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Las cuatro estaciones

Las cuatro estaciones

Nuestra latitud en el planeta nos permite gozar de estos cuatro momentos tan especiales del año que son las estaciones. En este pequeño artículo, se recogen algunas informaciones explícitas que han aparecido a lo largo de los años en la Enseñanza del Rombo acerca de este tránsito estacional.

¿Qué son las estaciones?

Las cuatro estaciones son las cuatro fases por las que pasa el ciclo anual en nuestra latitud. Las cuatro estaciones están totalmente relacionadas con las aparentes variaciones de altura que experimenta nuestro sol sobre el horizonte.

Para nuestra latitud, (41º Norte), la culminación ecuatorial o altura del sol en los equinoccios es de 90º- 41º = 49º sobre el nivel del horizonte. Como que el sol, tiene una variabilidad de 47º en su desplazamiento desde su punto más alto al punto más bajo, podemos calcular la altura máxima que tendrá en nuestra latitud en el solsticio de verano. Ese punto corresponderá a la culminación ecuatorial más el ascenso máximo permitido, es decir 49º+23.5º = 72. 5º sobre el horizonte. En este momento, la radiación solar es máxima y estamos frente a la estación más calurosa: el verano. En el equinoccio, (tanto el de primavera como el de otoño), la altura solar es de 49º y se relaciona con las estaciones con el tiempo más suave. Y en el solsticio de invierno, la poca altura que conseguirá el sol será de 49º- 23. 5º = 26.5º sobre el nivel del horizonte. Este valor tan bajo, origina muy poca radiación solar y se corresponde con la estación fría del invierno.

La altura del sol sobre el horizonte en las cuatro estaciones

La altura del sol sobre el horizonte en las cuatro estaciones

Nuestro Rombo, que también puede ser utilizado como calendario solar, nos puede dar pistas de lo que sucede en cada uno de estos tránsitos estacionales y nos puede ayudar a entender porque las estaciones son lo que son.

La diferente altura del sol durante el año y su lectura en el Rombo

La diferente altura del sol durante el año y su lectura en el Rombo

Me fascina la aparición de los cuatro momentos más espectaculares del año: primavera, verano, otoño e invierno. Cada cierto tiempo, coincidiendo o estando muy cerca de estos cambios estacionales, se han producido durante toda la enseñanza del Rombo, algunas referencias explícitas al significado espiritual de las estaciones. Sabemos lo que son desde un punto de vista climatológico, térmico, biológico y social, pero los cambios que generan en el aspecto psicológico o espiritual la llegada de las estaciones, es otra manera muy interesante de observar lo que son las estaciones.

Sabemos que vivimos en una zona privilegiada de nuestro Planeta, donde se siente de una manera muy clara el paso de las diferentes estaciones del año, esas fases que nos indican cómo nos hemos de vestir, que actividades podemos realizar, que debemos comer, cómo nos sentiremos, y de la manera en que podremos relacionarnos. Las estaciones marcan el ritmo, el horario y la actividad de nuestra vida, y además tienen todo un aspecto mágico que las rodea que hace que los períodos de transición de una estación a otra sean momentos de cambios, de inicios y de finales.

En este mini trabajo, he recopilado y fusionado los textos que estaban esparcidos por aquí y por allá en todas las escrituras. No hay nada nuevo. Todo está ya escrito. Me he limitado a darle un poco de forma y color. Hablaremos de las queridas cuatro estaciones y de las transiciones que se dan entre una y otra. Son esos cuatro momentos del año que están para sentirlos, disfrutarlos y vivirlos en plenitud.

Equinoccio de Primavera

Este período es un período de apertura y de expresión de amor fraterno hacia todas las criaturas. Es el tiempo, en que todo llama a la pareja de opuestos para darse la mano y formar así un sentimiento y una emoción. La primavera da con toda su potencia, una vibración radiante de amor y de creación de toda la naturaleza. Es el tiempo de cooperar y contribuir a que la primavera sea para todos, fuente de amor, de creación, de paz y de alegría.

Primavera

Primavera

Solsticio de verano

Si la primavera era el tiempo en que los pares de opuestos se unían para formar e inventarse sentimientos y pensamientos, ahora, el Sol ha fecundado ya estos pensamientos y sentimientos amorosos y los plasma con sentimientos más definidos. El solsticio es definitivo para la creación, ya consolidada, de nuestra vida y de la vida ajena.

En verano, estamos dentro de los días en que el sol, con sus rayos, cargados con una gran riqueza de elementos y vibraciones lumínicas, inciden más fuertemente en el área de la corteza del planeta Tierra. El solsticio es un día especialmente amoroso y cariñoso, día en que las criaturas se comunican y abren sus sentimientos para captar y retener en su interior las sensaciones, afectos y sentimientos de sus compañeros de vida y camino. Estos días todos sentimos impulsos de buscar la convivencia que nos ha de llevar a la comprensión y el entendimiento de la ajena.

Estimulemos desde el centro de nuestro amor, el amor a los demás, y que sea nuestra fuerza como una onda expansiva que toque a nuestra familia, a nuestros compañeros más íntimos, nuestros parientes, amigos y a toda persona que esté dentro del área de influencia de estas ondas que parten de nuestro corazón.

Verano

Verano

Equinoccio de Otoño

Cuando comienza el otoño, se inicia el ciclo de oscuridad e interiorización, período de tiempo que va desde el 23 de setiembre hasta el 21 de diciembre, que es el día en que menos radiación solar hay.

Estimados, tengamos muy en cuenta estos días en los que las noches para nosotros son largas, que los días son cortos y melancólicos, que los colores son más ocres, y que la tierra se deja querer. Debemos vivir de una manera en que nuestro corazón interno esté, por así decirlo en redundancia, interiorizado, aunque nuestra parte visible manifieste su presencia en el exterior.

Estos días, hasta el 21 de diciembre, son los días más oscuros, con menos horas de luz solar del año, de este año que para nosotros comienza el 21 cuando nace el sol.

Guardad siempre un rinconcito para, al igual que hace la tortuga, meteros dentro del caparazón.

Otoño

Otoño

Solsticio de invierno

En esta hora y en este lugar, la luz intenta, de dentro hacia fuera, romper la cáscara de huevo que la contiene, ya que la luz siempre nace de la condensación más compacta de la oscuridad, y de ahí su fuerza. Ahora, el Sol alcanza el punto más interior, más escondido de nuestros sentidos, pero más interiormente aprendido por nosotros. Es saber de una forma cierta y personal que la verdad no está en lo que ven nuestros sentidos externos, ni las sensaciones que percibimos con los oídos, la piel, los ojos, la nariz, sino que la verdad está dentro de nuestro interior. Cuando por unos momentos lo podamos ver, cojámoslo y pongámoslo en nuestra vida, porque ya para siempre estará con nosotros.

En el invierno, con su aparente quietud, es cuando la naturaleza aquieta sus vibraciones y aparentemente muere. Es la hora pues de introspección y meditación. Si profundizamos en nuestro íntimo ser, sentiremos esta quietud y esa profundidad. No importa que aparentemente la vida siga con su bullicio. Cada uno de vosotros, cada una de las criaturas, siente dentro de sí, la quietud de la unión mística.

En este momento estamos dentro de casa, en la habitación, en el cuarto más alejado y en el rincón más oscuro; en este momento y hora estamos dentro de nuestro propio interior; en este momento y hora, nos dirigimos a nuestro Padre que está en el cielo. Esta oscuridad que nos obliga a hacer de nuestro corazón, la sede y el habitáculo de la unión de nuestro espíritu con el Dios Cósmico, es de una fuerza tal que nuestro espíritu y nuestra voluntad no pueden dejar de aprovecharlo para los propósitos encaminados a ayudar a la humanidad del planeta, mediante el canal de la compasión, o sea, del amor doloroso.

Hoy, 21 de diciembre, es día gozoso. Hoy nace el sol, ese sol oculto a las miradas de los hombres, este sol del que nos parece ver un pálido reflejo. Pues este sol, que sea para nosotros punto de mira para nuestra vida.

El Sol como fuente de vida, es la manifestación suprema de la ley que rige toda la vida cósmica. Todo el simbolismo de nuestra enseñanza de la Sagrada Forma del Rombo se basa en este hecho de la ocultación de la luz y la salida del Sol Universal o Infinito. Hoy es la conmemoración de la Luz de las Luces: La Sagrada Forma del Rombo.

Invierno

Invierno

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