El 6º Rayo
Ahora, le ha tocado el turno al 6º Rayo, que es el que lógica y ordenadamente, iría detrás del 5º Rayo. Pero cronológicamente, no ha sido así, y entre la publicación de la revista que hacía referencia al 5º Rayo, y este artículo del 6º Rayo, se han escrito bastantes números de la SFR y ha pasado mucho tiempo. En concreto han transcurrido nada más y nada menos que 10 años entre un artículo y el otro. Entre medio, han ido apareciendo otras prioridades y otros temas que me han llamado la atención y me han obligado en cierta manera a escribir sobre ellos. En este número, dedicado al 6º Rayo, hablaremos de sus nombres antiguos, sus características principales y el lugar donde trabaja: La segunda dimensión. El último apartado del escrito, como no, es el que hace referencia a las posibles características psicológicas de la persona que pertenece a este Rayo.
Introducción
Al 6º Rayo le ha tocado esperar mucho tiempo. Bueno, la verdad es que, a él, eso no le importa demasiado. Del 5º Rayo hablé en el año 2004, y ahora, por fin, 10 años después, le ha llegado al 6º Rayo su esperado turno. A cualquier otro Rayo, esta molesta y larga espera, le habría puesto de los nervios, pero parece que, a él, este tema, le da igual. Lleva 10 años esperando su publicación y está aparentemente tranquilo, expectante, esperando cualquier movimiento editorial. Parece ser que esa es su naturaleza. De hecho, cuando nos lo presentaron en sociedad, fue eso lo que nos dijeron. Recordemos:
“Sexto rayo: Es el Rayo más tranquilo, más expectante. Espera el movimiento del átomo, espera el movimiento de la célula, le da fuerza e impulso.”
Así pues…. Ya lo sabíamos y quizá por ello, nos hemos aprovechado de su temperamento. Este Rayo sabe esperar. Ya sé que es un mal ejemplo, y pido disculpas, pero sabe esperar más que mi perro de compañía, Arán, que es capaz de esperar horas y horas en la misma posición a que yo, aparezca en su campo visual para ponerse de pie, seguirme , acompañarme y desplegar toda su actividad.
Arán
En este artículo, hablaremos de este tranquilo y expectante Señor. Ya le tocaba. Tiene paciencia… pero no hay que abusar.
SUS NOMBRES EN EL PASADO
Por algún motivo, a este Rayo, no se le proporcionó de entrada (a diferencia de a algunos de sus hermanos), ningún nombre oficial relacionado con algún oficio conocido, así que su “bautismo nominal” ha quedado en nuestras manos, a expensas de la libre imaginación. Como que, para este tipo de funciones, conviene disponer de referencias, de datos iniciales, podemos mirar hacia atrás, en el archivo donde constan los viejos nombres que ha tenido este Señor a lo largo del tiempo y rebuscar allí, a ver si encontramos algún calificativo que nos de pistas para poder ser nombrado. Empecemos a repasar en los viejos libros y analicemos sus ancestrales nombres:
El Devoto de la vida.
La devoción es una palabra que proviene del latín devotiones y se podría traducir como: voto, consagración o dedicación. La devoción es, por tanto, la entrega total a una experiencia, impulsada por una irresistible atracción hacia una idea, una forma, una institución, una persona, o un ser vivo.
Este Rayo se comporta como un devoto, ya que sigue a una idea, a una forma, a algún pensamiento que se ponga en movimiento. Es un devoto del impulso de vida. Lo espera, lo sigue y le entrega toda su fuerza y vitalidad.
El Idealista.
El idealismo forma parte de la familia de las teorías filosóficas que afirman la primicia de las ideas sobre las formas, o incluso su existencia independiente. Esta teoría supone que los objetos no pueden tener existencia por si mismos sin que haya una conciencia modeladora que esté detrás de ellos.
Por la ya conocida correlación de los Rayos, sabemos que el 6º Rayo, trabaja juntamente con el 2º Rayo, que es quien origina las formas puras de los arquetipos. El 6º Rayo, vivifica a estas formas atómicas y moleculares. Al vivificarlas, les da vida y movimiento.
El 6º Rayo, sigue a los ideales, a los arquetipos puros, y les da fuerza e impulso. La orientación del 6º Rayo es una centrada militancia en un ideal.
El reconocedor.
El 6º Rayo, es capaz de reconocer la realidad del ideal que reside detrás de la forma. Personifica esa capacidad de reconocimiento. Cuando ve la idea, se aplica en forma fuerte y concentrada para expresar el concepto que se encuentra en el mundo de las ideas y plasmarlo en el mundo de las formas.
El formulador.
Una fórmula es una forma sintética de expresar una información de un modo condensado y tangible. Una fórmula es capaz de resumir y concretar en unas mínimas expresiones alfanuméricas una verdad simple o trascendente. Las ideas filosóficas, son muy abstractas y pueden necesitar de muchas palabras, explicaciones, giros y metáforas para dar a entender un concepto físico o metafísico. Una fórmula, en cambio, es capaz de reducir todo un discurso eterno a unos simples caracteres básicos. Es capaz de concretar una idea en una forma elemental.
El 6º Rayo, recibe la idea arquetípica y la plasma, la formula y le da forma y estructura en el mundo material. El 6º Rayo, es el responsable de las formulaciones concretas de las ideas que han hecho avanzar al ser humano.
La fórmula de la entropía
El visionario de la verdad.
La verdad, el conocimiento puro, se encuentra escrito en un lenguaje abstracto. El mundo platónico de las ideas es sutil, ligero y luminoso. Como sucede en la fábula de la caverna de Platón, los hombres que están dentro de la cueva ven unas imágenes en la pared que creen reales, pero no son más que las sombras de la verdad pura que se encuentra escrita en el mundo de la luz.
El 6º Rayo y el lugar donde realiza su trabajo, la segunda dimensión, es capaz de ver la realidad pura del conocimiento y transformarla, plasmándola en objetos concretos, físicos y capaces de ser medidos y formulados.
El guerrero en marcha.
El guerrero cumple ideales. Pone en marcha órdenes, proyectos y leyes. Puede esperar mucho tiempo sin actuar, pero cuando debe hacerlo, lo hace con vitalidad y energía. Actúa con energía y determinación, cumpliendo ideales y leyes. Es un guerrero devoto y milita por una idea.
El picapedrero
El artista que recibe una idea y que la ha de plasmar en piedra, se asemeja al 6º Rayo, que recibe de la sexta dimensión y del 2º Rayo una idea, un arquetipo puro que ha de saber plasmar en la piedra. A golpe de cincel, debe arrancar del magma amorfo de materia, una forma geométrica individual y que corresponda a la idea que recibió. El picapedrero, ha de ser capaz de absorber una idea, romper el magma elemental y construir a base de estímulos certeros, la forma deseada. Ha de picar la piedra y crear la forma capaz de sustentar a la idea.
El aborrecedor de la forma.
Cada forma material es la representación de una idea. En la evolución funcional de cualquier organismo, sistema o ingenio, las formas del receptáculo se han de ir adaptando y cambiando para poder albergar la nueva funcionalidad. Este Rayo, debe crear las formas originales y luego ha de irlas cambiando por otras más capaces de albergar la nueva idea perfeccionada. El 6º Rayo crea formas y luego, aparentemente, las tiene que deshacer para crear otras nuevas. Crea formas y las destruye. Parece un aborrecedor de las formas.
El Divino ladrón.
Es otro de sus curiosos nombres. Si, el 6º Rayo, parece ciertamente un ladrón. Es un ladrón de ideas. Coge las ideas de la sexta dimensión, del mundo de las ideas, del mundo de las formas puras de los arquetipos y las hace aparecer en el mundo de la materia. Las ideas no son suyas, pero aparecen de repente en su mundo para que les pueda dar vida. Es un ladrón, una especie de mago que roba ideas de algún sitio lejano y las hace aparecer transformadas en materia viviente y pulsante en otro lugar.
El regidor implacable.
El regidor es el oficial encargado del gobierno de una parcela concreta de una localidad, municipio o ciudad. Con este concepto, podemos decir que el diminuto mundo atómico o molecular, tiene también su regidor. En esta segunda dimensión, trabajan por así decirlo dos regidores como mínimo. Tenemos por un lado el 2º Rayo que, aunque rige en la sexta dimensión, trabaja en la segunda dimensión y el 6º Rayo que es propiamente el regidor de este dominio. Esta segunda dimensión es donde las formas materiales más elementales, se empiezan a diferenciar del magma homogéneo y empiezan a individualizarse y a tomar estructura propia. Estamos en la zona donde empiezan realmente las primeras diferenciaciones de las formas de vida y donde se empiezan a producir los primeros ensayos constructivos, los primeros errores y las primeras aberraciones de las formas atómicas y moleculares. Es una zona donde los fracasos son frecuentísimos porque son las primeras pruebas de las manifestaciones de vida. Aquí, en este micro mundo, el Regidor ha de ser implacable. Trabaja en una zona muy conflictiva y ha de resolver muchos problemas.
Las rectificaciones de la creación son muy abundantes en esta zona
El que niega el deseo.
Este nombre, parece una continuación del anterior. Sabemos que los deseos equivocados de las criaturas evolutivas se dan frecuentemente en este nivel, y las uniones defectuosas de átomos y moléculas, se han de deshacer en esta zona para evitar errores macroestructurales. De arreglar estos errores, se encarga el 12º Rayo, pero trabaja conjuntamente con el 6º Rayo, por lo que no es de extrañar que en cierta manera, se vincule al 6º Rayo con la realización o no de un deseo. El 6º Rayo estimula todo lo que le llega allí, sea bueno o malo, pero alguien controla a este 6º Rayo, permitiendo que estimule o no lo haga. No es él quien rectifica, y niega un deseo evolutivo, pero lo parece.
SU REINO Y SU LOCALIZACION: LA SEGUNDA DIMENSION
Sabemos que la segunda dimensión, es el nivel de expresión de las primeras formas evolutivas diferenciadas, el mundo de los esbozos de las primeras manifestaciones de la vida. Aquí empieza a aparecer claramente el espacio y el tiempo, y con ello, las primeras estructuras geométricas, como los átomos y las moléculas. Vinculadas y formando parte de estas primeras formas de vida, con conciencia y ansia evolutiva, nos encontramos a la geometría y las matemáticas que, aunque se originan en la sexta dimensión, trabajan y se plasman en la segunda dimensión con toda claridad y fuerza.
Si pudiéramos concebir a la primera dimensión como un estado físico casi homogéneo de la materia, en una presentación similar a una semi-disolución, donde fuera imposible diferenciar con claridad a los elementos constituyentes, la segunda dimensión sería la desintegración de ese estado homogéneo en busca de la primera heterogeneidad y de la individualidad diferenciada.
Aunque la vida existe en todas las dimensiones, lo que podríamos llamar vida individual, vida diferenciada, empieza de una forma clara aquí, en la segunda dimensión, justo en el mismo punto en que con la aparición neta de la materia, empieza también a manifestarse con más claridad el espacio-tiempo.
En este nivel de organización básico, primitivo y primordial es donde vive el 6º Rayo. Este es su reino y su dominio. Este Rayo, tiene una característica básica: se encuentra en la parte izquierda del Rombo, en la parte material, en la zona lenta e inmovilista y es, por tanto, de naturaleza receptiva.
Sabemos que la manifestación emerge del Absoluto y se expresa al mismo tiempo en la 1ª y 7ª Dimensión. En esta fase evolutiva, la materia observable en la primera dimensión, aún se encuentra en un estado de manifestación de muy difícil comprensión.
La materia indiferenciada, se mueve, evidentemente, impulsada por la Fuerza Creadora del Primer Rayo, pero el movimiento evolutivo, no es aún direccional. No tiene un sentido, una finalidad, una orientación y una particularidad. La materia, sólo tiene vida. La orientación, la primera cualidad, llega con la presencia del 2º Rayo, quien le infunde características propias arquetípicas, un movimiento determinado y una orientación espacial específica. Esta energía del 2º Rayo empieza a dibujar sutiles líneas virtuales en el mundo inmaterial, que tendrán su reflejo y plasmación posterior en el mundo de la materia de la segunda dimensión.
Allí, el 6º Rayo, que espera pacientemente este sutil movimiento particular, da fuerza, impulso y posibilita que el diseño energético de la sexta dimensión se concrete en la segunda dimensión en una forma estructural, con la presencia de espacio, tiempo, materia, matemáticas, geometría y fuerzas elementales de la creación.
El Segundo Rayo es el geómetra, pero el 6º Rayo es el impulsor y el constructor de la geometría material y física. Traduce los planos etéreos a la materia. Esculpe y vitaliza en la materia lo que el 2º Rayo dibujó en el mundo abstracto. Es el cristalizador de la forma. El nombre le queda bien.
La geometría euclídea que siguen las formas de vida elementales, es un fenómeno que llama muchísimo la atención y sorprende a quien se adentra por primera vez en el mundo atómico, pero dentro del esquema del Rombo, vemos que la presencia de la geometría plana en las primeras formas de vida, forma parte de las características de las dimensiones y es el primer lenguaje de la evolución y del karma.
La mayoría de los minerales, pueden formar cristales, aunque necesitan para ello, algunas condiciones favorables. Un cristal es un sólido compuesto de átomos ordenados en un modelo repetitivo. La distancia interatómica en un cristal de cualquier material definido es constante y característica. Debido a que el patrón de los átomos es repetido en todas las direcciones, existen restricciones definidas en el tipo de simetría que el cristal posee.
Mediante el estudio de los cristales, se ha comprobado que familias enteras de minerales, presentan ángulos de 60º, 90º, y 120º. Finalmente, se ha visto que todos los cristales existentes pertenecen sólo a siete grupos diferentes de cristales, denominados sistemas cristalinos.
Para representar un sistema cristalino, se usa un sistema de coordenadas mediante un eje espacial (x, y, z) junto a los ángulos que forman respecto a los ejes. Con todo esto, se ha determinado que existen 7 sistemas cristalinos y que cada uno de los tallados naturales de los diferentes cristales, pertenecen a una de estas 7 grandes familias
Los sistemas cristalinos
Cada sistema cristalino, se caracteriza por el valor de sus lados y por los ángulos que forman los lados de la figura geométrica y esto, hace posible su clasificación en familias.
Una misma molécula, según sean las condiciones exteriores, puede cristalizar de una forma o de otra, ya que la cristalización es sensible a todos los valores externos que rodean a la molécula que va a cristalizar. Influyen en la forma de la cristalización la presión, la temperatura y las distintas vibraciones lumínicas, sonoras o mentales que aportan informaciones y que inciden en la materia que va a cristalizar.
El fenómeno de la cristalización sensible, no nos ha de extrañar, ya que, dentro del Rombo, hemos visto que la geometría pura que se da en la 6º dimensión se origina en el mismo lugar donde se hallan las informaciones arquetípicas. Estos arquetipos, que están vinculados con la geometría, al ser transportados al mundo de la materia de la 2º dimensión, generarán las cristalizaciones que estén en resonancia. La disposición y la angulación energética de la sexta dimensión, crea la forma material de la segunda dimensión, o lo que es lo mismo, los arquetipos generan las cristalizaciones.
En la sexta dimensión, sucede algo parecido a lo que sucede en la segunda dimensión. En esta dimensión material, hemos comentado que las formas empezaban a diferenciarse unas de otras, pero su origen, era el mismo. Este concepto es más o menos fácil de entender desde un punto de vista de la física y de la creación de partículas. Ahora, para entender lo que sucede en el mundo abstracto de la sexta dimensión, debemos volver al socorrido tema de las analogías, y hemos de comprender que si bien es cierto que en la sexta dimensión, están los arquetipos puros, en la séptima dimensión, esos mismos arquetipos, estaban fusionados en uno solo, un paleo arquetipo, que era común y primigenio a todos. Cuando la frecuencia de la séptima dimensión descendió y apareció la sexta dimensión, los arquetipos aparecieron ya separados, pero debemos pensar que su origen es el mismo y que por ello, aunque ahora estén diferenciados, están aún, en este momento, todos conectados. Podemos creer que los arquetipos se han individualizado, pero ello no quiere decir que no estén conectados. Es justo al revés. Son capaces de conectarse, unirse e interaccionar bilateralmente. El arquetipo puro que, en su cristalización, originaría la molécula del Agua, está unido a distintos arquetipos físicos (como la presión, la temperatura) a arquetipos sonoros, luminosos y mentales, etc.…haciendo que la cristalización pura y única del agua, no exista, ya que la geometría de la molécula de H2O, está unida a un sinfín de formas geométricas abstractas, que inciden sobre el arquetipo puro y hacen que su cristalización sea distinta para cada situación.
Las distintas formas arquetípicas abstractas, se relacionan y confluyen según leyes físicas de relación y resonancia, haciendo que la creación de una forma esté sujeta a la información que se encuentra escrita en la periforma.
La cristalografía mineral, la podemos estudiar con ayuda de la geometría plana, y nos puede informar del grado evolutivo de los átomos, moléculas y minerales. Este estudio, está vinculado con la observación de los ángulos atómicos y las relaciones matemáticas entre los lados de las figuras.
Esta cristalografía, está basada en la geometría euclidiana, pero hay un paso que da la naturaleza en su búsqueda de perfeccionamiento evolutivo y que precisa para la evolución biológica, de otros tipos de geometría. La geometría euclidiana, nos puede orientar hacia el grado de libertad o simetría de un átomo o molécula, pero para seguir adelante en la evolución de las criaturas, la naturaleza, ha de buscar geometrías más complejas. Estamos hablando de geometrías no euclidianas. Estas geometrías, se refieren a cualquier forma de geometría cuyos postulados y propiedades, difieren en algún punto de los marcados por Euclides en su tratado más conocido: Elementos.
Existen muchos tipos de geometría no euclídea, aunque si se restringe el estudio a espacios homogéneos, en los que la curvatura del espacio es la misma en cada punto, pueden distinguirse dos tipos de geometrías no euclidianas: La elíptica y la hiperbólica.
Los tres tipos principales de geometría
La geometría euclídea es un caso límite e intermedio entre la geometría elíptica y la geometría hiperbólica. Es una geometría de curvatura nula. La geometría hiperbólica satisface sólo los cuatro primeros postulados de Euclides y tiene curvatura negativa. La geometría elíptica satisface sólo los cuatro primeros postulados de Euclides y tiene curvatura positiva. Podemos observar en el dibujo, las diferencias de los valores de los triángulos y del número Pi en los tres tipos de geometría. Todos estos modelos de geometría son casos particulares en los que la curvatura es constante. Por otro lado, parece ser que la realidad del espacio infinitesimalmente pequeño o infinitamente grande apunta a que las geometrías no son homogéneas, sino que el espacio, puede pasar de un tipo de geometría a otro. Para el estudio de estas diferentes geometrías, se ha introducido el formalismo del tensor de curvatura, que ha demostrado que la geometría euclídea, la hiperbólica y la elíptica, tienen valores constantes del tensor de curvatura.
Pero podría ser que, en una geometría general y real, el tensor de curvatura tuviera valores variables a lo largo de diferentes puntos de dicha geometría. Llegados a esta situación, hemos de pensar en la posibilidad de que la curvatura de la geometría varíe de un punto a otro, como sucede en la teoría de la relatividad, donde la gravedad causa un tipo de curvatura no homogéneo en el espacio-tiempo, siendo mayor la curvatura donde existe mayor presencia de masa.
Einstein abordó en su Teoría de la Relatividad general , el tema de la estructura geométrica del Universo. En ella, mostró cómo la geometría del espacio-tiempo, tenía curvatura, que es precisamente lo que se observa como lo que llamamos campo gravitatorio, y cómo, bajo la acción de la gravedad, los cuerpos seguían las líneas más rectas posibles dentro de dicha geometría.
Esta geometría espacial heterogénea, no abarca tan sólo al espacio macro cósmico, sino que también se encuentra en el microcosmos, en el espacio atómico y molecular, que puede presentar, una topografía altamente irregular y heterogénea, ya que la misma gravedad, por la distribución no uniforme de la masa, no es constante. Si es así, en algún momento del mundo subatómico, podríamos ver si pudiéramos, como el espacio se expande, se retuerce, se repliega sobre sí mismo y parece abandonar el perfeccionismo de la geometría euclidiana para adoptar las formas retorcidas y curvas propias de la biología. Todo esto, este abandono de la geometría euclidiana parece observarse con la aparición de una molécula muy especial, el ADN, la súper molécula de la vida biológica.
El ADN marca una línea fronteriza entre el mundo mineral y el mundo biológico. El mundo mineral manifiesta su evolución y su Karma con la geometría euclidiana, y el mundo biológico, aunque mantiene en su profundidad más básica y elemental, esta geometría, debe acceder a otras geometrías más complejas que le permitan nuevas posibilidades evolutivas. Esta molécula que tiene forma de doble hélice y que, por simplicidad, tendemos a imaginarla como un cilindro que sube o baja, empieza a buscar geometrías más complejas y empieza a trenzarse y a crear nudos de una complejidad mayor.
Las hebras del ADN se pueden enrollar de distintas maneras
Con esto, se empiezan a dibujar geometrías más elaboradas en el plano tridimensional, que posiblemente sean determinantes para ejercer estímulos de activación o frenado de la información genética presente en la cadena. Existe una parte muy importante del ADN a la que no se le atribuían acciones directamente relacionadas con los genes, y que arrastraba el lamentable nombre de ADN basura.
En los últimos años, se han ido descubriendo datos que indican que este ADN, desafortunadamente nombrado, desempeña las funciones de panel de control con millones de interruptores que regulan la actividad de los genes. La Naturaleza es una gran economizadora y funciona siempre con la ley del mínimo esfuerzo. Nunca utilizaría un esfuerzo inútil en crear algo inactivo e infuncional, que sólo sirviera para ocupar espacio y molestar. No sobra nada en la creación. Todo es operativo, altamente funcional, rentabilizado y economizado hasta llegar al gasto universal cero. Tal como lo veo, en la Naturaleza, no hay lugar lógico para la basura, el desperdicio o la mala gestión de los recursos, porque sencillamente, no es rentable.
Posiblemente, la súper variabilidad geométrica de la cadena del ADN, y el flujo magnético que se desprende de ello, sea la base para la estimulación de este ADN controlador. Estamos diciendo que la disposición tridimensional de la cadena y por tanto su geometría y matemática, con toda la actividad electromagnética que de ello se desprende, está muy relacionada con la función del ADN control.
La función del ADN está relacionada con la disposición geométrica y ésta, lo está el dibujo sutil de los arquetipos. No hablamos de nada nuevo cuando relacionamos el 2º Rayo, la 6º dimensión y los cambios evolutivos. A cada escalón dentro de la evolución, le corresponde una geometría asociada. Para pasar a la biología, al ser vivo capaz de reproducirse, perpetuarse y especializarse, le corresponde la llegada de una geometría más elaborada, con más posibilidades, y eso sucede con la aparición de la modificable molécula del ADN, que nos ha acompañado desde la aparición de las primeras formas primarias de vida, hasta la separación y especialización de los grandes troncos evolutivos que han originado hongos, plantas y animales. Todos partimos del mismo ADN elemental, que ha ido variando de estructura y función en la medida que el ansia evolutiva de la criatura, le pedía más soluciones y respuestas a sus preguntas.
El 6º Rayo da vida a todo lo que está en la segunda dimensión y se mueve. Es ciego, como sus hermanos antecesores. Crea y estimula lo que hay allí, en esa dimensión, sin importarle mucho la calidad de lo que hay. El, sigue al movimiento, le da fuerza, poder, estímulo y energía. Materializa y vitaliza a las ideas que se ponen en movimiento. Estructura a las ideas, sean del tipo que sean. Estimula a los átomos, moléculas y ADN, sean como sean. No importa. Es un estimulador. Es un impulsor ciego del movimiento de las estructuras elementales.
EL KARMA EN LA SEGUNDA DIMENSIÓN
Decíamos que en esta segunda dimensión, era donde se concretaban de una manera clara, todas las formas materiales que habían aparecido como un esbozo en la primera dimensión. Al hacerlo y entrar claramente en el mundo de la manifestación, de la individualidad y de lo relativo, aparecían las primeras creaciones atómicas y moleculares.
Muchas de estas formas primitivas de vida, no siguen patrones armónicos de crecimiento y generan estructuras aberrantes que son eliminadas por los mecanismos del Karma para impedir que todo el mundo tridimensional, se vea inundado de estos errores. Son muy abundantes los fracasos estructurales que se producen a nivel atómico y molecular, con la creación de elementos primarios incompletos, o minerales, vitaminas, aminoácidos y enzimas con estructuras anómalas e ineficaces para una situación determinada. Por ejemplo, si observamos los compuestos levógiros o dextrógiros, veremos que tienen propiedades químicas muy distintas debidas a pequeñas variaciones en la disposición espacial de su estructura. Este pequeño cambio, les hace ser operantes o inoperantes y capaces de proporcionar vida evolutiva o no.
Giro óptico de dos moléculas
El Karma en esta segunda dimensión, puede producir todo tipo de rectificaciones en las estructuras elementales primarias y hacer que las moléculas malformadas, no sean útiles para la vida biológica y tengan tendencia a desaparecer. Cuesta entender que, en la primera manifestación de la creación, ya se produzcan tantos mecanismos de control, pero la economía marca toda biología y es mucho más ventajoso realizar rectificaciones al principio de los errores que cuando estos ya se han desarrollado ampliamente y su corrección es mucho más costosa.
Las uniones atómicas, según sabemos, siguen patrones ciegos de “enamoramiento” electromagnético, y sus enlaces, puede que sean capaces o no, de originar una cadena productiva de creaciones posteriores. Hay uniones en las que el enamoramiento, (que depende básicamente de la atracción polar de los átomos), es productivo, tiene descendencia y origina múltiples formas de vida orgánica.
En otras ocasiones no es así, y el enamoramiento atómico no toma caminos evolutivos correctos y la unión queda estancada y no es productiva desde un punto de vista evolucionista. El enamoramiento o atracción polar, tiene muchas versiones y posibilidades de manifestación. Se puede entender como la fuerza que une materia y energía o la fuerza que une materia con materia. Se puede entender fácilmente con un ejemplo si estudiamos el caso de una atracción que ha resultado muy fecunda. Sabemos que el elemento más abundante en el universo es el número 1, el amor, pero dentro de los elementos con estructura atómica completa, el más extendido es el elemento número 31, el Hidrógeno, que actualmente ocupa el puesto número 1 de la imperfecta tabla periódica actual.
El Hidrógeno tiene un protón y un electrón en su primera capa electrónica. Esta capa electrónica tiene la posibilidad de albergar dos electrones, así que el Hidrógeno, en este estado atómico, tiene un déficit electrónico para acabar de llenar su capa y alcanzar estabilidad.
El oxígeno con 8 protones tiene 8 electrones, que están dispuestos de la siguiente manera: 2 electrones en la primera capa, con lo cual queda completa y en la segunda capa, que tiene una capacidad de 8 electrones, sólo tiene 6. Es decir, presenta un déficit de 2 electrones para adquirir un estado de estabilidad.
La solución de ambos átomos, tanto del oxígeno como del Hidrógeno, consiste en llegar a un estado en el cual, se han de realizar dos acciones de naturaleza aparentemente distinta: dar y recibir, amar y ser amado. Los Hidrógenos ceden y comparten sus electrones con el oxígeno y este queda estabilizado con 8 electrones en la capa exterior y los átomos de Hidrógeno, solucionan su déficit compartiendo un electrón tomado del oxígeno y participan de una estructura estable. Esta molécula así creada es muy versátil y presenta unas características que han hecho que sea la más eficaz para la vida. Los seres vivos están caracterizados por poseer una organización celular, que está formada por determinadas moléculas. Al estudiar estas moléculas biológicas, observamos que las mismas, están constituidas en un 98% por elementos primarios muy ligeros, como H, C, O, N, P y S. El 2 % restante, está constituido por elementos primarios algo más masivos como el Fe, Ca, Na, K, Cu, Cl. etc.) La combinación de los seis primeros elementos primordiales, puede dar lugar a la formación de millones de moléculas distintas, sin embargo, la mayoría de los seres vivos, está formado por un número bajo de distintos compuestos. El resto de posibilidades de creación, son rechazadas por la naturaleza. El Agua, forma el 70% de los constituyentes de la biología y el 30% restante, son compuestos en cuya composición interviene el carbono en una u otra forma. El caso del Carbono es similar al de los anteriores. Tiene 6 protones y 6 electrones, distribuidos así: 2 en la primera capa, que queda totalmente llena y 4 electrones en la segunda capa, que tiene capacidad para 8, con lo que tiene 4 espacios para rellenar. El Hidrógeno, haciendo gala de su capacidad de dar, los cede y crea distintas moléculas estables. Utilizando este sistema, el Carbono participa en la construcción de un número inmenso de moléculas que sustentan la vida.
El Carbono, uniéndose tan solo con un número pequeño de otros átomos, es capaz de originar distintas formas moleculares que forman el soporte de la vida. El producto final es muy distinto, pero el número de elementos primarios que participan a gran escala es muy reducido. Se combinan unos pocos elementos de distintas maneras y disposiciones, y al final aparecen formas muy distintas, al igual que en este dibujo, pero sólo hemos partido de unos pocos triángulos y cuadrados.
El Carbono y sus combinaciones forman muchas bio-moléculas.
Otro elemento vital para la vida es el Nitrógeno. Tiene 7 protones y 7 electrones: 2 en la primera capa que queda completa y 5 electrones en la segunda capa, con lo que tiene una necesidad muy grande de “enamorarse” y rellenar ese vacío electrónico con 3 electrones. Esto lo hace fácilmente combinable con el Oxígeno, el Hidrógeno y el Carbono. De hecho, la gran parte de la química orgánica da vueltas alrededor de las uniones y enamoramientos entre C, H, N, O.
Cuando dos átomos cualesquiera en los que existe una atracción polar se encuentran, se atraen y se “enamoran”, forman una molécula distinta a los dos progenitores, con unas características y necesidades evolutivas muy distintas, por lo que en ese mismo momento, vuelve a aparecer otro “enamoramiento”, pero ahora entre la nueva materia creada y los Rayos de Energía Cósmica, que acuden ciegos para alimentar las nuevas exigencias y deseos del recién nacido.
El cloro es el elemento 17, situado en el grupo de los halógenos. En condiciones normales y en estado puro es un gas tóxico amarillo-verdoso formado por moléculas de olor desagradable. El sodio es el elemento 11. Es un metal alcalino, untuoso. Es muy reactivo, se oxida en presencia de oxígeno y reacciona violentamente con el agua.
Cuando se unen, forman Cloruro Sódico (sal común) que es una molécula presente en grandes cantidades en el mar, causante de la salinidad y de proporcionar algunos elementos básicos para la vida primitiva.
Todos los organismos del planeta tienen sal en su composición como recuerdo de su origen ancestral. En nuestro mundo, la sal, ha sido una de las materias primas de toda la creación biológica. Las características del Cloruro Sódico, sus necesidades y su facilidad para formar vida, son muy distintas a las de sus progenitores. Esta nueva criatura, tiene otros deseos que los que tenían sus padres y cuando esta recién formada sal, trabaje con algunas otras moléculas, empezará a formar parte importante de la vida elemental, de la que derivará toda la vida de la Tierra. Todas estas uniones presuntamente azarosas que se dan entre elementos, corresponden a una ley universal de atracción y de polaridad, que hace que el “enamoramiento”, esta atracción entre materia y energía, sea imprescindible para formar átomos, moléculas, células, organismos, planetas y el mismo universo.
Todas las estructuras atómicas y moleculares, de origen azaroso o no, están unidas entre sí por fuerzas eléctricas, magnéticas y nucleares, que hacen que una materia se una con la otra por una fuerte atracción. Esto nos lleva a pensar que cualquier fuerza de la naturaleza que pueda actuar en este nivel, es capaz de incidir en la unión o desunión de las estructuras primordiales ya que
Estas estructuras, son sensibles a las acciones de la fuerza fuerte, la débil, la electromagnética y la gravitacional, por lo que cualquier acción de estas fuerzas, es capaz de crear, romper y reemplazar algunas estructuras atómicas por otras.
Lo hemos comentado en diferentes momentos, pero quizá está bien recordarlo: Los Sagrados Rayos del Karma, pueden utilizar cualquier expresión de estas diferentes fuerzas de la naturaleza para producir reajustes en la creación en su manifestación más elemental. Aquí, en esta dimensión tan material, actúan los señores del Karma, uniendo y desuniendo las creaciones elementales que las criaturas atómicas, en su ansia evolutiva y enamoramiento, han creado.
La acción rectificadora de los señores del Karma, que hace y deshace uniones, no atañe sólo a este nivel de átomos o moléculas elementales, sino también a un nivel algo más elaborado. Estamos hablando del nivel en que los átomos, se unen para formar las bases del ADN, que soportan la información genética.
En el nivel de la cadena completa del ADN, los señores del Karma, pueden producir transmutaciones, translocaciones, errores de transcripción, activación o desactivación de zonas concretas, o bien, alteraciones en el mismo número de los cromosomas.
Las posibilidades de acción que se dan en este nivel de actuación son infinitas porque ese es el número de posibles rectificaciones que se pueden producir aquí. El Karma actúa ampliamente en esta segunda dimensión. Lo hace a través de las fuerzas de la naturaleza, interaccionando con átomos, moléculas y ADN, provocando cambios en la estructura o en la función.
Trisomía18. (Tres cromosomas 18 en vez de los dos habituales)
La acción de las fuerzas rectificadoras y evolutivas en el mundo de lo diminuto es una acción muy poderosa. El error, se ha de rectificar aquí, ya que, de otra manera, el sexto Rayo, daría un fuerte impulso a la forma errónea de creación.
Sabemos que le gusta dar impulso a todo lo que se mueve, sea de la naturaleza que sea. Este 6º Rayo, como todos sus hermanos, es ciego. Estimula todo lo creado, todo lo que aparece en escena y se mueve. Estimula al átomo perfecto, a la molécula imperfecta y al ADN defectuoso.
De alguna manera, se ha de controlar su ciega acción. Su pareja de baile es el 12º Rayo. Este Señor, sí que sabe lo que hay que hacer. El, le controla y le da luz verde o roja.
EL AZAR EN LA SEGUNDA DIMENSION
He citado antes sin querer la palabra azar y me parece que una palabra de este calado necesita una pequeña aclaración.
Pienso que existe un plan Divino, una Idea Divina que contempla la posibilidad de que, en la creación, puedan aparecer criaturas capaces de desarrollar vida plena y consciencia cósmica. No pienso que esto sea un azar, y que la conciencia y su expansión progresiva hasta la consecución de una conciencia expandida, universal y cósmica sea un tema azaroso. Creo que más bien, se trata de un plan.
La vida evolutiva, como tal, responde a un plan de la Voluntad Creadora, y para ponerlo en marcha, se necesita de la ayuda de toda una compleja jerarquía de entidades celestiales y planetarias, todas con funciones específicas y definidas, como el mensajero del espacio, cuya naturaleza está formada de energía vibratoria y que es capaz por sí mismo de coger, codificar y transmitir los pensamientos, sentimientos y acciones generados por las criaturas bioeléctricas, para que puedan formar parte también en la consecución del plan.
El concepto clásico de las jerarquías celestes
El trabajo común de las entidades celestiales, planetarias y del ser mismo ser humano, es plasmar el plan Divino. Los científicos no admiten la existencia de todas estas entidades o fuerzas colaboradoras y piensan erróneamente que el funcionamiento y la marcha del planeta y también del mismo sistema universal, es fruto del azar y que todo el sistema, se mantienen solo, sin ningún proceso ni plan inteligente que lo sustente por detrás.
Pero, a pesar de este plan evolutivo general, no todos los pasos o escalones que se dan en las distintas manifestaciones de la vida forman parte de un premeditado plan. Hay situaciones que no están pensadas ni programadas, y la destacable y palpable presencia del azar, no entra en contradicción alguna con el plan general. El azar puede intervenir de una manera importantísima en la manera en cómo se desarrollan los diversos caminos que pueden conducir a la consecución del plan Creador.
Intentaré explicarlo: después del Big Bang, los átomos quedaron disueltos en el caldo cósmico, y al enfriarse, se formaron las aglomeraciones de masa, las estrellas y los planetas. La Tierra primitiva era de naturaleza ígnea y gaseosa, con una apariencia muy distinta a la actual.
Mas tarde, su aspecto cambió al formarse las moléculas de agua, y de alguna manera, dentro de este líquido, se empezaron a combinar distintas moléculas sólidas en suspensión por pura atracción electromagnética hasta que, por alguna razón, se empezaron a crear moléculas más y más elaboradas, hasta que, quizás por azar combinatorio, apareció un molécula capaz de replicarse a si misma. Ese fue el inicio del ADN y de la vida tal como la conocemos. Pero si las condiciones del planeta hubieran sido otras y las combinaciones y la concentración inicial de los elementos primarios en el momento crítico, hubieran sido distintas, y la primera molécula capaz de replicarse, hubiera tenido otra estructura, la vida del planeta, y toda su cadena evolutiva, se habría desarrollado de otra manera. Nuestra biología depende del Carbono, aunque quizás, aparentemente, lo más lógico sería pensar que debería estar basada en el Silicio, átomo de características muy parecidas y mucho más frecuente en el planeta. Quizás aquí, intervino el azar, o quizás no, y lo que intervino fue la economía biológica porque el Carbono es mucho más ligero que el Silicio, y la vida en la Tierra, tiene una gran tendencia a estructurarse con elementos ligeros. Pero, tal vez, intervino el azar combinatorio en esta primera molécula hecha de Carbono, y a partir de aquí, todo se empezó a construir sobre esta base estructural.
La palabra azar proviene del árabe az-zahr, que significa dado. El azar es una combinación de circunstancias y causas imprevisibles, que provocan que acontezca un acontecimiento que aparentemente, no está condicionado por la relación de causa y efecto ni por la intervención humana o divina.
Hay dos grandes maneras de contemplar el azar. En la primera, al azar se le otorga por ignorancia o desconocimiento, el resultado de un suceso muy complejo, que responde a causas de naturaleza determinista.
Por ejemplo: si al tirar una moneda al aire, supiera el peso del material, la fuerza con la cual es impulsado, el ángulo de salida, su inclinación, el tiempo de contacto con la superficie, su densidad y elasticidad, podría calcular la altura del rebote inicial, la distancia entre los rebotes posteriores y saber si saldría cara o cruz con un 100% de posibilidades de acierto. Al desconocer todas estas variables, y al no poder prever el resultado del lanzamiento, a la posición final de cara o cruz, le llamamos azar y el resultado del lanzamiento, parece impredecible.
Pero hay otro tipo de azar. Es un azar en el cual la aleatoriedad, forma parte de la vida. Se considera esta situación cuando existen procesos que son aleatorios, independientemente del conocimiento que tengamos del propio sistema, de forma que no se puede reducir a causas deterministas.
Un ejemplo de todo ello es la extraña composición química de la estructura de los seres vivos. Si analizamos, por ejemplo, la estructura de un vegetal, veremos que está compuesto de los siguientes elementos:
Abundancia de Carbono, Oxígeno, Hidrógeno y Nitrógeno
Vemos que tal como decíamos antes, el Carbono, forma una parte muy importante de la estructura de los seres vivos, lo cual es muy curioso, ya que existe otro elemento químico, el Silicio, que es muchísimo más abundante que el Carbono, que está situado en la tabla periódica justo por debajo de él, y que tiene una estructura atómica y unas características que lo harían totalmente eficaz para la vida.
Es una incógnita saber porque la naturaleza, en un momento dado, escogió el Carbono y no el Silicio, cuando “a priori” parece tan eficaz como el otro y es mucho más abundante. Quizá es una solución muy económica y estudiada por la naturaleza ya que existe una tendencia a trabajar con elementos ligeros o quizá, la causa de la predilección del carbono no sea ésta en absoluto. Tal vez, la primera molécula que formó enlaces con Oxígeno, Nitrógeno e Hidrógeno fue la de Carbono, por una pura cuestión de azar, de proximidad, de encuentro fugaz e inesperado, de enamoramiento casual y a partir, todo se estructuró sobre el primer ladrillo.
Según el planteamiento de los campos morfogenéticos, sabemos que la naturaleza funciona sobre patrones establecidos, de tal manera que es mucho más fácil realizar una segunda y una tercera combinación repitiendo un patrón existente que probar un esquema nuevo. Quizá la participación química del Carbono que la primera combinación que se produjo y fue determinante para el futuro. Tal vez, todo se basa en una primera y casual unión azarosa. Siendo valientes y a forma de divertimento, contrariando un poco a Einstein, podríamos decir que Dios no tan sólo juega a los dados, sino que es un jugador que desconoce los resultados que saldrán.
Quizá el encuentro inicial entre el Carbono y el Hidrógeno se debió a un enamoramiento casual, por azar, que generó toda la cadena bioquímica posterior. A lo mejor, fue un encuentro casual, imprevisible, como aquel del que hablan Serrat y Noa en la canción: Es caprichoso el azar
“Fue sin querer, es
caprichoso el azar,
no te busqué,
ni me viniste a buscar.
Tú estabas donde no
tenías que estar y yo
pasé… Pasé, sin querer
pasar.
Y me viste y te vi, entre
la gente que iba y venía
con prisa en la tarde que
anunciaba chaparrón.
Tanto tiempo esperándote…
Tanto tiempo esperándote…”
El azar, como dice la canción, es caprichoso, no es lógico y no es previsible. La atracción entre dos polaridades, dos compuestos, dos personas, dos instituciones, parece a veces regida por la falta de premeditación e impulsada por la caótica e imprevisible situación del azar inicial.
La unión polar, puede ser azarosa o no, pero como en el fondo, muchas situaciones se rigen por un plan, el karma, si es conveniente, rectificará las uniones que por azar o por deseo propio, se han producido y que pueden llevar a un acierto o a un error funcional o estructural.
Que extraña y compleja relación la que protagonizan el plan, el azar y el Karma. Parecen sinfonías destinadas a no entenderse jamás, y en cambio, forman parte del juego cósmico, de la danza universal y son el azúcar, la sal, la sorpresa y la esencia de la vida.
Y lo más sorprendente es que al 6º Rayo, todo esto, le importa bien poco. No le incumbe si lo que se ha producido es fruto del azar, de la atracción planificada o el fruto de una reparación karnática. El, estimulará lo que haya allí, de la naturaleza que sea, independientemente de su origen y de su finalidad. El, ha de estimular y con eso le basta. Ese es su trabajo.
CARACTERISTICAS PSICOLOGICAS DEL 6º RAYO
Llego como siempre al apartado que más me cuesta abordar, pero al que poco a poco, y en la medida en que voy escribiendo artículos de los diferentes Rayos, aprendo a afrontar con más decisión y valentía. Toca hablar (como no) de las características psicológicas de las personas que están relacionadas con el 6º Rayo. Para partir de una base sólida, intentaremos utilizar los conceptos generales ya conocidos y los aderezaremos con algo de analogía y unos toques de lógica para hacerlos más comprensibles.
En primer lugar, es importante recordar que, con el 6º Rayo, estamos en el terreno de la segunda dimensión. Se trata de un espacio donde aparecen las primeras formas de organización: las estructuras atómicas y moleculares que son las manifestaciones primarias de la vida. Estamos saliendo del mundo de lo homogéneo e indiferenciado para entrar en el mundo de lo heterogéneo e individual.
Las estructuras atómicas elementales, se puedan diferenciar unas de las otras, pero cuesta mucho distinguir un átomo de Sodio de otro átomo también de Sodio. Esta poca diferenciación inicial, se va perdiendo en la medida que la evolución va ganando peldaños. En los organismos más complejos, la diferenciación progresiva y la especialización han hecho un inmenso trayecto a lo largo de millones de años y hemos observado con claridad, la aparición de los tres reinos principales de la biología: plantas, hongos y animales. Y en cada reino, las especies que han aparecido se han dividido en géneros, familias, órdenes, clases y filas. Esto ha hecho que la separación de las especies haya llegado a ser tan importante que cuesta comprender y encontrar el origen común de todas las formas de vida en el planeta.
Hoy en día, todas las criaturas, están todas muy alejadas las unas de las otras, pero al principio de la vida en la Tierra, hace 550 millones de años, los organismos tenían muchísimas características comunes y lógicamente, muy pocas de individuales.
Con los cambios que se han producido en la Tierra, con las diferentes extinciones masivas que han hecho presencia, las adaptaciones, la permanencia de la información en los campos morfogenéticos, el resurgimiento de las especies y los distintos caminos evolutivos que han seguido las criaturas, se han ido produciendo grandes variaciones estructurales y concienciales en todos los seres vivos. Y a pesar de todas estas variaciones que parecen distanciar a unas formas de las otras, todas las especies están conectadas desde un punto de vista psico morfológico, de manera que la especie humana comparte mucho material morfológico, genético y psicológico con las especies inferiores, las cuales, le han llevado a ser lo que es ahora.
Si evolutivamente hablando, y dentro de la biología, nos centramos en el aspecto de la conciencia, podemos ver que las criaturas evolutivas, antes de tener un psiquismo individual, gozan de un psiquismo colectivo. Aunque se trate de muchos individuos aislados, los miembros que pertenecen a una familia se mueven agrupados formando una estructura conciencial común, y en una disposición en la que cada individuo sigue el movimiento del otro. Esto es la base de una de las primeras formas de la conciencia: la conciencia colectiva, en la que el individuo puede estar horas quieto, sin hacer nada, pero cuando surge una idea y algo se pone en marcha, al mismo tiempo, e instantáneamente, el individuo reacciona sumándose con rapidez y energía al movimiento grupal originado en algún lugar, y por algún motivo.
Si observamos el dibujo de los planos de conciencia, veremos que en la segunda dimensión, que es el territorio de nuestro 6º Rayo, coexisten dos planos de conciencia. Vemos que una parte pequeña de la segunda dimensión está relacionada con el primer plano de conciencia, el más elemental de todos, y que la otra parte de esta segunda dimensión, mucho más amplia, está relacionada con el segundo plano de conciencia.
Con este dato, podemos pensar que el individuo del 6º Rayo tendrá dentro de su nivel de conciencia, dos partes diferenciadas, una muy vinculada al mundo de lo homogéneo y otra correspondiente al mundo de lo diferenciado. Tendrá dentro de si mismo y actuando al mismo tiempo, dos niveles de comprensión: Uno grupal y otro individual.
Los planos de conciencia
Pensemos que, al hablar del 6º Rayo, estamos hablando de un Rayo cuyo dominio cae en el mundo material, en el mundo poco libre de la segunda dimensión. Sabemos que es en la tercera dimensión donde aparece plenamente el psiquismo, la inteligencia y la intelectualidad, pero no en la segunda dimensión. Habrá entonces una parte del psiquismo de la persona del 6º Rayo que esté más vinculada con lo homogéneo, otra parte con lo ya diferenciado y otra parte que esté tocando a través de los planos de conciencia a la tercera dimensión, lo cual le otorgará más diferenciación individual y psiquismo inteligente.
Al hablar de una persona de 6º Rayo, estamos hablando lógicamente de un ser humano, y todos son inteligentes, tienen esta característica, es obvio, pero quería decir que, aunque estemos hablando de la segunda dimensión y del 6º Rayo, a través de los planos de conciencia, un individuo del 6º Rayo tiene contacto con la primera y con la tercera dimensión, por lo que, ni el esquema ni las características de las que hablaremos ahora son rígidas y totalmente ciertas. No existe la pureza prístina de la persona del 6º Rayo, ni la igualdad psíquica de los que son de este Rayo, ya que la libertad que puede tener la persona para moverse por los planos de conciencia, puede hacer muy difícil su posición y reconocimiento.
Espectro cromático de un filtro rojo-naranja
Además, hemos de tener en cuenta otro fenómeno muy importante. El dibujo de arriba representa el espectro cromático de un filtro de fotografía que podría ser de tonalidad naranja. Si analizamos el espectro, veremos que, aunque tenga un color predominante, en este caso, naranja, el análisis del espectro nos demuestra que tiene todos los colores, lo cual hace que haya infinitos naranjas, al igual que infinitas personas de 6º Rayo. Todo esto, viene a complicar aún más cualquier estudio psicológico, pero, si somos condescendientes, podemos realizar un juego teórico y analizar lo que podría ser un retrato robot de una persona de este Rayo. A partir de aquí, con las limitaciones consabidas y con el permiso que nos dan estas premisas, podemos empezar a sacar conclusiones.
Si repasamos conceptos, recordaremos que el 6º Rayo sigue al 2º Rayo, que es donde están los arquetipos puros, la filosofía, las creencias, las verdades abstractas… y por tanto, el 6º Rayo está unido de una forma “enamoradiza” a todo esto, sin que exista entre una parte y otra, un filtro separador, gobernado por el juicio o la inteligencia, sino que más bien, lo que existe es una fusión gobernada por la simpatía, el amor, la devoción, la fe, y la empatía.
El 6º Rayo no crea nada nuevo. Sabemos que está posicionado en la parte izquierda del Rombo, en la parte pasiva, en la zona que espera el movimiento. Aquí, este Rayo, espera el movimiento direccional que alguna fuerza haya podido transmitir a las primeras manifestaciones atómicas. Este particular movimiento, lo ha generado como recordamos, el 2º Rayo (Rayo del color, del movimiento, de la forma pura del arquetipo) y lo que hace nuestro querido 6º Rayo, es dar fuerza e impulso a ese recién creado movimiento. Nada más y nada menos.
El 6º Rayo, espera un movimiento, una orientación particular y se acerca a él, y le proporciona ánimo, calor y empuje. Estamos entrando en el terreno psicológico de lo que podríamos llamar lealtad, devoción, reverencia y compromiso. Desde un punto de vista psicológico, podríamos decir que estamos frente a un devoto, a un adorador, a un seguidor, a un fan, que siente una atracción sentimental y casi mística hacia el objeto que es culto de la veneración, sea de la naturaleza que sea.
Este afecto no está racionalizado. Tiene un componente más primario, más profundo, más emocional, menos intelectualizado y equitativo. Esta actitud devota no está movida por el intelecto, el juicio, la capacidad creativa o la abstracción filosófica. Esta manera de ser, de actuar, está impulsada por el afecto, la simpatía, la emotividad, el sentimiento, la devoción y la adoración.
Una persona de este Rayo podrá valorar los acontecimientos por la impresión que le causan, por el gran componente emocional que le despiertan, por lo que le atraen, pero no por lo que son en sí mismos, por lo que representan, por la belleza que subyace bajo ellos o por la perfección de su puesta a punto.
Parece que esta cualidad devocional de la conciencia que proporciona el 6º Rayo está más vinculada al mundo de lo indiferenciado que al de lo diferenciado, y recuerda al comportamiento instintivo-colectivo que ofrecen muchas especies inferiores. Podemos decir que esta actitud, está claramente vinculada al primer plano de conciencia.
No quiero decir con todo esto que la persona que pertenece a este Rayo sea un animal de psiquismo colectivo y solo disponga de conciencia grupal, pero si que, en esta persona, en su psiquismo, existe un componente emocional que seguramente no encontraremos en otro tipo de individuo.
No obstante, el contacto que mantiene con el segundo plano de conciencia, lo puede liberar un poco de todo esto y le puede dar más criterio y facultad cognitiva para formular pensamientos razonables acerca de su evidente compromiso emocional. Este matiz, y la utilización eficaz del segundo plano de conciencia, es lo que hará que se comporte como un seguidor más que como un fanático a ultranza. Este segundo plano de conciencia, le aporta la capacidad de valorar inteligentemente su devoción.
Antes de seguir adelante en el estudio, paremos un instante y recordemos de nuevo las características básicas de este Rayo:
“Es el Rayo más tranquilo, más expectante. Espera el movimiento del átomo, de la célula, le da fuerza e impulso”.
Quizá para entender esto, hemos de remontarnos a la primera dimensión, que es la que precede a esta segunda dimensión. Si pensamos que, en la primera dimensión, prácticamente no hay espacio-tiempo ni movimiento, hemos de comprender que es en la segunda dimensión, donde empieza a manifestarse con más claridad el espacio, el tiempo y por consecuencia el movimiento. Aquí, en la segunda dimensión es donde empieza a pasar algo. Antes no. Sino pasa nada, solo hay espera y expectación de que algo suceda para ponerse en acción. Hay tranquilidad, pues no pasa nada, pero hay expectativas de que algo pueda suceder. Sino sucede nada, no habrá movimiento acompañante, pero si sucede algo, la energía del 6º Rayo aparecerá, acompañará al movimiento y todo se pondrá en marcha.
Con todas estas aclaraciones y preámbulos, podemos dejar ir a la imaginación, la fantasía y realizar algunas hipótesis de cómo podría ser el psiquismo de una persona del 6º Rayo. Tomémoslo como un juego libre del pensamiento y la recreación y creemos un personaje prototípico.
La persona de este Rayo, frecuentemente, es de naturaleza tranquila, benévola, y está movida por la devoción. A la hora de realizar algún juicio de valor, lo hace según la atracción intuitiva que siente por aquello. Parece que, en cierta manera, necesita a algo o a alguien a quien adorar, y por ello, puede ser, según sea su naturaleza, un excelente seguidor, un fan, un apóstol, un mártir o un fanático, en caso de que caiga en la parcialidad y el autoengaño.
Puede motivarse al máximo y ofrecer toda su vida por una causa que tenga gran valor para él, pero puede no hacer nada ante un hecho que (aunque sea de un valor social incuestionable), carezca de la mínima atracción.
Puede ser un gran orador, un excelente predicador, al igual que un poeta cargado de emotividad, que se centrará más en la fuerza y el impulso de sus palabras que en el razonamiento y el lenguaje preciso o hermoso de su contenido.
Es posible que, en su camino evolutivo, se haga patente la devoción y siga el sendero de las plegarias y la oración para lograr la unión mística con el objeto deseado. Amará las grandes verdades, los grandes principios y no le interesarán demasiado los detalles, los pormenores ni el barroquismo asociado a las creencias. Ama lo simple y lo puro.
Esta es su naturaleza: Esperar, estar tranquilo y expectante. Ahora bien, cuando aparece algo que lleva movimiento, el que sea, lo sigue, le da fuerzas y vida. Es un vitalizador, un impulsor y un seguidor del proyecto y de la idea, pero no es el pensador, el creador del movimiento ni el responsable de su dirección. El, es el vitalizador. El, da vida, empuje y fuerza a todo aquello que se mueve. No le importa la dirección, le importa el movimiento y va tras él.