El ángulo del arco iris (1º parte)
Se trata de un escrito fechado en el 2006. En ese año, se inició la búsqueda en la naturaleza, de la geometría del Rombo. Para ello, se empezó con un trabajo basado en el estudio del ángulo del arco iris. A partir de aquí, se observó una analogía sorprendente entre este fenómeno atmosférico y la figura del Rombo.
Cuando empecé a intentar aclarar la misteriosa cifra 18-19, orienté la dirección de la búsqueda en dos campos. Por un lado, el estudio de la geometría de la figura, que me llevó a realizar toda la serie de láminas conocidas como 18-19 y por otro lado, la búsqueda de los ángulos del Rombo, ya que en definitiva, son ellos y no otra cosa, lo que determina todos los valores de la figura.
Del estudio de la geometría, salió el dato de que la dimensión menor podía ir de 18 a 19.99999. Ahora, faltaba saber que informaciones proporcionaría el estudio de los ángulos del Rombo.
En la búsqueda de los ángulos, no se exactamente porque, me decanté por el obtuso y no por el agudo. Supongo que cuando se mira la figura, la parte superior, parece tener una importancia más relevante que cualquier otro lugar, así que prioricé esta zona y su ángulo obtuso.
Lo que buscaba, podía estar relacionado con la luz y alguna de sus leyes. Pensé de especial manera en las leyes de la reflexión y la refracción, y en concreto, en un fenómeno muy curioso, llamado reflexión total.
A partir de un ángulo determinado, la luz no se refracta y solo se refleja.
Contemplé la posibilidad de que el ángulo obtuso buscado, estuviera vinculado con algún tipo de reflexión total presente en la naturaleza. A pesar de esta intuición, después de varios intentos, no di con ninguna clave que me permitiera seguir adelante, así que dejé esta búsqueda para otra ocasión. De momento, a través del fenómeno de la reflexión total y del ángulo obtuso, no había conseguido nada. Así que pensé que lo mejor era abandonar esta dirección para encaminarme al ángulo agudo y algún otro fenómeno luminoso. Quizá más tarde, me llegaría alguna pista y podría seguir, pero de momento, lo mejor era parar.
Continuaban, no obstante, interesándome las leyes de la reflexión y la refracción, porque son las causantes de la aparición de los colores del arco iris, y nuestro Rombo, tiene mucho de arco iris. Así que me puse a mirar datos del arco iris, informaciones sencillas, elementales y básicas. No tenía ninguna intención más que la de buscar datos hasta que viera algún ángulo, alguna cifra, algún número suelto que me llevara a un valor que lo pudiera trasladar al Rombo. Y la verdad, no tardé mucho en encontrar una pista de interés. En muchos sitios se habla del ángulo del arco iris. No conocía con exactitud este dato, estudiado ya hace siglos y que aparece reiteradamente en muchos libros.
Parece ser que, si hacemos una proyección desde el sol, pasando por nuestra cabeza, hasta el centro de la circunferencia del arco iris, obtenemos un arco situado en un ángulo de 42º.
Si esta observación, se hace desde un sitio muy elevado, se puede ver un círculo completo, El ángulo formado en esta ocasión es de 84º. El dato se me mostró muy sugerente.
Desde el sol al centro del arco hay una línea imaginaria
Todo estaba relacionado con el ángulo que sufre la luz solar cuando pasa por cada una de las gotas de agua. El rayo luminoso, sufre una refracción al entrar en la gota, luego una reflexión y una segunda refracción. Cuando sale el rayo luminoso, aparece en un ángulo de 42º.
El Rayo sufre 2 refracciones y una reflexión
La suma de los dos ángulos de 42º, daba 84º, valor que podía empezar a ajustarse con las cifras que se manejaban para el Rombo. No teníamos más que intentar comparar estos datos al Rombo y ver que pasaba. Quería encontrar algún dato suelto que se pudiera ajustar a nuestra figura. Ahora, había aparecido una cifra. Bien, podíamos ver que sucedía…
Puede haber relación entre el arco iris y el Rombo
En una primera aproximación, podría ser que tuviéramos un Rombo cuyos ángulos agudos fueran de 84º y los obtusos de 96º.
La plasmación en el Rombo de los datos del arco iris
Visto esto, nos quedaba hacer la primera medición. Deberíamos recurrir a la trigonometría para calcular que tamaño tendría la diagonal menor si dábamos por hecho que la diagonal mayor medía 22.
Después de efectuar los cálculos, el resultado era que la diagonal menor medía 19.80. Bien, este primer valor cuadraba bastante, ya que el valor del Rombo podía estar entre 18 y 19.99999
De momento, no parecía que andábamos desencaminados, pero había que observar algunas cosas más. Por ejemplo, el valor de 42º es para el color rojo del arco iris, pero para el violeta, se da otra cifra. Es decir que, si buscamos el color violeta, el arco iris, no se encuentra a 42º, sino a 40º.
En el siguiente dibujo, lo podemos observar bien. El ángulo que se forma con el color rojo (42º) es superior al que hallamos con el color violeta. (40º)
El ángulo del arco iris es distinto si se mide sobre el color rojo o el violeta
Entonces, deberíamos hacer también el cálculo para el valor del Rombo suponiendo que consideramos el valor inferior del arco iris, es decir 40º.
Para un ángulo de 80º, la diagonal menor mide 18.46
El resultado estaba también dentro de los límites aceptables, ya que 18.46 volvía a estar entre los límites permitidos. La idea que se estaba perfilando es que el Rombo se movía entre un máximo de ángulo (42º) para el rojo y un mínimo de ángulo (40º) para el violeta. Si quisiéramos llevar estos datos de una manera algo más esquemática al Rombo, tendríamos un dibujo más o menos así:
En azul, los valores para el Rombo violeta, en rojo, para el Rombo rojo.
Sería, como si el Rombo se pudiera mover entre estos dos márgenes. Para cada color, existiría un ángulo determinado y un rombo de unas dimensiones diferentes. Para el rojo tendríamos un Rombo grande y para el violeta, un Rombo pequeño.
El arco iris es una circunferencia de 7 niveles.
Para cada color hay un ángulo determinado
Se ve entonces la posibilidad de un Rombo variable, con ángulos que pueden oscilar entre unos márgenes que vienen dados por el ángulo máximo (rojo) y el ángulo mínimo (violeta). Sería un Rombo, que como se ha dicho muchas veces... respira.
El concepto de respiración que la mayoría de los estudiantes del Rombo ha asimilado como algo muy natural, ha sido para mí un elemento desconcertante y conceptualmente, no lo he podido integrar. Siempre he tenido demasiadas dudas e incógnitas como para aceptarlo de una manera plena. Lo he contemplado como una hipótesis, pero no como una verdad absoluta. Ahora, empezaba a tener otra visión de las cosas: El Rombo podía oscilar, podía moverse dentro de él mismo, dentro de la luz, y se podía presentar en una etapa de expansión (rojo) y una de contracción (violeta). Podía suceder entonces que en cada instante en que el Rombo estuviera presidido por un Rayo, tuviera un nivel de manifestación distinto, un tamaño distinto y se hallara en una fase de expansión (hacia el rojo) o en una fase de contracción (hacia el violeta).
Sí, la verdad es que todo se empezaba a poner interesante y podía ser que el hallazgo y la hipótesis fueran por buen camino, pero, en cualquier caso, empezaban a aparecer muchas preguntas. La primera era si el margen de variación angular que se daba para el arco iris era correcto o aproximado. La verdad es que tampoco tuve que buscar demasiado para ver que se podía rizar el rizo y que las cosas empezaran a cambiar algo.
DATOS MÁS APROXIMADOS
Las cifras anteriores corresponden a los valores habituales con los que se trabaja cuando se habla del arco iris, pero si queremos hacer una aproximación algo mejor, deberemos trabajar con los números más exactos de los que disponemos. Las medidas de Newton fueron, para el arco iris primario de 42º02’ para la luz roja, y 40º17’ la luz violeta (una anchura de 1º 45').
Rombo Máximo |
42º 16’ x 2 |
84º 32 ‘ |
19.99 |
Rombo Rojo |
42º 02’ x 2 |
84º 04 ‘ |
19.81 |
Diferencia |
|
0º 28 ‘ |
0.18 |
Rombo Violeta |
40º 17’ x 2 |
80º 34’ |
18.56 |
Rombo Mínimo |
39º 17 ‘x 2 |
78º 34’ |
18 |
Diferencia |
|
2º |
0.56 |
Ángulos y dimensiones menores del rojo y violeta
Bien, son conceptos novedosos y sencillos, pero nos van a llevar bastante lejos. Tranquilos, que todo se va a complicar mucho más. Lo intentaremos desarrollar poco a poco. Vayamos por pasos
EL ARCO IRIS Y EL ROMBO MAXIMO Y MINIMO
Deducimos que el Arco Iris, que vendría a ser la representación de la estructura íntima del Cosmos, está comprendido entre el Rombo máximo y el Rombo mínimo.
Podríamos decir que más allá de la 1ª dimensión (Rombo rojo) y también más allá de la 7ª dimensión (Rombo violeta), existe un espacio que lo separa del límite real de la creación.
Las fronteras del Rombo
El Rombo no choca (por así decirlo) contra sus límites, sino que existe todo un espacio, repleto de energía, tanto en el límite superior como en lo inferior que parece realizar una función de amortiguación y que separa la máxima movilidad del Rombo de las fronteras de lo manifestado. A este espacio, lo hemos llamado espacio extraestelar o extradimensional.
Desarrollamos un poco más el concepto: Encontramos distintas áreas. En la parte más exterior, tenemos el Rombo máximo (19.99), yendo hacia el interior nos aparece el espacio extraestelar rojo y a continuación el espacio dimensional, marcado por los ángulos (42º02’ - 40º17’) del arco iris. Un poco más hacia abajo, tenemos el espacio extraestelar violeta, y siguiendo el camino, nos aparece en último lugar el Rombo mínimo (18).
Las fronteras de la Creación
Podemos todavía ampliar aún un poco más el dibujo para hacerlo más comprensible. Nos centraremos en la zona central de la 4ª Dimensión. Dividiremos el espacio dimensional, en sus 7 dimensiones, para ver como cada dimensión tiene su ángulo. Cada frecuencia tiene su ángulo natural de resonancia. Podremos ver los espacios extraestelares y observar su asimetría.
El segmento del arco iris dentro del Rombo
Este espacio extra estelar o extra dimensional, que se extiende más allá y más aquí de las dimensiones, es asimétrico. Este misterioso espacio que pertenece a la manifestación del Absoluto pero que no está aún dentro del Cosmos manifestado parece una especie de sustento de la creación, de transformador del Absoluto en su camino hacia la manifestación dimensional. Se asemeja a una especie de “vacío” repleto de materia o energía. Es una especie de paso intermedio entre el Creador y su obra. Una zona muy importante, vital. Todos estos nuevos datos, bastante complejos, y ya más elaboramos, nos llevaron a una serie de observaciones, de las que pudimos confirmar que:
Primero: El espacio extraestelar, es realmente un espacio propio de expansión y contracción neumática del Rombo.
Segundo: Este espacio está formado de la materia más etérea que existe y por tanto, la de más fuerza energética.
Tercero: Es vehículo y soporte de todo el correo de Ideación Divina para manifestarse en los diferentes planos dimensionales.
Cuarto: Es asimétrico, pero esta asimetría, no tiene vinculación con su efecto de transmisión de las órdenes karmáticas, sino que solamente tiene vinculación en la formación de los arquetipos y las formas.
Quinto: Los colores, como todo dentro del Rombo, son un espejismo, un simbolismo. Pero dentro de este simbolismo, podríamos colocar el color magenta dentro del espacio extraestelar.
Espacio extraestelar exterior
Todas estas informaciones, son sin duda, una de las cosas más bellas que la mente humana, haya concebido. Son conocimientos verdaderos y muy profundos del universo. Cuando una verdad cósmica, enseña su belleza, siempre se produce un impacto emocional, y en esta ocasión, fue muy grande, muy notable.
El estudio del arco iris, había proporcionado datos de un enorme interés. Se había hecho un descubrimiento capital, de mucho peso y sólo con una sencilla observación. Algo había cambiado en la visión del Rombo, y las cifras de la figura, con sus dimensiones, ángulos y respiración, empezaban a cobrar más lógica. Parecía que se había encontrado una llave. Pero era una llave muy curiosa, porque decía: Todo está en clave.
Mantengo tu luz
Estoy dentro y fuera de ti