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18-19 (7ª parte). La Flor de la vida

El dibujo conocido como la Flor de la vida es un arquetipo que simboliza la presencia de un mismo patrón geométrico para todo lo creado, una interconexión entre las diferentes manifestaciones de la vida y un soporte energético para todo lo estructurado. La construcción del Rombo está muy relacionada con la geometría de esta figura y durante el artículo, se podrán ver y estudiar todas estas correlaciones.

Introducción

La Flor de la Vida es el nombre por el que se conoce recientemente a un dibujo que se encuadra dentro de la familia de las figuras geométricas consideradas sagradas porque gracias a su lenguaje simbólico transmiten información relevante acerca del origen de la vida, de su ordenamiento e interconexión. Este dibujo ha sido empleado desde la remota antigüedad en todo el mundo, en épocas y culturas muy diferentes como un símbolo de las leyes universales.

Está formada por 19 círculos completos del mismo diámetro que están enmarcados dentro de un hexágono y una circunferencia. Los círculos crean al fusionarse patrones simétricos y ordenados que forman un conjunto armónico que recuerda a la forma de las flores.

Su geometría forma una red que representa la unidad del todo y muestra como todas las distintas manifestaciones de la existencia, por más alejadas que estén las unas de las otras, están interconectadas y regidas por el mismo principio creador.

Figura. La geometría sagrada de La Flor de la vida

Figura. La geometría sagrada de La Flor de la vida

Al encontrarse presente en lo grande y en lo pequeño, se dice de este símbolo que contiene todas las manifestaciones del universo, todas las leyes físicas, las matemáticas, la armonía de la música, y las distintas expresiones de la vida biológica y atómica. Es también el patrón del amor, de la armonía, la coherencia, la interconexión, la integración y la información infinita que se da en todos los lugares de la existencia.

A esta figura, conocida también como roseta hexapétala, se la ha considerado también como un símbolo de los ciclos de la vida por la circunferencia que la envuelve, como el centro del origen de todo, el punto de partida, el de llegada, la inmortalidad y la luz eterna de Dios.

UN HALLAZGO GEOMÉTRICO: LOS FOCOS Y LAS MARGARITAS

En el año 2.000 y cuando aún no sabíamos de la existencia del dibujo conocido como la Flor de la Vida, buscando datos matemáticos relacionados con los valores de la diagonal menor dentro de la geometría interna del Rombo, realizamos un dibujo en el que se veía como dentro del Hexágono y del Rombo aparecían unas líneas onduladas a las que, en su día llamamos margaritas.

Figura. Las margaritas del Rombo y los Focos de la elipse

Figura. Las margaritas del Rombo y los Focos de la elipse

En este dibujo, que inscribía al Rombo dentro de un hexágono y un círculo, aparecía un Rombo cuyos valores de la diagonal mayor eran de 22 cm y los de la diagonal menor eran de 19.05… Aparte de este dato, que era de sumo interés y que podía esclarecer un dilema acerca de las posibles medidas de la diagonal menor del Rombo, aparecieron dos puntos geométricos muy importantes, que eran los Focos de la elipse (F) y que se encontraban en el punto medio de los pétalos horizontales de la margarita central. Estos puntos eran los que permitían dibujar a la elipse que circunscribía al Rombo utilizando el método tradicional del jardinero.

En los dibujos, observamos que aparecían también dos margaritas que parecían tener una parte fuera del Rombo y que sobresalían por la derecha e izquierda. En el centro de estas margaritas, se hallaban los Focos (F). Estos Focos, estaban situados en el punto central de las margaritas exteriores y al mismo tiempo, en el punto medio de las hojas derecha e izquierda de la margarita central.

En el centro del hexágono se podía ver una gran margarita central, que ocupaba todo el hexágono exterior y cuyo centro era el punto (O).

Y además de este dibujo en el que se veía esta gran margarita ubicada en el centro y que ocupaba todo el hexágono exterior, en un dibujo posterior, un poco más elaborado, se podía observar otra margarita central, más pequeña, que contactaba con el hexágono interior, y que aparecía cuando se hacían 7 círculos cuyo centro era cada uno de los 6 Focos y el punto central O.

Figura. Dos Rombos a 90º. La margarita central pequeña y las dimensiones

Figura. Dos Rombos a 90º. La margarita central pequeña y las dimensiones

El radio que permitía dibujar a estos círculos pequeños era la mitad del radio con el que se había dibujado la circunferencia exterior y el hexágono.

Este dibujo fue crucial para poder empezar a entender la geometría interna de la figura, ya que las líneas de contacto de cada una de las circunferencias pequeñas con las líneas exteriores del Rombo, generaba unas marcas en la parte superior e inferior del Rombo. Entonces sólo había que unir estos dos puntos de intersección y aparecían dibujadas las 6 líneas verticales que formaban las 7 dimensiones del Rombo.

LA RELACIÓN DEL ROMBO CON LA FLOR DE LA VIDA

En aquel momento, no lo supimos ver, pero ahora podemos observar una exactitud geométrica y matemática entre el dibujo de la pequeña margarita central del Rombo y lo que se conoce como la semilla de la vida (que es la parte central de la Flor de la Vida), una figura hecha con los mismos 7 círculos entrelazados que se encuentran también en la geometría interna del Rombo.

Figura. La Flor de la vida, la semilla de la vida y el Rombo

Figura. La Flor de la vida, la semilla de la vida y el Rombo

En aquellos primeros dibujos del Rombo, pudimos observar que las margaritas estaban presentes dentro de todo el tejido del Rombo y que podían aparecer de muchas maneras, dependiendo desde donde se trazaran las circunferencias. Esa estructura floreada no tenía una única manifestación. Al contrario, parecía un dibujo imposible de acabar porque el patrón geométrico de las flores aparecía de una manera u otra según se estudiara un aspecto determinado. Además, el dibujo podía ofrecer también una ilusión óptica consistente en el sentido de que las margaritas parecían desplazarse de izquierda a derecha, de arriba a abajo o en diagonal. Con todas estas observaciones, vimos en aquel momento que había ciertamente una relación directa entre la presencia de las margaritas y la estructura interna de la Sagrada Forma del Rombo.

Al mismo tiempo, y según observamos ahora, no parece existir una línea temporal única en la creación de una figura o de otra, ya que, si se parte de la circunferencia, del hexágono y de las circunferencias centrales, se puede construir el Rombo con sus dimensiones, pero si se empieza desde el mismo Rombo, se puede construir el hexágono, la circunferencia y las circunferencias centrales. Ambas figuras están unidas y se autogeneran y alimentan. Una es el sustento de la otra y viceversa.

En nuestro estudio, la figura inicial fue la circunferencia, y de ella nació el hexágono y el Rombo. Y estudiando la geometría del hexágono aparecieron los Focos, las margaritas y por último las dimensiones. Pero en la actualidad es posible reconstruir todo este rompecabezas siguiendo otro orden. No se puede decir con claridad que una de las dos figuras (el Rombo o la Flor) sea anterior a la otra y la genere. Parece que una crea a la otra y viceversa, o que la generación de las figuras tiene dos puntos de creación de distinto sentido que confluyen en una misma línea temporal.

EL CRECIMIENTO DE LAS MARGARITAS

En los primeros dibujos, se podía ver una aparente movilidad de las margaritas, pues éstas, podían desplazarse por el Rombo y formar una especie de trenzas en su desplazamiento y muy lejos de aparentar quietud, la imagen de las margaritas sugería la idea de desplazamiento y de movilidad horizontal, vertical y diagonal.

Figura. las trenzas de margaritas horizontales

Figura. las trenzas de margaritas horizontales

Vimos que las margaritas estaban dentro del Rombo y que éstas podían salir de él, expandirse mucho más allá de sus límites y formar un mosaico que se repetía continuamente y que tenía una cadencia y un orden muy armónico.

En aquel momento, se optó por hacer un estudio para observar ese mosaico y la progresión del número de margaritas (1,2,3,4,5,6) dentro de un triángulo equilátero para poder observar su crecimiento. Vimos que el mosaico podía ser infinito y que repetía continuamente la presencia de los 6 focos hallados en la geometría interna del Rombo. Vimos entonces que el mosaico estaba lleno de Rombos que se interconectaban los unos con los otros en un patrón que se repetía hasta el infinito. El Rombo, junto con las margaritas y los Focos, formaban un conjunto indisoluble que se propagaba en todas las direcciones de espacio y tiempo.

Figura. El crecimiento infinito del Rombo y las margaritas

Figura. El crecimiento infinito del Rombo y las margaritas

El dibujo del triángulo permitía dar continuidad al mosaico y sólo hacía falta unir más triángulos para que Los Rombos y las margaritas se pudieran expandir más en todos los sentidos y originar una figura más amplia. El patrón de las margaritas se podía dilatar sin límite alguno en todas las direcciones del espacio tridimensional y podía ser delimitado por cualquier figura geométrica sobre la que se quiera realizar el estudio.

Figura. La unión de los triángulos da un mosaico más amplio

Figura. La unión de los triángulos da un mosaico más amplio

En la actualidad, al haber conocido a la figura de la Flor de la Vida, hemos podido ver que lo que en aquel momento se dibujó, toda esa serie de Rombos y margaritas alineadas tiene la misma disposición geométrica que la que se halla en la llamada Flor de la Vida.

Figura. La misma geometría está en las margaritas y en la flor de la vida

Figura. La misma geometría está en las margaritas y en la flor de la vida

En aquella época, experimentamos mucho más acerca de las posibilidades geométricas que se hallaban dentro del Rombo, y observamos como toda esa perfección y belleza de formas, nos llevaba a la conclusión de que el valor hallado de 19.05... para la diagonal menor, (que era un dato sobre el que teníamos muchas dudas y que nos había llevado a hacer este trabajo geométrico) tenía que ser un valor posible por puras cuestiones de construcción geométrica. Era impensable que tanta belleza y armonía no significaran nada y que la cifra hallada para la diagonal menor no fuera un valor posible ya que formaba parte esencial en la estructura de ese patrón armónico. De hecho, el estudio geométrico que se había puesto en marcha en busca de un valor posible para la diagonal menor finalizó con este hallazgo y con esta conclusión.

LA GEOMETRÍA SAGRADA

Como consecuencia del estudio, surgieron de una manera colateral muchas otras figuras vinculadas con este tipo tan especial de geometría. En su día, no se estudiaron en profundidad porque ya se había encontrado el dato que se buscaba, y todos los demás hallazgos quedaron clasificados como descubrimientos secundarios y no abrieron un camino de estudio por el que se debiera transitar en aquel momento.

En cualquier caso, el adentrarnos en la geometría interna del Rombo, nos abrió las puertas a un mundo de conocimientos y sorpresas de lo más agradable y enriquecedor. Todos los bellos dibujos y los hallazgos que surgieron decían que la geometría interna del Rombo era infinita y que expresaba unos conceptos primordiales y sagrados acerca del origen de la vida, de su orden interno y su interconexión. Las ideas filosóficas del Rombo podían ser expresadas en palabras, pero el lenguaje que se utilizaba en este caso y bajo la forma de la geometría era más sintético, simbólico y universal.

Figura. Las líneas y la estrella dentro del Rombo

Figura. Las líneas y la estrella dentro del Rombo

Habíamos empezado con un juego de compás que bailaba y daba vueltas a ciegas buscando puntos de intersección con otras líneas (ya fueran lineales o circulares) y habíamos finalizado con un descubrimiento vital, con el hallazgo de unas propiedades y de una geometría interna sorprendente.

Y es que cuando se parte de una figura sagrada como es la circunferencia, con un poco de curiosidad, de imaginación y de tiempo, se pueden llegar a encontrar muchas otras figuras. Esto es seguramente lo que les sucedió a las personas que estudiaron la Flor de la Vida y que encontraron en el camino a otras figuras que están en su línea, como son la semilla de la vida y el fruto de la vida.

La misma figura del fruto, puede evolucionar a otras más complejas si se trazan líneas que unan las circunferencias. Aparece entonces otra figura que recibe el nombre de Metatron, en la que se adivina la presencia de los 5 sólidos platónicos.

Figura. El fruto de la vida y Metatron

Figura. El fruto de la vida y Metatron

EL ROMBO Y LA FLOR DE LA VIDA

Si profundizamos un poco en el estudio de la Flor de la Vida, veremos que está enmarcada por una circunferencia exterior que contiene tres hexágonos paralelos y concéntricos.

Figura. Los hexágonos de la Flor de la vida

Figura. Los hexágonos de la Flor de la vida

Se puede observar como la creación de los tres hexágonos tiene lugar uniendo los puntos centrales de las margaritas que están alineadas.

En la figura siguiente, nos vamos a centrar en el primer y el segundo hexágono contando desde el interior y vamos a comparar el dibujo resultante con el que ofrece el Rombo.

Vemos como dentro del dibujo de la Flor de la Vida, en el hexágono interior, se observan los 6 puntos de las margaritas que contactan con los vértices del hexágono. A su derecha observamos el dibujo de la semilla de la vida, con los hexágonos y el Rombo. Y en el dibujo que está más a la derecha, aparecen los mismos puntos ya dentro del Rombo y que reciben el nombre de Focos: (F1, F2, F3, F4, F5, F6) que contactan también con el hexágono interior y que permiten construir las dimensiones del Rombo dibujado en negro.

Los hexágonos interiores y exteriores de las tres figuras son los mismos, y en todos ellos se puede dibujar un Rombo.

Figura. La flor de la vida, la semilla de la vida y el Rombo

Figura. La flor de la vida, la semilla de la vida y el Rombo

Desde el hexágono pequeño y los vértices de las margaritas que contactan con él, se puede construir al Rombo que se enmarca en el hexágono siguiente, el mediano. De este hecho, parece surgir la idea de que para construir algo grande, se ha de partir de un principio que es previo, menor y necesario.

Si nos centramos en el hexágono del medio (en el que se inscribe el Rombo), observaremos que, por fuera del hexágono, se construye la circunferencia que contacta con el hexágono en cada uno de sus vértices y que, a su vez, contacta con el centro de las margaritas cada dos encuentros con ellas.

Figura. Las margaritas y su relación con la circunferencia y la elipse

Figura. Las margaritas y su relación con la circunferencia y la elipse

La elipse corre por fuera y por dentro del hexágono y contacta con el centro de las margaritas en ciclos de 3 encuentros. Estas dos figuras circulares y que están totalmente unidas al Rombo, necesitan también como vemos, la presencia de las margaritas para su construcción. Tal como observamos, todos los elementos del Rombo necesitan para su construcción la presencia de estas flores.

Sino queremos dejar el hexágono exterior de lado en este estudio, podemos prestarle un poco de atención y observar que sucede con él. Podemos superponer la figura del Rombo con la semilla de la Vida incluida sobre la figura de la Flor de la Vida de manera que coincidan los hexágonos exteriores y veremos como también el Rombo se puede construir perfectamente sobre este tercer hexágono. Lo que sucede es que la margarita central, los Focos y el Rombo se han de expansionar. El único punto que no se mueve en la expansión es el centro, como es lógico desde un punto de vista metafísico, pues el centro es inamovible y permanece estable. Todas las demás estructuras se han de dilatar manteniendo sus proporciones para llegar hasta tercer hexágono.

Figura. El Rombo sobre el tercer hexágono

Figura. El Rombo sobre el tercer hexágono

El Rombo dentro del tercer hexágono, lo podemos construir por traslación directa desde la semilla de la vida o haciéndolo de nuevo a través de sus focos. Para ello, primero dibujamos el tercer hexágono. A continuación, encontramos los focos uniendo los vértices no contiguos del hexágono.

En el resultado final del dibujo, vemos que los Focos (marcados como esferas en rojo) no se sitúan en el centro de las margaritas que forman la trama de la Flor, sino en puntos intermedios.

Vemos que, para construir un Rombo enmarcado en el hexágono exterior, no sirven como punto de referencia los Focos de las margaritas pequeñas. En este caso, se ha de partir de la margarita pequeña central y expansionarla, dilatarla hasta que tenga la medida exacta para poder construir el Rombo y sus dimensiones.

Figura. La construcción del Rombo en el tercer hexágono

Figura. La construcción del Rombo en el tercer hexágono

Hay en el diseño de la Flor de la Vida un dato relevante y que se ha de considerar. Por algún motivo, el dibujo expansivo de la flor de la vida se detiene en un momento determinado (en el tercer hexágono) y no se permite que el último círculo de margaritas se exprese con totalidad, ya que la circunferencia exterior secciona por la mitad a la última fila de estas y sólo permite la expresión de la mitad del dibujo de las margaritas que forman la última hilera de flores. En cambio, la geometría repetitiva de la figura permite seguir indefinidamente esta expansión que nace desde el centro, lo que hace posible que podamos dibujar un cuarto hexágono y Rombo.

Figura. El cuarto hexágono

Figura. El cuarto hexágono

La Flor de la Vida permite ir añadiendo hexágonos exteriores y poder ir dibujando en ellos, distintos Rombos, cada vez mayores. El proceso geométrico es algo complejo y elaborado, pero se pueden ir construyendo Rombos sobre los que, por geometría interna, a través de los Focos, se pueden ir creando las 7 dimensiones.

Figura. El cuarto hexágono y el Rombo interior

Figura. El cuarto hexágono y el Rombo interior

Esto no hace más que recordar el hecho de que el Rombo se puede hallar en un hexágono pequeño, en uno mediano o en uno grande. Al dilatarse él, se mueve al mismo tiempo toda la estructura de la Flor de la Vida, pues es un arquetipo que permite la expansión o la contracción, ir hacia adentro o hacia afuera ya que se adapta a todos los tamaños, pudiendo manifestarse en lo microscópico o en lo macroscópico. El Rombo y la Flor bailan juntos y se contraen y expanden al mismo tiempo. Uno forma parte del otro y lo necesita. Son simbióticos.

Ambas figuras parecen dar la sensación de que mientras uno es el soporte inmaterial que lo abarca todo, el otro es la estructura firme que permite la concreción y la manifestación física de la vida.

CONCLUSIONES

Todos estos dibujos revelan como la estructura que subyace, soporta y sobre la cual se construye el Rombo es el conjunto geométrico de margaritas conocido como la Flor de la Vida. Toda la construcción de los elementos internos y externos que forman la estructura del Rombo se hace sobre la necesaria presencia de esta trama geométrica que abarca el espacio en todas sus infinitas direcciones y dimensiones.

Si este invisible tejido energético está en todos los recovecos del Rombo, es lógico pensar que todas las cualidades que se le atribuyen a la Flor de la Vida (patrón universal, coherencia, integración, interconexión, holografía, armonía, información infinita, eternidad y amor) estén presentes también en el Rombo. Y además el Rombo nos aporta todo el contenido de los conceptos albergados en él y que no se observan directamente en la flor de la vida: Yin-Yang, Rayos, elementos primarios, Ideación Divina, dimensiones, planos de conciencia, ciclos, holografía, movimiento armónico simple, movimiento circular uniforme, espacio interestelar, esfera generadora de energía, estructura Divina, leyes físicas de la luz y el conocimiento de las leyes evolutivas que permiten al ser humano convertirse en una criatura ascendente cósmica.

Todo ser evolucionado del universo llega a este conocimiento ancestral de la Flor de la Vida cuando le llega la hora en que su evolución mental y espiritual le llevan a un nivel que le permiten conocer y sentir el significado de este sagrado símbolo. Y al lado de la Flor de la Vida, formando parte de ella también y aportando un contenido extra de conceptos y riqueza, está la figura de la Sagrada Forma del Rombo, una figura construida sobre arquetipos sagrados y que pone de manifiesto verdades universales que expresan todo su contenido a través del lenguaje de la geometría sagrada. Ambas crean la Unidad en la dualidad.

Figura. La SFR y la Flor de la vida

Figura. La SFR y la Flor de la vida

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