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Los planos de conciencia (3ª parte)

Los planos de conciencia (3ª parte)

En este artículo hablamos de cómo ha sido el aprendizaje en el Rombo y de que forma la curiosidad nos ha llevado a descubrir el séptimo plano de conciencia, plasmarlo en un nuevo dibujo del Rombo, y de qué manera, este mismo descubrimiento, nos ha llevado a la posibilidad de poder representar a los planos de conciencia en la línea de la diagonal menor del Rombo.

El juego del aprendizaje

Todo forma parte del juego del aprendizaje. Primero observas un esquema que te resulta totalmente desconocido. Al cabo de un tiempo, empiezas a entenderlo, lo asimilas y al final, incluso te parece familiar y lógico. Gracias al esquema o al dibujo, tienes una idea general de lo que se quiere decir y captas la idea que subyace en la representación y que ha llevado al autor a escoger un determinado tipo de geometría para expresar y sintetizar una idea concreta.

Pero al mismo tiempo, al mirar con más detalle, observas que hay algo que aparentemente, no parece estar dentro de la lógica. Ves algún detalle que te da la sensación de no estar del todo bien. De esa observación, sale una pregunta y el intelecto, reflexiona y te lleva a buscar una explicación. A veces, hay suerte y el supuesto defecto, tras un laborioso estudio, se puede entender, deja entonces de ser un problema y se convierte en un dato que te lleva a otro esquema superior, del cual dimanan nuevas realidades. Con este nuevo concepto en la mano, empiezan a aparecer teorías que expanden y enriquecen aún más el nuevo dibujo y hacen que empiecen (como no) a aparecer de nuevo, más preguntas.

Detrás de un descubrimiento, hay un nuevo paso que te lleva a otra situación, la cual, te conduce a un nuevo lugar, que es más amplio y aclarador. Y así, el proceso se repite indefinidamente, porque el conocimiento es infinito, pero el cerebro, necesita asimilarlo poco a poco, recorrerlo por pasos, para poder integrar progresivamente los datos de mayor complejidad sin caer en colapso por el peso de la excesiva información.

Un escalón de conocimiento viene después del anterior, aunque entre escalón y escalón, a veces pueden pasar muchos años. Este sistema de progresión ha sido la eterna constante en el aprendizaje del Rombo. Un primer dato, unos razonamientos, unas preguntas, unas respuestas, más razonamientos, más preguntas, más descubrimientos y otra vez más preguntas. Esta ha sido y es la historia del Rombo en la que el conocimiento cae a medida que la fruta va madurando. Quizá nos hubiese gustado saberlo todo desde el principio, pero tal vez, entonces, el Rombo no hubiera sido tan nuestro. Habría faltado el esfuerzo, el interés, las ganas de aprender, la alegría del descubrimiento y la emoción colectiva grupal del hallazgo, que es capaz de lanzar el nuevo dato al archivo akásico que es el depositario de todas las estructuras mentales que han encontrado respuesta dentro de los conocimientos de la Ideación Divina.

Una de las claves del método de estudio del Rombo es la interactividad. No se trata de una enseñanza pasiva en la que el estudiante se sienta a oír una clase magistral para irse luego a su casa y olvidar parcial o totalmente lo que ha oído. Aquí se presentan unos datos iniciales, sobre los cuales, la persona y el grupo, se plantea ciertas cuestiones y después de analizarlas y examinarlas, aparecen algunas dudas. Las preguntas, lanzadas al interior o al exterior, pueden hallar la respuesta exacta, y ésta, puede venir de nosotros mismos o de fuera, o de ambos sitios a la vez, pero en todos los casos, la respuesta puede llegar cuando la pregunta está trabajada, es coherente, concienciada, ha recorrido la mitad del camino y ha hecho el 50% del trayecto. Las respuestas, lamentablemente, en otras condiciones, no suelen venir. Por lo general, precisan de un trabajo previo, meticuloso, detallado, en el que el intelecto desgrana y explora todas las posibilidades que le ofrecen su mente y su curiosidad. Al final, si la pregunta está madura y trabajada, la respuesta llega. Es cierto que, en ocasiones, podemos llegar a un punto donde precisamos de ayuda porque hemos llegado a un aparente callejón sin salida, donde nuestro intelecto, ante la duda y la incertidumbre, es incapaz de ir más allá. En ese momento, si la pregunta está bien formulada, y ha hecho el 50% del trayecto, puede llegar una respuesta, de donde sea y de la forma que pueda, pero llegará.

La ley del 50%

La ley del 50%

Este ha sido el camino del aprendizaje y del autoaprendizaje. Además, cabe decir que no hemos recibido datos nuevos hasta que no hemos tenido asumidos y asimilados de una manera concreta los conocimientos teóricos de los que disponíamos. Cuando el material teórico está aún por trabajar, por desarrollar, se nos han aclarado algunos conceptos y respondido a algunas preguntas, pero no han llegado más informaciones, porque, el exceso de información habría interferido en la escalada progresiva del aprendizaje. Es por eso por lo que actualmente, hay muchas preguntas dentro del Rombo que no tienen respuesta, ya que éstas, con toda seguridad, están aún lejos de nuestro conocimiento actual. En ocasiones, somos como niños que apenas saben sumar y quieren obtener respuestas que necesitan de la más alta matemática pura, y en ese caso, la respuesta, naturalmente, no llega. El nivel del conocimiento adquirido previamente es uno de los reguladores del aprendizaje. El conocimiento llega paso a paso, por etapas y no es ningún regalo en el sentido estricto de la palabra. Es un premio al trabajo

LA LLEGADA DE LOS PLANOS

Fue en 1987 cuando, desde un punto de vista del Rombo, aprendimos a dividir al cuerpo humano en 7 zonas, que estaban vinculadas a las siete dimensiones. Entendimos también que, entre las siete dimensiones, podíamos dibujar tres ondulaciones que representaban el trayecto de la energía Yin-Yang dentro del Rombo.

Pero en ese momento, al igual que nos ha pasado con algún otro tema, no comprendimos correctamente el concepto de las ondas, y los primeros dibujos de las tres ondulaciones que realizamos, no fueron del todo acertados. Hubo, de hecho, varias versiones del dibujo que tenía que representar a las tres ondulaciones, y todos los dibujos, coexistieron entre dudas bastante tiempo.

Una ondulación

Una ondulación

El esquema inicial, fue debatido muchas veces, hasta que conseguimos el consenso y apareció el dibujo correcto 5 años después, es decir en 1992. Ahora, un poco estupefacto, miro toda esta lentitud con sorpresa, pero es cierto: tardamos cinco años en solucionar este problema, ya que como ha sucedido siempre, en aquel entonces, como ahora mismo, teníamos demasiados temas donde poder dispersarnos, y a menudo, perdíamos el hilo conductor de un problema, que quedaba sin solucionar, flotando indefinidamente en el tiempo.

El cuerpo humano y las tres ondulaciones Yin Yang

El cuerpo humano y las tres ondulaciones Yin Yang

Teníamos entonces el cuerpo humano relacionado con las siete dimensiones y ahora, añadíamos estas tres ondulaciones, que dividían al cuerpo humano en otras seis zonas, tres situadas en la parte superior del Rombo y otras tres, en la parte inferior.

En el medio del circuito, en la zona central estaba una zona importantísima y que, en Oriente, es conocida como punto Hara, o punto central del equilibrio, que marca en el Rombo, el punto de equilibrio y paso entre la materia y la energía, o el punto de transición entre los planos de conciencia superiores e inferiores. Para entender bien el controvertido dibujo final de las tres ondulaciones, pusimos el Rombo apaisado y entonces, la visualización de las tres ondulaciones se volvió un poco más clara. Al final, con paciencia, solucionamos el problema técnico y el dibujo final fue el que presentamos a continuación.

Las tres ondulaciones

Las tres ondulaciones

Y como que el aprendizaje, como queda patente, era bastante lento, tardamos bastantes años más en pensar que estas tres ondulaciones que formaban seis espacios en el Rombo, podían ser la ubicación de los seis planos de conciencia. Para que los Rombos cupieran allí, debimos hacer una de las primeras rotaciones de 90º del Rombo. Eso sucedió en el año 2000, que fue cuando pudimos colocar por primera vez a los seis planos de conciencia dentro del Rombo. Supimos también que, aunque esta primera representación de los planos era correctísima, no era sino una de las distintas posibilidades en la que podían ser representados los seis planos de conciencia.

Habíamos tardado 13 años en llegar hasta aquí, pero al fin, lo habíamos hecho. Al final, teníamos colocada a la conciencia y a sus distintos planos en el esquema del Rombo. Había sido un gran paso.

Los seis planos de conciencia representados en el Rombo

Los seis planos de conciencia representados en el Rombo

Pero, siempre hay un pero…. el dibujo de los planos, planteaba para mi manera de entender la geometría, una cierta anomalía, porque el primer y el sexto planos, sobresalían de la estructura del Rombo, y parecía que no estaban contenidos en él. Entonces, si el Rombo era capaz de contener a todo, si todo estaba dentro del Rombo… ¿Cómo era posible que algo estuviera fuera de él?

Una macla en la figura del Rombo fue el origen del problema

Una macla en la figura del Rombo fue el origen del problema

Debo decir que esa duda, esa pregunta, nos persiguió durante bastantes años (2000-2017) y no fuimos capaces de solucionar esta cuestión hasta que oímos hablar de la existencia del séptimo plano de conciencia. Un plano de conciencia muy poco conocido, que englobaba a los otros seis planos y que era en cierta manera el continente de los seis planos conocidos. El séptimo plano de conciencia, en palabras de Rish Amón, es un plano que contiene a los otros seis….

Cuando llegas y accedes a la realización, cuando se accede a la realización total de quien eres, al despertar en ti mismo, cuando te conviertes y te fundes en tu ser, puedes llegar a contener todos los planos en uno sólo. Es un estado, cada plano de conciencia es un estado y el séptimo plano sería aquel que no se conoce porque es muy difícil de alcanzar, porque es la realización plena, donde te mueves en un plano tan elevado que los otros quedan totalmente contenidos en él.”

Con esto, comprendimos que cada plano de conciencia, aunque representase un estado evolutivo distinto, formaba parte de un gran plano unido que era el séptimo plano que contenía a los otros seis. Con este nuevo concepto, pudimos ver que todos los planos eran solo uno, pero en diferentes estados. El séptimo plano, por decirlo así, contenía a los demás y cada uno de ellos era como una de las hojas que forma la margarita. Cada pétalo o cada plano, contiene unas características, una información, unos chips determinados, pero cada uno de ellos forma parte de este gran plano general.

Con este nuevo concepto, el primer y el sexto planos, que ocupan los extremos de la conciencia, y que tienen unas características geométricas distintas a los demás, se convierten en muy especiales pues son el principio y el final de la experiencia conciencial que corre de izquierda a derecha por los diferentes planos. Estos dos planos, se pueden entender como la rueda sin fin del infinito. El primer plano, puede ser el primero en una experiencia de la conciencia y el sexto el último, pero el sexto, también puede ser el primero de una experiencia que acaba de nacer, y entonces el primer plano, resulta ser entonces el último. Ambos son principio y final del recorrido. Con esta perspectiva, todos los demás planos, son sólo peldaños de la escalera que une a estos dos planos tan peculiares. Estos dos planos, tan especiales, serían los dos puntos de lanzadera de este séptimo plano que contendría a los otros seis.

Con el descubrimiento del séptimo plano de conciencia, era evidente que el dibujo de los planos tenía que cambiar, porque en su dibujo, este plano, no estaba representado. El hecho de que estos dos planos, sirvieran de “lanzadera del séptimo plano”, aportaba unas pistas, que se debían trasladar a la nueva representación de los planos. Un nuevo concepto de planos precisaba de una nueva geometría para ser representado e integrado. De hecho, fue el concepto de “lanzadera” el que abrió la puerta a la posibilidad de poder representar el séptimo plano dentro del Rombo. Para ello, aparentemente, no tuve que hacer nada nuevo, sólo recurrir a un dibujo que había hecho hacía dos años, en el 2015 y al que no le había encontrado entonces ninguna explicación ni utilidad aparte de la belleza estética.

En el dibujo, me recreaba en un cálculo matemático acerca de la relación entre las diagonales en el Rombo. Esta relación definía la relación entre la diagonal menor y la Diagonal mayor de un Rombo. Y esta misma razón matemática, se encontraba también entre las diagonales de los Rombos circunscritos, y definía entonces un factor de expansión o de contracción entre los Rombos que aparecían en los diferentes hexágonos circunscritos, ya fueran exteriores (más grandes) o interiores (más pequeños).

Fórmulas y relaciones de las diagonales de rombos circunscritos

Dibujo sobre la relaciones de las diagonales en los Rombos circunscritos

En el dibujo, observé que, si prolongaba los lados del primer y sexto planos de conciencia, se creaba un nuevo Rombo, girado 90º respecto al anterior y que creaba un hexágono mayor donde se podía construir el nuevo Rombo.

Este estudio, estaba basado en un dibujo previo en el que se veía como dentro de todos los Rombos que existían dentro de los hexágonos crecientes o decrecientes, se producía un fenómeno de alternancia de diagonales mayores y menores que estaba sujeto al mismo factor de expansión o contracción detallados en las fórmulas.

La alternancia de las diagonales

La alternancia de las diagonales

En este dibujo se observaba como la diagonal menor del Rombo mayor, se convertía en la Diagonal mayor del Rombo menor, de manera que, en los Rombos crecientes o decrecientes, la Diagonal mayor se transmutaba en la menor y viceversa.

El dibujo del séptimo plano ya estaba pues hecho y de repente, había aparecido una explicación. El primer y el sexto planos, se utilizaban para crear el séptimo plano, y de hecho, eran una lanzadera del mismo. Con la proyección de las líneas limítrofes de estos dos planos, se creaba el séptimo plano que contenía a todos los demás.

El séptimo plano de conciencia

El séptimo plano de conciencia

Entonces, estudiando de nuevo el dibujo de los planos, podíamos ver que aunque el primer y sexto planos sobresalieran un poco de la estructura del Rombo primigenio, seguían estando contenidos en el Rombo y además eran los que creaban el Gran Plano de Conciencia que abarcaba a todos los demás.

Habían pasado de ser una anomalía que nos había perseguido durante 17 años a ser una explicación de un fenómeno superior, un nuevo descubrimiento que iba dando solidez a todos los datos con los que el Rombo se iba rellenando.

El séptimo plano de conciencia dibujado en blanco

El séptimo plano de conciencia dibujado en blanco

De hecho, no es la primera vez que ocurre que la solución de una aparente anomalía se convierte en un descubrimiento de índole superior. Recuerdo un caso similar: Fue cuando descubrimos la discrepancia que existía entre los valores permitidos del Rombo y las cifras que aportaban los datos del Arco Iris. Entre los valores del Arco Iris y las medidas del Rombo había un espacio por rellenar y que no correspondía a nada conocido. En un “mundo perfecto” el Rombo, hubiera cabido exactamente en el Arco Iris, pero tenía una holgura en la parte superior y la parte inferior. Fue así como conocimos la existencia del espacio extradimensional, uno de los espacios más bellos y formidables con los que se puede abrazar al Rombo.

Descubrimos la presencia de un espacio al que llamamos extradimensional o interestelar y que envolvía al Rombo por fuera y por dentro. Y que, además, este espacio, por si no lo recordamos bien, aparte de todas sus características propias y conocidas, presentaba también una aparente anomalía, ya que era asimétrico, pero esta asimetría, no tenía vinculación con su efecto de transmisión de las órdenes karmáticas, sino que solamente tenía vinculación en la formación de los arquetipos y las formas.

En color magenta, el espacio extradimensional

En color magenta, el espacio extradimensional

Je je je… ¡Es lo de siempre! ¡La historia se repite! Ves algo que no cuadra, lo estudias, lo resuelves y de pronto descubres una realidad de orden superior que al mismo tiempo te plantea un nuevo problema, porque hay algo que desconoces y no entiendes.

¿Alguien sabe en este momento porque la asimetría del espacio extradimensional está vinculada con la formación de los arquetipos y las formas?

No. Actualmente no lo sabemos. Esa es la verdad. Es otra supuesta anomalía que quizá, algún día, (puede que dentro de 17 años), pueda ser resuelta, pero, bueno…. de momento, esperaremos. Un día, tarde o temprano, habrá que ponerse a estudiar este fenómeno. Sabemos hacerlo. Estamos entrenados y somos pacientes.

Pero vamos a dejar ya los recuerdos y vamos a seguir con el tema que nos ocupa. Habíamos descubierto el séptimo plano y ahora queríamos empezar a estudiarlo. Quizá lo primero que teníamos que hacer, era dotarlo de movilidad, porque hasta ahora, parecía ser muy estático. Y quizá lo sea, porque el Absoluto, aunque tenga mucha movilidad interior puede dar la impresión de ser totalmente estático, sin principio ni final. De todas maneras, vamos a hacer un ejercicio e intentar ver si somos capaces de encontrar algún tipo de aparente movilidad asociado a este séptimo plano.

CIRCUITO DE IDA

Esta nueva representación de los planos, con la inclusión del séptimo plano, permite un juego muy interesante: como el séptimo plano contiene a todos los demás, es lógico suponer que cualquier movimiento que se de en uno de los seis planos, puede dejar una estela de información en el registro del séptimo plano. Así, en el séptimo plano, quedaría siempre una señal de la actividad que se diera constantemente en cada uno de los planos. Con esta idea, la actividad real de cada uno de los planos, dejaría constantemente una réplica virtual en el séptimo plano que permitiría seguir el movimiento de la conciencia en los planos inferiores.

Como se ve en el siguiente dibujo, en la medida que vamos avanzando por los planos, la huella que queda en el Gran Plano es más extensa, hasta llegar al sexto plano, que ocupa la totalidad del séptimo plano.

La huella de los planos en el séptimo plano

La huella de los planos en el séptimo plano

Como vemos, cuando la experiencia pasa de planos inferiores a planos superiores, en la medida que asciende, el registro que se puede leer en el séptimo plano es mayor, ya que abarca diferentes planos y mayor espacio.

CIRCUITO DE REGRESO

En el circuito de regreso, si la experiencia se iniciase en el sexto plano, sería pequeña al principio, y al pasar al 5º plano sería mayor. Cuando la conciencia llegara al segundo plano, la experiencia ocuparía en el registro del séptimo plano un espacio muy grande, y al llegar al primer plano, ocuparía de nuevo toda la extensión del séptimo plano. Como vemos, ambos planos (el 1º y el 6º) son los planos que actúan de lanzadera de este séptimo plano, y son por ello, unos planos muy especiales.

El registro de la actividad de los planos en el séptimo plano

El registro de la actividad de los planos en el séptimo plano

En este caso, el desplazamiento tiene lugar, como vemos, en el otro sentido que en el anterior, pero el efecto es el mismo. Cuando la experiencia se inicia en el sexto plano es pequeña, y a medida que avanza hacia el primer plano se hace mayor, llegando a ocupar la totalidad del séptimo plano.

EL ABRAZO DEL ABSOLUTO

Bien, teníamos el dibujo del séptimo plano en el que veíamos unos espacios que representaban el registro de la movilidad de los diferentes planos en el séptimo plano. Y en este punto de la representación, empezaban ya a aparecer algunas consecuencias lógicas de todos estos dibujos.

En primer lugar, veíamos el Rombo original negro, y por fuera de él, en el hexágono exterior, y en color rojo, el Rombo que nos marca el séptimo plano, (que representa la conciencia del Absoluto).

Por dentro del Rombo negro, en el hexágono interior, aparece otro Rombo (en color verde) con la misma disposición vertical que el Rombo del séptimo plano y que nos indica que estamos frente a otra representación en escala menor del Absoluto.

Los Rombos y sus hexágonos

Los Rombos y sus hexágonos

Es decir, que tenemos en el centro a nuestro conocido Rombo negro con sus seis planos dibujados en rojo. Por encima de él, tenemos la representación del séptimo plano o Absoluto y por debajo de él, observamos otro séptimo plano, otra representación del Absoluto, pero más pequeña.

Es decir que, del dibujo, podemos deducir que el Absoluto abraza al Rombo de planos por encima y por debajo. Lo envuelve y lo contiene por fuera y por dentro, como no podía ser de otra manera.

El séptimo plano o conciencia del Absoluto envuelve al Rombo de planos de conciencia por arriba y por abajo, de la misma manera que el pan envuelve al queso en un bocadillo. Este esquema, se puede repetir sin fin, hasta el infinito, en lo mayor y en lo menor, y siempre veremos como la Conciencia del Absoluto rodea a todas las manifestaciones de la vida, las más grandes y las más pequeñas. El Absoluto está en todos los sitios y lo impregna todo

LA NUEVA REPRESENTACION DE LOS PLANOS DE CONCIENCIA

Como decíamos antes, después de un paso, viene otro. Para la siguiente observación hemos de partir del dibujo conocido de la izquierda y darle un giro de 90º.

Un sencillo giro de 90º

Un sencillo giro de 90º

Con esto, observamos que, en el dibujo de la derecha, nos aparece en color verde un Rombo en el que están dibujados en el mismo color los planos de conciencia en disposición vertical. Tenemos el Rombo verde del Absoluto o séptimo plano de conciencia con los planos de conciencia en disposición vertical. Como que las razones matemáticas del Rombo de planos de conciencia y del séptimo plano, son las mismas, no tenemos ninguna dificultad en pensar que bien podría ser que hubiera una posibilidad de representar a los planos en la diagonal menor del Rombo en vez de hacerlo en la diagonal mayor. Hay un criterio lógico que lo avala. Hemos visto en dibujos anteriores como se van alternado continuamente la diagonal menor y la mayor en los Rombos circunscritos, de tal manera que es imposible diferenciar la diagonal menor de la mayor. Son la misma cosa y se transmutan la una en la otra. Además, cuando hablamos de los planos de conciencia y que éstos corren por el ascensor verde de la cuarta dimensión presente en la diagonal mayor, estamos diciendo con toda la lógica, que precisamos de la cuarta dimensión para poder dibujar en ella los planos de conciencia, y si en algún lugar sabemos que se encuentra representada la cuarta dimensión, es precisamente en el canal verde central que, en la figura convencional del Rombo, se muestra dispuesta verticalmente.

La cuarta dimensión se representa verticalmente

La cuarta dimensión se representa verticalmente

Entonces, podríamos concretar y definir un poco más los dibujos y pasar a plasmar un poco mejor la representación de los planos de conciencia en la cuarta dimensión. Lo único que tenemos que hacer, es proyectar el dibujo de la derecha sobre la imagen típica del Rombo a la izquierda y observar que es lo que se proyecta en la cuarta dimensión.

La proyección de un dibujo sobre el Rombo

La proyección de un dibujo sobre el Rombo

Con lo que, como resultado final, tendríamos la nueva representación de los planos de conciencia en el Rombo. El dibujo final, sería éste, en el que observamos la posibilidad de representar los planos de conciencia en la diagonal menor.

Los planos en la cuarta dimensión

Los planos en la cuarta dimensión

No es un concepto que nos resulte demasiado extraño, pues siempre hemos vinculado el hecho de movernos por los planos utilizando el canal verde de la cuarta dimensión, (el canal del amor) que como sabemos, corre por la Diagonal mayor. En el dibujo clásico de los planos, ascender por los planos equivale a poder moverse conciencialmente por todas las dimensiones del universo manifestado.

En esta nueva figura, tenemos otra representación de la misma idea: el desplazamiento por los planos está vinculado a la permanencia en la cuarta dimensión. Si ésta se encuentra libre, el movimiento es mayor, y si la cuarta dimensión presenta obstáculos, el movimiento está más limitado.

Y de la observación de esta nueva figura, aparecen algunas ideas más: Por ejemplo, sabemos que la observación de los ciclos de creación y retrospección se pueden observar como un movimiento que desciende y asciende por la cuarta dimensión. Es un movimiento que abarca a todo el Rombo, pero sabemos que los puntos impulsores de este movimiento están situados en los vértices obtusos superior e inferior.

Los movimientos de creación y retrospección

Los movimientos de creación y retrospección

Y como que hemos realizado un dibujo nuevo de los planos, podemos ser atrevidos dentro de la más pura lógica y colocar aquí correctamente a los planos de conciencia. Y aunque es igual empezar a colocarnos desde arriba o desde abajo, utilizaré la primera posibilidad, con lo que la colocación de los planos en esta nueva representación quedaría así:

Colocación de los planos de conciencia en el nuevo dibujo

Colocación de los planos de conciencia en el nuevo dibujo

Entonces, en este dibujo, se nos plantea la posibilidad de que el eje principal de la creación y retrospección se mueva por la cuarta dimensión, siguiendo el camino de los planos de conciencia. Si éstos, están bien alineados, comunicados y si en su interior no existen bloqueos, la creación será fluida y hermosa y el ciclo de retrospección será igualmente rápido y eficaz, y no precisará de demasiadas correcciones en Ideación Divina.

Si bien el primer dibujo de los planos nos relacionaba el desplazamiento por las dimensiones gracias a los planos, este segundo dibujo nos habla de la importancia de los planos en los ciclos de creación y retrospección. Cada dibujo nos habla de algo diferente. Cada uno de ellos, es necesario.

EPÍLOGO

Fue en el año 2000 cuando fuimos capaces de plantear la posibilidad de que los planos de conciencia se dibujaran en las tres ondulaciones de la Diagonal mayor, y han tenido que pasar 17 años para que fuéramos capaces de conseguir otra representación. Me parece imposible, pero es que… ¡El tiempo vuela y nosotros caminamos poquito a poco!

Y todo el camino lo vamos haciendo lentamente, paso a paso. Y a veces, como hemos visto, en el transcurso de los años, aparecen ideas que, por algún motivo, quedan estancadas, aparentemente olvidadas en el pasado, y que no resurgen y cobran sentido hasta al cabo de muchos años. Como, por ejemplo, el prototipo de representación de los planos de conciencia en la diagonal menor del 2001, o el dibujo de alternancia de diagonales del 2006, o el dibujo geométrico sin aparente sentido del 2015 en el que se puede apreciar ya la idea del séptimo plano. Al final, todos estos prototipos de dibujos concluyen en el dibujo final del séptimo plano así como la nueva representación de los planos de conciencia en la diagonal menor, realizado apenas un mes después del dibujo del séptimo plano.

Cronología de los descubrimientos

Cronología de los descubrimientos

Y es que esta es la historia del Rombo: curiosidad, dedicación, aceptación, descubrimientos alegría, dudas, respuestas, redescubrimientos y nuevas comprensiones.

Pero todo cocinado (aunque a los inquietos nos sepa algo mal) a fuego lento, a prueba de paciencia y condimentado con las consabidas y necesarias especies exóticas de Fe, Esperanza y Caridad o Amor.

Sin prisa, pero sin pausa. A fuego lento.

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