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Las dimensiones (2ª parte)

Las dimensiones (2ª parte)

En el 2012, apareció el primer trabajo de las dimensiones, con el nombre de las Dimensiones 1ª parte. Cuando entonces lo escribí, lo hice para realizar una pequeña introducción al tema. Ahora en el 2014, aparece escrito lo que era realmente el contenido del artículo. Está claro que, aunque en este número, se comentan varios aspectos de las dimensiones, se podría hablar mucho más profundamente de ellas. La intención del escrito es comprenderlas un poco más, abrirlas y ponerlas al alcance de todo el mundo. Hacerlas, en definitiva, un poco más familiares y cercanas. Las dimensiones están aquí, y debemos tenerlas al alcance de la mano.

Introducción

En el primer artículo de las dimensiones, comentamos que lo básico para poder entrar en este complejo mundo de las dimensiones, era partir de nuevos conceptos para desarrollar otras perspectivas y deshacerse de ideas obsoletas. Según expusimos, y grosso modo, la idea básica era que las dimensiones, eran grados específicos de organización de energía y materia, y que estos distintos niveles, estaban estratificados según su densidad o frecuencia vibratoria. Si imaginamos que las dimensiones están ordenadas según su frecuencia, de una manera parecida a como lo están las emisoras de radio, entenderemos que, si dispusiéramos de un dial que nos permitiera ir de izquierda a derecha, nos podríamos desplazar por distintas frecuencias de vibración o dimensiones.

El dial posibilitaría ir de una dimensión a otra

El dial posibilitaría ir de una dimensión a otra.

Un dial así nos permitiría pasar de las frecuencias bajas (Materia) a las frecuencias altas (Energía) y trasladarnos de una dimensión material a otra más energética.

Las frecuencias vibratorias y las dimensiones

Las frecuencias vibratorias y las dimensiones

Una vez situados en la dimensión adecuada, se podrían precisar con la ayuda de pequeños reguladores internos, algunos valores físicos, que permitirían movernos dentro de los parámetros permitidos de materia y energía de esa misma dimensión particular, generando de esta manera, subdimensiones dentro de la misma dimensión. Este hecho sería básico para poderse desplazar hacia un lado u otro y adquirir unas características, un brillo, un tono y un sonido peculiar.

Esta idea, se ha reflejado desde el inicio de la enseñanza, con la figura del Rombo de Rombos, que permite ver que, dentro de cada una de las dimensiones, existe a su vez una graduación con 7 subdimensiones, y dentro de cada una de ellas, a su vez, otras divisiones más pequeñas aún, por lo que al final, con la realización de los sucesivos pasos, obtenemos un dato muy interesante: El número de dimensiones total del Universo es infinito.

El Rombo de Rombos

El Rombo de Rombos

Recordamos que, a grandes trazos conceptuales, el universo, está construido en siete niveles, cada uno de los cuales tiene una estructura material y energética propia. Estas diferentes zonas del Universo están inter penetradas, totalmente superpuestas entre ellas, lo que hace que no se puedan separar  las unas de las otras. Su hipotética separación, se produce solo dentro del estudio teórico y cae dentro de lo que podríamos llamar la creación de un artificio técnico divulgativo, más que dentro del terreno de lo estrictamente real, ya que separar lo que está unido, no es sencillo.

En este segundo artículo de las dimensiones, que es la continuación del primero, intentaremos ahondar un poco más en todo este tema, repasar algunos conceptos tradicionales, desgranar las características propias de las dimensiones, profundizar más en su comprensión y proponer algunas hipótesis acerca de la estructura de las dimensiones y su relación con los ciclos Yin-Yang. Esperemos que el articulo nos ayude a familiarizarnos con este interesante tema, a darnos cuenta de que hablar de las dimensiones es posible, que no es demasiado complicado y que nos ha de ayudar a comprender un poco más a la estructura y el funcionamiento del Rombo .

Las dimensiones del Rombo

Las dimensiones del Rombo

DEFINICION DE LAS DIMENSIONES EN EL UNIVERSO

Tradicionalmente el concepto de dimensión está relacionado con la geometría y esto, parece estar muy aceptado y ser muy comprensible, pero cuando intentamos representar a las dimensiones sobre un papel, vemos que es algo muy complicado. Es fácil dibujar a la primera, a la segunda y a la tercera dimensión, pero ir más allá, y conseguir representar en una hoja plana, las dimensiones geométricas superiores, es decir, la cuarta, quinta, sexta o séptima, resulta algo muy alejado de la capacidad creativa.        

El concepto geométrico clásico de las dimensiones dice que hay tres dimensiones en el espacio y que están relacionadas con la libertad de movimiento espacial. En la medida en que avanzamos de dimensión, aparecen más ejes en el espacio, y las estructuras adquieren más movilidad y libertad. Esta idea de dimensiones geométricas, vectores espaciales y complejidad estructural es la más compartida y extendida, pero sabemos que existen muchos otros significados del concepto dimensión, como el que propusimos en el anterior artículo y que me permito recordar:

“Una dimensión es cada uno de los niveles que existe dentro de la manifestación espacio temporal en el que están estratificados todos los valores de la materia y la energía, donde el espacio, el tiempo y las leyes universales se presentan de manera local,   creando un campo de información, hecho de todas las características del sistema como polaridad, simetría, movilidad libertad y vida, haciendo posible que se puedan producir acciones que se orienten hacia la aparición de distintas formas de vida, con estructura , conciencia y necesidades evolutivas adaptadas a las características del entorno.”

Cuando hablemos de dimensiones del universo dentro del estudio del Rombo, nos referiremos a una idea basada en la línea de la definición expuesta anteriormente. Al hacerlo, aprenderemos a dar una nueva orientación al concepto clásico de dimensión, que nos ha de ayudar a movernos en consonancia con la nueva enseñanza.

CREACION DE LAS DIMENSIONES

Si observamos el dibujo, veremos que se intenta explicar cómo fueron los consecutivos pasos de la historia del universo. De lo que sucedió antes de la creación, muy pocos físicos quieren hablar, ya que consideran que es un terreno que no corresponde a la física, sino más bien a la metafísica o la filosofía.  Entonces, como siempre, para hablar del esquema tradicional de la creación, partiremos del instante posterior al Big Bang.

El Big Bang

El Big Bang

Observamos en este esquema clásico, que en los primeros instantes, tenemos el omnipresente interrogante que precede a la aparición de cualquier partícula y un poco más tarde, la presencia de una “sopa con fundamento” como diría el cocinero Karlos Arguiñano, compuesta por unos tropezones de materia hechos de quarks, leptones (electrones, muones y tau) con toques de  neutrinos y al mismo tiempo un caldo líquido compactado, formado por fuerzas (gluones, bosones, fotones y tal vez gravitones). Todo ello, adornado con la exótica presencia de la misteriosa antimateria, de la que no nos ocuparemos en este momento.

Esta etapa, en la que observamos al universo bajo el aspecto de esta especie de sopa cósmica, y que aparece en el dibujo con el nombre de era de la radiación, en la que no existe individualización de los elementos primarios, corresponde a lo que nosotros, dentro del Rombo, podríamos llamar primera dimensión. Pero si somos precisos con los conceptos, en este momento, en el esquema ya hay partículas que pueden ser nombradas por su nombre pues ya se han manifestado y aislado. En ese caso, no estaríamos en una primera dimensión, sino en una especie de tránsito entre la primera y la segunda dimensión, allí donde de manera virtual pueden aparecer y desaparecer partículas o fuerzas de vida infinitésimamente corta.

En la medida en que la temperatura del universo va disminuyendo, los cuerpos y las fuerzas, se separan, se solidifican hasta que aparece alguna estructurada atómica ya diferenciada. En el dibujo, los autores, titulan a este estado posterior, “Era de la materia”. Aquí vemos que ya han aparecido y se han diferenciado claramente los átomos. Se pueden distinguir unos de los otros, están separados y a su alrededor, ya hay luz. El espacio como tal, ya existe ahora entre las oquedades de la materia, y la luz aparece y corre libre entre los espacios vacíos libres de materia. Hay claramente ya un espacio pues existe una distancia entre los puntos individuales y un tiempo, ya que para ir del punto A al B, se precisa de un tiempo para trasladarse.

El concepto de dimensión va íntimamente ligado a la manifestación del continuo espacio-tiempo, y éste, va apareciendo progresivamente desde el inicio de la primera dimensión hasta hacerse mucho más claro y patente en la recién estrenada segunda dimensión.

En la primera dimensión, todo es un magma compacto de materia y energía inmanifestado con un espacio-tiempo que es cero en el inicio del Big Bang y que va apareciendo muy progresivamente en la medida en que el caldo primigenio se expande, se enfría y va creando paulatinamente el continuo espacio-tiempo. A esta segunda fase de organización de la materia y la energía, la conocemos nosotros como segunda dimensión y aquí tenemos ya la presencia clara de átomos, moléculas y espacio - tiempo. Posteriormente y en los congelamientos siguientes, aparecen las aglomeraciones masivas de materia, las nubes de gas, las estrellas, las galaxias y el universo entero, lo que constituye lo que llamamos tercera dimensión, que forma el universo visible. En el devenir del tiempo, con los siguientes descensos importantes de las temperaturas, ya aparecen las formas biológicas de vida elemental. Y más tarde, ya dentro de las formas biológicas avanzadas, aparecen criaturas inteligentes con psiquismo, raciocinio y proyección, que empiezan a conformar esta etapa expansiva de conciencia y de proyección cósmica a la que llamamos cuarta dimensión. La quinta, sexta y séptima dimensión son el componente energético asociado al componente material de la primera, segunda y tercera dimensión. Solo hay que separar el binomio materia-energía y poner uno a la izquierda y el otro a la derecha. La parte de la izquierda forma las tres dimensiones materiales y la parte de la derecha, origina las tres dimensiones energéticas. En el centro, está la cuarta dimensión resultado de la fusión de materia y energía.

ARQUITECTURA GEOMETRICA DE LAS DIMENSIONES

En el año 2005 estaba intentando averiguar cómo se construía la figura del Rombo, así que tomé papel, compás, escuadra y cartabón y me dejé llevar por la creatividad del poder dibujar libremente. Después de los primeros trazos, apareció el Rombo dentro de unas figuras regulares y para mi sorpresa, observé que las siete dimensiones que conocía del Rombo se podían generar cuando las circunferencias hechas desde los focos de una elipse seccionaban los lados del Rombo. Vi entonces que nuestra figura estaba construida siguiendo unos patrones geométricos concretos. Si el Rombo era una figura con la cual se podía estudiar el universo, estos dibujos sencillos, me estaban diciendo que las dimensiones no eran siete al azar, sino que existía una razón geométrica y matemática que estaba detrás de todo ello. Además, la aparición de las dimensiones desde un punto de vista de la realización del dibujo, eran posteriores a una geometría más sencilla y profunda, que tenía su raíz en la circunferencia, y en la elipse, formas vinculadas a   movimientos básicos que sigue la naturaleza. Parecía que la Arquitectura del Universo, precisaba de unos receptáculos hechos a medida, que seguían esquemas de equilibrio. Me pareció ver un mensaje oculto, en el que la geometría, los ángulos y las razones de los lados, expresaban en un lenguaje matemático, algunos principios que hacían necesario que existieran unos valores concretos para que todo fuera posible. A partir de ese momento, pensé que las dimensiones eran algo más que rayitas verticales que separaban los espacios inertes de las estanterías de un armario. Me parecieron mucho más lógicas, hermosas, vivas e importantes que antes.

La Arquitectura del Cosmos

La Arquitectura del Cosmos

Dentro de las informaciones de las que disponíamos acerca de las dimensiones, teníamos textos que hablaban de fenómenos que tenían lugar dentro de cada una de ellas, pero parecía que lo importante de las dimensiones, era el contenido y no el continente. La impresión que me producía ver las dimensiones de esta manera era equivalente a ser incapaz de valorar la propia arquitectura de una casa, sus formas, sus ángulos, su belleza y centrarse sólo en lo que hay dentro de las casas, que son básicamente dos cosas: Objetos y luz, o lo que es lo mismo: Materia y Energía.

ARCHIVO DEL DISEÑO DE LAS DIMENSIONES

En el dibujo que hemos visto hace unas páginas del Big Bang, en ese esquema de la historia de la creación, hemos constatado como las dimensiones, aparentemente, se iban creando en la medida en que el universo evolucionaba y pasaba por las sucesivas fases de enfriamiento y de rotura de simetrías. Visto así, el asunto parece claro y parece obvio que las dimensiones son posteriores a la creación, pero siempre hay lugar para una duda razonable, por más aparente que parezca una observación. Quizá, las dimensiones, no son posteriores al Big Bang.

La suposición se basa en la teoría de los campos morfogenéticos, que son la base biológica para que la evolución no tenga que empezar desde cero, en el momento en que desaparece un individuo o una especie. Estos campos de información persistente, posibilitan que se construyan formas de vida sobre organizaciones vitales previas que han existido y que han hecho posible la evolución de los animales, del ser humano y del cosmos. Estas informaciones, no se han perdido, se han registrado y guardado para su posterior utilización y son el sustrato y la base de la evolución.  

Estos campos de información persisten, no se pierden tras la desaparición de las criaturas, de las especies, o del mismo universo. Se guardan y pueden ser utilizados siempre para facilitar la construcción de las nuevas expresiones de vida. La estructura de las dimensiones no es nueva, no es una creación nueva, azarosa y posterior a este Big Bang, es anterior al inicio de nuestro universo. Es impensable que antes de la creación de un nuevo Big Bang, la Voluntad Creadora, no tenga un patrón establecido, una idea maestra que ha funcionado en la creación de un universo anterior y que ha de ayudar a crear un nuevo universo más elaborado. Creo que, si el esquema previo a la creación y que hace referencia a los 144 elementos, a los 144 Rayos, y al Yin-Yang, ha funcionado, el esquema agrupador de las 7 dimensiones, también lo ha hecho. Y al igual que en el pre universo, existía el diseño energético de elementos y fuerzas gracias a las vibraciones cósmicas, también existía desde un punto de vista de arquitectura virtual, el prototipo virtual del diseño futuro de las dimensiones. En definitiva, pienso en la posibilidad de que exista un esquema completo, de continente y contenido, para la creación del universo, que es anterior al Big Bang. Un diseño, basado en éxitos, rectificaciones, logros conseguidos y que se deposita de una manera imperdurable en la Fuente del Conocimiento de la Energía Pura, que suministra vida e información para servir como patrón, modelo y referencia para la creación de todos los universos que han existido, existen y existirán.

RELACIONES INTERDIMENSIONALES

La idea que debemos tener presente cuando nos referimos a dimensiones, es que estamos hablando de distintos niveles de organización de materia y energía. Este, ha de ser el concepto conductor, el hilo de Ariadna que permitirá no perdernos conceptualmente en tortuosos caminos. A partir de aquí, con esta idea integrada, hemos de comprender que esta gran diferenciación polar de la naturaleza, presenta a su vez, una subespecialización dentro de estos dos macro niveles.

El nivel material tiene tres dimensiones representadas por colores distintos (rojo, naranja y amarillo) y el nivel energético a su vez, tiene también tres dimensiones simbolizadas por otros tres colores (violeta, añil, y cyan). Estos dos grandes grupos de dimensiones se unen en el centro, donde al fundirse los colores amarillo y cyan, originan el color verde, resultando de esta fusión, una dimensión especial, que comparte aspectos materiales y energéticos y que conocemos como cuarta dimensión.

Las siete dimensiones en color

Las siete dimensiones en color

Las dimensiones superiores o energéticas acompañan siempre a las dimensiones inferiores o materiales, y cada una de ellas, está relacionada con su “dimensión paralela” y aporta el aspecto energético a la dimensión material acoplada. Si construimos un puente imaginario entre las dimensiones opuestas y paralelas, podemos ver este tipo de relación y observar algunos fenómenos curiosos:

El puente dimensional

El puente dimensional

La 1ª dimensión, la que representa la primera manifestación de los Elementos Primarios, está unida a la 7ª dimensión que es la manifestación de los Rayos de Energía Cósmica. Estas dos dimensiones, simbolizan el mismo principio: El inicio de la manifestación de lo creado. La primera manifestación material, se observa en la primera dimensión y manifestación energética se hace patente en la séptima dimensión. La similitud de las dos dimensiones es obvia: tienen simetría especular y representan el inicio de la manifestación del universo en sus dos aspectos polares.

La 2ª dimensión es el sitio donde la masa informe de los elementos primigenios, empieza a organizarse, a separarse y a crear los átomos con sus formas y con sus estructuras geométricas individuales. Esta dimensión, está unida a su dimensión paralela, en este caso, la 6ª dimensión. En esta 6ª dimensión, sucede algo parecido a lo que sucedía en la 2ª, ya que el efecto de la primera congelación, hace que el magma de los Rayos de Energía Cósmica de la séptima dimensión, se diferencien claramente en Rayos Regentes y en los Vigilantes-Ejecutores, que dan como resultado práctico, la aparición de los rayos cósmicos corpusculares y la radiación electromagnética o luz. Esta sexta dimensión, lleva en su interior, información de las primeras manifestaciones arquetípicas y matemáticas. En su aparición, la sexta dimensión interacciona con la materia que empieza a disgregarse del magma material primordial y transmite su conocimiento arquetípico y matemático en lenguaje visible de geometría atómica y molecular. Esta luz blanca, interacciona y organiza a los átomos, circulando entre ellos y haciendo patente la aparición de una manera evidente, del continuo espacio-tiempo, que de hecho, se inicia tímidamente en la primera y séptima dimensión, pero es claramente observable y manifiesto en la 2ª y 6ª dimensión , donde se da una neta diferenciación polar de lo creado, con la presencia de un espacio real y de un tiempo asociado.

La 3ª dimensión pasa por el mismo proceso de congelamiento y desde las estructuras atómicas y moleculares, se produce un descenso del nivel de agitación, lo que permite la combinación y organización de todas estas estructuras elementales para empezar a construir macroestructuras, formas de vida más complejas, masivas y elaboradas. Este proceso, conduce a la aparición progresiva de los reinos de la naturaleza. Esta 3ª dimensión, está unida a la 5ª dimensión, que ha pasado también por el mismo proceso de enfriamiento y de la luz blanca, por enlentecimiento, han aparecido ya los colores y los sonidos. Al mismo tiempo que se abre la luz, los arquetipos puros y elementales de la 6ª dimensión, también se abren y desglosan, generando ideas más concretas, arquetipos más específicos con una geometría más compleja y elaborada, que servirán como planos o modelos para la creación de estructuras físicas y psíquicas que aparecerán en la tercera dimensión. Es decir, que aquí, en esta 5ª dimensión, están las informaciones concretas y los dibujos pormenorizados para la organización psico-física de los cuerpos celestes tridimensionales y de las formas de vida macroscópicas que albergarán estas imponentes estructuras. Es ciertamente, un lugar de actividad frenética, porque estamos hablando de un sitio, de una dimensión que pone en marcha, organiza y detalla todas las estructuras del universo tridimensional.

La última dimensión que nos queda por comentar es la 4ª dimensión, que está diferenciada en dos partes: La de la izquierda y la de la derecha. La parte de la izquierda está más relacionada con todo el proceso que asciende desde la evolución material, y aquí, en esta parte de la 4ª dimensión, se consigue que todos los cuerpos, ganen más libertad de movimiento y se descompongan a través del espacio. La parte derecha de esta cuarta dimensión, está más vinculada a la parte derecha del Rombo, que es donde se da la evolución energética, desde donde van apareciendo progresivamente los Rayos, la luz blanca, los colores, los sonidos y desde donde se da la proyección de todas estas vibraciones a todos los cuerpos densos. La parte izquierda descompone a los cuerpos en su parte más pequeña e íntima y la parte derecha hace que todas las vibraciones energéticas, se proyecten, lleguen y se incorporen a las partes más íntimas de todos los puntos de los cuerpos densos que se encuentran descompuestos en el espacio. En esta dimensión, se da una fusión completa de materia y energía.

Todas estas fusiones de las dimensiones paralelas son inseparables, ya que estas parejas dimensionales, están acopladas y  forman un bloque compacto. Están pegadas las unas con las otras, totalmente inter penetradas y unidas de una forma indisoluble. Son parejas estables e inseparables, ya que están unidas por atracción polar en cada uno de sus puntos constituyentes. Cada una de ellas es una cara de la moneda, y al igual que en una moneda, no se pueden separarlas las dos caras, sucede lo mismo con las dimensiones paralelas. Una dimensión representa la cara de la moneda, y su estructura es material, y la otra dimensión es la cruz o cara energética.

Con un poco de imaginación, podemos visualizar como las dimensiones superiores y más sutiles, entran dentro de sus homólogas materiales hasta su estructura más íntima. No se quedan solo en la piel. No hay rincón oculto que quede sin estimular. Se difunden por cada uno de los poros atómicos y detienen su camino cuando hacen contacto con la zona simétrica más profunda, donde se produce la fusión íntima. En este sencillo esquema, podemos imaginar como cada una de las dimensiones superiores, abraza por dentro y por fuera a la dimensión material paralela.

La fusión de las dimensiones

La fusión de las dimensiones

Podemos imaginarnos que al igual que una mano se abraza con otra, dos dimensiones paralelas, se acoplan, y lo propio sucede con cada una de las dimensiones y su pareja asociada, haciendo que al final de toda esta fusión, el resultado sea una amalgama de dimensiones pegadas. De este amasijo de dimensiones, no se pueden separar realmente sus constituyentes. Se pueden desenganchar y estudiar por separado desde la teoría, con la finalidad de   facilitar la comprensión del fenómeno, pero es solo un juego intelectual.

El abrazo de todas las dimensiones

El abrazo de todas las dimensiones

A veces, estas cuestiones tan teóricas, cuesta entenderlas y llevarlas a la práctica, pero con la observación del día a día, es más fácil entender esta inseparabilidad. Imaginemos, por un instante, que quisiéramos separar en sus componentes, el estado inicial del Big Bang. Para ello, tenemos que desplazarnos al mundo inicial de la 1ª y 7ª dimensión. Tendríamos que separar a toda la materia del universo que existía en el estado inicial, de la fuerza que estaba unida a ella. Eso es muy difícil de imaginar. Tan difícil como intentar separar la materia y la energía que se desprenden cuando colisionan dos cuerpos o cuando se da una colisión múltiple en el billar. Toda la energía que está dentro y fuera de los cuerpos, tiene a su vez materia. Y toda la materia, dentro y fuera de los cuerpos, tiene energía. Podemos separar materia y energía intelectualmente, pero físicamente, es otra cosa.

Si por ejemplo, nos adentramos un poco más en un mundo más conocido y entramos en el reino de los átomos y moléculas, y queremos separar la 6ª dimensión de la 2ª dimensión, nos encontraremos con una gran dificultad. En este punto, intentar una separación es como decirle a un cristal de sal que haga desaparecer su forma geométrica, microscópica o macroscópica y se vuelva una molécula de sal sin forma.

O pedirle al agua que olvide su estructura geométrica que tiene en el estado líquido o que renuncie a sus formas de cristalización en estado sólido.

Si en nuestro viaje imposible, quisiéramos seguir con la obsesión de las separaciones, le tendríamos que pedir a la 3ª dimensión que se separase de la 5ª dimensión y que la flor renunciase a su color y también, le podríamos pedir al volcán que renunciase a su sonido y de paso, y a un perro que olvidase su ladrido.

Otra separación imposible

Otra separación imposible

Si quisiéramos ir todavía más allá y quisiéramos escindir y separar a la misma 4ª dimensión, nos encontraríamos con un problema muy grande. Porque, por un lado, la cuarta dimensión tiene la parte izquierda relacionada con la vibración y la descomposición de los cuerpos, y la parte derecha, vinculada a la proyección de las vibraciones sobre los cuerpos. En una bola de cristal, la parte izquierda de la 4ª dimensión, la que es de naturaleza más centrífuga, enviaría toda la información que hay en el interior de la bola a todo el exterior. Esto es lo que hace por ejemplo que podamos ver una bombilla desde cualquier punto del espacio. La parte derecha de la 4ª dimensión es de naturaleza más proyectiva, es decir, es lo que permite que lo que existe fuera de la bola, se proyecte hacia el interior, y hace posible por ejemplo poder verse reflejado en una bola. Las dos funciones, la expansiva y la proyectiva, son inseparables, ya que, aunque distintas y opuestas, forman parte de la misma unidad indivisible.

Podemos poner otro ejemplo. Aunque sabemos que somos seres tridimensionales, percibimos todas las sensaciones afectivas, intelectuales y espirituales gracias a que participamos de la cuarta dimensión. Por otro lado, al igual que nuestro cuerpo físico se sutiliza y entra dentro de la cuarta dimensión con una estructura etérica, pienso que es muy posible que los sonidos, se puedan materializar un poco más y entrar con delicado paso en la cuarta dimensión, fusionándose con nuestro cuerpo y psiquismo, originando la palabra, que es la expresión sonora, expansiva e irradiante de nuestras funciones superiores. La palabra humana, cargada de sentimiento y pensamiento, puede atravesar todas las fronteras y penetrar hasta el más íntimo rincón. Por otro lado, la misma palabra, emitida por otra persona y oída por nosotros, es la fuerza proyectiva que profundiza hasta la última célula de nuestro ser y nos transmite la fuerza del sentimiento, emoción o razón del que habla. No podemos, al igual que en el anterior caso, separar la palabra dicha de la palabra oída. Forman el mismo conjunto indivisible.

Es difícil intentar separar unas dimensiones de las otras, ya que están unidas, fusionadas y entrelazadas. Son muchas estructuras juntas y cuesta visualizar todo este amasijo de formas y diseños, porque hay muchos objetos unos dentro de otros. Así, dentro de la primera dimensión, está la séptima dimensión. Dentro de la segunda, está la sexta, y dentro de la tercera, la quinta. Y dentro de la parte material de la cuarta, está la parte etérica de la cuarta. La situación se vuelve mucho más compleja cuando recordamos el fenómeno holográfico, que permite lo que llamamos Rombo de Rombos por lo que el número de fusiones se multiplica. Por si fuera poco, existe además otro factor del que no hemos hablado aún, que viene a enredar más las relaciones, y es el que hace referencia a los circuitos de generación, estímulo y frenado que existen entre las dimensiones. Al final de todo esto, obtenemos una maraña de dimensiones, subdimensiones, circuitos y planos de conciencia que hacen de todo este conglomerado, una unidad, que, aunque pueda ser estudiada separadamente para su mejor comprensión teórica, forma de hecho un bloque compacto e indivisible.

INTERACCION CONTINENTE- CONTENIDO DIMENSIONAL

Cuando queremos tener una casa agradable, la llenamos de objetos y de luz conforme a nuestro gusto y criterio, pero al principio, lo que miramos al ir a vivir a una casa nueva es su estructura general, su forma y lo que llamamos “las posibilidades” que otorga. Hay casas que tienen unas formas que parecen incapaces de albergar de una manera armónica una decoración y una luz confortable. Son casas difíciles y el problema parece que reside más en el continente que en el contenido. Pero también hay casas que, teniendo una estructura exterior correcta, por dentro tienen un desorden tal que son un caos terrible y dan la sensación de que todo el espacio está distorsionado.

Analizando muy sencillamente esta observación, podemos pensar que en el sitio en que vivimos, pueden existir básicamente dos tipos de variables a considerar: Las relativas al continente y las del contenido. Ambas posibilidades pueden causar acciones por sí mismas e influir sobre la otra variable.

Ambos factores pueden influenciarse, de tal manera que la forma de la casa, su geometría y sus ángulos, pueden interaccionar con los objetos y la luz presentes en el interior. Y a su vez, los mismos objetos de la decoración, su iluminación y colocación estratégica, pueden ensalzar o disminuir las formas geométricas del habitáculo. Parece que ambas manifestaciones, el continente y el contenido pueden interactuar y provocar cambios positivos o negativos en la vivienda y en sus habitantes. Y si en las casas, sucede este fenómeno, es posible que también esta misma interacción entre continente y contenido, ocurra en otros sitios, en otros lugares donde exista esta posibilidad de interacción entre interior y exterior, por ejemplo, en el cosmos, entre la estructura de las dimensiones y lo que contienen en su interior.

Si fuera así, podríamos pensar que el universo, necesita dimensiones bien estructuradas y armónicas para el buen funcionamiento de la Materia y la Energía que hay en su interior.

Podríamos contemplar la posibilidad de que una dimensión trenzada, distorsionada o irregular, ejerciera un efecto de origen estructural sobre sus elementos interiores. De la misma manera, sería posible pensar   que una energía o una materia disarmónica, pudiera distorsionar a toda la dimensión y por tanto a todo el Rombo.

Como que la mayoría de los procesos en la naturaleza tienen dos sentidos, se puede reforzar la idea de que es muy posible que si la energía y la materia, pueden distorsionar a una dimensión, una dimensión por sí misma, por su naturaleza y estructura, pueda ejercer un efecto distorsionante sobre sus componentes. Lo difícil es saber en qué consiste una dimensión mal estructurada o distorsionada. Estamos hablando del continente, así que no puede ser su color, sus frecuencias, ni su material, sino algo relativo a su tamaño, a su forma, a su volumen, a su compresión, a la falta de continuidad de las fronteras con otras dimensiones, a la interrupción de los circuitos de comunicación, a la pérdida de relación con las demás dimensiones o a cualquier proceso que afecte de forma general a las propiedades globales del continente.

Bien, podría ser, pero la primera cuestión que se nos aparece es saber si puede existir la dimensión solo como continente, y si es así, deberíamos comprender cuál es su naturaleza. Una cosa sí que sabemos, y es que, al menos bidimensionalmente, las dimensiones son construcciones geométricas muy complejas, que contienen espacio vacío, en las que al menos teóricamente, podríamos decir que no existe materia o energía asociadas. Son pura geometría y forman lo que suponemos es la arquitectura pura del universo.

Lo que se ha de valorar es si una forma geométrica por si sola, es capaz de causar acciones en lo que se encuentra en su interior. El mismo Rombo nos da un posible ejemplo si observamos la relación que existe entre la 6ª dimensión (geometría) y la 2ª dimensión (materia). Aquí, el Rombo nos dice que una geometría, es capaz de ordenar y afectar lo que está dentro y puede incidir y organizar el contenido presentándolo de una forma u otra. Si aceptamos que una forma geométrica puede organizar a la materia, es más que probable que la propia forma de una dimensión, pueda organizar y transformar a lo que existe en su interior.

LAS ONDAS DE FORMA DE LAS DIMENSIONES

Todos tenemos tendencia a caer en viejos engramas de pensamiento y en aceptar conceptos muy básicos y asumidos como ciertos, cuando quizá no lo son. Al hablar de la tercera dimensión del universo, quizás a algunos les vengan a la cabeza, estos dos dibujos tan elementales: Por un lado, los tres ejes vectoriales del espacio y por otro lado, la representación de la tercera dimensión en el Rombo, con su forma característica.

Pero la forma del universo tridimensional es muy distinta a la que hemos dibujado en el Rombo. Nadie la conoce en este momento, pero sus posibilidades de representación en el imaginario físico son muy variadas y distintas.

Imaginemos que la tercera dimensión tiene una forma determinada, la que queramos. Para lo que nos interesa, la forma precisa y exacta, no es necesaria en sí misma, es un ejemplo teórico, así que podemos adoptar cualquiera. Si esa forma, (sea la que fuere), recibe radiaciones desde dentro, produce al impactar con su estructura externa, un doble efecto. Por un lado, las ondas se pueden reflejar hacia el interior de nuevo según la curvatura o características de la forma y además, estas ondas, pueden superar la estructura externa y seguir un trayecto más allá, aportando la información inicial del interior pero modificada por la misma estructura. En ambos casos, la onda que vuelve rebotada o la onda que traspasa la forma, hace que la vibración original cambie, sufra alguna variación y al mismo tiempo, informe de la geometría que encuentra en su camino y, por tanto, de las leyes geométricas, y matemáticas presentes en su construcción.

Un ejemplo bien conocido de esto que hemos comentado es el mecanismo empleado por los barcos para poder conocer la forma del suelo marino.

La onda original, puede atravesar el objeto que se encuentra a su paso, y atravesar el fondo marino o puede ser reflejada, después de interaccionar con  el suelo y generar una vibración que en cierto modo es la réplica de la forma encontrada y lleva consigo información estructural traducida en informaciones vibratorias.

Con esto, quiero decir que las formas geométricas, producen dos tipos de ondas de choque: por un lado, toda forma irradia hacia el interior y al mismo tiempo, también lo hace hacia al exterior. Es decir que, si colocamos una forma en un sitio cualquiera, en una superficie suspendida en el vacío, en su interior, se va a producir una vibración compleja, resultado del “eco” de la energía inicial ambiental presente en el interior de la forma, más la vibración aportada por el rebote de esta energía en la forma, debida a sus paredes, ángulos y aristas.

Tal vez, esto, hizo ver a Malcom Rae que unos dibujos con unas formas determinadas podían crear en su centro, una vibración que se podía transmitir a un recipiente de agua y crear así una frecuencia vibratoria compatible con algún medicamento homeopático, que como sabemos, no llevan carga material, sino sólo energética. De esta manera, diseñó unas formas geométricas que generaban una frecuencia homeopática. En este ejemplo, la onda de forma es compatible con el medicamento homeopático calcárea carbónica o con un compuesto químico material como el paratión.

Malcom Rae y sus tarjetas productoras de ondas de forma

Malcom Rae y sus tarjetas productoras de ondas de forma

Hemos comentado que una forma geométrica, puede recibir una radiación desde su interior y transformarla gracias a sus ángulos y aristas e impulsarla hacia afuera, ligeramente cambiada y convertida en una emisión distinta de la que había anteriormente en el centro. Si bien Malcom Rae diseño estos dibujos para elaborar medicamentos aprovechando el rebote de las ondas de forma hacia el interior, otro investigador, Francisco Ríos Álvarez, terapeuta colombiano, creador de una técnica llamada inicialmente los filtros y muy posteriormente, conocida como balance polar electromagnético, utilizó este mismo principio para aprovechar las ondas de forma de unos dibujos para actuar sobre las radiaciones nocivas de las casas, como geopatías, ondas nocivas y campos electromagnéticos, produciendo una corrección de la radiación original.

Las tarjetas de radiónica que se utilizan para la corrección de casas, basan su mecanismo de acción en la onda de forma lanzada al interior por la tarjeta para transformar la radiación original, la cual sale de la misma figura ya convertida en una nueva radiación. El sistema de corrección a través de las tarjetas de radiónica y de otros dibujos muy distintos pero que utilizan también formas geométricas y colores para producir ondas de forma compensatorias, transforman las radiaciones que están inicialmente en el interior de la forma y las hacen salir con una frecuencia distinta, provocando de esta manera modificaciones energéticas que transforman la frecuencia vibratoria de la casa, favoreciendo la salud de los habitantes de la vivienda.

A partir de este principio básico, se han desarrollado multitud de objetos bidimensionales o tridimensionales, cuya finalidad es transformar una vibración inicial en otra a través del efecto resonante que genera la interacción de esa vibración con una onda de forma determinada.

Este mecanismo de interacción entre una vibración inicial interior y la onda de forma específica que crea un objeto y que regresa por rebote al interior o por transparencia al exterior, es el responsable de los cambios que se producen. Estas misteriosas ondas de forma existen, pero no se ven, como tampoco se pueden ver las ondas del sonido, ni las ondas de las radiaciones electromagnéticas, pero existen y están ahí.

La forma geométrica de una dimensión, con sus ondas de forma, es capaz de interactuar con las frecuencias que le llegan desde el interior y transformarlas hacia adentro y lanzarlas modificadas hacia fuera. Del mismo modo, las radiaciones que le llegan desde fuera entran modificadas y provocan cambios en el interior de la dimensión. Lo trascendente es que exista la posibilidad de que la forma geométrica de un objeto pueda interactuar con el medio interior y el exterior. De esta manera, y desde este punto de vista, la macro forma estructural de una dimensión puede ser considerada como un elemento interactivo y capaz de generar acciones definidas sobre el interior y el exterior.

LAS IDEAS Y LAS FORMAS EN LAS DIMENSIONES

El Rombo, aporta a veces, datos que parecen sueltos, sin demasiada relación con otros conocimientos, pero con un poco de observación, se desvanece esa sombra, y aparecen las interconexiones que parecían estar escondidas. En concreto, me gustaría recordar y analizar lo que sucede unos instantes después del inicio del tiempo, del inicio de la primera y séptima dimensión, cuando la manifestación llega a concretarse y aparece al unísono, la segunda y la sexta dimensión.

Miremos la sexta dimensión: Sabemos que aquí, están todas las matemáticas, con sus formas geométricas, y sus números. Y, por otro lado, totalmente relacionado con esta dimensión, rigiendo aquí, está el 2º Rayo, que es el Rayo del color, del movimiento, y de la forma pura del arquetipo. Arquetipo es una palabra de origen griego que significa “modelo original” o “patrón inicial o ejemplar” sobre el cual, otros objetos, ideas o conceptos se crean y derivan.

Si unimos lo que hay en esta dimensión, tenemos que fusionar dos conceptos que a priori, parecen muy lejanos: Por un lado, tenemos las matemáticas (geometría y aritmética) y, por otro lado, están los arquetipos, que son los patrones de ideas y conceptos. Parece que estemos diciendo que las matemáticas y las ideas están unidas, que están vinculadas o que son lo mismo. En lenguaje más comprensible: Las formas geométricas representan ideas y las ideas, tienen forma geométrica.

¿Estamos hablando de un concepto nuevo que aporta el Rombo o quizás, solamente estamos renovando y actualizando algún concepto clásico? Quizá tengamos que retroceder unos siglos, ir a la Grecia clásica y ver que se decía en la Academia acerca de las ideas y las formas

LAS IDEAS Y LAS FORMAS EN EL MUNDO CLASICO

Cuando hablamos de la relación de ideas y formas, parece que estemos hablando de unos conceptos nuevos del conocimiento humano, pero si nos remontamos al origen de nuestra cultura y estudiamos a los griegos, nos sorprenderemos de ver como Platón hablaba ya de estas relaciones y de lo que entendemos nosotros como sexta dimensión.

Decía Platón que el estudio de las verdades originales, de los arquetipos, correspondía a la filosofía (amor por la sabiduría), y que esta ciencia, la filosofía, era el estudio de una amplia variedad de cuestiones, como la existencia, la verdad, la belleza, la moral, la mente y el lenguaje. Y que según decía, era imposible estudiar Filosofía sin el conocimiento previo de las matemáticas. Por esto hizo colocar, en la entrada de la Academia, su célebre y significativa frase: “No entres aquí si no eres geómetra”.

Platón, unía Arquetipos y Matemáticas (compuesta de Geometría y Aritmética) para formar parte de un todo. Hoy en día, puede parecernos extraño todo esto, ya que, desde nuestra manera de pensar, la filosofía, que se encarga del estudio de los arquetipos, está unida al pensamiento, a las palabras, y a la escritura y no tiene nada que ver con las matemáticas. Es decir que aparentemente, para expresar un pensamiento, no necesitamos de la geometría y de la aritmética. Pero eso, realmente no es así, y aunque nos sorprenda, lo realizamos cada día sin querer. Al hablar, al pensar y al escribir, utilizamos matemáticas para expresar arquetipos. No nos damos cuenta, pero constantemente explicamos los arquetipos geométricamente. Hacemos lo mismo que hace la Naturaleza, pero a nuestro modo, con la propia e inventada geometría que reside en la forma de las letras. La filosofía universal, no se escribe con la geometría con la que dibujamos nuestras palabras, no utiliza la geometría de la escritura cuneiforme ni la hebraica, ni la árabe, ni cualquier otra, creada por el ser humano, sino que se manifiesta con la geometría natural con la que se expresa el cosmos.

La escritura universal

La escritura universal

El lenguaje en el que escribe espontáneamente la naturaleza es la geometría natural, realizada con las figuras geométricas que constituyen sus letras. Nosotros, lamentablemente no las conocemos aún. No disponemos de un sistema para interpretar su código. Nos sucedió lo mismo cuando queríamos interpretar la escritura egipcia, con sus símbolos, sus jeroglíficos y su particular geometría y no sabíamos por dónde empezar. La suerte es que apareció una piedra, la famosa piedra Rosseta, que es un fragmento de una antigua estela egipcia en la que hay un escrito publicado en tres escrituras distintas: Jeroglífica egipcia, demótica y griego.

Al presentar el mismo contenido en las tres inscripciones, esta piedra facilitó la clave para el entendimiento de los jeroglíficos egipcios. Sería fantástico que pronto apareciera una Nueva Piedra Rosseta, en el siglo XXI con un texto escrito en figuras geométricas bidimensionales y con la traducción en alguna lengua latina. De esa manera, entenderíamos por fin y de una vez por todas, el lenguaje de la escritura geométrica utilizada por el universo, compuesto de ángulos, medidas y razones, como si fueran letras de abecedario, pero, de momento, lamentablemente, esa piedra, aún no ha sido descubierta y no disponemos del moderno descodificador de lenguaje.

Volviendo a nuestro amigo Platón, decíamos que nuestro filósofo, quería unir Arquetipos y Matemáticas para formar un todo ya que estas dos manifestaciones, estaban unidas. Se que intentar representar con un ejemplo, sencillo lo que quiero decir, tendrá un resultado muy tosco y elemental, pero, en cualquier caso, lo haré para poder ofrecer un idea más clara de lo que quiero decir. Imaginemos a un círculo. Lo podemos dibujar fácilmente desde un punto de vista geométrico. También lo podemos analizar matemáticamente y encontrarle una fórmula que nos hable del espacio que hay en su interior, y al mismo tiempo, le podemos buscar un significado arquetípico asociado, ya que el círculo, al no tener principio ni fin, es un símbolo de lo eterno, de lo absoluto y de la Divinidad.

Arquetipo y matemáticas (geometría y aritmética)

Arquetipo y matemáticas (geometría y aritmética)

Es desde este concepto tan elemental a partir del cual, se pueden unir los arquetipos puros y las matemáticas, para ofrecer un sistema compactado de información. La matemática, es una ciencia que desglosa y estudia las propiedades de lo abstracto con el apoyo de la geometría y la aritmética. En el siguiente ejemplo dibujo, tenemos otro ejemplo de lo que acabamos de decir. Se trata de una empresa que, debido a la crisis comercial, se dedica desde hace casi tres años a la exportación al extranjero de su producto. El gerente está contento. El arquetipo empresarial es de mejora y evolución progresiva. La forma geométrica empresarial es el tipo de curva que observamos y la aritmética del arquetipo es la fórmula que aparece debajo de la curva.

Millones de euros de exportación en tres años

Millones de euros de exportación en tres años

Platón veía en las matemáticas a la ciencia que facilitaba la comprensión de la realidad física y espiritual y por ello, le otorgaba carácter divino. Es por todo esto, que pensamos que Platón, a su manera, utilizando la terminología y los conceptos de la época, hablaba de la relación de los componentes de nuestra sexta dimensión, como matemáticas, números, y formas puras de arquetipos. Ideas y geometría estuvieron unidas en el pasado y van unidas en el presente, ya que, en la concepción moderna de la fisiología del cerebro, decimos que los dos hemisferios cerebrales tan diferenciados, ya que uno funciona con números y el otro con ideas, pueden comunicarse funcionalmente y ser capaces de unirse en un todo, y ser capaces de interpretar el significado filosófico de una curva o simbolizar en una figura plana una condensación de arquetipos.

Platón, aparte de comprender a la sexta dimensión, también se fijó en la segunda dimensión, donde estaban los cuerpos con medidas y formas concretas, que habitaban en el mundo de las cosas sensibles. Para poder explicar la relación que existe entre la sexta dimensión y la segunda, desarrolló su teoría más conocida, que es la teoría de las Ideas y las Formas.

Segunda y Sexta dimensión

Segunda y Sexta dimensión

Si la estudiamos con los ojos del Rombo, veremos que está hablando de la sexta y segunda dimensión, pero con un lenguaje distinto. En esta teoría, sostiene que el mundo de las formas que perciben las personas sentadas en la oscuridad de la caverna es imperfecto y deficiente y solo es el reflejo de otro mundo perfecto, que es el de las ideas, de carácter muy superior. El mundo percibido por los sentidos es falso y una pálida copia de la realidad. Esta teoría mantiene que hay una división neta entre el mundo oscuro de las cosas visibles, materiales y el otro, el mundo más puro y real, que no se puede percibir sensorialmente, donde habitan las ideas, la luz y la realidad última.

La caverna de Platón

La caverna de Platón

Las ideas son el original, el diseño primordial, los modelos a partir de los cuales se crean las cosas físicas, las perceptibles, y las que vemos, pero que, en realidad, no son más que copias descoloridas de las primeras. En el mundo material, nos encontramos las imágenes de los objetos, pero no son de un conocimiento certero y seguro.

Superando este mundo material, nos encontramos con el mundo de las ideas, que es el mundo de la verdadera realidad. El hombre, para salir de su ignorancia y ceguera, ha de salir de la oscuridad de su caverna y penetrar en el origen de las cosas. Según Platón, las ciencias matemáticas que habitan en el mundo de las ideas preparan a nuestra mente y son el instrumento que permite al verdadero filósofo romper las cadenas que le tienen aprisionado en la oscuridad del mundo sensorial de la caverna e ir alcanzando la contemplación de la verdadera realidad del mundo de las ideas, las cuales son el objeto para el conocimiento de la de la ciencia suprema: la dialéctica. La dialéctica es el discurso en el que se contrapone una determinada concepción y la presencia de los problemas y contradicciones. De esta confrontación surge la resolución. Gracias a la dialéctica, sustentada en la argumentación y la lógica, se alcanza la comprensión del principio incondicionado o Absoluto.

Según nuestra manera de entender las dimensiones, el Absoluto, empieza a manifestarse más allá de la segunda y sexta dimensión, ya en el terreno de la primera y séptima dimensión. Allí, en estos dos sitios, y al mismo tiempo, es donde el Absoluto, da su primer paso fuera del vacío cósmico y origina la manifestación de las dos polaridades fundamentales del universo. El Absoluto está más allá de la luz, de los arquetipos y de las matemáticas. Estamos con Platón. Lo entendemos. Sabemos lo que quiere decir.

LAS IDEAS Y LAS FORMAS EN EL MUNDO MODERNO                

Vemos que cada polígono forma unas líneas que se cruzan, formando ángulos. Cada patrón de forma y cada diseño geométrico, es único, y toda forma está, como hemos dicho, asociada a un arquetipo o patrón primordial. Cada ángulo, cada línea y cada curva, crea una idea, un campo de información que puede interaccionar con otros campos de información o ideas existentes a su alrededor, y esa interacción, tiene un efecto sobre lo que existe en su cercanía.

Si recordamos a las teorías de Sheldrake y a sus campos morfogenéticos de Información, recordaremos que cada ser vivo, con su forma tridimensional específica, ya sea mineral, vegetal o animal, posee unos campos de información vital asociados que, como tales, pueden interaccionar con otros campos de información.

Si damos por hecho que las formas geométricas son portadoras de ideas y de información, hemos de pensar que sus ondas de forma, con forma geométrica, pueden interactuar con los campos geométricos de información de Sheldrake, ya que naturalmente, están soportados también por una compleja geometría estructural, pudiendo producir una resonancia entre las dos estructuras y dando, por ejemplo, la posibilidad de que una forma geométrica, sea capaz de incidir en los campos morfogenéticos, que son el sustento de la información.

Hemos de entender que no todas las formas resuenan con todas la ideas. Sucede lo mismo que la resonancia que se da entre un diapasón y una nota musical. Es decir que hay formas geométricas que resuenan con ideas, con información presente en los campos morfogenéticos vinculados a determinadas formas de biología y en cambio, otras formas geométricas, no resuenan con los campos, no interactúan o lo hacen tímidamente.

De todo esto, se desprende que cada forma, emite cierta radiación y genera un campo de información que puede interactuar con campos de información mórficos, modificando el comportamiento biológico y evolutivo. Suena un poco raro, pero si lo meditamos un instante, podemos ver y entender que la geometría y sus ideas arquetípicas asociadas, son uno de los motores del cambio evolutivo.

Llegados a este punto de la importancia de la forma, tengo que parar, volver al tema que nos ocupa y pensar de nuevo en la forma de las dimensiones. No sabemos qué forma tienen las dimensiones, y mucho menos, las dimensiones que parecen asociadas a las tres que ya conocemos. Se ha hablado mucho de su estructura, de su extraña forma, de su enrollamiento, de su trenzado y de su compleja geometría, pero no sabemos cómo se unen las unas a las otras, y de qué manera interactúan las dimensiones conocidas y las accesorias.

El Rombo, aparte de la geometría exterior que conocemos, tiene como sabemos, su intrincada geometría interior que genera múltiples ondas de forma que salen proyectadas hacia el interior y el exterior, pudiendo causar un efecto de remodelación importante de todas las informaciones vibratorias que le llegan, desde dentro o desde fuera.

Y aparte de considerar al Rombo como una totalidad, lo podemos estudiar desde cada una de sus partes constituyentes, desde las mismas dimensiones que lo conforman. Cada dimensión, tiene su propia geometría, que ha de producir un efecto muy visible con cualquier frecuencia que interaccione con ella. El efecto que producirá la geometría laxa de la séptima dimensión sobre una frecuencia que ingrese allí, es totalmente diferente al efecto compresivo que conseguirá la primera dimensión sobre esa misma frecuencia. Los resultados del ingreso de una misma frecuencia en una dimensión u otra, en este caso, la primera o séptima dimensión, producirán unos efectos tan distintos, que pensaremos que no puede ser cierto que una misma frecuencia, produzca dos materializaciones tan distintas, con dos aspectos tan aparentemente opuestos.

El mago crea dos especies distintas a partir de los mismos hilos mágicos

El mago crea dos especies distintas a partir de los mismos hilos mágicos

Cuesta imaginar que una misma frecuencia, pueda convertirse en algo tan distinto al interaccionar con una geometría u otra. Todo esto, puede parecer ahora muy alejado de cualquier cuestión creíble, pero luego, cuando hablemos del Yin-Yang y de cómo las distintas dimensiones, pueden hacer variar la manera en que se comportan estas frecuencias primordiales, quizás veamos las cosas de otro modo. Quizá, podamos entonces comprender un poco más a los ciclos de creación, en los que predomina un elemento u otro en la creación de elementos primarios o energía. Estos ciclos alternos de creación hacen que Yin y Yang puedan crear indistintamente materia o fuerzas. Es magia sin truco.

LA ENERGIA YIN-YANG Y LAS DIMENSIONES

Sabemos que existía un estado previo a la creación en el que había distintas frecuencias vibratorias, unas más materiales y otras más sutiles, perfectamente   separadas en dos líneas, en dos polos. Estaban allí, manifestando sin manifestar, hasta que apareció el Rayo Creador que las impulsó las unas hacia las otras. En la física actual, no se menciona a la polaridad inicial anterior al Big Bang ni al Rayo Creador, a esta energía sin polaridad, que emana del Absoluto y que permite que las dos frecuencias se unan y empiecen a crear.   Estas, son una de las diferencias manifiestas entre ambos conocimientos, ya que la física, no comenta nada respecto a las cuestiones previas al Big Bang, ni conoce la Energía de Rayo, aunque la sospecha. Pero compartimos con la ciencia actual la idea de que hay unas vibraciones primeras que, de una manera u otra, son el origen de todo lo creado.

Las energías vibrantes y la génesis del Big-Bang

Las energías vibrantes y la génesis del Big-Bang

Sabemos que Yin-Yang, vibraciones de energía de distinta frecuencia, están presentes antes de la creación, que se hacen patentes con ella, y crean todas las manifestaciones de materia o de fuerza. Este punto es una de las claves dentro del Rombo, y a menudo, no sé exactamente porque motivo, al pensar en Yin-Yang, sólo pensamos en la génesis de los elementos primarios, y cuesta más reconocer que estas mismas energías vibrantes Yin-Yang, son también las creadoras de todas las fuerzas de la Naturaleza .

Creación de Materia y Fuerzas a partir de Yin-Yang

Creación de Materia y Fuerzas a partir de Yin-Yang

Sabemos que los constituyentes de las dimensiones, y lo que las conforma, son la materia y la energía.   Todos, tenemos integrado que Yin-Yang son el origen de la materia, pero parece que nos cuesta recordar que la electricidad es la expresión más densa de una Súper Energía que es la energía Yin-Yang y que es la que origina a todas las demás fuerzas a través del proceso de congelación progresiva que tiene lugar posteriormente al momento de la creación. Según esta idea, toda la materia elemental (Quarks, leptones, neutrinos), con sus posteriores aglomeraciones (átomos y universo) y la energía conocida, con sus partículas transmisoras de fuerzas (fotones, gluones, bosones, gravitones), están originadas por estas energías vibrantes, a las que llamamos Yin-Yang o Patim-Patam.

Antes de entrar un poco más a fondo en esta cuestión, y para no producir un quebradero de cabeza inicial, iremos por partes, y repasaremos unos conceptos en los que recordaremos como los constituyentes de las dimensiones (Materia y Energía), se generan gracias a Yin-Yang. Repasaremos unas citas de las Escrituras para introducirnos en el tema y recordar lo que ya sabemos. Respecto al origen de la materia y de los elementos, partimos de estos textos:

"Aquellas vibraciones infinitas y todas de una frecuencia diferente, se diferenciaban perfectamente en dos polos, estaban allí y no creaban, condensadas, expandidas, manifestando sin manifestar" "Aquellas vibraciones que hasta entonces no habían creado formas, se sintieron impulsadas a combinarse” “Estos elementos puros que el hombre ha ido encontrando y que constituyen el soporte de la materia, no son sino la materialización de estas vibraciones”

Y respecto al origen de la energía, reproduciremos otro texto:

“La energía eléctrica, en todas sus manifestaciones, polaridades, campos magnéticos, frecuencias e intensidades de onda es la expresión más grosera, de una energía en la que, en el otro extremo, es siete veces su potencia. Es la energía que hemos llamado dentro del esquema del Rombo como Yin-Yang”. "Las otras energías que conocemos como la magnética, gravitacional, etc.… son también esta Súper Energía, pero en dimensiones más degradadas".

Yin-Yang, originan todas las formas de materia y fuerzas

Yin-Yang, originan todas las formas de materia y fuerzas

Este es el esquema básico de la teoría romboidal. Simplifica la física, lo cual es el deseo de todos los físicos, que intentan llegar a una situación de máxima simplicidad, orden, equilibrio, simetría y mínima entropía para explicar el inicio de la creación. El Rombo, aporta la idea de la composición de la Nada, con su simple reducción a dos grupos de fuerzas polares primigenias, la necesaria aparición de una tercera fuerza capaz de unirlas y poner en marcha la fusión inicial, permitiendo la explosión inicial, la salida del vacío, la manifestación de la vida y la expansión del Universo. De una manera muy elemental y pidiendo excusas de antemano, porque es muy posible que haya algunas incorrecciones, voy a intentar fusionar los dos conceptos del origen de la materia y la energía en una sola imagen, para intentar ver al mismo tiempo, lo que sucede en los dos lados de la creación, el de la materia y el de la energía. Lo hago sólo con la intención de poder intuir y ver a grandes trazos como podría suceder todo esto y hacerlo compatible con la visión que nos ofrece el Rombo. Pido disculpas por el atrevimiento, se trata sólo de un esquema teórico y muy elemental.

Evolución de la materia y la energía

Evolución de la materia y la energía

En este esquema vemos como Yin-Yang crean al mismo tiempo materia y fuerzas, siguiendo el mismo proceso de congelamiento que hace posible al mismo tiempo la evolución desde la materia o desde la energía. El gráfico es aproximado e intenta dar a entender la idea de cómo van apareciendo materia, energía y dimensiones al mismo tiempo, pero contiene un dato que debe ser explicado porque puede conducir al error. La energía Yin-Yang no está presente al mismo tiempo en el inicio de la materia y en el inicio de la energía. Es decir que esta Súper energía bipolar no tiene el don de la ubicuidad.

Representación clásica del esquema Yin-Yang

Representación clásica del esquema Yin-Yang

Quiero decir que, si un polo crea materia, el otro crea energía. La creación es alterna, no es simultánea. Sabemos que el proceso de creación es cíclico y que si en un ciclo determinado, Yin crea materia, en el otro lado del Rombo, Yang crea energía y en el siguiente ciclo, se invierten las funciones y Yang creará materia y Yin creará energía en el lado opuesto. Este hecho, tan sorprendente y que ha causado y causa muchos malentendidos y errores, lo conocemos bien y lo representamos con el dibujo clásico de los ciclos en el Rombo, en el cual, observamos como se da la alternancia Yin-Yang en la creación de materia y energía. Observaremos como la producción de Elementos primarios (1ª dimensión) o Energía (7ª dimensión) se puede dar con la presencia de las dos polaridades.

Alternancia Yin-Yang en la creación de materia y energía

Alternancia Yin-Yang en la creación de materia y energía

Que estas vibraciones primigenias, sean capaces de crear materia y fuerzas indistintamente, es un tema muy interesante y que, en cierta manera, la física teórica actual, también comparte bajo el contexto de la teoría de cuerdas. Esta capacidad creativa, es uno de los misterios más sorprendentes de la naturaleza, y según parece, esta versatilidad y mutabilidad creativa, está relacionada precisamente con la interacción de estas energías vibratorias con las dimensiones con las que se encuentran e interaccionan en el momento de su manifestación en el espacio-tiempo.

Podemos recordar que cuando hablamos de las dimensiones y de su forma, dijimos que la acción de una estructura dimensional sobre una frecuencia era tal, que podía hacer que si esta frecuencia, entraba en una zona de una estructura determinada, se viera impelida a adaptarse a la geometría y leyes del lugar. La geometría de la primera dimensión es muy densa, su estructura es muy compresiva entre otras cosas porque hemos de pensar que en este nivel dimensional, trabajan, interaccionan y compiten entre si muchas fuerzas de la naturaleza, fuerzas muy densas y de muy corto alcance, como la fuerza fuerte, la fuerza débil y la gravedad, además de la Energía del Primer Rayo, lo que hace que la primera dimensión, sea una híper condensación de fuerzas compresivas ,unidas todas ellas en un espacio mínimo, que lleva a la dimensión a replegarse y comprimirse sobre sí misma, haciendo que cualquier tipo de frecuencia vibratoria que entre allí, sea baja o alta, se vea fuertemente presionada, y abocada a la construcción de formas materiales densas.

Por el contrario, la geometría de la séptima dimensión es tan laxa, que toda frecuencia que entra allí sea baja o alta, tiende a adoptar una forma muy distendida y sutil. Pensemos que las fuerzas, rigen estas dimensiones altas, pero trabajan en las dimensiones bajas, al igual que la Energía de los Rayos, por lo que aquí, la compresión y el efecto de las fuerzas, es mínimo y hace que su creación sea muy sutil.

Cuando las frecuencias altas o bajas entran por la primera dimensión, generan materia y cuando lo hacen por la séptima dimensión, generan energía.

Esto, tan extraño a primera vista, es un fenómeno muy conocido por la física, ya que, como se dice tradicionalmente, la presión y la temperatura son los factores más determinantes en las reacciones fisicoquímicas. Ahora bien, apoyándonos precisamente en los principios de presión y temperatura, y la alternancia de entrada de vibraciones, hemos de comprender que no es de la misma calidad una materia creada con frecuencias bajas que una materia creada con frecuencias altas. En el primer caso, la materia será muy masiva, y en el segundo caso, menos. Lo mismo sucede en el caso de la creación de la energía. La energía creada con frecuencias altas será muy energética, y la creada con frecuencias bajas, será más material, o con un soporte material más importante.

INFLUENCIA DE LAS DIMENSIONES EN LOS RAYOS

A las dimensiones, a pesar de ser las que forman el espacio y el tiempo y por tanto, las estructuras que albergan toda la vida de lo manifestado, les otorgamos un papel muy estático. Pero la observación de algunos datos del Rombo, de algunas referencias, parece contradecir todo esto y proporcionar a las dimensiones en sí mismas, un rol mucho más interactivo del que parecen tener. Creo que hay pistas de todo esto esparcidas por todo el Rombo, aunque quizás, se han pasado por alto. Algunas parecen pistas minúsculas, y las otras son muy obvias. Veremos unos cuantos ejemplos y quizás, después de verlos, podemos llegar a pensar que las dimensiones son algo más que los departamentos de la vida, los receptáculos inertes del cambio.

Para poder entrar en este tema, quisiera recordar la definición de cualidad ya que nos ha de ayudar a comprender mejor el tema a estudiar:

“La cualidad es cada una de las circunstancias, caracteres naturales o adquiridos que distinguen a las cosas, ya sea una manera de ser o una propiedad física, química o de otro tipo”.

A partir de aquí, podemos decir que, si alguien tiene, por ejemplo, la capacidad de crear movimientos sociales, estamos hablando de una cualidad. Que, si tal persona tiene afición por las matemáticas, tiene una cualidad. Que, si aquel otro tiene el deseo de trabajar con colores y pintar, posee una cualidad. Que si al soplar por un cilindro determinado, suena la nota Re, el objeto es poseedor de una cualidad. Que si una persona, en su vida diaria, tiene la necesidad de ser justa en sus decisiones, es poseedora de una cualidad. O que, si está interesado en la vida de los animales, o tiene la capacidad de poner en marcha proyectos ya existentes, o es alguien que siempre está ansioso por hacer algo, nos estamos refiriendo a sus distintas cualidades. Todo esto, son cualidades, características, rasgos especiales que distinguen a las personas, sociedades u organizaciones que comparten este deseo o necesidad. Con esta idea integrada, me gustaría recordar unas citas de los Rayos regentes:

“Los siete Rayos Regentes, tienen la vida y la fuerza que nuestros deseos le infunden. No tienen color propio, tienen el color de la dimensión en la que se ubican. No tienen voluntad, son ciegos, ven a través de los deseos y de los ojos de la criatura evolucionante” “Estos Rayos, manifiestan color cuando entran en cada plano”

Según esto, los Rayos Regentes no tienen color, y si no tienen color, es posible que no tengan tampoco sonido, ya que también es una vibración.

Por otro lado, sabemos que los Rayos son emanaciones del Absoluto, y apolares, es decir sin cualidad polar por naturaleza. Pero cuando un Rayo, entra en manifestación, adquiere polaridad, color y otras características, pero no son suyas en esencia, sino que se las proporciona la dimensión donde se manifiesta. Parece que el Rayo tenga polaridad propia, color, y otras características, pero no las tiene por sí mismo, no son caracteres naturales, sino que son adquiridos, prestados.

Tampoco los Rayos tienen voluntad propia de hacer algo concreto y específico por sí mismos. No se orientan hacia alguna actividad concreta y que les proporcione alguna cualidad personal. No tienen actividades características intrínsecas. No tienen interés en sí mismos por las matemáticas, la pintura, la justicia, la actividad psíquica o la mecánica atómica. No tienen la cualidad de ver los aspectos de vida y de comprender cual es el modo correcto y justo de actuar y como se puede ascender por los planos de conciencia. Parece que no tengan ningún tipo de moralidad, de cualidad intrínseca y que lo único que hagan sea dar vida a las cualidades y deseos (positivos o negativos) que existen en una dimensión. No tienen color propio, no tienen polaridad propia, no tienen cualidad propia, no tienen características propias. Únicamente, siguen a los deseos, a los pensamientos, actividades y necesidades que reclama la criatura evolutiva, esté situada en una ubicación u otra, en una dimensión o en otra y tenga por tanto una cualidad dimensional u otra. Cada dimensión tiene una cualidad, unas características y, por tanto, ha de originar un tipo de deseo, de necesidad y de función a realizar para cumplir su plan.

Sabemos que el deseo, esa necesidad de saciar una apetencia, es lo que llama a los Rayos, que son esa fuerza ciega creadora que actúa y da vida allí donde se le requiere, y con la intensidad con la que se le solicita, de una manera totalmente ciega, obediente y eficaz. El Rayo da vida al deseo y promueve su satisfacción, sin meditar la calidad, la cantidad, ni el resultado de su realización. Los Rayos, dan vida a la necesidad, le dan salida, y la posibilitan, sólo eso. Activan la solicitud, esté donde esté, en la dimensión en que se ubique, y sea correcta o no. Su cualidad es dar vida, pero no orientarla ni dirigirla. Entonces, las aparentes cualidades de los Rayos que estudiamos, parece que en verdad, no son las suyas propias, no son naturales, intrínsecas, sino que son adquiridas, y corresponden a las de la persona, objeto o dimensión en la que se produce el deseo o la necesidad.

Cuando hablamos de los Rayos, mencionamos siempre de una forma automática sus “cualidades”, pero si lo miramos cuidadosamente, vemos que quizá hablamos demasiado deprisa, tal vez, un poco superficialmente, porque esas cualidades, no son las suyas, aunque dispongan de ellas. Estamos otra vez, frente a Maya, delante de otro engaño de la observación, frente a un velo que oculta la realidad. Maya es una ilusión, una imagen irreal. La aparente realidad de todo el universo fenoménico se desmonta cuando Maya aparta su velo y se observa que las cosas, no son lo que parecen, sino lo que son. Las cualidades de los Rayos están escondidas tras el velo de Maya.

Un estudio comparativo entre las características de cada dimensión y el Rayo que trabaja allí nos hará ver la estrecha relación que existe entre la dimensión, la actividad que se produce allí dentro, la necesidad y el deseo que crecen en su interior y las características que aporta el  Rayo asociado. El Rayo, adopta las características de las necesidades de la dimensión donde trabaja. Asume el trabajo necesario que se ha de realizar, el que está programado, prediseñado y deseado en cada dimensión, pero no aporta cualidades propias, solamente ejecuta las ideas o los deseos que se encuentran allá escritos.

Aparentemente, y en el primer instante del análisis rápido, parece que cada Rayo, tenga sus propias cualidades puras, pero si lo miramos bien, empezamos a verlo de otra manera. La comprobación de todo esto, requiere un poco de tiempo e imaginación. Solo tenemos que repasar el esquema clásico de las dimensiones y los Rayos, para darnos cuenta como las “cualidades “de los Rayos ,se asemejan mucho a la de las dimensiones, parecen ser solo la puesta en marcha del programa de la dimensión correspondiente. Hay que tomarse un tiempo, pero el ejercicio vale la pena. Dejo los esquemas para el análisis y la reflexión.

Características de las dimensiones

Características de las dimensiones

Correlación entre características de dimensiones y Rayos

Correlación entre características de dimensiones y Rayos

LAS DIMENSIONES Y LA TEORIA DE CUERDAS

La física actual, plantea también nuevas posibilidades del concepto tradicional de dimensión y el representante más claro de esta nueva visión de la física es el modelo de la teoría de cuerdas, que busca entender la estructura de la materia, de la energía y de todo el universo gracias a un sutil y minúsculo sustrato energético vibracional que está en el origen de   todo lo visible. Esta nueva teoría de la física, precisa para ser viable matemáticamente de un número determinado de dimensiones. El modelo de la teoría de cuerdas, que  es un modelo fundamental de la física teórica , asume que las partículas materiales , ya sean las que forman los elementos primarios o las que transmiten las fuerzas de la naturaleza, son en realidad , la plasmación de unos teóricos objetos insustanciales , de naturaleza energética y vibracional llamados cuerdas.

Si una cuerda, que es una energía vibratoria minúscula, vibra de cierta manera, creará un electrón, pero si vibra de otra manera, entonces podrá generar un fotón, un quark o cualquier otra partícula contemplada dentro del modelo estándar de la física de partículas. Estas cuerdas, estas vibraciones energéticas, serían las creadoras de todas las partículas y de todas las fuerzas del universo. Para que esta teoría, pueda ser posible, necesita que el espacio-tiempo por el que se mueven las cuerdas, deba ser un vasto campo en el que exista una dimensión temporal, las 3 dimensiones espaciales ordinarias conocidas y 7 dimensiones adicionales, compactas e inobservables.

Las cuerdas originan todas las partículas del modelo estándar

Las cuerdas originan todas las partículas del modelo estándar.

Esta teoría, que tiene como mínimo cinco variantes o cinco maneras de entenderla, precisa necesariamente en todos sus modelos, la presencia de dimensiones suplementarias a las ya conocidas. Algunos físicos hablan de 11 dimensiones, otros de 21, y otros de un número indeterminado, pero el dato que más llama la atención es que para que la teoría de cuerdas pueda funcionar, necesita de estas desconocidas dimensiones suplementarias o adicionales. Una parte de esta teoría se basa lamentablemente, en el mismo concepto erróneo introducido por Einstein, que consideraba al tiempo como la cuarta dimensión, una idea que, por cierto, no se contempla como acertada desde la perspectiva del Rombo y que no se comparte con la física actual. A pesar de este desacuerdo, la enseñanza del Rombo tiene muchas semejanzas con esta teoría. Las nuevas visiones que aporta la teoría de cuerdas, ha causado mucho revuelo en el ámbito de la física teórica y es una de las candidatas a conseguir el sueño que persiguió a Einstein en los últimos años de su vida y que no pudo realizar, que era el de unificar a todas las fuerzas de la Naturaleza en una realidad o fuerza superior.

Esta teoría, aún va un poco más allá en este propósito, ya que además intenta unificar todas las partículas de la Naturaleza, en su versión material (hadrones y leptones) con todas las partículas transmisoras de fuerzas (fotones, gluones, bosones y gravitones). Al final, y en líneas generales, lo que propone la teoría, es que tanto las estructurales materiales como las fuerzas, parten de unos hilos de estructura vibrante que, según su calidad vibratoria, originan indistintamente materia o fuerzas.

Este concepto, parece extraído de la idea que tenemos en el Rombo de que las frecuencias vibratorias primigenias Yin-Yang, previamente existentes a la creación del universo, son capaces de crear materia o energía, dependiendo de cuál sea la dimensión por la que entran en manifestación. Es decir, que tal como propone la teoría de cuerdas, estas cuerdas vibrantes, pueden originar, dependiendo del lugar donde se originan, materia o fuerzas.

Esta teoría, propone además algunas ideas, que pueden ayudar a entender la importancia de la estructura de las dimensiones en la génesis de materia o fuerzas a partir de estas vibraciones únicas. Se cree que estas cuerdas vibrantes, podrían interaccionar con las estructuras retorcidas o curvadas de las dimensiones, interactuando con ellas y haciendo que, bajo ciertas disposiciones geométricas y espaciales, su interacción mutua, pudiera crear, según la estructura más o menos comprimida y retorcida de las dimensiones, materia o fuerzas, de una manera indiferente. El aspecto de la dimensión, y su interacción con la energía vibratoria, seria determinante para la creación de materia o energía. De esta manera, si la manifestación de las cuerdas está comprimida, se genera materia y si está expandida, se crea energía.

Es una teoría apasionante, y se ajusta bastante bien al concepto que tenemos en el Rombo. No es una sincronización perfecta, una inmaculada fusión de melodías y ritmos, pero, ambas maneras de ver la creación de materia y energía parecen tener una base en común. En ambos pensamientos, se dice que toda manifestación de la materia o de las fuerzas de la Naturaleza, depende de unas estructuras vibrantes, que son capaces de originar materia o energía, según la forma en la que vibran y con la dimensión en la que interactúan. Estas mismas cuerdas, son también capaces, según esta teoría, de originar macroestructuras a las que ellos llaman membranas y nosotros dimensiones. La física actual le llama la teoría de cuerdas, y nosotros, le llamamos la teoría del Yin-Yang.

Las cuerdas vibrantes, crean Materia y Energía. Es decir que estos dos grandes aspectos de la creación tienen aparentemente, un mismo sustrato, un mismo origen común y punto de unión. Las dos manifestaciones del Cosmos, las dos grandes obras, las dos grandes polaridades, están hechas de lo mismo, del mismo principio vibratorio, que puede ser lento o rápido. Si es lento, se llama materia y si es rápido se llama energía. Lo que le da rapidez es según Einstein la velocidad de la luz, según se desprende de su fórmula más famosa. Es quizá por esta razón de familiaridad, proximidad y origen común que, tal como predijo Einstein, son intercambiables y la energía se puede transformar en materia y la materia en energía. Su factor de transformación es la velocidad de la luz.

EL DESEO, LOS RAYOS, LA EVOLUCION

Los Rayos son las energías que dan vida, movilizan y proporcionan a la materia la posibilidad de conseguir sus deseos. Estos Rayos de Energía Creadora, siguen a los deseos, hacen lo posible para su realización, para su cumplimiento, independientemente del resultado conveniente o no de su satisfacción.

Aladino, como los Rayos, concede deseos

Aladino, como los Rayos, concede deseos.

Los Rayos siguen a los deseos. Es una frase reveladora, sencilla y cargada de filosofía. Este axioma, tan grabado en nuestro pensamiento, tiene un gran peso específico en todas las cuestiones relativas a la vida y la evolución. Y ante esto, creo que es lógico preguntarse porque los Rayos siguen al deseo y no a otra función psíquica o corporal que a priori pueda parecer más relevante y prioritaria. El deseo, debe ser algo muy primordial para que esta fuerza suprema de la Naturaleza, la que da vida al universo y posibilita su evolución, se vea obligada a seguirlo ciegamente y a intentar cumplir sus exigencias por extravagantes y disonantes que parezcan.

La razón más aparente de la atracción que sienten los Rayos hacia el deseo es que, en si mismo, el deseo es quien pone en marcha  la maquinaria que mueve a todas las formas de vida y las invita a desplazarse en una dirección determinada para poder sobrevivir, vivir en mejores condiciones, sentirse seguras, confortables , conseguir sus objetivos vitales , conocer el medio que las rodea, perpetuarse, conseguir el éxito vital, conocer la libertad, la felicidad y finalmente realizar la unión íntima con el Absoluto.

La persecución de esta última finalidad evolutiva, que está agazapada en las profundidades últimas de la esencia del deseo, puede proporcionar en la medida en que se va alcanzando, bienestar y felicidad, y así de esta manera, mientras se evoluciona, al mismo tiempo, se disfruta andando y se obtienen fuerzas para seguir por el camino ascendente. Pero cuando se anda por derroteros erróneos y que no conducen a la ansiada felicidad, todo, de repente y sin previo aviso, se transforma en sufrimiento, dolor, desesperación y angustia.

Cuando el caminar es correcto, sentimos felicidad y cuando no lo es, a causa de deseos y acciones incorrectas, sentimos dolor. Estos dos aspectos (felicidad y dolor) son igualmente importantes, y tienen la misma finalidad, que es la de guiar a cualquier criatura en su evolución, creando y transformando su Karma. Sabemos que los Rayos Vigilantes, son los que enderezan los errores que ha provocado el ser evolutivo con sus deseos equivocados. Son estos Sagrados Señores, los que, en su necesaria intervención desde el mismo inicio del universo, arreglan el resultado de las acciones equivocadas de las criaturas. Esta reparación, se puede presentar bajo una apariencia dolorosa, llegando a ralentizar, parar o retroceder el proceso evolutivo personal. Estos Señores, actúan reparadoramente para que un deseo equivocado, y todas las acciones colaterales que se derivan de la realización del mismo deseo, no provoquen desviaciones importantes que pongan en peligro la marcha del mismo individuo, de su entorno, del planeta o del mismo universo.

Con este lenguaje binario tan simple y detectable (felicidad / dolor), tenemos suficiente para ir caminando por la vida. Da la impresión de que para jugar la partida de la existencia y avanzar adecuadamente en este curioso juego que es la vida y en el que todos nos encontramos, solo recibiéramos dos cartas para entender de una manera muy clara si jugamos bien o mal. Son solo dos cartas las que nos reparte continuamente la vida, que aparecen y desaparecen sin previo aviso y que guían nuestros inciertos y dubitativos pasos por el planeta.

Felicidad - Dolor

Felicidad - Dolor

Y vemos que, en el fondo, todo este lenguaje vital, toda esta “suerte” que nos proporciona la vida, depende de la calidad y cantidad de los deseos que producimos. Esto nos hace ver que, con todo lo que llegamos a desear, con todas las cosas diferentes que continuamente vemos e imaginamos, es muy fácil que cometamos aciertos y errores, y recibamos premios y castigos de una manera continua, tan seguida o separada en el tiempo, que muchas veces, seamos incapaces de entender el mensaje que nos llega de la vida y no comprendamos el porqué de la llegada inesperada, sorpresiva e ilógica del placer o del dolor. A veces, somos capaces de entender el porqué de la aparición de una carta buena o de una mala, porque la distancia entre la causa y el efecto es muy corta y la relación se hace muy evidente. Pero otras veces, somos incapaces de encontrar la causa que motivó la llegada de cualquiera de los dos naipes. Entonces, en la vida, todo se vuelve aleatorio, carente de sentido, ausente de lógica, y la relación causa-efecto, se desvanece en el territorio de lo injusto, incoherente o absurdo y aparece el concepto mágico de “suerte”.

Buscamos el placer y la felicidad por mil caminos distintos y a menudo mal señalizados, en los que circulamos por carreteras inciertas y en las que apenas vemos la primera curva. Nuestra idea particular de felicidad, a menudo se sitúa en lugares extraños y confusos. Deseamos muchas cosas sin saber porque, y a veces sin demasiada razón ni coherencia, pero cuando a veces, el deseo vehemente, aparece de golpe, abruptamente, sin más, y va dotado de una fuerte necesidad de ser satisfecho inmediatamente, tiene un poder y una fuerza de arrastre que lo hace indomable. Entonces, ha de ser satisfecho.

Vivir es desear y el deseo, se nos aparece como la puerta que puede llevar a la vida plena y a la felicidad. El cumplimiento de un deseo produce una rápida satisfacción, y esto puede producir felicidad. El no cumplimiento del deseo produce una instantánea insatisfacción, inquietud y sufrimiento. El ser humano busca la felicidad continuamente, desde lo más profundo de su existencia, desde la parte más íntima de su vida, ya que la felicidad, es lo que da sentido a la existencia. Es la única sensación que todos los humanos buscamos en todas sus expresiones, manifestaciones y presentaciones posibles. Esa búsqueda, esa necesidad, parte de un rincón muy profundo de nuestro ser, quizá de la misma raíz, de la misma base. Vivimos para conseguir la felicidad, y es lo que buscamos en la vida, nos acordemos o no. En algún programa básico de nuestro ser, está grabada esta arcaica fuerza elemental y todos sabemos que para estar bien y poder vivir, hay que ser feliz. Es el primer mecanismo de supervivencia. Forma parte de un instinto, de una conciencia colectiva y de un conocimiento cósmico. No es de extrañar pues que la vida revolotee alrededor del deseo, su satisfacción y la felicidad que puede producir su realización. Pero, parece extraño que sabiendo todo esto, no veamos ni sepamos que muchas veces, los deseos y su satisfacción, traen al mismo tiempo, sufrimiento e infelicidad, que es justamente lo contrario de lo que buscábamos al intentar satisfacerlos.

El deseo es la primera y primitiva expresión de la vida que se manifiesta, que quiere vivir, que anhela conseguir objetivos y que ansía sobrevivir. No es de extrañar pues, que los Rayos, busquen al deseo, a esa necesidad básica y primaria que experimenta la materia en cuanto se manifiesta por primera vez. El deseo es la necesidad elemental que emerge de las profundidades de la primera dimensión, de lo más básico, de aquello que acaba de nacer y busca   vivir. El deseo actúa como el polo positivo de la primera dimensión y el Rayo se comporta como el polo negativo de la séptima dimensión, que va a toda celeridad hacia el deseo, ciegamente, impulsado y atraído por una pura cuestión física de polaridad. El Rayo que acaba de manifestarse, busca al deseo, que es la primera actividad de la vida material que se acaba de manifestar. El deseo se comporta como polo positivo, y es lógicamente una actividad absorbedora de energía de vida, ya que la criatura recién nacida, necesita ser llenada, reclama ser satisfecha y llevada hacia una dirección vital.

Con esta perspectiva, resulta evidente considerar que el deseo, ese motor universal, está íntimamente vinculado a la primera dimensión, a la primera manifestación de la vida, y por supuesto a la fuerza del Séptimo Rayo, esa energía impulsora que da vitalidad, que llama, succiona y absorbe poderosamente al Primer Rayo para que le proporcione el impulso vital que hará andar obligatoriamente a la criatura recién nacida por el camino de la vida.

El deseo es la chispa del motor que inflama la vida

El deseo es la chispa del motor que inflama la vida

Los Rayos son ciegos, el deseo ve, pero es miope, y no sabe cuáles serán las últimas consecuencias de su satisfacción. El ser humano, sino es ciego o miope, lo parece, porque es capaz de tropezar con la misma piedra un número ilimitado de veces, así que, la verdad es que, viendo todo este juego de despropósitos, parece difícil que el universo pueda ir bien sin la presencia de una inestimable y poderosa ayuda. De hecho, sabemos que los Rayos Vigilantes Ejecutores o Rayos del Karma, aparecen por imperiosa necesidad en el mismo momento inicial del Big Bang, porque si no fuera por su acción correctora, el caos total se iniciaría en el mismo momento de la Creación.

El camino de la evolución corre con aciertos y errores gracias al deseo, a la libertad de poder escoger libremente entre las opciones que se presentan y a la continua y reparadora corrección inteligente y amorosa ofrecida por las dos polaridades del lenguaje universal que ofrece el Karma: la felicidad y el dolor.

Siempre que oigo hablar de todo este tema del deseo y de su vinculación en las cuestiones evolutivas, me vienen a la memoria algunos pensamientos del budismo, en concreto todo lo que hace referencia a las Cuatro Nobles Verdades y en las que se pone de relieve al deseo como la primera causa del sufrimiento del ser humano. Al leer estos antiguos principios filosóficos, observas que algunas verdades universales, han sido contempladas muchas veces por distintos hombres y en distintas épocas.

Buda habló del deseo como la primera causa del mal, y Jesús habló del amor como el camino a seguir. Dos principios básicos que, en el Rombo, nos han aparecido continuamente y que nos invitan a reflexionar sobre todo ello. Pero volvamos a Buda, quien hablando del deseo, nos transmitió su pensamiento al amparo de la doctrina de las cuatro nobles verdades, que son las siguientes:

1) La verdad de sufrimiento.
Hay sufrimiento e insatisfacción en la vida.

2) La verdad de la causa del sufrimiento.

La causa del sufrimiento es el deseo egoísta o sed.

3) La verdad del cese del sufrimiento.
Hay un estado posible de cese de sufrimiento, que es la iluminación.

4) La verdad del camino que conduce al cese del sufrimiento.
Esto es posible gracias al óctuple camino o actitudes correctas en la vida.

El óctuple camin

El óctuple camino

Llama poderosamente la atención la segunda noble verdad, en la que dice que la causa del sufrimiento es el deseo egoísta. Esta gran verdad, la del deseo egoísta como causa de sufrimiento y dolor, forma parte de la doctrina de muchas religiones y de la misma enseñanza del Rombo. Siempre se ha remarcado como pauta indispensable para la evolución, la liberación de los elementos egoicos y el desarrollo del amor al prójimo. Son verdades sencillas de entender y difíciles de poner en la práctica.

El deseo correcto, que ha de existir para que la vida no quede estancada y sin movimiento, atrae al Rayo correcto, que otorga la posibilidad de realización del deseo y aporta equilibrio armónico a la criatura evolutiva. Este equilibrio polar, proporciona armonía y da la oportunidad de desplazarse a través del espacio-tiempo por la zona de máximo equilibrio, y mínima resistencia, la cuarta dimensión, que permite ir avanzando progresivamente por todos los planos de conciencia y ascender en la escala dimensional, pasando de las dimensiones materiales a las dimensiones etéreas en la búsqueda y realización de la felicidad.

Planos de conciencia

Planos de conciencia

El deseo es todo esto y mucho más. No es malo. Es bueno. Es necesario y al mismo tiempo, una herramienta muy poderosa en la escalada evolutiva. Justamente por eso, al deseo, se le ha de mirar atentamente su color y saber si armoniza bien con nuestro interior o no. Hay que saber desear y analizar el deseo. Nosotros, podemos tener muchos deseos y lícitos, pero el deseo no nos puede tener a nosotros. El deseo no debe ser ciego, porque ya el Rayo lo es. Que no sean ciegos los dos por favor… ¡Que al menos vea uno!

LAS DIMENSIONES Y LA EVOLUCIÓN

Hemos hablado de las propiedades físicas de las dimensiones, pero hay otro tema que debemos atender y al que le tenemos que dedicar un poco de atención. Es el apartado que hace referencia a la relación que existe entre las dimensiones y la evolución de los seres vivos.

Para un ser evolutivo, el hecho de vivir dentro de una u otra dimensión, tiene una importancia muy relevante, ya que cuando una persona, vive y se mueve en una de estas distintas dimensiones, adquiere las propiedades y posibilidades de la dimensión en la que se encuentra. Gracias a la enseñanza del Rombo, sabemos que aunque nosotros somos de la tercera dimensión, percibimos y sentimos gracias a la cuarta dimensión y al mismo tiempo, nos movemos mentalmente, emocionalmente y espiritualmente dentro de esta cuarta dimensión. Desde este estado, la evolución puede seguir su ascenso a través de los planos de conciencia y la persona, puede ir accediendo a las dimensiones superiores a las que accede al aumentar gradual y armónicamente su frecuencia vibratoria. Así, después de armonizarnos en la cuarta dimensión, existe la posibilidad de entrar en la quinta dimensión, que es donde se pueden hacer transmutaciones materiales y crear o disolver materia compuesta por moléculas y organismos compuestos por células. Si más adelante y siguiendo con la escala de la evolución, se llega a la sexta dimensión, se puede adquirir la facultad de actuar sobre el tiempo y el espacio y se puede retroceder o avanzar en el tiempo. Y por último, si se da la posibilidad de poder entrar en la séptima dimensión, los seres dotados de esta capacidad, pueden ya formar y detener la creación de elementos primarios y crear universos y vida

Todo esto y mucho más, son las posibilidades reales que otorga el ascenso de la persona por los planos de conciencia y el acceso a estas dimensiones superiores. Cada paso que se da en la evolución, y que se traduce en una armonización y un ascenso por los planos de conciencia, concede la entrada a las dimensiones más sutiles, lo que otorga las propiedades intrínsecas de la dimensión, dando más posibilidades de movimiento, más libertad de acción y una mayor fusión con la totalidad del cosmos. El Rombo nos da la llave para utilizar este conocimiento profundo y en nuestra mano, y en nuestra libertad de acción, está la posibilidad de hacer girar la llave en el sentido adecuado para abrir la puerta y poder entrar en una realidad trascendente de conocimiento, amor y sabiduría.

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