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El ser humano dentro del Rombo

El ser humano dentro del Rombo

Se puede estudiar al humano dentro del Rombo a nivel macroscópico o microscópico y bajo el prisma estructural o funcional. En este artículo, hablaremos de las diferentes maneras en las que podemos observar al hombre dentro del Rombo.
La evolución está totalmente relacionada con la llegada y el manejo de los Rayos Cósmicos Regentes y los Rayos Vigilantes-Ejecutores. En este número hablaremos también de los asentamientos corporales de entrada de estos dos tipos de radiaciones.

EL SER HUMANO DENTRO DEL ROMBO

Al hablar de los planos de conciencia, ya comentamos de qué manera podíamos colocar al ser humano dentro del Rombo. Dijimos entonces que si poníamos una figura antropomórfica y la situábamos con la cabeza en la parte de entrada de los Rayos de Energía cósmica (7ª dimensión) y los pies en la parte de entrada de las vibraciones de los Elementos primarios (1ª dimensión), íbamos a ver que la cabeza correspondería a la 7ª dimensión, el tórax y los brazos a la 6ª, el abdomen y los antebrazos corresponderían a la 5ª, la pelvis y las manos estarían en la 4ª, las caderas y muslos hasta las rodillas formarían la 3ª, las pantorrillas hasta los tobillos, estarían relacionadas con la 2ª y desde los tobillos hasta los pies formarían la 1ª dimensión.

Figura. El cuerpo humano dentro del Rombo

Figura. El cuerpo humano dentro del Rombo

Esta disposición deja entrever algunas suposiciones que son muy interesantes de analizar. Por ejemplo, si miramos a la 1ªD, podemos ver que los pies, que son la parte del cuerpo que está más en contacto con el suelo y que soporta por la fuerza de la gravedad, todo el peso del organismo, tienen una estructura muy densa y fuerte, formada principalmente por huesos, con gran resistencia y con poca elasticidad. Además, podemos decir como dato muy curioso que el interior de los huesos está la médula ósea que es una estructura capaz de generar las células sanguíneas que son la base y el soporte de la vida. En la 2ºD, empezamos a ver una zona con una estructura ósea importante, pero donde la presencia de ligamentos y de músculos empieza a ser más relevante. La consistencia más musculosa de las piernas permite el desplazamiento vertical posibilitando el desplazamiento en dos dimensiones: arriba y abajo. En la 3ªD, tenemos a los muslos, con sus importantes masas musculares que van desde la rodilla hasta la articulación coxo-femoral. Estos amplios y potentes grupos musculares que forman la zona más musculada del organismo, permiten la movilidad del cuerpo en las tres dimensiones del espacio.

Por otro lado, si empezamos a mirar la parte alta del Rombo, veremos que la 7ªD, está ubicada en la cabeza, donde se halla el encéfalo, la sede del sistema nervioso central, que se irradia a todo el cuerpo a través de la médula y de los plexos nerviosos y por donde circula la energía bio-eléctrica, que es la que pone en movimiento a todo el ser humano.

En la 6ªD se encuentran dos estructuras torácicas que trabajan conjuntamente (corazón y pulmones) cuya finalidad es suministrar a todo el cuerpo y a través de la sangre un elemento primario sutil vital (el oxígeno), que ha sido extraído por los pulmones del aire ambiental. Desde los pulmones, el oxígeno pasa a la sangre, por donde circula unido a la hemoglobina de los glóbulos rojos, recorriendo todo el cuerpo y proporcionando vida a todas las células.

En la 5ªD están las estructuras digestivas. Ellas, con sus múltiples órganos y cada uno de ellos con sus funciones distintas, son capaces de extraer del alimento ingerido, los nutrientes básicos para el organismo y hacerlos llegar a la sangre para su posterior distribución por todo el organismo.

Con lo dicho hasta ahora, podemos ver que las dimensiones superiores (7ª, 6ª y 5ª) son las grandes suministradoras del estímulo vital que va a parar a las dimensiones inferiores, hechas de una tipología más receptiva, estructural, consolidada e inmovible. Vemos pues que las dimensiones superiores implican movilidad, comunicación y transporte, mientras que las inferiores reciben este aporte energético y nutricional, gracias al cual las dimensiones inferiores se vitalizan y proporcionan el soporte, la contención y la estructura física del ser humano. Pero la presencia dimensiones inferiores van más allá de piernas y pies, ya que, por ejemplo, aunque el estómago participe de las funciones digestivas y tenga por tanto unas funciones muy activas y de distribución de elementos vitales, dispone a su vez de una estructura material que le es dada por las dimensiones inferiores y que tiene que ser estimulada y alimentada por las acciones de las dimensiones altas. Lo mismo le sucede al cerebro que, aunque sea un centro distribuidor de energía, tiene dentro de sí mismo la presencia de dimensiones inferiores que le proporcionan la estructura material y que también han de ser (como no) oxigenadas y alimentadas.

Las dimensiones altas, aportan gracias a sus circuitos distintas fuentes de energía: electricidad gracias al sistema nervioso (7ªD), oxígeno merced al aparato cardiorrespiratorio (6ªD) y elementos nutritivos gracias al aparato digestivo (5ªD). Como vemos, en la medida que bajamos de dimensión, el sustrato aportado por cada una de las dimensiones es más masivo, menos sutil y no tan importante para el funcionamiento del organismo. Es decir, no podemos estar ni un solo segundo sin electricidad, pero podemos estar unos pocos minutos sin oxígeno y algunos días sin elementos nutrientes.

Estas tres dimensiones altas, todas ellas de franca vocación emisiva, aportan vida y estímulo en sus distintas manifestaciones a las dimensiones inferiores (1ª-2ª-3ª) que son las receptivas de este flujo y son las que ofrecen la posibilidad al organismo de tener una estructura física estable y apropiada para sujetar todos los procesos vitales.

La 4ªD, como no podía ser de otra manera, se comporta de una manera muy especial. Desde un punto de vista estructural, la zona lumbar es la que proporciona la fuerza en las acciones que implican acciones motoras de extremidades superiores e inferiores. Y el punto Hara, relacionado con el equilibrio morfo-psicológico se encuentra también en esta dimensión. Y en esta dimensión se encuentran también las manos, que son las estructuras corporales dotadas de mayor capacidad de movimiento fino, destreza, sensibilidad y capacidad creativa. En esta zona de la 4ªD se encuentran también todas las estructuras genitales, con una gran inervación nerviosa y dotadas de la facultad de producir creación y vida.

LA HOLOGRAFIA

Como que el cuerpo está inmerso en un sistema holográfico, hemos de pensar que todo el organismo está representado de una manera u otra en sus partes constituyentes. Con esta premisa, cualquier zona del cuerpo, podría reflejar la totalidad del sistema corpóreo.

Tradicionalmente, se han conocido algunas de estas zonas que actúan como reflejo del organismo, como por ejemplo la cara, el iris de los ojos, los pies, las manos y el pabellón auricular.

Figura. Reflexoterapia podal y auriculoterapia

Figura. Reflexoterapia podal y auriculoterapia

Todo este tipo de técnicas de diagnóstico parten del mismo principio: El Todo se refleja en cada una de las partes constituyentes. Este principio holográfico, es la base del sistema que permite poder representar al ser humano dentro del Rombo de múltiples maneras.

Todo este tipo de dibujos del cuerpo humano dentro del Rombo permite múltiples representaciones, en la que, en una de ellas, por ejemplo, se puede prescindir de la parte baja del cuerpo y centrarse en la parte más vital y energética del organismo. En esta representación, sólo se tiene en cuenta a   las estructuras que van desde el cóccix hasta la coronilla. De esta manera, la zona del cóccix estaría vinculada con la 1ªD y la zona de la cabeza con la 7ªD.

Figura. El ser humano estudiado desde su parte más energética

Figura. El ser humano estudiado desde su parte más energética

EL ASENTAMIENTO DE ENTRADA DE LOS RAYOS EN EL CUERPO

LOS RAYOS REGENTES

Ya hemos comentado en otras ocasiones que la enseñanza del Rombo recoge e integra como puntos de referencia algunos conocimientos que han aparecido a lo largo de la historia del ser humano. Hemos hablado de los conceptos Yin-Yang heredados de la filosofía antigua de China, de los 7 Rayos cuyas primeras referencias se encuentran en la Teosofía, y ahora deberemos acudir al hinduismo quien hizo referencia de unos centros energéticos situados en el cuerpo humano que eran capaces de recibir y distribuir energía.

A estos centros energéticos, el hinduismo les llamó chacras, que es una palabra sánscrita que significa rueda o disco. Estos centros, según la tradición funcionan como válvulas reguladoras de la energía vital o prana, recibiendo, acumulando y distribuyendo la energía de vida por todo el cuerpo. Según indican, en el cuerpo hay miles de estos centros, pero hay 7 centros principales que destacan sobre todos los demás. Éstos se sitúan a lo largo de una línea principal por la que fluye la energía y que va desde la zona de la coronilla en la cabeza hasta el cóccix. Estos centros giran sobre si mismos, generando vórtices de movimiento continuo que vibran a distinta frecuencia y que pueden tener dos sentidos: el centrípeto o el centrífugo. Son vórtices y pueden girar introduciendo energía dentro del organismo o sacando energía de un lugar y distribuyendo esta energía a otros centros o a otras partes del cuerpo.

En la naturaleza, los vórtices se crean continuamente. Se estudian en hidráulica, que es la parte de la mecánica que estudia el movimiento de los fluidos, en meteorología y en ingeniería aeroespacial. Los vórtices son fenómenos que se crean por distintos motivos, y pueden aparecer cuando en medio de un trayecto de un líquido o de un gas, aparece un cuerpo que produce un freno y una consecuente diferencia de velocidad entre zonas vecinas. También pueden aparecer cuando se tocan dos flujos de dirección opuesta o si un flujo se desplaza con más velocidad en el centro que en los extremos. Vemos con mucha frecuencia la creación de vórtices cuando cae agua por un desagüe (pues no cae toda con la misma velocidad) o cuando observamos que en la atmósfera pasa una masa de aire que se desplaza a una velocidad distinta a la masa de aire que está debajo y se crea un torbellino. Este mismo mecanismo, pero en una escala mucho mayor sería el que podría crear vórtices entre macroestructuras que se movieran a distinta velocidad, a distinta temperatura o con distintas densidades, como podría ocurrir en los universos vecinos, donde se pueden crear vórtices de energía que comunican un universo y su vecino. Los vórtices, son en definitiva flujos turbulentos en rotación espiral que se crean continuamente en la naturaleza, en fenómenos pequeños y en sucesos de mucho mayor calado.

Y este mismo fenómeno de creación de vórtices de energía, tiene lugar también en los sitios del organismo que son la puerta de entrada de los rayos cósmicos y de su flujo eléctrico. La estructura de las 7 dimensiones del Rombo nos permite comprender que hay siete zonas diferenciadas en el ser humano con una actividad magnética distinta. Son áreas que tienen distinta frecuencia vibratoria y generan por lo tanto campos magnéticos distintos. Sabemos que los rayos cósmicos se sienten atraídos por los campos magnéticos y es lógico suponer que tanto los rayos cósmicos como los electrones que éstos generan, buscan zonas magnéticas resonantes y afines. Los electrones con mayor energía cinética se sentirán atraídos por zonas con un fuerte magnetismo y se dirigirán a las zonas del cuerpo que vibran con una frecuencia más alta. Cuando un grupo de rayos cósmicos (o de electrones) se ve impelido a buscar un sitio de entrada, se producen turbulencias y se crean torbellinos porque la velocidad de acceso de unos y de otros es distinta, tal como ocurre en el fenómeno conocido de la caída del agua en el desagüe de la cocina.

Este torbellino de radiación cósmica y de flujo electrónico en determinadas zonas del cuerpo con gran actividad magnética es lo que origina los chacras o vórtices de energía. Este fenómeno era conocido ancestralmente por la filosofía hinduista según la cual, los chacras o centros de energía estaban distribuidos por el cuerpo de la siguiente manera y tenían las siguientes características:

1.Muladhara Chakra. (Chacra coccígeo).

Se encuentra en la base de la columna vertebral. Irradia el color rojo, se caracteriza por actuar sobre los instintos de supervivencia, la ambición y la autosuficiencia.

2. Swadhishthana Chakra. (Chacra Sacro)

Se encuentra en la parte inferior del abdomen. Irradia el color naranja. Está vinculado a los deseos, las emociones, la socialización y la creatividad.

3. Manipura Chakra, (Chacra del plexo solar)

Se localiza por encima del ombligo en el plexo solar. Irradia el color amarillo.

Está vinculado al ego, al intelecto y a los estados mentales.

4. Anahata Chakra. (Chacra del Corazón)

Se halla en la región del corazón. Su color es verde. Es el asiento del equilibrio del amor, la compasión y las relaciones humanas. 

5. Vishuddha Chakra. (Chacra de la Garganta)

Se localiza en la zona de la garganta. Su color es el cyan. Está vinculado a la expresión y la capacidad de comunicación, la creatividad, la organización y la planificación.

6. Ajna Chakra. (Chakra frontal)

Se encuentra entre las cejas y su color es el índigo. Está relacionado con la inteligencia, la comprensión y el autoconocimiento.

7. Sahasrara Chakra. (Chacra de la coronilla)

El séptimo Chakra se encuentra en la coronilla de la cabeza. Es de color violeta. Es el centro de la espiritualidad, la iluminación, la conciencia divina, y la comprensión del universo.

Si repasamos el contenido de los diferentes chacras, observamos que se asemeja mucho a los datos de los que disponemos dentro del Rombo que son relativos a las dimensiones, a los Rayos y a la colocación de los colores en las mismas.

Figura. Chacras y vórtices dimensionales

Figura. Chacras y vórtices dimensionales

Cada chacra está relacionado con la puerta que existe para la entrada de energía de Rayo correspondiente a cada una de las dimensiones del cuerpo humano. Estos centros energéticos, vórtices o chacras, que tienen su ubicación según la tradición hinduista en la estructura sutil del cuerpo, han de tener una contrapartida en el cuerpo físico. A menudo, en Occidente se ha hecho un intento de relación entre los chacras, los plexos nerviosos y las glándulas endocrinas, pero no existe una concordancia total entre los diferentes autores cuando hablan sobre la correlación de estos centros vitales con las estructuras físicas subyacentes. Lo que sí sabemos es que las glándulas de secreción interna están vinculadas al sistema nervioso central y al sistema nervioso periférico, es decir que tienen una importante estructura nerviosa que las estimula, que las impregna de actividad bioeléctrica y que, al mismo tiempo, tienen una gran actividad electroquímica que genera campos magnéticos. Ambas funciones generan alrededor de las glándulas de secreción interna un potente campo electromagnético que es suficiente para inducir la captación y la entrada de electrones provenientes de la radiación cósmica y del medio ambiente. En este caso, deberíamos poder establecer un cierto nexo entre el sistema neuro-endocrino y los chacras. Aunque aparentemente la relación entre los vórtices energéticos y las glándulas de secreción interna no es total, podría existir una relación entre las siguientes glándulas y los vórtices o chacras:

Epífisis

Chacra Coronario

Hipotálamo/ Hipófisis

Chacra Frontal

Tiroides/Paratiroides

Chacra Laríngeo

Timo / Corazón

Chacra Cardíaco            

Páncreas/ Estómago/ Hígado

Chacra Solar

Riñón/ Suprarrenal

Chacra Sacro

Gónadas (Testículos-Ovarios)

Chacra Coccígeo

En el hinduismo, estos siete centros energéticos, no están aislados unos de otros, sino que están conectados por tres circuitos: dos de ellos van zigzagueando y comunicando los centros de izquierda a derecha (Ida y Pingala) y el tercero es central (Sushuma). Cuando el etérico canal central que corre por dentro de la médula, como consecuencia del trabajo yóguico de purificación se consigue desbloquear, el flujo de energía vital (Kundalini) que duerme en la base de la columna, y que reside en el 1º chacra se despierta, se moviliza y en su ascenso, va estimulando el funcionamiento de todos los chacras, haciendo que toda la energía vital que dormía en la base de la columna llegue a la parte más alta del 7º chacra y se produzca una activación e iluminación del organismo y de la mente.

Los practicantes de algunos tipos de yoga (como por ejemplo Kundalini yoga) advierten que este despertar no está exento de peligro, ya que, si esta energía se activa y en su trayecto de ascenso encuentra bloqueos energéticos en algún chacra, puede hacer que se sobre estimule este centro y al no poder seguir en su ascenso, quede estancada y produzca molestias físicas y psíquicas localizadas en la zona bloqueada.

Dentro del Rombo, este mecanismo comentado por el hinduismo equivaldría a liberar la fuerza ciega del 7º Rayo y permitirle que ascendiera sin ningún tipo de control por todo el organismo. A este Rayo ciego, que es una Fuerza Magna y que no tiene asociado ningún Vigilante - Ejecutor, lo hemos conocido con muchos nombres, y algunos de ellos, nos recuerdan al poder que se atribuye a esta fuerza impulsora Kundalini. Lo hemos llamado, por ejemplo: el Activo, el Dinamizador, el Ascendente, el Rayo de la Liberación, y el Transmutador. Y todos estos nombres, nos recuerdan sus propiedades más conocidas, ya que él es el más activo, el más dinámico, el que hace evolucionar, transmutar a la materia, y hacer subir a la materia, elevando al individuo y conduciéndolo a la liberación de la forma y de la mente, aunque en su acción evolutiva pueda arrasar con estructuras y formas establecidas causando daños colaterales.

El concepto que subyace en esta idea de la Fuerza Kundalini liberada de una forma correcta es equivalente a la del estímulo que se produce en todas las dimensiones cuando la fuerza ascendente del 7º Rayo es movilizada armónicamente y puede ascender con libertad y sin que haya bloqueos en el canal central de la 4ª D, haciendo que, en su paso, se vayan activando progresivamente todas las dimensiones y se vaya estimulando la cantidad de los Rayos que llegan a ellas. Pero si, por el contrario, esta Fuerza magna asciende sin control y en su trayecto encuentra el canal central bloqueado, puede tomar vías accesorias y provocar desordenes físicos o psíquicos. No en vano sabemos desde hace tiempo que este 7º Rayo puede llevar al misticismo o a la locura.

Figura. La Energía Kundalini y el 7º Rayo

Figura. La Energía Kundalini y el 7º Rayo

LOS RAYOS VIGILANTES- EJECUTORES

Los cinco sentidos son las puertas de las que dispone el organismo para percibir los estímulos que vienen del mundo exterior. Son las cinco fuentes de información cuyo destino final es el sistema nervioso central.

Lo que vemos, oímos, palpamos, olemos o degustamos va a incidir en las estructuras superiores del sistema nervioso que están vinculadas con la conciencia y sus diferentes estados. Y la conciencia hará que cada una de las experiencias que entre por cada una de estas puertas, pueda ser interpretada de una manera u otra. Las informaciones que entran son objetivas y únicas, pero la conciencia realiza una interpretación subjetiva y cambiante de cada una de ellas. Una bella visión puede ser percibida como una imagen horrible. Una bonita música puede sonar de un modo horroroso. Una suave piel puede ser sentida como algo muy desagradable. Una excelente fragancia puede resultar nauseabunda y una comida gustosa puede ser percibida como un veneno.

Los sentidos aportan información pura, pero al interactuar con la conciencia, esa información como tal desaparece y da lugar a una nueva. Como todos sabemos, percibimos al mundo con los sentidos, pero lo interpretamos con la conciencia.

Este dato tan elemental abre la puerta a una cuestión muy interesante. Los sentidos y las informaciones que llegan a través de ellos, interaccionan con la conciencia y pueden provocar cambios en la misma. Esta acción tan sencilla es la vía que utilizan los Señores del Karma para poder provocar cambios en la conciencia, ya que las diferentes informaciones que nos lleguen por la vista, oído, tacto, olfato o gusto, pueden provocar cambios importantes en nuestra manera de entender el mundo, nuestra actitud vital y la posición que tomamos en él. Todo lo que veamos, oigamos, palmemos, oleamos y gustemos, nos provocará cambios en la manera de estar en el mundo, de vivir en él, de entenderlo, y de elaborar razonamientos acerca de nuestra conducta y la de los demás.

La vía del aprendizaje del ser humano depende de las informaciones que le lleguen a través de los sentidos, y éstas son las puertas que utilizan los señores del Karma para provocar estímulos cerebrales e inducir cambios reactivos en la conducta del ser humano.

Figura. Los sentidos y los Señores del karma

Figura. Los sentidos y los Señores del karma

En el dibujo vemos como los cinco sentidos están relacionados con las dimensiones que van de la 2ª a la 6ª dimensión. Las dimensiones extremas (1ª-7ª dimensión) no tienen ni sentido ni Señor del Karma asociado. Según este esquema, la correspondencia de los sentidos y los Rayos queda de esta manera:

Vista

6ªD

8º Rayo

Oído

5ªD

9º  Rayo

Tacto

4ªD

10º Rayo

Olfato

3ªD

11º Rayo

Gusto

2ªD

12º Rayo

LA CIUDAD SAGRADA (Cuento de Sócrates)

Estos datos acerca del asentamiento de entrada de los Rayos Regentes y de los Rayos Vigilantes-Ejecutores, fueron recogidos y explicados de una manera muy sencilla y comprensible bajo la forma de una fábula contada en su día por Sócrates. El relato nos llegó a las manos tiempo antes de que hubiéramos desarrollado completamente el esquema de los 7 plexos, de los 5 sentidos y de que supiéramos de la existencia de la estrella de la vida, esa chispa divina de vida que reside en la parte más intima del ser humano.

Sócrates relató en su día este cuento y desgranó bajo la apariencia de una sencilla narración infantil, la estructura y la disposición energética de los centros nerviosos y sensoriales del ser humano y su relación con la captación de Rayos de energía cósmica. Lo hizo en un lenguaje sencillo pero críptico y tras estudiarlo y descifrarlo, pudimos entenderlo completamente y adaptarlo a los datos que conocíamos del ser humano.

Vamos a reproducir a continuación el cuento y al final de la narración, miraremos de extraer algunas conclusiones.

“Érase una vez un rey muy poderoso que construyó una ciudad sagrada para guardar en ella el más preciado de sus tesoros: la estrella de la vida.

Construyó unas murallas altísimas con nueve puertas, cada una de ellas guardada por servidores leales. Alrededor de las murallas se construyeron viviendas, escuelas, hospitales, albergues y salones de recreo.

Una vez terminado, construyó otras murallas altísimas, también con cinco puertas, cada una de ellas con su correspondiente guardián. Alrededor, se construyeron templos dedicados a los Dioses, universidades, centros de meditación y en el centro, hizo construir otras murallas muy altas, con siete entradas, sin ningún guardián y con las puertas abiertas.

Se veía en el centro la gran Luz de la Estrella de la Vida.

Figura. La ciudad sagrada

Figura. La ciudad sagrada

Pasó tiempo, y el Rey mandó a sus emisarios para ver el resultado de la obra. Sus emisarios le dieron la noticia de que la ciudad que él había construido para el bien de su pueblo era una cueva de ladrones, de falsarios y de sacrílegos. Mandó a sus soldados y expulsó a todos los indeseables, ordenando cerrar la muralla con las nueve puertas. Así lo hicieron y puso un guardián delante de cada puerta.

Dijo también: Cerrad también la muralla de las cinco aperturas y cinco puertas. Así lo hicieron. Puso un guardián en cada una de ellas y seguidamente dijo a los siete Príncipes de su escolta: Vigilad bien todo cuanto entra por las puertas del Tabernáculo de la Estrella de la Vida”.

Comentarios:

Sócrates describe en primer lugar a una ciudad con una muralla de 9 puertas, en la que en cada una de ellas hay un guardián. Esta primera muralla simboliza la parte más exterior del cuerpo. Esta muralla tiene 9 puertas, de la misma manera que el cuerpo tiene 9 puertas que comunican con el exterior, y son: los ojos (2), los oídos (2), la nariz (2), la boca (1) y la zona anogenital (2). En este primer nivel, se construyeron edificios que están destinados a las necesidades más básicas y materiales de las personas: viviendas, albergues, salones de recreo, escuelas, y hospitales.

Más allá de esta primera muralla se construyó una segunda muralla con 5 puertas que están asociadas a los 5 sentidos y están vinculadas con las 9 puertas del nivel anterior. Estas 5 puertas son las vías que comunican el exterior del cuerpo con el interior, con el sistema nervioso central: vista, oído, olfato, gusto y tacto. En este nivel más profundo, el Rey mandó construir edificios más nobles y vinculados con el crecimiento espiritual, como universidades, centros de meditación y templos.

Y después de esta segunda muralla el Rey mandó construir la tercera muralla, compuesta inicialmente de 7 puertas sin vigilante (los chacras) desde la que se tenía acceso a la gran Luz de la Estrella de la Vida, que es la parte más pura del ser humano y que le da continuamente la luz y el calor de la vida: el espíritu divino, la chispa divina que reside en el interior de cada ser humano, en la parte más profunda e íntima.

Cuando el Rey revisó lo que había sucedido en la ciudad, después de sacar a los indeseables, cerró las 9 puertas exteriores, los 5 interiores y pidió a los 7 Príncipes de su escolta que vigilaran bien lo que entraba en el tabernáculo de la estrella de la vida.

Leyendo en detalle el cuento, parece que el primer nivel de las murallas esté más relacionado con la mente concreta, el segundo nivel con el corazón y el amor, y el tercer nivel con el espíritu. Esta tríada (mente-corazón-espíritu) aparece continuamente en el Rombo y es lógico que aparezca en el cuento también.

El cuento se centra en la presencia de la estrella de la vida, en los diferentes niveles que hay en el organismo y en los diferentes sistemas de control que existen. El primer mecanismo, el más exterior de todos son las 9 puertas en las que hay que poner un guardián. Si se supera esta primera muralla, se tiene acceso a la segunda muralla, que se relaciona con los 5 sentidos y donde se coloca también a un guardián. Y la tercera muralla que tiene 7 puertas y en las que inicialmente no hay ningún guardián, pero que después de ver todo lo que ha sucedido, el rey les pide a sus Príncipes que vigilen bien todo lo que entra por las puertas del tabernáculo de la vida, ya que este nivel es que se relaciona más directamente con el flujo de la estrella de la vida.

El Rey propone que debe existir por parte de los príncipes (los chacras o vórtices de las dimensiones) un control para saber que entra por cada uno de ellos. Sabemos que la energía sigue al deseo y los deseos poco armónicos de cada uno de los chacras puede alterar el funcionamiento de la vida. Es por eso, que el primer mecanismo de control preventivo, lo tiene cada príncipe, que podría ser cada vórtice que ha de vigilar lo que entra dentro. Si este mecanismo preventivo de primer nivel falla, las anomalías energéticas que se creen, se pueden corregir actuando sobre los sentidos o sobre las puertas de los sentidos.

Pero sabemos que hay 2 chacras vinculados a 2 Rayos que no tienen un mecanismo sensorial de corrección (sacro y coronario), por lo que en estas dos zonas especialmente, los príncipes han de ser especialmente cautos pues la acción   de estos dos Rayos es magna y no tienen la posibilidad de ser corregida.

Este es un cuento aparentemente sencillo, pero en el que se explica lo que hemos desarrollado en el escrito: El asentamiento de entrada de los Rayos Regentes (los 7 chacras o plexos) y el sitio de entrada de los Rayos Vigilantes – Ejecutores (los 5 sentidos).

Todos los sentidos son puertas de entrada al conocimiento de lo que sucede en el exterior, pero los tres más elevados son los que posibilitan el acceso al conocimiento sutil y son sentidos que han de ser utilizados con sabiduría, pues lo que entra por ellos causa cambios importantes en la conciencia y en la evolución. Como decía Sócrates al final de su cuento: buscad y encontrareis, escuchad y oiréis, tocad y sabréis la naturaleza de las cosas.

Buscad y encontrareis

Vista

Escuchad y oiréis

Oído

Tocad y sabréis la naturaleza de las cosas

Tacto

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