarcar 7 octavas completas con los valores de sus frecuencias totalmente definidos.

Desde el punto de vista de la música actual, es posible que la escala musical que se utiliza actualmente, con sus tonos, sus semitonos y sus espacios entre notas, no sea la mejor desde un punto de vista matemático y la que está más perfectamente estructurada, pero con ella, el ser humano actual hace música que además de proporcionar deleite sensorial, puede producir a través de la fuerza vital de la vibración del sonido, efectos beneficiosos para la salud y el bienestar general.

La evolución sensorial de los tonos de la música actual no se ha detenido, y el hombre de la Tierra no tendrá la perfección musical hasta que no descomponga cada una de estas 12 notas de la octava en 12 más, que serían las 144 notas, ese número considerado sagrado y primordial dentro del Rombo. Es decir, que cada nota en realidad se podría descomponer en toda una octava, con sus tonos y semitonos correspondientes. O sea que la primera nota DO se podría descomponer en toda una escala con sus semitonos. Sucede lo mismo con el RE, y así, sucesivamente. A su vez, como es lógico, también cada semitono se podría descomponer en 12 notas.

Figura. Las 144 notas

Figura. Las 144 notas

Esta sería la verdadera música a la que el hombre podría tener acceso. De hecho, este proceso de división que produce múltiplos de 12 se podría llevar hasta el infinito, haciendo que la música que se pudiera oír fuera infinitamente rica en tonalidades.

Una parte del trabajo terapéutico y armonizador realizado con música y que se ha desarrollado dentro de la investigación del Rombo, se puede hacer con la simple participación de una sola octava, utilizando las 7 notas vinculadas a los tonos y las 5 de los semitonos. Es decir, se pueden lograr efectos beneficiosos trabajando tan sólo con 12 notas.

No hay desde luego, una sola manera de trabajar con el teclado para producir efectos beneficiosos sobre la salud o el equilibrio del entorno. El método de trabajo permite un sinfín de posibilidades adaptadas a la idiosincrasia de quien vaya a utilizar el teclado, al número de octavas del instrumento, a la capacidad de producir armónicos, a los conocimientos de música, a la creatividad personal, al conocimiento de los Rayos y su relación con las dimensiones y las notas musicales.

Figura. El teclado y su cromatismo

Figura. El teclado y su cromatismo

Si utilizamos el teclado de un piano de cola, veremos que tiene 7 octavas, lo que daría la posibilidad de poder trabajar con una octava precisa para hacer una acción en una dimensión determinada. Entonces, todo el trabajo que se realiza en una hipotética y única octava se podría hacer en una octava concreta de las 7 que tiene el piano. Si se tuviera que hacer una acción localizada en la 1ª dimensión, se podría trabajar con la primera octava, o si se precisara de una acción en la 3ª dimensión, se haría lo propio con la 3ª octava. Y si, además, el trabajo a realizar precisara de la acción sobre las 7 octavas del piano para realizar un tratamiento más preciso y ajustado, se podrían utilizar todas las octavas sin ningún problema. La acción sería más compleja, pero el resultado sería más preciso.

Pensemos que, como los instrumentos producen armónicos, cuando se pulsa el 1º Do de la 1ª Dimensión, todos los Dos de las diferentes octavas, en mayor o menor grado vibran y por tanto producen una acción, con lo que en el caso de que sólo existiera la posibilidad de trabajar en una octava, el tratamiento, podría ser también efectivo. No sería tan preciso tal vez, pero igualmente, se obtendría un resultado.

Figura. Relación entre las octavas y las dimensiones

Figura. Relación entre las octavas y las dimensiones

Cada octava tiene una frecuencia que es el doble de la octava que le precede y la mitad de la que va después de ella. Por otro lado, la relación de frecuencias para cada nota de cada octava es bien conocida.

Figura. La frecuencias sonoras de las siete octavas del piano

Figura. La frecuencias sonoras de las siete octavas del piano

A efectos didácticos de comprensión del trabajo con el sonido y su acción sobre los Rayos y el Rombo, el esquema de la representación de una octava desde el punto de vista terapéutico y práctico podría ser otro, ya que como sabemos, si bien las teclas blancas están relacionadas con los Rayos Regentes, las negras, lo están con los Rayos Vigilantes-Ejecutores. Entonces, para que a efectos de memorización se pudiera retener en la mente el sitio de actuación de cada una de estas notas, el esquema musical de Rayos y dimensiones podría ser representado con la siguiente figura:

Figura. El teclado terapéutico

Figura. El teclado terapéutico

En este caso, vemos como los 5 Rayos Vigilantes-Ejecutores (teclas negras) tienen su campo de acción en la 2ª, 3ª, 4ª, 5ª y 6ª dimensión. Como sabemos, en la 1ª y la 7ª dimensión allí donde la vida está tan comprimida que apenas se expresa o en la 7ª dimensión que está tan expandida que no se puede percibir, los Vigilantes-Ejecutores o Rayos del Karma no intervienen. Estas dos dimensiones extremas, que serían la 1ª y la 7ª, no tienen Rayos Vigilantes- Ejecutores asociados y no tienen por tanto ninguna tecla negra asignada.      

EL ESPECTRO VISUAL

El hombre puede ver los siete colores del espectro, pero hay más colores que el ser humano no percibe y que, en cambio están ahí.

En el estudio que hemos hecho dentro del Rombo acerca de las tonalidades de las radiaciones no visibles, hemos podido clasificar a los diferentes tipos de radiación electromagnética no visible en 6 grandes familias: Radiofrecuencias, Microondas, Infrarrojos, Ultravioletas, Rayos X y Rayos Gamma. Tres de ellas no son visibles por su baja frecuencia y las otras tres, no lo son por su alta frecuencia.

Figura. El espectro de radiaciones electromagnéticas

Figura. El espectro de radiaciones electromagnéticas

Al igual que sucedía con los sonidos, los infrasonidos y suprasonidos, podemos introducir a estos grupos de radiaciones electromagnéticas invisibles de alta y baja frecuencia dentro del Rombo utilizando el mismo razonamiento que se hizo en el caso anterior. La distribución, quedaría así:

Figura. Todas la radiaciones electromagnéticas dentro del Rombo

Figura. Todas la radiaciones electromagnéticas dentro del Rombo

Las tres primeras radiaciones invisibles (baja frecuencia) ocupan la parte izquierda y material del Rombo, mientras que las tres últimas (alta frecuencia) hacen lo propio con la parte derecha y etérea.

En el siguiente dibujo vemos como se mueven las diferentes frecuencias y se sitúan finalmente dentro del Rombo. Al final, la disposición última de las frecuencias coloreadas no visibles quedaría así:

Figura. Relación del teclado con radiaciones electromagnéticas

Figura. Relación del teclado con radiaciones electromagnéticas

La idea de estos gráficos es hacer ver que, tanto por debajo como por encima de los 7 colores visibles, existe una banda conocida de colores invisibles. Por debajo del umbral de la visión, estarían R.F, M.O, IR. y por encima se hallarían UV, RX, R.G. El centro, como siempre es ambivalente y por eso comparte Infrarrojos y Ultravioletas. Todas esta frecuencias invisibles, tienen su lugar de asentamiento dentro de la estructura del Rombo. Aunque hemos comentado en otras ocasiones que estas radiaciones electromagnéticas de baja y alta frecuencia están vinculadas con los señores del Karma y que podrían producir efectos terapéuticos ya que inciden el Karma y las enfermedades (de hecho, todas ellas se utilizan en Medicina), la correspondencia vibracional entre las teclas negras y estas radiaciones invisibles permitiría poder realizar una acción sobre los señores del Karma utilizando estas teclas sin tener que utilizar sus armónicos bajos o altos que, por otro lado, se han de saber manejar correctamente y en centros médicos muy especializados.

Para entender esta equivalencia, hemos de recordar que tanto sonidos como colores siguen los mismos patrones vibratorios, pero en octavas distintas, de tal manera que existe una correspondencia vibratoria entre el color rojo y la vibración sonora del Do. Lo mismo sucede entre la vibración sonora de las teclas negras y la vibración lumínica invisible que resuena en la banda de las frecuencias electromagnéticas de R.F, M.O, I.R, U.V, RX, RG.

Gracias a este fenómeno de relación y de resonancia entre sonido y color, las notas surgidas de la percusión sobre las teclas negras serían el enlace que podría ayudar a movilizar y actuar a las vibraciones lumínicas de los Rayos- Vigilantes-Ejecutores o Señores del Karma siempre y cuando, las acciones reparadoras que se quisieran llevar a cabo estuvieran impregnadas de amor y de ayuda sincera al prójimo. Del mismo modo, la percusión de una tecla blanca, por resonancia haría vibrar a un color determinado, que estaría relacionado con un Rayo Regente. Color y sonido son la misma vibración expresada en un medio o en otro. Los sonidos producen colores y los colores generan sonidos.

EL ESPECTRO DE LOS ELEMENTOS PRIMARIOS

El mismo sistema de clasificación que ha servido para representar a los sonidos y los colores, es el que se ha utilizado en los primeros intentos de clasificar a los 144 elementos primarios dentro del Rombo. En el dibujo vemos como se integran en el Rombo estos elementos invisibles.

Figura. Los elementos primarios en el Rombo

Figura. Los elementos primarios en el Rombo

En el gráfico observamos como las 12 familias quedan integradas en el Rombo. Las 7 visibles ocupan los espacios coloreados que van de la 1ª a la 7ª dimensión, y las otras seis familias se agrupan en 5 bloques que se observan en las 5 teclas negras del Rombo.

En el dibujo que viene a continuación, podremos seguir con más claridad la disposición final de los elementos primarios de la que hemos hablado. Por un lado, en la fila inferior coloreada están los elementos visibles al ojo humano (12x7=84) representados por los 7 colores del espectro. Y en el centro de algunos de estos colores, observamos a una tecla negra con el símbolo de material radioactivo o de radiación sutil.

Vemos como dentro de las dimensiones 2ª- 6ª, en su parte central aparece una tecla negra con un símbolo. En las 5 teclas que tienen los signos se encontrarían los vínculos con los 60 elementos invisibles y vinculados con el Karma. A la izquierda, se sitúan los 30 radioactivos y que son invisibles porque desaparecen en forma de radiación y a la derecha se colocan los 30 elementos que son invisibles por ser tan sutiles y radiantes que escapan a la visión del ojo humano.

Figura. Los 144 elementos primarios

Figura. Los 144 elementos primarios

El mismo esquema clasificatorio del Rombo tal como hemos visto, se puede adaptar para clasificar luz, sonido y materia. Al fin y al cabo, estos tres elementos son la misma expresión de la vida en dimensiones y en estados vibratorios diferentes.

El sistema de clasificación que propone el Rombo es ingenioso y muestra un mundo de frecuencias donde la convivencia y la relación entre ellas es algo más compleja que lo que propone el modelo tradicional de clasificación de ondas sonoras y luminosas. Lo imperceptible no está más allá de lo perceptible a su izquierda o derecha, sino que está integrado y fusionado en él.

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