Los ciclos horarios
El artículo explica un estudio que se realizó sobre los efectos fisiológicos que tienen lugar en el organismo los ciclos diarios Yin-Yang de una hora de duración. Cada hora, el cuerpo pasa por una fase de mayor o menor actividad y como consecuencia de ello, pasa por períodos relativos de mayor o menor estimulación.
La cronobiología
Aunque en el sistema horario que utilizamos, el día empieza por convención a las 00.00 horas, pensamos que en el reloj biológico que tenemos incorporado, el día comienza en el momento en que sale el sol en el horizonte local. En ese instante, el sol se halla en la zona más baja del horizonte y a partir de aquí, en la medida que asciende, empieza a emitir más radiación y a aportar más luz. La misma lógica que se utiliza para determinar el inicio del día biológico, tiene su analogía con el nacimiento del año astronómico. Si bien por diversos motivos históricos, el año empieza el 1 de enero, astronómica y metafísicamente, el año, empieza el 21 de diciembre, que es el momento en que el sol alcanza en el mediodía el punto más bajo sobre el horizonte y que por tanto hay un mínimo de radiación solar. A partir de este momento, la cantidad de luz recibida por la Tierra va aumentando progresivamente en la medida que el sol va alcanzando cada día más altura sobre el horizonte. El mismo razonamiento que se aplica para la astronomía, la trasladamos a la cronobiología que es la parte de la biología que estudia los fenómenos cíclicos y los ritmos biológicos. La idea básica de la cronobiología radica en la existencia de relojes biológicos en los organismos controlados por el núcleo supraquiasmático del hipotálamo quien, vía epífisis, estimula la secreción de melatonina y controla el ciclo de vigilia / sueño vinculado a la cantidad y calidad de luz ambiental. Además, hemos de recordar que el hipotálamo vía hipófisis controla a su vez la secreción de todo el sistema endocrino.
Núcleo supraquiasmático del Hipotálamo
Nuestra vida diaria está marcada por un artificial huso horario local, al que además hacemos bailar constantemente realizando un cambio horario en verano y otro en invierno. Por si fuera poco, los horarios del trabajo y de la vida social, nos marcan con tanta rigidez el paso rítmico de las horas que, a menudo, no hay posibilidad de poder sincronizar los ritmos biológicos con los ritmos sociales y laborales.
Grandes ritmos biológicos diarios
Es muy difícil cuando uno se encuentra en la vorágine del trabajo diario, poder apreciar los ritmos de los ciclos biológicos, pero cuando uno no está inmerso en el frenesí de la actividad laboral y tiene la posibilidad de escuchar al propio cuerpo (en las horas no laborales, en los días festivos o en las vacaciones), podrá observar como hay períodos en los que el cuerpo pasa por fases en las que pide actividad y en otras en las que solicita descanso. Todos sabemos que hay grandes ciclos de actividad (las horas de luz) y de descanso (la noche), pero dentro del día y de la noche, hay a su vez ciclos menores (de una hora de duración) en los que se alternan periodos de actividad y de descanso que pueden llegar a percibirse si se conoce su existencia y si se está receptivo a las sensaciones que da el cuerpo.
El estudio que presentaremos en este escrito se ha realizado en el transcurso de las horas de luz del día y durante estas horas de asueto, donde no estamos trabajando mecánicamente y se hace posible escuchar a las necesidades que demanda el cuerpo. Para realizar el estudio, solo nos ha hecho falta una plantilla, un reloj, un lápiz y la intención de registrar las sensaciones que iban apareciendo durante el día.
Plantilla sobre la que se han realizado las anotaciones
Pero antes de adentrarnos en el estudio de estos ciclos biológicos, vamos a recordar cómo se forman los ciclos de predominio Yin o Yang desde dos perspectivas posibles: En la primera, el Rombo se mueve dentro del Yin-Yang y en la segunda, el Yin-Yang se mueve alrededor del Rombo.
EL MOVIMIENTO DEL ROMBO Y LOS CICLOS YIN-YANG
Estudiar el desplazamiento del Rombo en rotación nos puede proporcionar una idea de cómo se mueven los flujos de Yin-Yang en una hora. Para ello, hemos de partir de algunas premisas:
- 1) En este modelo de representación, utilizaremos el dibujo en el cual hay puntos ambivalentes de energía Yin-Yang (1-5) y puntos de máxima actividad (3-7)
- 2) Lo que marca que un ciclo sea Yin o Yang es el lugar por donde se mueve la 7ª dimensión y el tipo de energía que por allí entra.
- 3) El tiempo del ciclo en el cual la séptima dimensión entra por el Yin o por el Yang dura 1 hora.
- 4) Después de un ciclo Yang de 1 hora, viene un ciclo Yin de 1 hora.
El ciclo en la rotación del Rombo dentro de la esfera Yin-Yang
Lo que sucede en el momento 1 dentro de la parte material del Rombo (rojo), está sucediendo al mismo tiempo en el momento 5 en la parte energética del Rombo (azul). Lo que sucede en el momento 2 en la parte material del Rombo, está pasando al mismo tiempo en el momento 6 en la parte energética. Lo que acontece en el momento 3 en la parte material, tiene lugar al mismo tiempo en el momento 7 en la parte energética. Lo que pasa en el momento 4 ocurre también, pero al revés en el momento 8. Lo que acontece en el momento 5 sucede en el 1, lo del 6 en el 2, lo del 7 en el 3 y lo del 8 en el 4. Como vemos, en una parte y en la otra del Rombo, se dan situaciones invertidas.
En el primer cuadrado vemos como la 7º dimensión entra en el punto 5 y se desplazará hacia el punto 6. Cuando en su rotación llegue al punto 7, habrán transcurrido 30´. En ese punto, habremos llegado a la máxima expresión del Yang. A partir de aquí, el Yang empieza a decaer mientras sigue avanzando y llega por fin al cabo de 1 hora al punto 1, que representa el final del ciclo Yang.
A partir de este punto, la 7ª dimensión sigue avanzando y en el mismo punto 1, iniciará su entrada en el ciclo Yin. Cuando llegue al punto 3, habrán transcurrido 30´y habrá llegado al máximo de energía Yin. A partir de este punto, empezará el Yin su fase de retroceso hasta llegar al punto 5 al cabo de 1 hora también.
El ciclo de energía Yang dura una hora, lo mismo que un ciclo Yin. Y cada ciclo, tiene tres puntos importantes: El instante de inicio, el punto que está medio camino o punto máximo (a los 30´) y el punto final (a los 60´).
EL MOVIMIENTO DEL YIN- YANG Y EL ORIGEN DE LOS CICLOS
Todo siempre depende del punto de vista. En el dibujo anterior, habíamos visto como Yin-Yang permanecían inmóviles y el Rombo era el que daba vueltas originando los ciclos. Ahora podemos imaginar otra situación y el Rombo está quieto mientras que son Yin-Yang los que se mueven alrededor de él.
Para ello, hemos de imaginar las dos polaridades (flecha negra y flecha gris) que giran en círculo siguiendo la dirección de las flechas azules. La flecha gris, en su desplazamiento temporal, va dibujando una curva senoidal que desciende y asciende. La flecha negra, también en su desplazamiento temporal, dibuja otra curva senoidal que asciende y desciende.
Podemos imaginar al Rombo quieto en el centro y como consecuencia del movimiento del Yin-Yang, va sintiendo como la energía Yin o Yang se va alternando en los puntos de entrada de la 1ª y 7ª dimensión, originando los ciclos Yin o Yang. Cuando la energía de alta frecuencia Yang entra por la 7ª dimensión, estamos en un ciclo de alta frecuencia. Cuando la energía de baja frecuencia Yin entra por la 7ª dimensión, estamos en un ciclo de baja frecuencia.
El origen de los ciclos como movimiento rotacional de Yin-Yang
Vemos como un mismo fenómeno se puede estudiar desde lados diferentes y en cambio, obtenemos las mismas conclusiones. Depende de cómo estudiemos una situación, ésta nos enseñará una cara u otra. Pero, en cualquier caso, y observado desde dos lugares muy distintos, vemos como el círculo describe perfectamente el movimiento cíclico del tiempo. En base a esto, nos centraremos en el estudio de unos ciclos observables y mesurables: los ciclos energéticos de una hora.
LA COMPLEJIDAD DEL ESTUDIO DE LOS CICLOS
Nuestras vidas, están regidas por horas y minutos. Ellas, forman las unidades de tiempo de las que depende nuestro quehacer cotidiano, así que, en el momento de estudiar los diferentes ciclos de tiempo, pensamos que quizá lo más fácilmente experimentable y comprensible sería el estudiar los ciclos de una hora y ver cómo y de qué manera, estos influían en nuestras acciones, estado de ánimo y necesidades fisiológicas.
Empezamos el estudio en 1992 (hace 29 años), y desde entonces, de una forma acíclica, hemos ido realizando observaciones que se han extendido durante algunas horas del día y en las que hemos observado como variaban los diferentes estados físicos y psíquicos que se presentaban a lo largo de una jornada de observación. Al principio, los datos eran muy erráticos porque, aunque se podían observar cambios en la necesidad de realizar o no determinadas actividades, no se sabía que es lo que marcaba el inicio de los ciclos, así que era difícil poner un poco de orden y lógica en la recogida de datos, pero un día en concreto, (23/11/1992) las cosas se empezaron a organizar, con más lógica, porque apareció la hipótesis, (confirmada posteriormente) de que los ciclos biológicos empezaban su despegue con la hora de la salida del sol en el horizonte local.
Los ciclos empiezan con la hora de la salida local del sol
En el dibujo, en la zona inferior derecha, se puede leer: Hoy me planteo que los ciclos empiezan con el sol y si el inicio del ciclo es la salida del sol (muy posible”). El dato tenía cierta lógica porque el funcionamiento nervioso y hormonal está relacionado con la presencia de luz en el entorno y aunque hay un poco de luz antes del amanecer, es en el preciso instante de la eclosión solar en el horizonte cuando llega con intensidad la luz a los ojos y desde allí al eje hipotálamo-hipofisario y a la epífisis, quienes realizan toda la activación del sistema nervioso y hormonal. La lógica confirmaba algunas observaciones e intuiciones, y eso suponía que la llegada directa de la radiación solar y su luz era el momento crítico para la activación diaria de los ciclos biológicos de una hora. Como que excepto en los solsticios, la duración de las horas de luz durante el día es variable y los momentos en los que sale el sol por el horizonte se va adelantando (desde el solsticio de invierno al de verano) o atrasando (desde el solsticio de verano al de invierno), los ciclos no son exactamente de 1 hora, pero si de un valor muy aproximado. El reloj biológico no es estable. Se autoajusta cada día desde unos segundos (cerca de los solsticios) hasta aproximadamente 1 minuto diariamente en el resto del año. El cambio es inapreciable en un solo día, pero muy importante en el transcurso de las semanas o los meses ya que esta variabilidad diaria es el origen de las estaciones. En ellas se ve con claridad como la radiación solar no llega de una forma constante a la tierra durante todo el año. Sabemos que aproximadamente, tenemos 9 horas de luz, en el solsticio de invierno, 12 horas de luz en los equinoccios y 15 horas de luz en verano. Esto sin duda, provoca que, en estos distintos momentos del año, nuestro cuerpo esté más o menos estimulado y funcione de una manera o de otra.
Además, y para complicar un poco la situación, debemos recordar que existe un ciclo Yin-Yang anual que hace que un año sea de polaridad Yin y el siguiente sea Yang y que también existen ciclos polares de 3 años, de 7 años… situación que puede hacer muy difícil analizar que tipo de energía cósmica está predominando en un momento u otro.
Para entender lo complejo de esta situación, podemos imaginarnos que sucedería si al poner en marcha una radio, sonaran 10 emisoras a la vez. El resultado sería solo la presencia de un ruido indescifrable. Ahora bien, con un selector de frecuencias, es posible aislar un solo canal dentro del maremágnum frecuencial e intentar estudiar (dentro de lo posible) las fluctuaciones y los mensajes de esa sola frecuencia.
Así que quizá lo más práctico para poder realizar el trabajo sobre la influencia biológica de los ciclos, era prescindir de la influencia de los ciclos mayores y menores para centrarse en el estudio de los ciclos de una hora. Íbamos a realizar el estudio partiendo solo de la percepción de los ciclos Yin-Yang de una hora de duración e íbamos a obviar el resto de los ciclos superiores e inferiores.
Los distintos ciclos coexisten y se superponen. ¿Qué energía llega?
Desde 1992 y hasta la actualidad, siguiendo estas premisas, se han realizado unas 70 observaciones durante las horas de luz solar del ciclo de un día. Algunas de ellas, están separadas entre sí, días o semanas, pero otras lo están meses y años. El estudio de los ciclos es pues un tema que nunca se ha dejado totalmente de lado, pero en el que tampoco se ha puesto el acento con mucha insistencia.
Durante este tiempo, nos hemos limitado a registrar datos y ciertamente, con el tiempo hemos llegado ya a tener algunas ideas más consistentes, y quizá ya ha llegado el momento de analizar todos esos datos, juntarlos y sacar conclusiones más concretas y firmes. Para realizar el estudio, hemos utilizado una planilla en la que se observa el transcurso de las horas del día. En la planilla vemos el inicio del ciclo, la hora de la salida solar: 6.18. El siguiente ciclo lo hace al cabo de 1 hora: 7.18 y así continuamente. Cada hora empieza un nuevo ciclo con polaridad distinta.
La planilla de registro
Observamos como la Alta Frecuencia (digamos Yang) y representada con una línea continua, pasa alternativamente por un vértice u otro del Rombo. Hemos de recordar que lo que marca la calidad energética de cada hora es la energía Yin o Yang que entra por la séptima dimensión. Así el primer ciclo será de Alta Frecuencia, el segundo de Baja Frecuencia y así continuamente. Si ahora y con perspectiva repasamos los 70 registros que hemos ido realizando, veremos que se destacan por el número de datos introducidos, 3 momentos que, desde un punto de vista de sensaciones percibidas, son muy relevantes en el ciclo del Rombo: el inicio del ciclo, la cúspide (Yin o Yang) y el final del ciclo. Estos tres momentos simbolizan cambios importantes de actividad cíclica, por lo que son más fácilmente detectables.
Los momentos claves en un ciclo completo de 2 horas
El primer momento sería el punto del inicio del ciclo, que es al mismo tiempo el final del ciclo anterior. Después del punto de inicio, viene un ciclo de predominancia polar y al acabar éste y antes de entrar en el siguiente ciclo de polaridad inversa, se pasa por un punto de cambio total de polaridad, de cambio y final de ciclo, y por eso se percibe con claridad. El punto de inicio, de cambio y de final de ciclo, producen las mismas sensaciones y se pueden considerar equivalentes.
El segundo momento correspondería al ciclo en el cual la energía de baja frecuencia entra por la 7ª dimensión. Por tradición (y aunque no sea lo correcto en este ciclo cósmico de 24.000 años) llamamos a la energía de baja frecuencia Yin. La energía Yin que entra por la 7ª dimensión es la que da carácter Yin o de baja frecuencia energética al ciclo. La energía Yin va entrando progresivamente por la 7ª dimensión hasta que llega al culmen, al máximo valor, y a partir de este punto, aunque la energía Yin siga siendo la predominante, el ciclo pierde valor intrínseco y parece perder vitalidad hasta llegar al punto de cambio de ciclo.
El tercer momento nos mostraría el ciclo en el que la energía de alta frecuencia (convencionalmente Yang) entra por la 7ª dimensión. Esto ocasionaría un ciclo Yang o de alta frecuencia en el que sucedería lo mismo. La fuerza Yang iría dotando de más poder al ciclo hasta que se llegara al clímax del ciclo. A partir de ese instante, aparece la sensación de que, aunque se esté todavía en un ciclo Yang, este, se está desinflando y lo que en instantes anteriores era tenido como un valor en alza, ahora empieza a perder resuello y empieza a perder valor e interés.
Para hacer más comprensible todo lo explicado, expondremos algunas de las anotaciones personales que se han ido recogiendo en los gráficos en cada uno de los tres momentos citados. Son sensaciones y experiencias personales, pero son datos que, analizados en conjunto, son capaces de proporcionar una idea general de las sensaciones que provocan la aparición de estas fases dentro del organismo. Iremos describiendo los puntos y al final, llegaremos a conclusiones.
PRIMER MOMENTO O CAMBIO DE CICLO
Un ciclo está finalizando y su fuerza mengua progresivamente hasta que, en un momento dado, desaparece del todo y se inicia otro ciclo de polaridad distinta. Ha acabado un ciclo y empieza otro. Estamos en un momento de final y de inicio al mismo tiempo.
Datos recogidos en el momento de cambio de ciclo
- Dejo de pensar y me pongo a hacer
- Aparece energía en las piernas y me levanto
- Dejo de escribir
- He de ir al lavabo
- Dejo la actividad
- He de comer algo
- Tengo la sensación de pasar por un cambio interior
- No sé qué hacer (moverme o quedarme sentado)
- Aparece inquietud
- He de cambiar de actividad
- Intranquilidad
- Necesito un cambio. Me aburro
- Estoy leyendo, me pongo de pie
- Fin de la actividad mental creativa. Me pongo a leer.
- Dejo de escribir. Quiero hacer algo mecánico
- Decaimiento y ganas de parar
- Me levanto a hacer algo material
- Me despierto de la siesta
- He de pasar de la teoría a la práctica
Conclusiones: Todas estas anotaciones recogen la misma sensación: Estoy haciendo algo y noto que aquello que estaba haciendo ya no me interesa en absoluto. Eso puede producir una sensación de cambio inminente o de intranquilidad porque no sé lo que hacer y dudo. Tengo la necesidad de hacer un cambio. Pierdo totalmente el interés por lo que hacía y me aburre. Si dormía, me levanto. Si leo, me pongo de pie. Si escribo, dejo de hacerlo. Si estoy activo, he de descansar. Si estoy sentado, me he de levantar. Si hago algo mental o teórico, he de hacer algo práctico o material. Puedo sentir la necesidad de comer o ir al lavabo.
SEGUNDO MOMENTO O CICLO DE PREDOMINANCIA YIN
Si la energía Yin entra por la 7ª dimensión, la energía Yang lo hará por la 1ª dimensión. La que otorga carácter al ciclo es el tipo de energía que entra por la 7ª dimensión, así que estaremos en un ciclo de predominancia material o de baja frecuencia. Durante toda la hora de este ciclo, estaremos bajo la influencia de la baja frecuencia que aparecerá suavemente y llegará al cénit en el minuto 30, donde el carácter será muy predominante. A partir de este punto, se notará un decaimiento energético progresivo que finalizará en el minuto 60, instante de mínimo energético y cambio de ciclo. Muchos de los datos que aparecerán a continuación, se recogen al llegar cerca de la cúspide, donde la influencia es más clara.
Datos recogidos en el ciclo de baja frecuencia
- Tengo un impulso material
- He de hacer algo de actividad física
- Miro de realizar algo práctico
- Me marcho de casa
- Cojo el coche
- Subo escaleras
- Trabajo físico (leña)
- Aparecen ganas de moverme
- Bailo
- Me pongo “manos a la obra”
- Me apetece pasear
- Quiero hacer algo distraído
- Hacer algo fácil
- No quiero leer
- Escribir algo fácil
- No quiero estudiar
- No me puedo concentrar en estudiar
- Pasado el pico del ciclo se acaba el culmen de la actividad física y he de descansar, me pongo a leer
Conclusiones:
Es un ciclo de poca actividad mental o de alta frecuencia. Hay un predominio de la actividad física. Hay ganas de hacer cosas materiales y que no impliquen demasiada concentración: Cortar leña, subir escaleras, marcharse de casa, coger el coche, moverse, bailar, pasear, hacer algo práctico, ponerse “manos a la obra” en alguna acción material, hacer algo fácil, distraído, que no implique demasiada actividad intelectual. No apetece estudiar ni concentrarse en actividades mentales. La actividad del ciclo decae al sobrepasar el pico de los 30’ de máxima actividad. En ese momento, a menudo, se nota la necesidad de bajar de ritmo o hacer una actividad no tan material o física.
TERCER MOMENTO O CICLO DE PREDOMINANCIA YANG
La alta energía Yang entra por la 7ª dimensión y la baja energía Yin lo hace por la 1ª dimensión. El ciclo será de predominio Yang o de alta energía. El cénit del ciclo energético llegará en el minuto 30, donde se han recogido muchos de los datos que aparecerán en la lista. A partir de ese instante, la actividad del ciclo de alta frecuencia decae y a partir de aquí, se pueden percibir cambios cualitativos de las acciones.
Datos recogidos en el ciclo alta frecuencia.
- Me levanto de la siesta
- Se pone en marcha el cuerpo
- Sensación de tener mucha actividad
- Aparece energía en piernas
- Doy saltitos al ponerme en pie
- Me encuentro algo nervioso
- Aparece un pico de actividad mental
- Llega la inspiración
- Inspiración divina por la música
- Acude un torrente de ideas
- Escribo
- Hago un gráfico
- Me apetece leer
- Sensación de euforia
- Estoy estudiando (no me quiero mover)
- Ganas de meditar
- Quiero música
- Me replanteo como organizar la biblioteca
- Organizo unos apuntes
- Ir al lavabo
- Ganas de comer
Pasado el pico de la fase:
- Sensación de cambio
- Pierdo energía física
- Acabo de leer y me pongo a fregar platos
- Bajo la música (me equivoco, pierdo concentración)
- Me pongo a trabajar
- Prefiero hacer cosas fáciles
Conclusiones:
Es una fase activa que se expresa desde un punto de vista físico y también mental: Me levanto de la siesta, se pone en marcha el cuerpo, hay energía en las piernas y también mucha actividad mental. Hay un pico de actividad mental, sensación de euforia, ganas de meditar, inspiración por la música, flujo de ideas, ganas de leer, estudiar, escribir, iniciar un estudio, oír música, estar inspirado por la música, tener ganas de hacer gráficos, organizar libros. En el pico del ciclo, pueden aparecer necesidades fisiológicas como comer o ir al baño. Pasado el pico de la fase, se puede tener la sensación de que se pierde actividad (más claramente de la esfera psíquica), y de que se produce un cambio, o una disminución de la actividad mental y apetece iniciar algo más físico o fácil, que no implique tanto desgaste. En esta fase Yang, parece activarse todo, pero quizás con un predominio de las actividades psíquicas.
COMO UTILIZAR EL RELOJ PARA SEGUIR LOS CICLOS
Realizar el ejercicio para aprender a percibir (dentro de lo posible) la alternancia de los ciclos y el predominio de una fase u otra necesita de algunos elementos básicos:
- 1) El conocimiento de la radiestesia y su utilización práctica a través del pulso o del péndulo.
No es un requisito básico e indispensable, pero nos puede ayudar en muchas ocasiones para constatar lo que estamos percibiendo y tener la certeza de que estamos realmente en un ciclo u otro. Muchas veces se pueden plantear dudas acerca de en qué ciclo estamos, de lo que estamos percibiendo y estos métodos nos pueden dar una información complementaria.
- 2) Tener la posibilidad de tener un almanaque donde aparezca diariamente la hora de la salida del sol en el sitio donde estamos. Sino existe (que es lo más habitual), se puede buscar esta información en internet.
- 3) Disponer de un reloj con bisel móvil
El bisel gira en un solo sentido (levógiro) y en su inicio, servía para que los buceadores pudieran controlar el tiempo de inmersión. Al girar solo hacia un lado, permitía que, si el bisel se desplazaba por un golpe, se moviera solo en un sentido y no pudiera confundir al buceador y le hiciera pensar que disponía de más oxígeno del que disponía. Con el giro levógiro, si se desplazaba por un golpe, podía engañar al buceador en el sentido de que disponía de menos oxígeno, pero nunca le podía engañar en el sentido de que le hiciera creer que tenía más oxígeno del que disponía en realidad. El punto cero del bisel se ponía justo en el momento de la inmersión y permitía saber al buceador cuanto tiempo llevaba de inmersión.
Reloj con bisel móvil
Vemos que el bisel se aplica como cronómetro. Se puede poner el bisel a cero en el momento de hacer un pedido y se puede ver cuanto tiempo tarda el mensajero en venir, o cuanto rato llevamos de reunión, cuanto tarda en llegar un taxi o en traernos la comida del restaurante. Es un cronómetro muy sencillo, pero hace bien su función.
En nuestro caso, el punto cero del bisel nos marcará la hora de salida del sol. Esta será su utilidad en el estudio de los ciclos. A partir de aquí, vemos como por el bisel, discurren los minutos, desde el instante cero hasta el minuto 60. Siguiendo el trayecto por el bisel, aparece un 0 (que encontraremos en las cifras 10,20,30,40,50) o un 1 (marcado como una rayita). Estas serán las dos polaridades que aparecerán en toda la corona circular del reloj (valores 0 o 1), a la que nosotros, aleatoriamente y según nuestra conveniencia daremos el valor Yin-Yang.
En el ejemplo siguiente daremos al signo marcado como I que se observa en el bisel, el valor Yin. Cuando se inicia un nuevo ciclo horario, a las 6.28 horas, vemos que la aguja de los minutos marca el inicio del ciclo (apunta al triángulo del bisel) , y la aguja de las horas señala el signo I y esta manecilla, estará durante toda una hora desplazándose apenas 1 centímetro por el signo I del bisel hasta llegar al signo 0 (10), hasta que a las 7.28 , la aguja de los minutos nos advierte de la llegada de un nuevo ciclo y la aguja de las horas, nos indicará que entraremos en un ciclo 0 o Yang.
El ciclo Yin empieza a las 6.28. El ciclo Yang empieza a las 7.28
De esta manera podremos observar como la manecilla de las horas, estará una hora en un ciclo 0 (Yang) y a la hora siguiente estará en el ciclo I (Yin). El marcador de minutos del bisel nos permitirá saber en qué momento exacto del ciclo estamos.
LA POLARIDAD ALTERNA ENTRE HOMBRES Y MUJERES
Si dibujamos una figura antropomórfica y la situamos en el Rombo con la cabeza en la parte de entrada de la Energía Divina (7ª dimensión) y los pies en la parte de entrada de las vibraciones de los elementos primarios (1ª dimensión), veremos que la parte de la cabeza corresponde a la 7ª dimensión. El tórax y los brazos a la 6ª. Parte del parte del abdomen y los antebrazos corresponden a la 5ª. La pelvis y las manos están en la 4ª. Las caderas y muslos hasta las rodillas forman la 3ª. Desde las rodillas hasta los tobillos, incluyendo parte de la pierna están relacionadas con la 2ª. Y desde los tobillos hasta los pies forman la 1ª dimensión. Observamos como las articulaciones (que siempre tienen una parte superior y una inferior) marcan los límites entre las dimensiones.
Esto es igual para el hombre que para la mujer, pero hay una característica que los hace muy diferentes: es la frecuencia de la vibración de Yin y Yang, que siempre es alterna, o sea, que nunca está actuando la misma vibración, sino que es positivo-negativo continuamente en toda la humanidad. Siempre es el mismo pulso el que rige para los hombres y alterno el que rige para las mujeres. Si no fuera así no sería posible la atracción de los dos sexos. Cuando por causa de alguna sacudida electromagnética, causada por "shocks" psíquicos que influyen fuertemente en la parte somática del ser, se pierde el ritmo, es cuando surgen problemas de identificación y de personalidad sexual.
Esta cuestión de la inversión de polaridad entre hombres y mujeres es importante porque hará que en un mismo momento, el hombre sienta como es la energía Yin la que le entra por la cabeza mientras que la mujer sentirá como es la energía Yang la que le está entrando en ese mismo momento.
La alternancia de polaridad entre hombres y mujeres
CONCLUSIONES DEL ESTUDIO DE LOS CICLOS
El estudio de la predominancia de los ciclos Yin-Yang es capaz de sensibilizar más al ser humano en la percepción de estos ritmos cósmicos y puede hacer que con cierto entreno, método de estudio y observación, sea capaz de sentir y experimentar mejor los ritmos que marca la naturaleza. Este aprendizaje puede ser considerado como un juego y llegar a ser divertido. Si la persona es consciente de ello, puede aprovechar esos momentos en los que puede tener una fuerza exterior más sutil o más material, para realizar un tipo de tarea u otra. Pero aparte de estos ritmos cósmicos, el ser humano, va a vivir la experiencia desde el punto en el que está, ya que un día, por ejemplo, se puede estar bajo el momento Yang y en cambio, la persona tiene el Yin muy manifestado, y está contrarrestando la energía que rige en ese momento. O puede que esté bajo un momento Yin, y en cambio, su psiquismo, por un suceso determinado, pase por un momento álgido del Yang y la influencia exterior no es tan evidente.
Si se sigue obsesivamente la permanencia de los ciclos Yin-Yang, ciertamente, la persona se puede mecanizar y no se trata evidentemente de esto. Además, es posible que la fuerza interior de la persona fluya en ese momento a un ritmo totalmente distinto del que señala el exterior, con lo que seguir los ritmos exteriores, no le beneficiaria en absoluto. Pero, por otro lado, si se observa la presencia de estos ciclos y se es conocedor de ellos, se puede aprovechar ese impulso exterior para ayudar a estimular al ritmo interior y que sea más eficaz.
En cualquier caso, el ejercicio de estudiar los ciclos externos es un aprendizaje de percepción y de sensibilización de la captación de los ritmos externos e internos, y puede ayudarnos en muchas ocasiones a hacernos comprender porque nos cuesta tanto realizar una acción en un momento determinado y porque resulta tan fácil realizarla en otro instante. La observación y el estudio de los ritmos internos y externos puede ser una ayuda y una buena manera de conocer la influencia del exterior y el impulso vital interior.