El Merkabah y el rombo
Este artículo nos habla de la figura conocida como el Merkabah y de las semejanzas geométricas que existen con el Rombo.
INTRODUCCIÓN
El “Carro Merkabah” es un concepto místico y esotérico que tiene sus raíces principalmente en las tradiciones judías, especialmente en el misticismo judío y la Cábala. El Carro se asocia con una visión descrita en la Biblia, en el libro de Ezequiel donde el profeta vio un Carro celestial que tenía ruedas, seres angelicales, y que transportaba la presencia de Dios.

La visión del Carro de Ezequiel
A este Carro se le concibe actualmente como una manifestación divina que conecta el Cielo con la Tierra y que es en sí mismo un símbolo de la gloria de Dios. En el contexto judío antiguo, los sabios y místicos de la tradición Merkabah no describieron la figura geométrica de la manera como la conocemos hoy, sino que más bien se refirieron al concepto de un vehículo que permitía unir el Cielo y la Tierra, el ser humano y la Divinidad.
La geometría del Merkabah como la entendemos y visualizamos en la actualidad es aparentemente un concepto más moderno, pero rastrear a esta figura en el tiempo es muy difícil y hay quien dice que su presencia se encuentra ya en la civilización egipcia o que incluso es anterior a ella. Esta figura geométrica no tiene un único autor ya que ha sido una construcción conceptual que ha ido evolucionando a lo largo del tiempo dentro de las diferentes tradiciones espirituales y esotéricas vinculadas a la geometría sagrada. Esto ha hecho que no haya un solo y único dibujo del Carro de Merkabah y, que a veces, se produzcan entre sus estudiantes disparidad de criterios acerca de sus propiedades funcionales y estructurales ya que la intuición, la imaginación, el estudio y la creatividad han hecho que hayan surgido modelos teóricos muy diferentes.

Una versión tridimensional esquemática del Carro
La figura del Carro se concibe como la intersección de dos tetraedros, es decir dos pirámides triangulares entrelazadas de tal forma que sus vértices apuntan a direcciones opuestas. Uno de los tetraedros está orientado hacia arriba, y el otro hacia abajo. Es decir que su orientación en el espacio tridimensional presenta una oposición de 180º entre su vértice superior e inferior.

Los dos tetraedros entrelazados
Además, el tetraedro superior e inferior también están rotados 180º uno respecto al otro en el plano bidimensional.

Rotación bidimensional de 180º de los dos tetraedros
Esta figura sagrada simboliza la contraposición y el equilibrio polar de las dos fuerzas (- +), femenino-masculino, yin-yang, materia-espíritu. Representa también la interacción y la intersección de estas dos energías, que no se hallan separadas y opuestas la una a la otra sin interactuar, sino que están unidas, interpenetradas e influyendo vivamente la una con la otra.
La representación actual del Carro se atribuye a la geometría sagrada ancestral, un conocimiento que ha ganado mucha popularidad en los últimos tiempos. En el libro “El Antiguo Secreto de la Flor de la Vida”, su autor (Drunvalo Melchizedek) popularizó además la idea de la posibilidad de la activación del Merkabah a través de unos ejercicios complejos en los que coincidían la meditación, la respiración, los mudras, y la visualización. Esta figura, según el autor, si se activa, funciona como “un vehículo espiritual” que permite alcanzar el equilibrio y los estados superiores de conciencia que llevan a un estado de conexión entre lo humano y lo divino. Este equilibrio de fuerzas llevaría implícito un estado de unión, de fusión con la divinidad y por lo tanto de paz, amor y protección cósmica.
LA MISMA CONSTRUCCIÓN GEOMÉTRICA
El “Cubo de Metatrón” y el “Carro del Merkabah” son dos figuras importantes en la geometría sagrada y ambas están vinculadas con la energía espiritual, el equilibrio cósmico y la conexión entre lo divino y lo humano.

El Cubo de Metatron y el Carro de Merkabah
Aunque las dos figuras son aparentemente distintas, en realidad, como podemos observar, se trata del mismo dibujo bidimensional. El Merkabah parte en su construcción del Cubo de Metatron. Al remarcar sobre el primer dibujo unas líneas en color rojo, se consigue un efecto visual en el que se intuye la presencia y el entrelazamiento de dos tetraedros opuestos.
Al colorear algunas de estas líneas, parece que estemos descubriendo una figura nueva, pero realmente no es así. Como hemos podido ver en la comparación, todas las líneas que figuran en la creación del Merkabah están ya presentes en el Cubo de Metatron. Solamente se han remarcado algunas de ellas o ignorado a otras para crear la ilusión óptica de la presencia de esta nueva figura.
También podemos ver como la Semilla de la vida está (imperceptiblemente) formando parte de la estructura sutil del Carro de Merkabah, del Cubo de Metatron, de la Estrella de David y del Rombo.

La misma arquitectura interior
Todas estas figuras tan aparentemente distintas están muy vinculadas entre sí y tienen su misma base estructural anclada en la geometría sagrada. Para ver una u otra figura, sólo es necesario centrar la atención en determinadas líneas, en crear nuevos trazos a partir de algunos vértices o en suprimir algunos dibujos. Para construir el Rombo, podemos partir del Cubo de Metatron, del Carro de Merkabah, de la Estrella de David y de la Semilla de la vida. Todas estas cuatro figuras se pueden plasmar simultáneamente en un dibujo y a través de nuestra percepción ocular las podemos ir separando una por una. Como podemos ver, todas ellas tienen entre sí fuertes vínculos estructurales.

Metatron, Merkabah, Estrella de David, Semilla de la vida y Rombo
El Cubo, el Carro, el Rombo, la Semilla y la Estrella de David tienen semejanzas simbólicas dentro de las tradiciones espirituales. Las cinco están conectadas a la energía divina, al orden cósmico, a la unión de todo lo creado, a la conexión Cielo-Tierra y a las dimensiones superiores. Estas cinco figuras son medios para acceder a lo divino a través de la ascensión espiritual y todas ellas son puentes que unen lo material y lo espiritual.
ACERCA DE LA ROTACION DEL MERKABAH
Una de las cuestiones más controvertidas respecto al Merkabah es que (según algunos autores) los dos tetraedros que lo forman podrían no ser estáticos, sino que tendrían la posibilidad de tener un movimiento rotatorio y con sentido inverso uno respecto del otro. Esta idea podría representar el equilibrio y la dualidad dinámica de las dos fuerzas opuestas y complementarias en la creación, donde se observaría como estas dos fuerzas de naturaleza antagónica serían capaces de trabajar en armonía.
Pero la aceptación de este concepto de rotación puede variar entre los diferentes autores y no hay consenso sobre este tema rotacional. Si bien Melchizedek puede haber popularizado en su libro una cierta idea rotacional, es muy posible que su idea no se haya comprendido claramente y es más que probable que el concepto de que los dos tetraedros giren en sentido contra rotatorio sea sólo una interpretación de otros autores.
Lo cierto es que, aunque el giro contra rotatorio o el mismo giro hacia un lado u otro podría enriquecer la interpretación del Merkabah, no es un requisito indispensable para entender su simbolismo y quizá, para algunos teóricos, esta idea podría ser más metafórica que real. Lo que se sabe es que, acerca de esta tema rotacional, hay una gran variedad de opiniones divergentes dentro de esta comunidad, y lo que para algunos puede ser una creencia fundamental, para otros parece ser más bien una interpretación personal más que una realidad incontestable ya que para algunos autores, aunque el Merkabah puede experimentar alguna oscilación, no es necesario que entre en rotación para que actúe correctamente. Y en cambio para otros, es importante que rote con vitalidad y que incluso llegue a moverse a la velocidad de la luz o incluso a una velocidad superior.
Melchizedek en su libro hace una aclaración sobre este tema, En ningún momento habla de que la parte superior e inferior del Merkabah giren en sentido contra rotatorio. Lo que comenta es que existen tres estrellas tetraédricas alineadas y sobrepuestas una encima de la otra y cada una tiene su polaridad, positiva, negativa o neutra. La estrella masculina gira en el sentido inverso a las agujas del reloj, la neutra no gira, y la femenina gira en el sentido de las agujas del reloj. Dice el autor:
“Este es uno de los grandes malentendidos que tiene la gente: no tener claro que existe un juego de tres sets de estrellas tetraédricas alrededor del cuerpo. Simplemente rotan el tetraedro Sol en el sentido contario a las manecillas del reloj y el tetraedro Tierra en el sentido de las manecillas; este es un error que no causa ningún daño verdadero, pero frena el crecimiento espiritual”.
También hemos de comentar que otros autores no hablan para nada de estos tres tetraedros alineados y sólo dan a conocer la existencia de un tetraedro sin rotación. Es decir que las diferencias entre algunos conceptos del Carro relativos a su número, movimientos, rotación, y el momento preciso en el que se puede aplicar sobre la persona según su estado de desarrollo y salud o la manera en cómo se puede visualizar o meditar en él son muy evidentes. No hay uniformidad de conceptos y esto se percibe con mucha claridad. Pero este hecho discordante puede ser percibido como una gran molestia o no, según se mire.
EL CAMBIO Y LA EVOLUCION DE LAS INFORMACIONES
En el caso de la Sagrada Forma del Rombo, hemos visto y aceptado sin demasiados problemas todas las variaciones por las que ha pasado el diseño bidimensional y tridimensional de la figura. Hemos visto aparecer circunferencias, elipses, curvas senoidales, Focos, dobles rayitas de Ideación Divina, colores, sonidos, seis planos de conciencia, un séptimo plano, planos de conciencia situados sobre el eje horizontal, sobre el vertical, Rombos dentro de Rombos, Rombos estáticos y en movimiento, Rombos incrustados uno dentro del otro en ángulos de 90º, Rombos en distintas rotaciones horizontales, verticales y diagonales. Hemos conocido al negativo del Rombo, a Rombos donde el Yin entraba al mismo tiempo por la 1ª y 7ª dimensión, o distintas tablas periódicas que buscaban su sitio en la figura. Hemos visto aparecer a la Semilla de la vida en su interior y las relaciones del Rombo con el Carro, el Cubo, el Merkabah y la Estrella de David. Hemos visto como aparecían distintas coloraciones para los Rayos, para la representación de las dimensiones y también hemos visto nacer estructuras que están fuera del Rombo de las que no sospechábamos nada, como el espacio interestelar, la esfera generadora de energía, los agujeros negros o la misma estructura de la Divinidad. Hablaríamos y hablaríamos de la evolución de una estructura geométrica muy simple en su inicio y que siendo la misma ha ido adquiriendo movimientos y propiedades muy distintas de las que tenía hace cuatro décadas.
Al Rombo lo hemos visto crecer, cambiar y adquirir nuevas habilidades que parecían contradictorias en la primera impresión, pero que en cambio son posibles. Con todo este bagaje de cambios por los que ha pasado el Rombo, no nos extraña nada que no exista una concordancia total de conceptos entre los distintos grupos de estudiantes del Merkabah. Es más, posiblemente estas discordancias sean positivas y de ellas pueda salir algún aprendizaje. Pero para ello es necesario aceptar que es posible que uno no esté anclado al 100% en la verdad absoluta, aunque el conocimiento del Merkabah le haya sido supuestamente revelado a alguien en concreto. Un conocimiento revelado no es sinónimo de un conocimiento único, estático e inamovible. Muy al contrario, si un conocimiento revelado no tiene la valiosísima ayuda de la dedicación personal, el trabajo de los estudiantes, el estudio, la reflexión, el amor y la ayuda de los Guías y Maestros, al final el conocimiento se enlentece o queda enquistado. El conocimiento revelado si es cierto, vive, palpita y con el trabajo y el estudio empieza forzosamente a cambiar de forma y a adquirir nuevas leyes y propiedades, tal como lo hace todo lo vivo que evoluciona y se transforma.
Los estudiantes del Rombo hemos tenido en ocasiones alguna disparidad de criterio respecto a algunas funciones concretas del Rombo. A veces hemos lanzado teorías algunas de las cuales pueden haber sido ser más o menos ciertas, y otras veces no tanto. Y la manera de saber si las ideas son correctas o no, es el estudio pormenorizado, detallado, minucioso, la observación, la lógica, la imaginación y el discernimiento profundo.
Es por eso por lo que no vemos en ningún caso que estas diferencias de visión de los estudiantes del Rombo o del Merkabah sean un problema demasiado grave, ya que son indicativos de que distintas personas han trabajado sobre un tema y han puesto interés en desarrollar teorías y protocolos para su utilización. A veces, algunos planteamientos son más acertados y otras no tanto, pero al final, con constancia, diálogo, exposición, obertura mental, observación, comprensión, y falta de dogmatismo, los errores y las diferencias, poco a poco van desapareciendo y los ajustes correctores se van produciendo por si solos.
Esta variedad de inclinaciones, puntos de vista y opiniones hace que al final, de todos los fenómenos que se descubren, y siendo todos válidos, algunos dejen una huella más profunda en unas personas que en otras. Algunos se sienten más atraídos por unos aspectos del Rombo que por otros y por consiguiente el enfoque en cuanto a la utilización del Rombo será algo distinta. En el Rombo no existe un único método de utilización, pero sí que hay en cambio algunos principios muy elementales que vale la pena respetar porque se trata de las cuestiones más básicas.
Algunos estudiantes que llegan al Rombo se asombran de que no haya un único protocolo de utilización de la figura. Les da la impresión de que todo ha de estar protocolizado para que todo el mundo realice la misma técnica, el mismo abordaje transformador y nadie salga de esa norma establecida. Pero la verdad es que ese único posible método de trabajar el Rombo (si existiera) habría sido desarrollado por una o por varias unas personas que bajo su criterio habrían pensado que la mejor manera de hacerlo era de esa manera determinada. Pero, afortunadamente el Rombo tiene infinitas posibilidades de ser utilizado, según los conocimientos, el enfoque y la idiosincrasia de la persona que lo utiliza. Para los estudiantes que siempre han seguido los protocolos de tratamiento diseñados por otras personas, esto es un obstáculo, sobre todo al principio, pero siempre tienen la posibilidad (desde luego) de hablar con alguien que utilice el Rombo y asimilar su sistema de tratamiento. Pero si por casualidad hablan con otra persona, verán que ésta, lo utiliza de otra manera y entonces, pueden entrar en un estado de conflicto y duda. Para soliviantar la cuestión contactarán entonces con una tercera persona que les planteará su sistema de utilización que evidentemente será diferente al de los otros dos. Al final, se darán cuenta de que cada persona según sus inclinaciones, intelecto, formación, capacidades y resonancia entenderá y aplicará el Rombo a su manera y lo hará según su criterio y su forma de ser y entender la vida.
Un día, un estudiante del Rombo dijo: “El Rombo es sobre todo un camino de libertad”. Y creo que eso es cierto. Todos conocemos los principios básicos y elementales de la figura, pero hay ciertos conocimientos y maneras de trabajar que son fundamentales para unos y no tanto para los otros. Cada uno, partiendo de los principios básicos del Rombo puede utilizar libremente a la figura según su manera de ser y sus creencias. En cualquier caso, si los actos terapéuticos o equilibradores están guiados por el amor, el interés en la ayuda, en subsanar el problema o en corregir la enfermedad, los resultados serán siempre satisfactorios. A veces los resultados serán muy buenos y en otras ocasiones no tanto, pero un acto terapéutico, equilibrador, reparador, si se hace con una intención profunda de ayuda y amorosa, no causará problemas y siempre ayudará, a veces más, a veces menos. Además, hemos de recordar que en el trabajo del Rombo no estamos solos, y estamos siempre asistidos por entidades protectoras que dan ayuda y velan para que todo se realice de la mejor manera posible.
Esta libertad que proporciona el Rombo de ser utilizado por todo el mundo y de la mejor manera que la persona conozca, es lo que permitirá que el alma de cada una de las personas que lo utiliza se exprese, hable y busque su propio camino de evolución. Cada uno ha de realizar su camino, y al principio es posible que necesite ciertas instrucciones elementales, pero en la medida en que aprenda, sienta interés y ganas de mejorar, irá perfeccionando su propio método de acercamiento a la aplicación del Rombo, según sus características principales y según su Rayo dominante.
EL ESTUDIO DE LA ROTACIÓN EN EL MERKABAH Y EL ROMBO
Unas de las cuestiones que nos ha hecho avanzar en la comprensión del Rombo ha sido la utilización de la empatía, la comprensión, la escucha activa, la lógica, el análisis y el discernimiento. Gracias a esto y siguiendo el criterio dado por la observación, hemos visto que todo en el universo es cíclico y como que la rotación es el movimiento que genera los ciclos, es lógico pensar que exista alguna rotación fisiológica en el Merkabah. La cuestión es poder estudiar qué tipos de rotaciones se pueden dar en este cuerpo geométrico. Podría suceder, al igual que en el Rombo, que la rotación se diera simultáneamente en varios ejes de simetría orientados de distinta manera en el espacio. Podríamos entender, por ejemplo, un movimiento de rotación sobre el eje horizontal, el vertical y sobre un eje diagonal en el que se buscaría una basculación compensatoria.

Las rotaciones posibles del Merkabah
Pero además de estos tres movimientos rotatorios y cíclicos que se pueden dar en una figura tridimensional compacta y que son reconocibles también en el Rombo, en el caso del Merkabah se plantea la posibilidad teórica de un movimiento muy diferente. Es un movimiento hipotético en el que la parte superior gira en un sentido y la inferior en el otro.

Los giros contra rotatorios
En este giro, la parte superior gira en el sentido horario (por ejemplo) y la parte inferior en el sentido antihorario. Con este doble giro sucedería un fenómeno muy curioso, pues al girar un lado contra el otro, ambos tetraedros entrarían en contacto, irían topando y en su roce se produciría una gran fricción.
Si la figura fuera de construcción tridimensional sólida, los átomos de una parte y los de la otra entrarían en fricción, en colisión y la figura se rompería en pedazos. Si la figura fuera de luz, se produciría igualmente una fricción con zonas de calentamiento y de condensación, lo que hace suponer que se añadiría un elemento de freno a la ecuación y el movimiento inicial podría llegar a detenerse en un momento determinado a causa de la fricción generada. Aparentemente, un giro frena al giro del otro lado y el destino final de dos giros de sentido contrario suele ser la anulación, la quietud, y el final del movimiento.
Es decir que, bajo una primera impresión, este doble giro contra rotatorio parece destinado a no ser eficiente en cuanto a lo que se dice de él, pues según lo que se comenta si se consigue hacer girar a esta estructura de luz a alta velocidad, se puede construir un vehículo de luz capaz de pasar a un individuo de una dimensión a otra. De hecho, como sabemos, una de las maneras que existe para superar la fuerza de la gravedad es la rotación y en este sentido si un cuerpo gira y se mueve, puede hacer que la percepción del tiempo dentro de la misma estructura varie gracias a las variaciones de velocidad y de gravedad y que, por lo tanto, se entre en otra dimensión, donde el espacio y el tiempo se perciban de forma diferente.
En este caso, se podría pensar en la posibilidad de que un cuerpo hecho de luz en su rotación fuera capaz de llevar a un humano a otras dimensiones donde el espacio y el tiempo se percibieran de otra manera.

El vehículo de luz
Pero el mismo hecho del giro contra rotatorio parece ser una dificultad para conseguir este efecto, pues la luz también está hecha de materia (fotones) y la luz al chocar con la luz produciría también un rozamiento y un freno. Es por eso por lo que desde un primer análisis simple y elemental parece que este giro contra rotatorio no pudiera conseguir el efecto pensado.
Al buscar comparaciones de este movimiento con lo que sucede en el Rombo, hemos visto que podría haber una observación (más bien un fenómeno óptico) que presenta alguna similitud con este hipotético y controvertido giro del Carro. Si en un momento dado queremos precisar en qué sentido gira el Rombo, veremos que no es tan fácil saberlo como parece. Si nos situamos encima del Rombo en la posición correspondiente a estar colocados por encima de la 7ª dimensión, veremos como éste gira claramente hacia la izquierda. Pero si nos desplazamos y nos colocamos debajo de la 1ª dimensión y miramos el giro, diremos con contundencia: ¡gira hacia la derecha!
Para tener más certeza en esta observación y hacerlo con “mayor rigor científico” podríamos llevar a dos personas diferentes a realizar este experimento. Esta doble observación llevaría tanto al hombre como a la mujer de la figura a “ver las cosas con claridad” pues los dos científicos alternando una posición y otra llegarían a la misma conclusión: no hay duda, los dos hemos constatado lo mismo y en repetidos experimentos. La parte superior del Rombo gira hacia la izquierda y la inferior hacia la derecha. Nuestras observaciones coinciden: El Rombo tiene un doble movimiento y es contra rotatorio.

¿Tienen razón sus observaciones?
Una primera y rápida observación, podría llevarnos a pensar que el Rombo tiene un giro contralateral y que existe una zona de fricción por rozamiento en el centro, pero cabe la posibilidad de que quizás esto no sea así. Aparentemente se podría tratar de una apreciación inexacta, de un fenómeno óptico, porque el Rombo, en este ejemplo, podría girar realmente en una sola dirección. De esta manera, un observador situado en el centro del Rombo tendría otra percepción diferente y diría: el Rombo gira de delante hacia atrás o de atrás hacia adelante, como ustedes lo quieran ver, pero no tiene un giro contra rotatorio. Es solamente un efeto visual. La rotación del Rombo sólo se da en un sentido.

Disculpen ustedes. Yo lo veo de otra manera
¿Es posible que este efecto que acabamos de observar sea lo que tiene lugar en el Carro y que no se trate realmente de un giro real de naturaleza contra rotatoria sino simplemente de un efecto óptico? ¿O quizás sí que existe?
La lógica y la experiencia de algunas personas que utilizan el Merkabah y que hablan del error que supone el giro contra rotatorio, nos hace pensar que este supuesto doble giro contra rotario no es eficaz y quizá se trate de una teoría sin demasiado fundamento. Pero tal como son las cosas y después de haber visto el comportamiento sorprendente del Rombo en cuestiones de movilidad, uno no puede negar ninguna hipótesis sin hacer un estudio profundo porque todo, en el mundo cuántico, parece posible. En cualquier caso, la lógica aparente hace pensar que tal movimiento no es conveniente desde un punto de vista físico y tridimensional pues la estructura física no soportaría la fricción de las fuerzas contra rotatorias. En cualquier caso, este es un tema que dejo para la libre y profunda deliberación de los estudiantes del Merkabah.
APLICACIONES DEL MERKABAH
El Merkabah no forma parte de la estructura de luz de los cuerpos sutiles del ser humano. Pero si pensamos que es una estructura luminosa y que surge de la geometría, las matemáticas y los números que existen en la 6ª dimensión, podría tener evidentemente propiedades de la 6ª dimensión y como además tiene componentes de la 5ª dimensión, como color y sonido, haría que su proyección sobre un cuerpo tridimensional compensado, lo podría llevar a estados relacionados con la 5ª o 6ª dimensión. Tendría pues la posibilidad teórica de hacer ascender al humano que vibra en la 3ª dimensión a dimensiones superiores.
EL CONOCIMIENTO POPULAR DE ESTAS FIGURAS
De todas estas figuras sagradas, con toda seguridad, la más famosa en la actualidad es la estrella de David, de tradición judaica y que, desde la antigüedad, se ha utilizado desde un punto de vista simbólico y geométrico para expresar las distintas fases o partes de la creación. Ha sido un símbolo utilizado por los alquimistas para representar el contenido físico de la naturaleza, con los cuatro elementos tradicionales más el éter.

Los símbolos alquímicos de los cuatro elementos
En cambio, la pirámide, el Carro, el Cubo y la Semilla de la vida se han hecho muy famosos últimamente porque la geometría sagrada, en las últimas décadas, ha experimentado un auge exponencial. Estas figuras también están vinculadas a un tipo de conocimiento ancestral, a una espiritualidad esotérica que ha renacido gracias a los movimientos de transformación personal vinculados a la meditación y a la necesidad de tener algún símbolo que exprese conceptos universales básicos de manera comprensible y que permita evolucionar gracias a ejercicios y visualizaciones realizados con estas formas.
Además, las nuevas corrientes espirituales y metafísicas hablan de la luz, del mundo cuántico, del cuerpo como vehículo de luz que permite el acceso a dimensiones superiores, al mundo astral y a la necesidad de tener un mecanismo luminoso mediante el cual se puedan limpiar las energías negativas y producir una sanación energética que reduzca el estrés, la ansiedad, potencie el bienestar integral y la expansión de la conciencia.
Por estos motivos y por algunos otros más, estos símbolos se han vuelto muy populares dentro de la comunidad que busca conectar con la sabiduría ancestral, con los Maestros espirituales a través del lenguaje universal que utiliza la naturaleza: la geometría sagrada.
Pero lo aparentemente curioso de todo esto, es que, dentro del conocimiento general de la Geometría Sagrada, el Rombo no tiene aún un lugar predominante. En cambio, para construirlo y entender su geometría interna, se precisa de la Semilla, del Cubo, del Carro y de la estrella de David, pues todas estas figuras forman un entramado energético, una matriz invisible que sostiene necesaria, eficaz e invisiblemente al Rombo.
Quizá cada figura sagrada, cada símbolo, ha gozado de un tiempo preciso para su manifestación y el Rombo ha tenido que esperar a que todo este conocimiento geométrico estuviera maduro y fuera conocido para poder ser manifestado, construido y sobre todo entendido.
El Rombo no parte de cero. No puede partir de la nada, es imposible que algo tan complejo y elaborado, un fruto tan impresionante de la sabiduría pueda nacer de un solo pensamiento, de una primera y única idea inspirada o revelada. Es un producto en cuya construcción han participado muchas mentes sabias y es además una creación muy elaborada que emerge desde la profundidad de unas geometrías complejas que le han dado significado, sustento físico y que le han permitido llenar de contenido científico-filosófico-espiritual todos los espacios que la geometría ha creado.
Si miramos los conceptos básicos que emanan de la Semilla, del Carro, del Cubo y de la Estrella veremos que todos son los mismos: unidad, dualidad Cielo-Tierra, expansión, conectividad, fractalidad, evolución, universalidad, protección, pero el Rombo además aporta una cantidad ingente de información, de conceptos que pueden llenar cientos y miles de páginas y que pueden (como decían) abrir los ojos a los ciegos y los oídos a los sordos para llegar a una nueva comprensión de la vida y de su manifestación.
El Rombo es una creación que está soportada por estructuras sagradas ancestrales pero que además está siendo rellenada por conceptos muy actuales y concebidos para poder ser asimilados con facilidad por el ser humano contemporáneo. Desde este punto de vista histórico y de asimilación del conocimiento profundo, es lógico pensar que el Rombo aparezca ahora y no antes. Todo el pasado geométrico y simbólico le han dado un soporte estructural y con el trabajo realizado en el presente, se le ha llenado de información profunda, actual y adaptada a la mentalidad y la vibración de la Nueva Era de Acuario.