Los planos de conciencia (1ª parte)
En este artículo, nos adentraremos por primera vez en los planos de conciencia. Revisaremos las generalidades de los planos y expondremos una teoría psicológica basada en la integración y la trascendencia de los seis planos como la vía principal para caminar y avanzar por el sendero evolutivo.
El cerebro
Podríamos definir a la conciencia como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo, de su existencia, de sus necesidades, de sus actos y de su entorno. La conciencia es también la facultad que permite la interacción con todos los estímulos provenientes del mundo exterior e interior, algo a lo que llamamos a falta de un nombre mejor… realidad.
La conciencia humana requiere del uso de los cinco sentidos que son las puertas que comunican al ser humano con el mundo exterior y que son el medio de conexión entre los estímulos externos y las asociaciones internas.
Todas las informaciones que nos llegan del exterior circulan por los circuitos neuronales vinculados a los sentidos, hasta llegar al cerebro, el lugar donde esos estímulos bioeléctricos, son decodificados, interpretados y dotados de significado útil en las distintas zonas cerebrales.
La conciencia es el receptáculo energético, donde procesamos la información sensorial o extrasensorial y sobre esta información, construimos una realidad personal y una visión singular del mundo. El cerebro es un órgano con una estructura extraordinariamente compleja y es, como sabemos, el asiento de la conciencia. Su complejidad organizativa, no permite localizar a la conciencia en una sola parte ni incluso en las diferentes zonas cerebrales, ya que la actividad de la conciencia deja huellas muy erráticas y variables en todas las estructuras del cerebro. Parece imposible localizar a la conciencia dentro del mapa macroscópico cerebral, porque todo él, participa en la organización de la conciencia, pero quizá a nivel microscópico, podemos hacer una aproximación mejor y dar un primer paso.
Distintas partes del cerebro
Para ello, hemos de mencionar, aunque sea muy por encima la estructura histolológica del sistema nervioso central ya que la conciencia parece ser que está más vinculada a las estructuras celulares cerebrales microscópicas, que a la localización o especialización de las distintas áreas macroscópicas del cerebro.
Para empezar de desentrañar el tema, empezaremos hablando de lo microscópico: En el órgano cerebral, encontramos tres tipos de células: las neuronas, las células gliales y las células ependimarias, aunque en este artículo, nos centraremos básicamente en las células gliales y en las neuronas y dejaremos fuera del estudio al tercer grupo de células. Hablemos durante unas líneas de estos dos grupos más importantes de células.
LAS CÉLULAS GLIALES
Las células gliales, son mucho más abundantes y menos conocidas que las neuronas. Son las células de sostén y se agrupan bajo el nombre de neuroglia. Son el sustrato físico para la migración de las neuronas y tienen una importante función trófica y metabólica, conformando las vainas de mielina y desempeñando funciones reparadoras. Además, ayudan a la transmisión sináptica y hacen posible la integración de las redes neuronales. Se dividen en dos tipos: Las grandes (Macroglia) que forman tres familias: Astrocitos, Oligodendrocitos y células de Schwann) y las pequeñas (Microglía). Las podemos ver a todas en el siguiente dibujo:
Las células constituyentes de la Neuroglia
En este dibujo, se observan también el tercer tipo de células cerebrales, las que apenas citaremos y que son las células ependimarias, que están en contacto con el líquido cefalorraquídeo.
LAS NEURONAS
Son las células cerebrales más conocidas y para la mayoría de las personas, son las únicas células que existen en el cerebro. Las neuronas son células nerviosas especializadas en la conducción de estímulos eléctricos y aunque poseen una estructura común, se han reconocido hasta 50 tipos diferentes de neuronas, según su especialización y evolución.
Tienen un núcleo compuesto de numerosas estructuras (cuerpos de Nissl, Retículo endoplásmico liso, complejo de Golgi, Mitocondrias, centríolo) un axón (con filamentos y túbulos por donde corre el flujo de sustancias) y las dendritas que son unas extensiones de la membrana.
Estructura de una neurona
Las neuronas se comunican las unas con las otras a través de un espacio libre que se llama sinapsis y que hace de unión virtual entre ellas. La comunicación entre las neuronas se inicia con una descarga química en un extremo que origina una corriente eléctrica en la célula presináptica que corre por el axón. Una vez que el estímulo alcanza el extremo del axón, la neurona segrega unos compuestos que van a parar al espacio sináptico. Desde allí, estas sustancias, originan un nuevo impulso en la siguiente neurona, la neurona postsináptica, y el ciclo continúa. Es decir, que unos compuestos químicos (neurotransmisores) originan una corriente bioeléctrica en la neurona, que se desplaza hasta llegar al final de esta, donde se vuelven a lanzar neurotransmisores al espacio ínter neuronal.
Vemos pues que las neuronas, utilizan un lenguaje electroquímico para comunicarse, pero el mensaje en sí mismo, la información más importante de todas se halla en el espacio sináptico, que es donde pensamos que está localizada la conciencia.
De hecho, sabemos que los antidepresivos, trabajan en este espacio sináptico, inhibiendo la recaptación de serotonina por las neuronas, lo que produce que la serotonina, permanezca más tiempo en este espacio, y produzca mayor sensación de bienestar. De hecho, la mayoría de las drogas psicoactivas, ejercen su efecto en esta zona, variando la composición de la materia que se halla en este espacio, es decir la conciencia. Un análisis elemental de este hecho, revela que el estado de ánimo de la conciencia, depende del cóctel de los elementos que se encuentren en este espacio sináptico, por lo que es fácil establecer una hipótesis primaria, que permita relacionar directamente la calidad y cantidad de los elementos primarios distribuidos en este espacio y el estado de la conciencia.
Este espacio ínter sináptico, se halla distribuido en toda la masa de la estructura nerviosa cerebral y es la localización de la conciencia. Las informaciones y las necesidades de la conciencia, corren a través de los circuitos neuronales buscando informaciones allí donde se encuentren, en zonas cerebrales cercanas o lejanas, creando circuitos asociativos, engramas de información, que con el paso del tiempo y la reiteración de la necesidad, forman nuevos circuitos a través de neurogénesis y la plasticidad. La conciencia se halla pues, en esta especie de sopa elemental ínter neuronal, repleta de partículas, pero no se halla en las neuronas o en las células gliales del cerebro.
La conciencia de cualquier ser evolutivo desea y para satisfacer su deseo, busca respuestas gracias a la red que se halla distribuida por todo el cerebro. La conciencia busca e indaga en cualquier parte del cerebro donde se pueda hallar la respuesta. El deseo de saber, de satisfacer necesidades vitales, es el motor más potente en la evolución y gracias a la necesidad de satisfacer el deseo, la conciencia busca caminos de respuesta, de la misma manera que un roedor rastrea en todas la direcciones en un desierto algo con lo que poder satisfacer su deseo de agua y alimento.
Y de la misma manera que un roedor puede suponer o intuir donde puede hallar su alimento, la conciencia sabe o intuye donde es posible encontrar la respuesta a su pregunta, que puede hallarse en una o varias áreas cerebrales determinadas, ya que la información del cerebro está distribuida de una manera heterogénea, es decir, compartimentada.
Hasta hace poco tiempo, se conocían unas 90 localizaciones correspondientes a 90 zonas cerebrales con informaciones y funciones definidas, pero las investigaciones de los neurocientíficos que trabajan en el proyecto Human Connectone (HCP), han creado un mapa cerebral más complejo y han localizado hasta 180 áreas específicas de la corteza cerebral.
La conciencia busca información mandando el mensaje o la pregunta a través de las neuronas, y lo recibe también a través de ellas. Pero las neuronas, sólo son los circuitos por donde corre la pregunta y regresa la respuesta. No son la conciencia en sí misma. La conciencia, situada en el espacio ínter sináptico, debe analizar la respuesta y actuar posteriormente utilizando circuitos neuronales ejecutores.
Las neuronas tejen una red de comunicación por todo el cerebro, relacionando unas zonas con otras, produciendo asociaciones y buscando informaciones en cualquier localización. Este circuito eléctrico neuronal es propio para cada persona y en la génesis de esta forma única y personal de circuitos entrelazados, están influyendo por una parte el código genético y por otro lado, todas las experiencias y las necesidades que se presentan en la vida, que modifican y crean nuevos tipos de conexiones. Esta red de comunicación es móvil, y se va creando continuamente, ya que al contrario de lo que se pensaba hasta hace pocas décadas, diversos trabajos han demostrado que las neuronas se crean sin descanso desde la infancia e incluso durante la edad adulta, a través de la neoformación neuronal, que se ha observado por el momento en zona subventricular, adyacente a la pared del ventrículo lateral y en la zona sub granular del hipocampo. Además, es más que probable que la neoformación neuronal, tenga lugar en muchos otros sitios, y tal vez, en muchos más de los que se sospecha, pero de momento, se ha observado aquí, y ha desbancado una idea errónea que aún hoy en día, parece aferrada como un falso mito en el pensamiento científico.
Otra característica sorprendente del cerebro es la plasticidad, lo que significa que las conexiones entre las neuronas no son rígidas, sino que pueden cambiar y según la necesidad, las neuronas, pueden buscar nuevas comunicaciones con otros grupos de neuronas,
Es decir que el cerebro utiliza antiguas vías existentes y crea también unas de nuevas si es necesario. Incluso, como bien sabemos, este afán creativo y cuyo motor principal es el deseo, ha sido capaz de crear no tan solo vías de información sino centros cerebrales específicos, como por ejemplo, el centro motor del habla, el centro de la escritura o el centro de la comprensión del lenguaje.
Observamos los centros cerebrales del lenguaje y de la escritura
Y además de estos centros cerebrales conocidos, sabemos desde hace ya muchos años, que el ser humano, está creando un nuevo centro cerebral, destinado a posibilitar la aparición de un nuevo estado de conciencia. Nos estamos refiriendo al centro cerebral de espiritualidad cósmica, del que nos hemos ocupado ya en otros artículos y que ha de posibilitar que el ser humano, de un paso más en su escala evolutiva, igual que sucedió cuando se crearon los centros cerebrales superiores citados anteriormente y que supusieron un salto cualitativo en la evolución humana.
Centro cerebral de espiritualidad cósmica
Este nuevo centro cerebral, localizado en la zona parietal, servirá para acelerar el desarrollo del ser humano de la Tierra, creará una nueva inteligencia, impulsará la evolución, dará la capacidad de penetrar más profundamente en el psiquismo de las personas y ayudará a conocer la naturaleza íntima de las cosas. También abrirá el canal del amor y permitirá conocer en profundidad las necesidades del ser humano y encontrar la solución a sus problemas. Proporcionará también una idea rápida acerca de cómo restablecer el equilibrio en cualquier situación y nos pondrá en contacto con todo tipo de energías sutiles.
Al mismo tiempo, incrementará la habilidad creativa, y posiblemente tenga algún efecto estimulador sobre la destreza manual y desarrollará el sistema de asociación sensorial. También desarrollará el mecanismo de percepción del sistema de la herencia magnética, permitiendo acceder al conocimiento mental superior y espiritual grabado en las distintas capas magnéticas del planeta. La creación de este nuevo centro cerebral, que ira apareciendo en la especie humana, al igual que lo han hecho los otros centros cerebrales, será progresiva y su desarrollo en el ser humano, permitirá dar un paso más en su evolución, de la misma manera que lo han hecho todos los otros centros cerebrales ya conocidos de naturaleza intelectual superior.
No debe sorprendernos todo esto, ya que la historia del cerebro, con la creación progresiva de centros cerebrales con funciones nuevas, específicas e inéditas, ha sido el común denominador de su historia. El cerebro humano guarda estructuras muy antiguas, comunes en muchísimas especies, estructuras más recientes, que comparte solo con algunas especies y algunas otras estructuras, que forman parte solo del cerebro humano y que son el testimonio de su continua evolución. La historia de la evolución se puede seguir con la creación y especialización de centros cerebrales que aportan nuevas posibilidades. La evolución de la especie, no se para, y para ello, se necesita la creación de nuevos centros.
LA CONCIENCIA
Hemos repasado muy por encima la estructura histológica del cerebro, que es donde reside y está anclada la conciencia, pero seguimos teniendo delante de nosotros la misma pregunta de siempre: ¿Que es la conciencia?
Y eso es una pregunta mucho muy complicada de contestar. Básicamente, porque la respuesta incluye a muchas áreas del conocimiento humano desde donde puede ser abordada, y es una pregunta con una respuesta parcial que se puede dar a través de la neurobiología, la física, la psicología o la religión, y en todos los casos desde la perspectiva más materialista a la más metafísica.
Hay respuestas para todos los gustos y tendencias, y cuando esto sucede, es una señal clara de que, sea cual fuere la respuesta que se dé, será siempre una respuesta incompleta, sesgada y relacionada con el tipo particular de formación que tenga la persona que vaya a formular la teoría. No tenemos en este momento la capacidad de dar una respuesta amplia a esta pregunta y que abarque de una manera amplia a todas las facetas del pensamiento humano.
Los físicos se mueven en el mundo de lo pequeño (mecánica cuántica) o en el mundo de lo grande (astrofísica), pero muchos de ellos, se muestran interesados e inquietos frente a la pregunta que aparece en la mente de todos ellos y que hasta hace poco no se habían atrevido a plantear por quedar dentro del terreno de la metafísica, una disciplina muy alejada de la suya. Pero es obvio que, si no fuera por la conciencia, la ciencia no tendría la oportunidad de abordar todas las cuestiones que son el objeto de estudio de la mente humana. Parece lógico pensar que, si no fuera por la conciencia, no existiría evolución, ni descubrimientos ni avances de cualquier tipo en la civilización, así que es lógico detenerse un tiempo en analizar este tema, que es el que sustenta a todas las ciencias.
Al final, Los físicos también se preguntan lo mismo que todos nosotros. ¿Qué es la conciencia? ¿Cómo se puede abordar este tema desde un planteamiento físico? ¿Cómo es posible que la conciencia se estudie y se revele a si misma? ¿De qué está formada la conciencia? ¿Por qué tienen conciencia las cosas? ¿Tienen conciencia los átomos? ¿Tienen conciencia las galaxias? ¿Tiene conciencia el universo? ¿Es posible la conciencia cósmica?
Es evidente que, aunque nos gustaría, ahora no vamos a poder responder a todas estas cuestiones, pero, como mínimo, vamos a hacer un primer paso para adentrarnos y familiarizarnos con el objeto de nuestro estudio. Paso a paso.
LOS PLANOS DE CONCIENCIA
Durante estos años, nos hemos ido centrando en muchos temas de estudio, y los hemos ido desgranando poco a poco, pero éste, en concreto, ha quedado en el cajón de los asuntos pendientes. Hemos de aceptarlo. Es así y quizá por eso, últimamente, en los últimos meses, después de hemos resuelto muchas cuestiones, hemos empezado a prestarle más atención y a querer sacarlo del cajón del olvido. Empecemos por lo más básico: El dibujo que aparece a continuación, es para nosotros “el clásico” de los planos de conciencia. En este dibujo vemos como hay seis planos de conciencia que cabalgan entre las siete dimensiones. Ello permite que un mismo plano de conciencia, abarque a dos dimensiones, es decir que se solape entre dos dimensiones contiguas, lo que posibilita que los planos de conciencia sean como una escalera que permite subir o bajar por las dimensiones contiguas.
Al lado de este dibujo de la izquierda, tenemos también otro clásico: Es el Llamado Rombo de Rombos, en el que se ve como dentro de cada dimensión, existen por efecto holográfico las mismas siete dimensiones, de tal manera que dentro de la primera dimensión, encontramos a las mismas siete dimensiones, y este fenómeno holográfico, se repite en cada una de ellas.
Los planos de conciencia cabalgan entre las dimensiones
Estos dos dibujos que parecen irreconciliables están totalmente relacionados, ya que los planos de conciencia son 6, y en cambio, las dimensiones, son 7, lo que hace que un plano de conciencia abarque una dimensión y un trocito de la dimensión contigua. Es decir que el primer plano de conciencia va desde la 1ª de la primera dimensión, hasta la 2ª de la segunda dimensión. El segundo plano de conciencia va desde la 2ª de la segunda dimensión, hasta la 3ª de la tercera dimensión. El tercer plano va desde la 3ª de la tercera dimensión, hasta la 4ª de la cuarta dimensión. El cuarto plano de conciencia va desde la 4ª de la cuarta dimensión hasta la 5ª de la quinta dimensión. El quinto plano de conciencia va desde la 5ª de la quinta dimensión hasta la 6ª de la sexta dimensión. Y el séptimo plano de conciencia, va desde la 6ª de la sexta dimensión hasta la 7ª de la séptima dimensión.
Parece un trabalenguas propio de los hermanos Marx, pero en realidad es muy sencillo. Sólo hay que mirar el dibujo unas cuantas veces, prestar atención al texto y se captará el concepto.
En la representación del esquema inferior, quizá lo podamos entender mejor. Vemos que en el dibujo, tenemos representadas a las siete dimensiones como si fueran una escalera ascendente de siete peldaños y más abajo, en horizontal, tenemos representados a los seis planos de conciencia.
Vemos como el primer plano de conciencia abarca las siete subdimensiones de la primera dimensión y llega hasta la 2ª subdimensión de la segunda dimensión. El segundo plano abarca desde la 2ª subdimensión de la segunda dimensión hasta la 3ª subdimensión de la tercera dimensión. Si hacemos el seguimiento de cada uno de los planos, veremos lo que se ha comentado anteriormente.
Los seis planos, permiten cabalgar por las siete dimensiones
Esta asimetría entre planos y dimensiones, permite que la conciencia, gracias a su desplazamiento por el eje de los planos de conciencia, se pueda trasladar de una dimensión determinada a una dimensión inferior o superior. Hablamos de la conciencia y del desplazamiento interno de la misma conciencia a través de las dimensiones, y no de un desplazamiento externo a través de las dimensiones realizado por el cuerpo físico tridimensional. Esto no se puede dar. El desplazamiento es solo conciencial y no físico.
Los seis planos de conciencia entre las siete dimensiones
Aunque no seamos capaces de describir aún a la conciencia, hemos de entender que la conciencia es una característica y un valor inherente a la materia, tal como lo son el peso y el volumen. La conciencia proporciona a cualquier manifestación de la vida, desde lo más pequeño a lo más grande, la facultad de auto reconocerse, de realizar una interacción inteligente con el medio, de aprender y de expresar el deseo evolutivo que está presente en toda manifestación de vida, por elemental que parezca.
La conciencia es inseparable de cualquier forma de vida, por más material o energética que pueda ser. Tienen conciencia los átomos, las criaturas de la naturaleza y la luz, y éste es un concepto que cuesta asimilar, porque tenemos tendencia a imaginar que la conciencia solo se encuentra en los seres humanos, y de una forma extraña, mínima y residual en algunos animales.
Está claro que cuesta entender este concepto de omniconciencia pluridimensional y que va más allá del concepto de conciencia de vigilia que podemos intuir que se da en ciertas criaturas, pero con un poco de reflexión y ausencia de prejuicios, podemos ver a la conciencia existe y trabaja dentro de cualquier forma de manifestación de la vida, por más densa o sutil que sea.
LA NATURALEZA DE LA CONCIENCIA
Dentro del Rombo existen algunos axiomas que siempre se han de recordar a la hora de realizar algún planteamiento. Hay un principio que todos tenemos presente: Lo sutil penetra lo grosero. Aparentemente, no es difícil de entender, pero a veces, un ejemplo muy sencillo, nos puede ayudar a ver y comprender este hecho con más claridad. Vamos, por ejemplo, a describir un caso muy conocido. Imaginemos una serie de tamices dispuestos unos encima de los otros, de tal manera que el tamiz de la trama más gruesa sea el de arriba y el tamiz de la trama más fina, sea el último, el de más debajo de la serie.
Los tamices están alineados según el grosor decreciente de la trama
Si vertemos sobre el grupo de tamices una cantidad de tierra, veremos cómo los aglomerados mayores de tierra, quedarán atrapadas en el primer tamiz, los de tamaño medio, lo harán en los de la cuadrícula mediana y sólo las partículas finas de polvo de tierra, serán capaces de atravesar todas las capas y podrán depositarse en el último tamiz, el de la trama más fina. La sutilísima capa de polvo habrá atravesado todas las tramas gruesas y groseras y se habrá deslizado hasta el último recipiente, allí sólo donde pueden entrar las partículas de finísima densidad. Con este mismo razonamiento podemos hacer una analogía que relacione a las dimensiones y la conciencia.
Hemos visto que los planos de conciencia se distribuyen por las dimensiones, y si en un experimento hipotético, vertiéramos desde la primera dimensión, (desde el punto por donde entra la materia), todos los constituyentes materiales de los planos de conciencia, al igual que sucede con el caso de los tamices, veríamos como los distintos grados de densidad de los constituyentes de la conciencia , se irían repartiendo por las diferentes dimensiones, de tal manera que la materia más sutil que forma la conciencia, atravesaría todas las dimensiones y quedaría situada en las dimensiones más etéreas y la materia más grosera de la que está compuesta la conciencia, quedaría retenida en las primera dimensiones.
Distribución de los planos de conciencia por su densidad
De esta manera se establecería una correlación entre la densidad dimensional y la densidad conciencial. Las dimensiones groseras, se relacionarían con los planos más densos y las dimensiones sutiles, lo harían con los planos más etéreos. Bien, hasta aquí, todo muy claro, pero este hecho, plantea otra pregunta, ya que, si los planos de conciencia son capaces de penetrar en la materia de las dimensiones e incluso en la materia sutil de la séptima dimensión, hemos de pensar que la naturaleza de la conciencia es extremadamente sutil, mucho más que la que constituye el material de todas las dimensiones. Y si bien, las dimensiones groseras, están hechas como sabemos de materia, de elementos primarios, y las dimensiones sutiles, están hechas básicamente de energía, se nos plantea un problema, porque estamos hablando de que la conciencia, en algunos de sus planos, ha de ser más sutil que la energía conocida. Y eso parece ser un problema, porque entonces aparece la pregunta obvia: ¿De qué está hecha la conciencia? ¿Cuál es su estructura? ¿Tiene la conciencia un soporte extremadamente sutil, quizás mucho más sutil que cualquier energía conocida?
Aparentemente, debería de ser así, ya que, si no, no podría penetrar todas las dimensiones y poder desplazarse por ellas. Además de la misma manera que el cuerpo físico, tiene una contraparte sutil, al que llamamos cuerpo semidenso o cuerpo astral, y que aparece claramente en el momento del traspaso, la conciencia, cuya manifestación física más grosera es el conglomerado de neurotransmisores y elementos primarios que se hallan en la sinapsis neuronal, tendría que estar vinculada a una conciencia sutil o astral, capaz de vivir fuera del cuerpo físico, y hecha también de una naturaleza mucho más sutil. Como también sabemos, en el momento previo a la encarnación, el cuerpo astral, debe desaparecer y quedar reducido a lo que llamamos peri-espíritu, una energía sutilísima en la que vive la estructura energética del individuo. En el peri-espíritu, ha de estar grabada en cada persona, su historia personal, su forma de ser, de pensar y su misma conciencia. Esta estructura sutil del peri-espíritu, es la que envuelve a una energía pura inmaterial, una chispa Divina que cada ser humano posee, y a la que llamamos espíritu.
Y creo que, en este momento, esta es la situación. Desconocemos cual es la naturaleza real de la conciencia la de su estructura y la de su fragmentación en seis planos, pero sin duda, la conciencia, ha de estar hecha de una materia inteligente, viva, capaz de evolucionar, de organizarse y penetrar en los mundos más recónditos de las dimensiones sutiles con la finalidad de abarcar todo el universo y conseguir el fin que auto persigue: La evolución, la percepción y la integración de todo el cosmos. Hablar de la conciencia, tal como lo veo ahora, es algo que, como dicen los físicos, está dentro del terreno de la metafísica, porque va más allá del entendimiento y la razón, pero que no representa en ningún caso un motivo para que deje de ser un objeto de estudio, de fascinación o de contemplación para la conciencia humana.
CICLOS POLARES, DE CREACION Y DE COMPENSACION
La conciencia y su estructuración asimétrica respecto a las dimensiones, es lo que permite el desplazamiento de la conciencia entre las diferentes dimensiones. El desplazamiento conciencial, se hace a través del eje de la cuarta dimensión, que como sabemos es el eje que marca el equilibrio del Rombo y que también dibuja la frontera entre la materia y la energía del universo. Este eje de la conciencia transcurre por el camino central del Rombo, por el canal verde, siguiendo el camino de la diagonal mayor. Este canal une a la primera con la séptima dimensión y facilita el tránsito de la conciencia a través de todo el Rombo, uniendo a los dos extremos polares de la creación.
Pero los planos de conciencia, a su vez, no son fijos, no son estáticos como la observación primera del dibujo bidimensional de los planos, nos podría dar a entender, sino que están dotados de un movimiento combinado que genera por un lado, los fenómenos de alternancia polar, así como los ciclos de creación y retrospección de cada plano.
Cuando estudiamos los ciclos de alternancia polar en el Rombo, contemplamos la posibilidad de que un Rombo generara a otro Rombo de polaridad inversa gracias al movimiento de rotación circular que realiza el eje de la diagonal mayor, al pivotar sobre el punto central de este eje, el punto Hara. En los Rombos de los planos de conciencia, como no podía ser de otra manera, se da también este mismo fenómeno, ya que los planos, lejos de ser una foto estática, giran y producen también alternancias polares en los planos.
La diagonal mayor describe círculos al girar sobre el punto Hara
Pero existe además de este primer giro, otro giro del que no hemos hablado demasiado y es el giro que se produce cuando el eje horizontal está fijo y el Rombo gira hacia adelante sujeto firmemente por este eje horizontal y produce esta especie de cabeceo circular hacia adelante, en el que, en un momento, el punto de ideación Divina, primero está arriba, luego se desplaza hacia delante y está en la mitad, luego, sigue descendiendo y llega abajo, para seguir dando la vuelta por detrás y volver a emerger nuevamente por detrás también y aparecer por arriba, generando otro punto de Ideación Divina. Este giro es el que creo que está vinculado con los ciclos de creación y retrospección y es el que impulsa a que la experiencia baje y al final una vez ha descendido completamente, ascienda de nuevo, siempre impulsada por el efecto rotatorio.
Resumiendo: El Rombo de los planos de conciencia, experimenta como mínimo, dos giros básicos: El primero, es el que crea los ciclos de alternancia polar cuando el eje horizontal gira formando círculos y pivotando sobre el punto medio de la diagonal mayor, y el segundo giro , que es el que crea los ciclos de creación y retrospección, se produce cuando la diagonal mayor está fija, y es el triángulo de Ideación Divina, formado por las tres diagonales menores el que dibuja círculos sobre este eje. (Para entender este giro, es aconsejable tener delante la figura del Rombo tridimensional.)
Ambos giros, se dan al mismo tiempo ya que la diagonal mayor gira describiendo círculos horizontales y la diagonal menor, también gira describiendo círculos verticales alrededor del eje de la diagonal mayor.
Estos dos movimientos combinados, le dan al Rombo una movilidad mucho mayor de la esperada, y crean al mismo tiempo, en un movimiento combinado, que produce al mismo tiempo los ciclos combinados de creación y de alternancia polar.
El ciclo de retrospección, en su giro, hace aparecer las tres caras del Rombo
Pero, el Rombo, presenta algún giro más. Estudiaremos un tercer movimiento, y lo dejaremos aquí de momento, aunque la lógica nos invita a pensar que existe la posibilidad de que existan algunos giros más. De momento, nos centraremos en este nuevo tercer giro y dejaremos los siguientes para otra ocasión.
Respecto a este tercer giro, pensamos que es posible que la diagonal mayor, no sea un eje que se mantenga estático sobre un plano horizontal, sino que el eje de la diagonal mayor, puede presentar oscilaciones arriba y abajo siguiendo un movimiento armónico simple, presentando rotaciones circulares más o menos amplias alrededor de un punto central imaginario, lo que permite al Rombo inclinarse horizontalmente primero sobre la izquierda y luego sobre la derecha. Este movimiento de bamboleo, de búsqueda de equilibrio, de vaivén y rotación, se transmite al mismo tiempo a los tres puntos de Ideación Divina, haciendo que esta misma zona, describa también los mismos círculos rotatorios que se observan en el eje de la diagonal mayor.
Los giros de la diagonal mayor se transmiten a ID y viceversa
Estos tres movimientos que se producen en los planos de conciencia son los mismos movimientos que experimenta el Gran Rombo, pero en este caso, la complejidad del movimiento es mucho mayor, ya que son seis Rombos los que giran. Los tres movimientos del Rombo pueden ser estudiados como movimientos circulares uniformes o movimientos armónicos simples, y todos describen la misma función que comentamos cuando en su día, hablamos del movimiento armónico simple. Esta función sinusoidal, se encuentra presente en cualquiera de los tres movimientos del Rombo.
El M.A.S. aparece en los tres movimientos circulares uniformes del Rombo
Estos tres movimientos del Rombo se dan al mismo tiempo y cada uno de ellos, le da a cada plano de conciencia unas características determinadas. Aquí aparece una cuestión importante, porque podemos plantearnos la posibilidad que cada plano de conciencia puede tener una cierta independencia respecto al otro, su propia idiosincrasia, y se podría dar el caso de que cada plano de conciencia tuviera sus ciclos de rotación independientes, lo que daría a cada plano, un valor único. ¿Sería posible ese modelo? ¿Entraríamos en algún conflicto holográfico?
¿O más bien, deberíamos centrarnos en un modelo en que los seis planos de conciencia giraran con la misma inclinación y ritmo cíclico, produciendo una imagen mucho más rítmica y armónica?
La verdad es que si optamos por el modelo individual y libre, la presencia de estos tres movimientos conjugados, da a cada plano de conciencia una personalidad determinada y única, con unos ciclos de alternancia polar, de creación y retrospección y de giro compensatorio, propios para cada plano.
El hecho de la desviación central del eje de la ID de un plano respecto al otro, puede hacer que los puntos de ID de dos planos adyacentes, no coincidan el uno con el otro perfectamente a causa del movimiento basculante, y las transferencias de información de un plano sobre el otro, no se den correctamente. El resultado es que un plano que ha perdido el equilibrio, y busca su compensación, puede quedar aislado parcialmente respecto a los contiguos, por falta de un contacto y una transferencia clara, tanto en el que está por encima como el que está por debajo.
Cuando un Rombo, no se halla en equilibrio, lo busca basculando de un lado a otro, realizando un movimiento circular visible en los extremos de la diagonal mayor y que se observa también en ID. El resultado es que la pérdida de equilibrio de un plano de conciencia no permite que la comunicación con los otros planos sea óptima, ya que los puntos de ID no contactan perfectamente, sino cuando solamente, la trayectoria circular les hace coincidir y en esta situación de no coincidencia completa, el trayecto fluido por el canal central del eje, puede perder eficacia.
La desviación compensatoria de ID, hace que el contacto entre un plano y el otro, sea menor y que la facilidad de la conciencia para moverse por los planos, pueda variar notablemente, ya que la transferencia de información de un plano a otro, no se da tan bien si los planos entran solamente en un contacto parcial o tangencial en vez de total.
Es decir que si por causa de una desviación del centro de equilibrio general, un plano realiza basculaciones compensatorias, se producen enlentecimientos en el desplazamiento de la conciencia por el eje central, produciendo bloqueos en las transiciones por los planos y por tanto en las dimensiones, o lo que es lo mismos, bloqueos en el proceso evolutivo. El camino evolutivo pasa por conseguir el equilibrio y la armonía en cada uno de los planos por los que se va pasando. De esta manera, la transición entre planos es mejor y la conciencia fluye más libremente.
DIFERENTES CICLOS EN LOS PLANOS
Cuando estudiamos la figura original, vimos que existían cuatro zonas de contacto entre el Rombo y el espacio que hay más allá de él. Pero estando la zona de los vértices obtusos en el centro de las dos polaridades, en una zona de equilibrio polar, vimos claramente que las zonas por donde entraban las energías polares yin-yang, estaban relacionadas con los vértices agudos, correspondientes a la primera y a la séptima dimensión.
Desde allí, la energía entra por un lado y va a buscar por un efecto de atracción polar, el polo opuesto, justo en el otro límite de la Diagonal Mayor. El movimiento de atracción es doble y tal como sabemos, el Yin va hacia el Yang y viceversa.
El Rombo envuelto de las dos polaridades
Y cuando esta energía entra por un vértice y se dirige hacia el otro, puede realizar en su camino infinitos trayectos, dependiendo de la distribución de materia y cargas eléctricas, pudiendo realizar circuitos muy simples, algunos otros de complejidad mayor, o incluso puede crear bucles donde la energía queda encerrada en si misma en un proceso continuo. En todos estos posibles trayectos, tienen lugar los infinitos procesos de unión y desunión polar, donde se hacen y deshacen las estructuras de todo tipo que constituyen la vida.
Es por eso que los caminos de creación dentro del Rombo son infinitos y están relacionados con la subyacente micro arquitectura interior del Rombo, que posibilita que se creen millones de circuitos posibles por donde pueden circular Yin y Yang.
Los caminos por los que puede circular la vida son innumerables, pero todos están contenidos dentro de las posibilidades geométricas que ofrece la manifestación de las leyes físicas dentro del entramado del Rombo. Nos resulta imposible poder describir todos esos infinitos caminos, pero cuando hicimos el primer estudio geométrico del Rombo, observamos que, en su interior, se dibujaban infinidad de circuitos y conexiones, que relacionaban unas dimensiones con otras, por lo que vimos con sorpresa, como de la nada, y sin previo aviso, aparecían de repente múltiples caminos dentro del Rombo que relacionaban sus diferentes zonas y dimensiones. El agradable hecho de empezar a descubrir su arquitectura interior nos abrió la puerta a imaginarnos el sinfín de caminos y conexiones por los que podía circular la energía de una parte a la otra para generar todo tipo de formas de vida.
Las infinitas posibilidades
Pero dentro de todos los caminos que se podían trazar, y que aparecieron en estos dibujos y en muchos otros, observamos que el trayecto que parecía llevar más tráfico era el camino central que se daba entre los dos extremos del Rombo. Parecía que la zona central de la figura era la vía por donde circulaba más información, ya que cada línea que aparecía en esta zona marcada en verde en el dibujo que se observa abajo, viene de otro lugar y en su trayecto, aporta datos del lugar de origen, del camino que ha recorrido y de las interacciones que ha realizado en su trayecto.
El camino central
Y este dato geométrico inesperado, vino a fusionarse con otro muy interesante que apareció cuando tuvimos el dibujo de los planos de conciencia, por el que vimos que el camino central o camino verde, es el que une de forma más rápida las distintas dimensiones del Rombo. Este eje central de los planos de la conciencia es el camino más eficiente que existe para moverse por todas las dimensiones.
El eje central de los planos de conciencia
Si observamos el dibujo, vemos que la energía Yin-Yang fluye también por los planos de conciencia. Pero si analizamos cada plano en particular, observamos que, aunque el plano está en posición vertical, el esquema es el mismo y la energía fluye también verticalmente y en sentido bidireccional desde la primera hasta la séptima dimensión de cada subplano, lo que hace que cada plano en sí mismo, sea un micro universo, con su primera y séptima dimensión y con un flujo incesante perpendicular de energía Yin-Yang.
Así, el esquema que encontramos en el dibujo general de todos los planos de conciencia lo podemos aplicar a cada uno de los planos, y a su vez por holografía, a cada uno de los subplanos, formando un patrón estructural y funcional que se repite constantemente hasta el infinito.
Planos y subplanos de conciencia
Cada plano de conciencia puede presentar peculiaridades o anomalías en el flujo perpendicular de energía ya que los arquetipos caducos, los conceptos obsoletos, o las actitudes mentales erróneas, pueden provocar compresiones en el flujo de energía, bloqueos energéticos y circuitos de compensación en cualquier lugar, haciendo que el plano en sí mismo, se comporte de un modo anómalo y que comprima y dificulte el tránsito de información por el camino central.
Es por eso por lo que pienso en la posibilidad de que cada plano, tenga ciclos de rotaciones propios, donde es posible que la velocidad de su giro horizontal, perpendicular y compensatorio, puedan variar dependiendo de la vitalidad propia del plano, de su armonía funcional y de la actividad armónica o no de los Rayos que confluyen en el plano en particular. Recordemos que los Rayos acuden por la presencia del deseo y cada plano, puede generar unos deseos determinados y atraer a Rayos específicos en menor o mayor cantidad. Si tenemos en cuenta que cada persona tiene un Rayo dominante y unos Rayos que utiliza más que los otros, es más que probable que un plano de conciencia determinado, esté más energetizado y disponga de una energía cinética mayor que los otros, y ese fenómeno, le proporcione una velocidad angular mayor. Si así fuera, cada plano, en caso de que existiera un hipotético e inicial ritmo común de rotación de todos los planos, cualquier plano, podría perder el ritmo basal grupal y presentar una velocidad distinta que lo podría diferenciar respecto al giro coordinado de los otros planos.
Tenemos entonces dos posibilidades teóricas: La primera, la más platónica, estética y bonita es que todos los planos girasen con la misma velocidad y siguieran un ritmo acompasado y centrado, como si de un vals se tratara, y la segunda, es que exista fisiológicamente la posibilidad de que cada plano, tenga la posibilidad de tener un momento angular o momento cinético individual, que dependerá del Rayo o Rayos que trabajen y que puedan presentar un tercer movimiento compensatorio de valores también variables, dependiendo de lo armónico o disarmónico que sea cada plano. Teóricamente, ambas posibilidades, son viables.
Si el giro fuera autónomo, cada plano de conciencia produciría su vibración particular, con su frecuencia y música propia, que podría producir acordes armónicos o no con el resto de los planos. Por esta razón, cada plano, podría presentar una coloración agradable o podría presentar colores embrutecidos debido a los numerosos procesos de compensación que se podrían presentar. Estos bloqueos y compensaciones naturalmente influirían en el giro espacial del plano, produciendo alteraciones en los ciclos de polaridad, en los ciclos de creación y retrospección y en la producción de ciclos compensatorios.
La idea de que cada plano de conciencia sea autónomo y libre, parece que viole el principio holográfico que rige el Rombo, pero de la misma manera que podemos observar que en las siete dimensiones, se dan fenómenos de funcionalidad única para cada una de ellas, podemos pensar que, en los planos, (que naturalmente, están relacionados con la actividad las dimensiones), se presenten también características individualizadas sin contradecir por ello ningún principio físico.
Lo que sucedería entonces es que, en cada plano, observaríamos también como los 6 subplanos presentes, serían diferentes entre sí, y de ese modo, se mantendría el principio holográfico que preside a todo el Rombo. La heterogeneidad de los distintos planos y dimensiones no supone la rotura de ningún principio romboidal, ya que los planos y las dimensiones son diferentes en cuanto a actividad en cada manifestación de vida. Sabemos además que cada persona tiene un Rayo dominante, y esto ha de tener un efecto estimulador sobre el plano o los planos relacionados con su actividad.
Desde el punto de vista permisivo con la heterogeneidad de los planos, la frecuencia de giro propia de los diferentes planos dentro del Rombo podría producir una sinfonía afinada o no. Un acorde es el sonido producido por la vibración unísona de diferentes cuerdas. Cada cuerda de guitarra, al igual que cada plano de conciencia tiene una naturaleza, una densidad y una frecuencia de vibración distinta. En una guitarra, la presión sobre una cuerda hace que varíe su vibración, y si el músico es capaz de manipular las cuerdas con distintas presiones, se produce una nota musical agradable o desagradable.
De la misma manera, la fusión sonora de la actividad de unos planos con los otros puede producir una música armónica o no, un acorde general agradable o un acorde malsonante.
UNA MACLA EN LA CONCIENCIA: ¿UNA RAREZA?
Nuestro dibujo “clásico” de los planos de conciencia, presenta en su diseño, algunas peculiaridades que obliga a plantearnos muchas preguntas.
Los planos de conciencia
Si miramos el dibujo de los planos, vemos que el primer plano de conciencia y el sexto, (al igual que los demás) se encuentran en disposición vertical, pero estos dos planos en concreto sobresalen un poco por arriba y por debajo de los límites de la figura del Rombo, dando la sensación de que al sobresalir de la estructura, en la figura tridimensional, producirían un fenómeno que se conoce como macla en el terreno de la cristalografía. Esto es lo que sucede cuando una estructura cristalina, emerge del interior de una forma que tiene el mismo sistema de cristalización, pero que presenta un ángulo de partida diferente. En la representación siguiente, tenemos a un cubo emergiendo desde dentro de otro cubo, y un tetraedro emergiendo desde otro tetraedro. En el caso del Rombo, tendríamos un trozo de Rombo de planos de conciencia, emergiendo del Rombo mayor y produciendo una macla. Es decir que los vértices rojos y violetas del primer y sexto plano, estarían por así decirlo, fuera del Rombo físico, en contacto con la energía que hubiera allí.
En la figura clásica, deberíamos entender que estos cuatro vértices de los planos de conciencia salen del Rombo físico y se adentran en la zona de creación Yin-Yang, en esta zona de aspecto sinusoidal que rodea como si fuera una especie de campo magnético al Rombo y por donde discurre la energía polar. Da la sensación de que estos dos planos de conciencia son capaces de salir de alguna forma, fuera del Rombo y contactar con algo que está más allá del Rombo. El dibujo, da la impresión de que estos dos planos contactan con el flujo de corriente polar y son quizás por ello otros puntos de entrada de la energía Yin- Yang dentro del Rombo. Podría ser, pero…entonces surge la pregunta de siempre… ¿Es posible que algo esté fuera del Rombo? ¿Es posible que haya dos planos de conciencia, que el Rombo no pueda contener en su totalidad?
La verdad es que aparentemente, todo está dentro el Rombo, pero ya dentro del esquema básico deducimos que como mínimo existen dos cosas que parece que estén fuera. Por un lado, la energía Yin-Yang que lo envuelve y por otro lado, la línea vertical de Ideación Divina.
El esquema elemental del Rombo
Y si se abre la posibilidad de que algo esté fuera del Rombo físico, podríamos plantearnos la pregunta: ¿Podría ser que también pudieran estar por fuera del Rombo estos dos trozos de los planos de conciencia primero y sexto?
Hay algo del pensamiento lógico que dice que no, pero el Rombo, nos ha sorprendido muchas veces y cuando hemos ido detrás de alguna irregularidad o anomalía de simetría o de armonía, hemos obtenido respuestas sorprendentes. Es por esto, que, en estos momentos, la pregunta no tiene una respuesta clara. Puede que sí, puede que no. Para buscar una respuesta en caso de que la podamos hallar, como siempre, no nos queda otro remedio que divagar un poco y armarnos de paciencia…
Cuando hace tiempo, estudiamos las fluctuaciones de las medidas 18-19.9999…de la diagonal menor, observamos que, entre esas medidas mínimas y máximas del Rombo, existía un espacio al que llamamos interestelar o extra dimensional y que supuso la llegada de informaciones muy valiosas para la comprensión de la figura.
En esa época, tras realizar los cálculos referentes a los ángulos del arco iris y los valores máximos y mínimos de la figura, vimos que por encima y por debajo de los valores permitidos, existía un espacio al que llamamos interestelar o extra dimensional y que abarcaba al Rombo desde la parte más interior a la más exterior. Fue entonces cuando vimos que, dentro del Rombo, se presentaban distintos estratos energéticos, que tenían unos valores conocidos y unas funciones sorprendentes. Entonces, empezamos a estudiar las denominadas fronteras del Rombo y nos llamó poderosamente la atención el espacio magenta.
Supimos que este espacio extra dimensional era un espacio propio de expansión y contracción, de respiración neumática del Rombo, que además este espacio, estaba formado de la materia más etérea que existe y la de mayor fuerza energética y que por último, este espacio era el vehículo y soporte de todo el correo de Ideación Divina para manifestarse en los diferentes planos dimensionales.
Además, este espacio, tal como habíamos calculado era asimétrico, pero este efecto, no tenía vinculación con su efecto de transmisión de las órdenes karmáticas, sino que solamente estaba vinculado con la formación de arquetipos y formas. Y supimos también que aunque todo dentro del Rombo, son espejismos o simbolismos, este espacio podría ser de color magenta, ya que el magenta es el punto donde el amor se concreta y materializa.
El Rombo con su espacio magenta
Y llegados a este punto, de conocimiento valiosísimo, podríamos preguntarnos cuál es la naturaleza de aquello que se halla más allá de los límites físicos del Rombo, aquello que constituye su frontera natural.
Pensamos que lo que existe más allá del universo manifestado, es ese espacio infinito de pura energía polar Yin-Yang, a la que le hemos dedicado atención en otros artículos y al que teóricamente, hemos vinculado con todo el atrevimiento intelectual a las vibraciones primigenias que la física actual conoce con el nombre de cuerdas.
El Yin-Yang es ese espacio energético que se encuentra más allá de toda manifestación, que envuelve al universo con su presencia y que penetra en el universo rómbico cuando la fuerza del Primer Rayo emana desde el Absoluto. Al aparecer esta Energía Creadora de Primer Rayo, se provoca un movimiento de atracción de una fuerza polar hacia la otra y ambas, desde los extremos de lo manifestado van a buscarse, formando todas las estructuras del universo.
Tenemos tendencia a pensar que la creación del universo arranca en un momento singular único (Big Bang), pero seguramente no es así, ya que además de que han existido numerosos Big Bang, una vez establecidas las leyes de la primera creación y que se representan claramente con el dibujo del Rombo, todas las siguientes creaciones, siguen el mismo patrón.
Para que Yin-Yang sigan entrando en el Rombo y dando vida a todas las estructuras del universo, se necesita de la presencia continua pero cíclica de la Energía del Primer Rayo, que es la única fuerza capaz de producir un movimiento de búsqueda y fusión de estas dos fuerzas polares.
Yin-Yang, entran dentro del Rombo gracias a la presencia del Primer Rayo, y si no fuera por su magna presencia, envolverían y rellenarían el vacío, pero sin provocar la compresión del vacío y el volcado del Todo o de la Nada al mundo fenoménico que alberga la figura del Rombo.
La súper energía Yin Yang está fuera y dentro del universo, ya que puede penetrar en él, gracias a las puertas de entrada que aparecen en los extremos de la primera y séptima dimensión, que son las puertas por las que el Absoluto entra en el mundo manifestado. Entonces, podemos pensar y ver con toda lógica que los vértices de la primera y de la séptima dimensión, son las puertas del universo.
Yin-Yang
Y al igual que tiene lugar la entrada de estas fuerzas polares en este Rombo apaisado, se puede contemplar la posibilidad de que esta misma energía polar, entre por la primera y séptima dimensión de los Rombos verticales de los planos de conciencia que sobresalen del Rombo físico en la macla de la que hemos hablado. Entonces, desde los vértices agudos de la primera y séptima dimensión del primer y sexto planos de conciencia, podría entrar la energía Yin-Yang, pero con una diferencia notoria: los puntos de entrada de energía se hallan fuera de la frontera del Rombo.
¿Qué es lo que hay allí? ¿Qué se encuentra más allá del Rombo? Aparentemente Yin y Yang no manifestado, es decir que no ha entrado aún a formar parte del universo físico. Y entonces surge la pregunta: ¿Supondría algo para el Rombo que aparte de tener las dos entradas principales colocadas en el vértice agudo de la primera y séptima dimensión, tuviera cuatro nuevos puntos accesorios de entrada de energía vinculados a los planos de conciencia?
Esta pregunta, nos lleva a otra observación, y que quizá nos obligue a repasar la simplicidad de nuestros conceptos elementales. Todos tenemos tendencia a simplificar al máximo las cosas, pero muchas veces, los fenómenos físicos, son más complejos de lo que parecen aparentemente.
Por definición sabemos que los puntos de entrada de energía Yin-Yang son los correspondientes a 1ª-7ª dimensión, pero si a través del dibujo de Rombo de Rombos o de los subplanos de conciencia, somos capaces de entender que por la cualidad holográfica de la figura, cualquier punto de cualquier dimensión o cualquier punto de los planos de conciencia, presenta a su vez sus pequeñas zonas microscópicas de 1ª-7ª dimensión, hemos de entender que Yin Yang entran por todo el Rombo, en cualquier zona que estudiemos.
Con esta visión, hemos pasado de tener dos zonas conocidas de entrada a tener infinitas zonas dentro de las dimensiones o de los planos por los que la energía polar, puede entrar dentro de la figura. Siempre es el mismo esquema, no nos hemos alejado de él, pero lo hemos ampliado y hemos visto que este fenómeno, se da al mismo tiempo en muchos lugares.
Las infinitas entradas de Yin – Yang dentro del Rombo de Rombos
Este esquema, como siempre, en su aparente simplicidad, se puede desarrollar hasta el límite de la imaginación humana. Seguimos teniendo los mismos principios, pero los podemos observar desde una perspectiva más amplia. La misma idea de que Yin-Yang entran por 1ª-7ª dimensión de los Rombos holográficos que se encuentran en cada dimensión, la podemos aplicar al dibujo de los planos, con lo que las puertas de entrada serían mucho más numerosas.
Tendríamos entonces las grandes puertas de la 1ª-7ª dimensión, las pequeñas puertas de las subdimensiones, y también las pequeñas puertas de los planos de conciencia. .
La entrada de Yin-Yang por los planos de conciencia
Estamos hablando del mismo fenómeno energético. No hay nada nuevo. Sólo estamos frente a una expansión de la idea original, que permite que la complejidad del Rombo sea mayor.
La inocente y posible presencia de las maclas, ha proporcionado unas observaciones que quizá no existían hasta hace un rato, pero ahora ya están aquí. En cualquier caso, sabemos que este modelo de representación de los planos no es el único, que presenta dudas no resueltas y bastantes observaciones derivadas de ellas. Sabemos, además, que, aunque no los tengamos trabajados, existen otros modelos de representación de los planos de conciencia que pueden aportar una visión distinta del mismo hecho.
Quizá en otro momento, podamos hablar de ellos y tal vez eso, nos lleve a otras conclusiones y preguntas. Puede ser también que este fenómeno de las maclas no tenga ninguna importancia, ninguna relevancia, pero el Rombo, siempre nos ha enseñado que todo lo relativo a sus formas, ángulos y espacios, está relacionado con algún fenómeno de la naturaleza que se presenta como si nada, sin llamar apenas la atención, actuando de una manera inocente, pero que esconde conclusiones muy interesantes. Sabemos que en el Rombo, tenemos verdades y principios ocultos a la mirada superficial, pero que afloran cuando la curiosidad y el intelecto se posan sobre ellos e intentar encontrar un sentido a aquello que no parece tenerlo.
CICLOS VITALES Y PLANOS DE CONCIENCIA
Si observamos el dibujo de los planos, vemos que la conciencia es una sola en su conjunto, pero parece estar fragmentada en seis diferentes planos de conciencia.
Una conciencia, seis planos
Los planos de conciencia son las estructuras primordiales y profundas de la conciencia y los seis planos, están presentes ya desde el principio, formando un aglomerado estructural dotado de mucha movilidad. La actividad en los distintos planos no es la misma, ya que al igual que sucede con las dimensiones, cada uno de los planos, tiene una actividad particular. Pero todos los planos, están presentes desde el principio en el individuo, de un modo funcional o en potencia y van entrando en actividad en la medida que van siendo necesitados y utilizados.
Si imaginamos que la conciencia es una entidad evolutiva, hemos de pensar que ha de pasar de estadios primarios o elementales a niveles superiores y de mayor complejidad. Es por eso, que podemos utilizar para la comprensión de este fenómeno global, el desarrollo evolutivo que se da en el niño, que pasa de tener una conciencia elemental y básica en los primeros meses de vida, a una mucho más elaborada cuando tiene ya 7-8 años. Y del mismo modo, podemos utilizar un ejemplo más amplio, y estudiar los distintos planos de conciencia por los que pasa un ser humano desde el primer año de su vida hasta que ha finalizado el primer ciclo de 49 años.
El Rombo inferior de la izquierda corresponde a los 7 primeros años, y el de la derecha a los 7x7=49 primeros años. Como vemos, el esquema es el mismo, pero en el primer dibujo cada dimensión representa un período de un año, y en el segundo, cada dimensión abarca un período de 7 años.
Los planos de 1 a 7 años - Los planos de 1 a 49 años
En ambos casos, con una escala u otra, observamos como el ser humano, va pasando en la medida que su estructura física avanza en el tiempo, por distintos planos de conciencia, que le permiten tener una comprensión determinada adecuada a su edad, así como poder realizar una u otra acción y ver el mundo de una manera o de otra muy diferente.
Algunos psicólogos, sostienen que el niño, en la medida que avanza con la edad, registra cambios en su conciencia y que, a los 7 años, ha cumplido una primera etapa, en la que ya ha emergido un ego coherente, y que es capaz de diferenciarse del cuerpo, trascendiendo de alguna manera a la biología. A los 14 años, y alcanzando la pubertad, emerge otra mentalidad, con un pensamiento operacional concreto, y de los 14 a los 21 puede empezar a trascender sus egos, a iniciar su vida interna. Los cambios biológicos que se producen en la mitad del ciclo de los 49 años, es decir a los 24’5 años, definen otro momento histórico, en el que la persona abandona sus estructuras mentales antiguas e inicia una nueva etapa de abertura al mundo, de búsqueda de libertad y de nuevos horizontes, que le hace empezar a romper con su pensamiento antiguo para llegar a los 28 con un nuevo nacimiento intelectual, que culmina con un nuevo despertar consciente en una etapa que va desde los 35 a los 42 años. A esta fase, le sigue otra de madurez mental o espiritual, que culmina en los 49 años, donde finaliza el primer ciclo de vida, que es de predominio físico y que se concreta con todos los cambios físicos, bioenergéticos o mentales que se producen entre los 49 y los 50 años, que acostumbran a marcar un antes y un después de la vida de la persona. Al final de este ciclo, se dan importantes cambios en la relación humana y social de las personas, en la manera de ver el mundo y la vida, lo cual lleva a menudo al desconcierto y al final de algunos modelos establecidos, sean emocionales, mentales o sociales. Podríamos decir que a partir de los 49 años, se inicia el segundo ciclo vital, ya no tan centrado en las percepciones y los cambios físicos, sino más bien en los mentales. Es la llegada de la madurez y el inicio de otro ciclo en la vida y en la conciencia de los humanos.
El ciclo de 49 años
Esta idea del cambio de planos de conciencia ligado al cambio de edad es un fenómeno muy estudiado por numerosos psicólogos. No obstante, las conclusiones a las que llegan en sus estudios, aunque a veces, son algo dispares, aportan datos que van en la misma dirección, ya que en una cosa sí que están de acuerdo, y es que, a cada cierto grupo de años, se produce un cambio de psiquismo y un cambio de conciencia que conlleva una distinta manera de observar y vivir en el mundo.
Si esta cifra de 49 años la estudiáramos con la perspectiva del Rombo de planos de conciencia, posiblemente, llegaríamos a otras conclusiones relativas a las franjas de edad relacionadas con el cambio psicológico, y veríamos que, siguiendo el esquema temporal de los planos, los cambios se producirían más exactamente cada 8’1666666… años o lo que es lo mismo, más o menos cada 8 años y 2 meses. Tendríamos entonces un primer plano de conciencia que iría desde el nacimiento hasta los 8 años y 2 meses, un segundo plano que finalizaría a los 16 años y 4 meses, un tercero que acabaría a los 24 años y 6 meses, un cuarto plano que llegaría hasta a los 32 años y 8 meses, un quinto ciclo que se cerraría a los 40 años y 10 meses y un sexto ciclo que concluiría a los 48 años y 12 meses (49 años).
La edad en los planos de conciencia
Tanto en el esquema del Rombo que contempla los posibles ciclos de 8 años y 2 meses como el estudio que plantean algunos autores sobre los ciclos de 7 años, se puede observar que existe una cierta relación entre la edad y el grado de conciencia, pero en la que no existe una concordancia numérica total. Nosotros, conocedores de los ciclos del Rombo, podemos estudiar este tema desde una perspectiva más amplia y ver que existen al mismo tiempo, dos ciclos distintos que pueden modificar la actividad de los planos de conciencia. Podemos ver los ciclos marcados por las dimensiones y los ciclos marcados por los planos de conciencia, ya que como sabemos, la línea de la Diagonal Mayor del Rombo por la que podemos pensar que discurre el tiempo, se puede separar en distintas fracciones temporales, dependiendo si nos centramos para su estudio, en la observación de las dimensiones o en la de los planos de conciencia.
Podría ser, siguiendo un pensamiento lógico, que los ciclos de 7 años, que como sabemos, están más relacionados con las dimensiones, estuvieran más vinculados con los cambios en la estructura física de la persona y los ciclos de 8 años y 2 meses, lo estuvieran con los cambios en los planos de conciencia.
Ambos ciclos, pueden interactuar, ya que los ciclos de 7 años producen cambios físicos, y han de producir necesariamente variaciones en la conciencia, y los ciclos de los planos de conciencia, pueden provocar cambios en la estructura física ya que su naturaleza sutil, les otorga esa posibilidad.
Entonces, estamos hablando de la fusión de dos ritmos cíclicos, el de las dimensiones y el de los planos que pueden interactuar y auto influenciarse. Tenemos frente a un ciclo general de 49 años, la aparición de 7 ciclos de 7 años para el referente físico y la presencia de 6 ciclos de 8 años y dos meses para el nivel de los planos de conciencia. Es decir, que tenemos coexistiendo al mismo tiempo, la presencia de dos ciclos distintos.
La fusión de dos ciclos
Estamos frente a la creación de un ciclo complejo que es la suma de dos ciclos de frecuencias distintas, que manifiesta la relación que existe entre las estructuras físicas y los planos de conciencia. Todos sabemos que no existe una regla exacta y real para este fenómeno de correlación, porque, aunque haya una relación biológica entre una edad y un plano de conciencia, es posible que ese plano, por algún motivo, no se pueda rellenar del contenido psicológico que podría sustentar de acuerdo con la edad biológica y por otro lado, la dimensión física por la que se transita, puede sufrir alguna alteración estructural que puede variar las características de su onda.
En cualquier caso, y con alguna variación en a lo que edades se refiere, se puede observar que la conciencia pasa por distintas fases o períodos temporales, de una duración variable y que al final, obligan a la persona a cambiar y reorientar sus objetivos y deseos.
Detrás de todo ello, se esconde una actividad cíclica en la que juegan la biología y la conciencia, y que pueden ocasionar ciclos concienciales muy evidentes o no, dependiendo de la naturaleza de cada persona y del entorno en el que desarrolla su vida, pero que nos lleva a considerar un hecho que parece cierto: En la medida que el individuo, con el paso de los años, va contactando con el mundo y va experimentando con él, van apareciendo cambios evolutivos en su conducta, en su capacidad motora y en su conciencia.
Parece ser que el mero hecho de vivir lleva consigo un proceso parejo de crecimiento interior y de evolución, lo cual es lógico, pero que no deja de ser sorprendente. El hecho de vivir está vinculado al proceso de evolucionar.
VISION PSICOLOGICA DE LOS PLANOS DE CONCIENCIA
Cuando en 1990 me cayó en las manos el libro de Ken Wilber titulado el proyecto Atman, vi que existía un psicólogo que entendía la psicología desde un punto de vista que se acercaba bastante a las enseñanzas del Rombo, así que me interesó el libro, tomé algunas de sus ideas y las incorporé a mi pensamiento para poder dar más contenido al esquema de los planos de conciencia. Me gustó su trabajo, y en estas páginas, aparecerán bastantes ideas suyas porque bajo mi óptica, algunos de sus datos, se pueden acoplar perfectamente a la enseñanza del Rombo y pueden ayudar a esclarecer en algún punto, el tema de los planos de conciencia. Entremos en materia.
Sabemos que la conciencia tiene una analogía con el cosmos, ya que es de naturaleza pluridimensional, pero a diferencia de éste, que está formado por siete estratos diferenciados, la conciencia, está constituida por seis niveles distintos de complejidad, seis estructuras profundas llamadas planos de conciencia, que están dispuestos según un orden de densidad.
El sorprendente hecho de que no haya una simetría estructural entre las dimensiones del cosmos y la conciencia es lo que posibilita de hecho, la evolución, ya que como veremos más adelante, un plano de conciencia siempre cabalga entre dos dimensiones, y es lo que permite pasar de una dimensión a otra y poder evolucionar. Si existiera el mismo número de planos que de dimensiones, cada dimensión se ajustaría solamente a un plano y no existiría la posibilidad de cambiar de dimensión y de poder seguir la vía evolutiva. Entonces, hemos de ver que, aunque la evolución como tal, consiste en poder desplazarse de unas dimensiones inferiores a otras superiores, este paso, se da gracias a la capacidad que tiene el individuo de transitar por los planos de conciencia.
El desarrollo psicológico de una persona, se da cuando su psique, se ve obligada a moverse en el plano de conciencia en el que estaba asentada inicialmente para buscar la manera de actuar con más eficacia. Para ello, recorre todos los subplanos de su plano conciencial, buscando y hallando las respuestas adecuadas, pero con el tiempo, y después de haber utilizado múltiples soluciones para sus problemas, llega un momento en que agota los recursos máximos del plano y se ve obligada a dar un salto de conciencia y cambiar de plano para hallar respuestas más adecuadas y trabajar con más eficiencia.
Un cambio de plano
Cuando lo hace, el individuo, entra en un nuevo plano, más complejo, y al entrar en este nuevo estado de conciencia, observa que este nuevo plano, se sobrepone al anterior, es parecido, y le ofrece más recursos.
Parece ser que el camino que recorre la evolución es en el primer momento, la producción de unidades concienciales cada vez más elaboradas, complejas y libres, a la que sucede en una segunda fase, el posterior asentamiento de la primitiva conciencia en estas nuevas unidades más eficientes.
Para entender la evolución psicológica a través del estudio de los planos de conciencia, hemos de pensar que, en la conciencia, desde su inicio, están presentes todos los planos, aunque sea desde un punto de vista potencial. Esto quiere decir que para que un plano pueda ser rellenado por la conciencia, ha de existir ya virtualmente de una manera previa y ha de tener la posibilidad de que ese plano, tenga la capacidad de albergar el contenido de la conciencia. Es decir, ha de existir en el presente, la estructura virtual del plano capaz de acoger a la conciencia cuando aquella llegue allí, en el momento que sea.
Cada nuevo peldaño al que se accede en la evolución, supone un ascenso por el eje de los planos de conciencia y el descubrimiento de un nuevo plano de conciencia. El plano superior, considerado evolutivamente, viene después del inferior, y se separa de él, pero el plano superior no procede del inferior, no se crea después de él, sino que ya estaba presente y manifestado de una manera virtual o muy poco eficaz.
En los planos de conciencia pueden existir zonas virtuales
Los planos superiores de conciencia, pueden emerger en un momento dado si se tiene necesidad de ellos, ya que están presentes desde el principio, virtualmente presentes en los inferiores, pero bajo la forma de un potencial, lo que permite que en un momento determinado, cuando la evolución lo requiere, el plano superior, pueda emerger, cristalizarse, manifestarse y diferenciarse del inferior.
En la representación romboidal clásica de los planos de conciencia, situamos a los planos superiores, lejos de los inferiores, pero esto, es sólo un método de ilustración que permite entender el fenómeno con más claridad, pero creo que hay muchas maneras de poder representar este mismo concepto. Para ello, hemos de tener presente que siguiendo la ley que dice que lo sutil penetra lo grosero, los planos superiores y sutiles, de alguna manera, en la medida que seamos capaces de imaginarlo, penetran también dentro de los planos groseros. Esto quiere decir que (imaginativamente hablando), dentro de los planos groseros, se encuentran virtualmente los planos sutiles, aunque estén sin utilizar. Los planos sutiles superiores y poco operativos, se encuentran en un estado virtual, formando un espacio semivacío dentro del mismo plano de conciencia y pendientes de ser rellenados por la conciencia.
Sabemos que las dimensiones están unas dentro de las otras, que los Rayos viajan desde las dimensiones sutiles a las groseras, y el mismo fenómeno, aunque no lo tengamos interiorizado, se da también con los planos de conciencia. Los planos sutiles se encuentran en potencia dentro de los groseros, aunque a la hora de representarlos, podamos imaginarlos como si estuvieran fuera de ellos. De hecho, hacemos lo mismo con las dimensiones. Sabemos que las dimensiones, están ínter penetradas, dispuestas unas dentro de las otras, pero a la hora de representarlas, las abrimos como si fueran un acordeón, y las alejamos entre sí para que el intelecto, pueda ver y asimilar mejor este concepto.
Unas dentro de las otras
La representación apaisada de las dimensiones, la hemos aceptado bajo la idea ficticia y didáctica del desplegamiento dimensional, pero sabemos que de hecho, las dimensiones están plegadas las unas sobre las otras. Y aunque sea la misma situación, este mismo concepto, no lo tenemos interiorizado en el mundo del plegamiento de los planos de conciencia. Los planos de conciencia, no se hallan desplegados por el espacio, sino que están plegados los unos sobre los otros, aunque la representación abierta sea de una mayor utilidad en la enseñanza, ya que es mucho más comprensible.
El desplegamiento dimensional y de los planos de conciencia
En la siguiente foto, vemos a un hombre (en primer plano) que representa el primer plano de conciencia y podemos imaginar que dentro de él, se repiten en orden de sutileza, 5 planos más, con la misma representación y estructura, colocados cada uno dentro del otro, y en la medida que nos alejamos del primero, la imagen deja de ser más material y se convierte en más sutil.
Los planos dentro de los planos
Aunque en nuestro modelo tradicional de representación gráfica, podamos abrir y desplegar a todos los planos y extenderlos por todo el universo y por todo el Rombo, podemos imaginar también como los planos, existen todos unos dentro de los otros, y el que está en la parte más exterior y hecho de materia más gruesa, es el primero y a partir de aquí, la secuencia entra en una repetición en la que cada estructura de conciencia, llena o no, presenta un dibujo similar. Sólo cambia su contenido, ya que tiene un grado de sutilidad y libertad distinta, dependiendo de las dimensiones en las que se encuentra cada plano. Los planos se van interiorizando en la medida que se van sutilizando y entrando en dimensiones más sutiles. Se trata ni más ni menos que de otro tipo de representación, pero es el mismo hecho. Podemos ver a los planos de conciencia unos detrás de los otros, colocados en una forma apaisada y simulando una especie de tren con sus vagones unidos, pero también los podemos ver como una estructura inter penetrada, en la que las unidades están unas dentro de las otras, como si fueran una muñeca rusa y ordenadas por nivel de sutilidad, lo que nos da una imagen de profundidad, y una visión más tridimensional del concepto de planos de conciencia.
En este modelo de representación, podríamos visualizar a los planos de conciencia uno dentro del otro, e imaginarnos que nuestra vista fuera capaz de verlos capa por capa, plano por plano, desde la parte más densa a la parte más etérea.
El plano de conciencia sutil se halla dentro del grosero
Visto de esta manera, si consideramos que los planos están unos dentro de los otros, la evolución sería el descubrimiento progresivo de los planos superiores y sutiles presentes ya de forma rudimentaria en los inferiores o más materiales. Esto no representa ninguna contradicción con el modelo convencional, solamente aporta un grado distinto de observación. Es otra manera de ver lo mismo, pero enriquece el concepto. Sencillamente, es otra representación que viene a enriquecer el concepto clásico.
Es posible que, en las primeras etapas evolutivas de un ser humano, aunque tenga la potencialidad funcional de todos los planos de conciencia, casi solo exista actividad real en un plano inferior y los demás tengan una mínima actividad residual. Eso es algo comprensible para todos. Pensamos que, en edades muy tempranas, los planos inferiores de conciencia pueden estar muy activos y los superiores, pueden presentar muy poca actividad real. De la misma manera, creo que todos entendemos que, con la maduración, se van activando poco a poco los distintos planos y aparecen progresivamente algunas funciones, como el descubrimiento del yo, el razonamiento inteligente, la creatividad, la capacidad de construcción musical, y el pensamiento abstracto. Es, por tanto, posible que a partir de cierta edad, los seis planos estén más o menos activos, en diferente manera, con mayor o menor actividad, con mejor o peor rendimiento, pero que se encuentren todos presentes y en funcionamiento.
Cada plano de conciencia es una de las seis estructuras profundas de la personalidad, y una de las maneras en que podemos entender la evolución es que ésta, consiste en poder realizar una serie de cambios en la estructura profunda del plano que lo liberen de los obstáculos internos y faciliten la circulación de la energía en su interior, de tal manera que la persona se pueda mover con facilidad dentro de las subplanos de su plano de conciencia. Al mismo tiempo, cuando el plano de conciencia profundo ya está ordenado y en su máximo rendimiento, la evolución ha de buscar la salida a través de la exploración de otro plano superior, que conlleva a su vez, el acceso a otro nivel evolutivo dimensional.
Cada plano, tiene un potencial y a su vez, una limitación, en base a la cual, se realizan todas las operaciones posibles para ese nivel. Cada plano o estructura profunda, tiene múltiples posibilidades de combinación, lo que origina una infinidad de representaciones o estructuras superficiales. Existe un nivel de máximo rendimiento de cada estructura superficial, que puede satisfacer o no las necesidades de la persona. Esto puede originar distintos cambios en la estructura superficial, pero tal vez, en un momento, pueden ser considerados insuficientes por la persona. En ese punto, la alternativa evolutiva ya no contempla realizar más cambios en las estructuras superficiales de cada plano, sino que lo que se necesita es cambiar de plano y dejar atrás el plano anterior.
El movimiento de las estructuras superficiales de cada plano sería algo similar a cambiar de sitio los muebles de la casa para buscar una mayor satisfacción de las necesidades. Pero cuando todo esto, resulta ineficaz, y a pesar de haber probado muchos cambios, no se satisfacen las necesidades básicas, se debe cambiar de piso y amueblar la nueva estancia con muebles nuevos. Es cierto que los espacios vacíos estarán prediseñados por el registro histórico y virtual de la composición del plano o planos inferiores, ya que el efecto holográfico también deja su impronta aquí, pero estos modelos virtuales que existen pueden rehacerse nuevamente ya que se ha demostrado que el modelo anterior no era eficaz y la conciencia buscará mejores soluciones, y se construirá algo nuevo sobre lo ya construido.
La conciencia, si entiende que no tiene ningún futuro en sus actuales circunstancias, puede abandonar su identificación exclusiva del plano inferior, entonces muere con respecto a ese plano y lo trasciende. Traslada entonces su identidad al nuevo plano emergente, y con el cambio de piso, estado o nivel, las posibilidades del cambio son mucho mayores. Es un nuevo piso, es un nuevo plano y posibilita buscar recursos nuevos, más eficientes que las soluciones encontradas en el piso antiguo. El ser humano, siempre parte de algo, nunca comienza de cero, y todo lo que haya conseguido en un plano, todas las soluciones correctas, pueden quedar almacenadas por si alguna parte puede ser útil para ser empleada en este nuevo plano. Si lo descubierto hasta ese punto, deja de ser productivo, ese esquema, sólo servirá para sobre escribir uno mejor, basado en los datos útiles aprovechables.
La necesidad constante de evolucionar, de tener nuevas perspectivas de la realidad que se presenta, empuja a cambiar constantemente de plano. El yo de un plano inferior se transfiere al plano superior y se convierte en la base sobre lo que se edificará el nuevo plano superior. La construcción energética que se ha creado en el plano inferior se sutiliza y sirve como primer soporte para crear el nuevo plano. Cada nuevo plano de conciencia se construye como el sustituto parcial y simbólico de la unidad, que es interpretada de distinta manera en cada plano, según el nivel de la conciencia que existe en cada nivel.
En ese nuevo plano, de orden superior, aparece una estructura virtual más compleja, con más posibilidades y de más alcance. En esa nueva estructura, se introduce la conciencia y la persona, acaba identificándose con ella. Entonces, se desvincula de su identificación exclusiva con el plano anterior y abarca los dos planos, pero trabaja con las leyes y los instrumentos propios de la nueva estructura emergente, la cual no procede de la anterior, pero es su trascendencia.
Cuando la conciencia se traslada a este nuevo plano superior, el yo empieza a identificarse con el nuevo plano y a des identificarse del plano del cual procede, hasta que la transformación se haya completado. El yo se desvincula de su identificación exclusiva del plano inferior y empieza a vincularse progresivamente con el nuevo plano emergente, donde empezará de nuevo a realizar modificaciones de la estructura superficial, una detrás de la otra, en la búsqueda de una armonía entre el plano de conciencia y las dimensiones que ocupe. Cada plano que emerge de nuevo no queda aislado de los demás, sino que ha de ser integrado y consolidado con los planos predecesores, los cuales no desaparecen porque ya han formado parte de la persona.
Cada nuevo plano por el que la conciencia pasa tiene cuatro fases: El primer paso es la emergencia del plano superior, el segundo es la identificación en ese plano, el tercero es la desidentificación del plano inferior y el cuarto paso es la posterior trascendencia del plano para buscar el siguiente plano superior.
Todos los cambios que haya realizado en este nuevo plano más sutil se reflejarán en todos los otros planos inferiores, ya que como sabemos, los planos sutiles penetran a los groseros y realizan cambios allí. De esta manera, una misma conciencia puede trabajar en todos los planos, ya que todos están dibujados con el mismo patrón. Sino fuera así, la conciencia no podría descender de planos, ya que existirían conflictos energéticos si la estructura de cada plano fuera diferente. Al final, para que una estructura superior, se deslice hasta una inferior, en el recorrido, ha de encontrar el mismo dibujo energético, que es lo que le permitirá desplazarse sin que haya un conflicto estructural.
Por lo general, todas las transformaciones que se realizan en un plano superior son transmitidas por efecto holográfico a todas las inferiores, permitiendo que la conciencia pueda ascender o descender solo variando la frecuencia del plano en el que va a trabajar. Tendremos el mismo esquema energético de la conciencia expresándose en cada plano profundo. Al instalarse en un plano superior, la conciencia pasa a operar en los planos inferiores con los instrumentos adquiridos en el plano superior, que son mucho más eficientes.
RESUMEN GENERAL DE LA EVOLUCION POR LOS PLANOS
Sabemos que la conciencia en su parte más profunda intuye el Absoluto, e intenta plasmarlo en cada plano, con las condiciones y limitaciones propias de cada nivel. Así, cada plano, da la posibilidad de representar una idea parcial y local de la totalidad, marcada por las condiciones limitantes del plano, que le permiten tener una idea parcial de lo que podría ser el Absoluto.
La evolución es la realización a través de la trascendencia de los planos. En cada plano nuevo que aparece, la conciencia se amplía más, e integra cada vez más planos inferiores, hasta que consigue integrarlos todos y hacerse una idea más completa de la unidad. Cuando la totalidad de los planos han emergido y se han integrado, la conciencia abarca ya todo el espacio posible y la conciencia es total, y se convierte en una nueva conciencia, ya que abarca todos los aspectos de la manifestación.
La trascendencia de cada plano implica la desaparición del yo anclado en ese plano, y la aparición del yo en un plano superior. Mantener al yo aislado y reducido a un solo plano, solo supone una ilusión y una contracción perpetua de las posibilidades de la conciencia. La persona, en su deseado avance evolutivo, solo puede alcanzar el Todo deshaciéndose progresivamente de cada yo anclado en cada plano. Por eso, la evolución implica que los yos primarios, han de ir desapareciendo, y dando lugar a nuevos yos, cada vez más amplios, que a su vez, también deben ser trascendidos con el tiempo hasta llegar a un yo muy amplio y que contenga a todos los planos de conciencia.
En este esquema general, la evolución consistiría en ir pasando por los seis planos de conciencia, integrando las características de cada uno de los planos y por tanto de todas las dimensiones, para poder moverse con libertad, ajustando el nivel de trabajo de la conciencia a la realidad dimensional que se presenta en cada momento.
Este proceso evolutivo, puede presentar muchos obstáculos, ya que la conciencia, puede tener muchas dificultades para trascender cada uno de los planos. Un primer obstáculo es la racionalización, es decir, pensar que la trascendencia es imposible o patológica. Otra posibilidad es el terror al cambio o a la muerte del yo, ya que, en cada cambio, en cierta manera, una parte del yo ha de desaparecer para dar cabida a otro yo. También es posible que la persona prefiera sustituir un plano inferior, en el que se siente cómoda y segura por un plano aparentemente superior, pero que presenta muchos interrogantes. De la misma manera, hay una posibilidad más que está relacionada con esta última y es la fijación del yo en un aspecto de un plano inferior que no le permite realizar completamente la transmutación al plano superior, ya que hay algunos aspectos que no pueden desengancharse del plano anterior y por ello, la transformación, no es completa, ya que hay aspectos de la nueva personalidad que no se pueden incorporar por estar fijados en planos inferiores. Si una fijación tiene lugar en un plano inferior, los deseos primitivos permanecen vivos en el plano superior, distorsionando los ideales de la persona en el plano superior.
Con todo este esquema, podemos entender que la evolución consiste en ir utilizando adecuadamente, armónicamente y con eficacia cada plano de conciencia por el que la mente va pasando hasta que el Yo, siente la necesidad de trascender un plano y pasar a otro plano, donde debe realizar los cambios necesarios para adquirir de nuevo , por así decirlo , la maestría en el manejo del plano, tras lo cual, debe ascender de nuevo de plano, y así sucesivamente, hasta llegar a abarcar a los seis planos de conciencia, momento en el cual, su conciencia da un salto cualitativo, un híper salto trascendente, ya que es capaz de albergar todas las posibilidades que ofrecen los seis planos de conciencia. En ese momento su realización es completa.
Cada persona puede recorrer en su trayecto evolutivo un número determinado de planos, o vivir instalada perpetuamente en un plano en concreto, que le es cómodo y al que no prefiere trascender. Puede vivir instalada en un plano inferior porque lo maneja bien, con seguridad y teme dar un paso en falso.
Habrá no obstante, otro tipo de personas que necesitan ir integrando los respectivos planos que van apareciendo y una vez asimilados, precisan llegar a un plano superior. Así y todo, es más que probable que personas que viven en planos altos, tengan fijaciones de planos inferiores, y por otro lado, personas de planos inferiores que hayan desarrollado algún aspecto concreto vinculado con un plano superior, es decir que solamente hayan transmutado alguna función precisa de su plano, pero que les permita tener accesos puntuales a planos superiores. Con todo esto, puede resultar muy difícil saber situar a una persona en un plano determinado, ya que como he dicho, se pueden producir fijaciones de planos inferiores o raptos de planos superiores. Quizá por estas irregularidades, el afán clasificatorio y ordenador, que es la herramienta del científico, se puede mover con dificultad en este terreno de la psicología evolutiva, pero eso no impide que, conociendo las características de cada plano, se pueda hacer una aproximación para intentar conocer en que plano o planos se mueve una persona. Pero primero, en cualquier caso, se han de conocer las características básicas de cada plano de conciencia, y eso, creo que no es tan fácil. En fin, será cuestión de ponerse a trabajar.
Bueno…. creo que vamos acabando. El objetivo de este primer artículo sobre los planos de conciencia no era otro que el de empezar a hablar de ellos y realizar una primera toma de contacto. Nos han quedado muchas cosas por comentar y aún muchas más por descubrir. Llevamos ya un buen tiempo trabajando sobre el tema y me imagino que esto no se acabará aquí. Ahora, empezarán a emerger pensamientos, teorías y datos, los que espero poder desarrollar y escribir…pero eso sí, será más tarde.