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Los tres movimientos del Rombo

EL MOVIMIENTO ARMÓNICO SIMPLE

Dentro de la fisiología del Rombo, habíamos visto que éste, tenía ciclos. Ello quería decir que el Rombo tenía un movimiento periódico, porque a intervalos de tiempo constante, se repetían valores y magnitudes.

En el Rombo, este movimiento oscilatorio y periódico, es triple. Por un lado, tenemos el desplazamiento que se da en los ciclos de cambio de polaridad, que se puede observar en el desplazamiento proyectado sobre la diagonal mayor. También podemos observar el movimiento arriba-abajo a través del eje vertical de los ciclos de creación y retrospección y el movimiento de basculación o equilibrio que se puede apreciar en los 4 vértices, tanto en la proyección horizontal como en la vertical.

El Movimiento armónico simple es la respuesta que da la naturaleza cuando una fuerza actúa sobre un cuerpo que está en equilibrio estable. El caso más sencillo de movimiento oscilatorio, se denomina movimiento armónico simple y se produce cuando la fuerza resultante que actúa sobre el sistema es una fuerza restauradora lineal. Este movimiento, tiene una serie de características que lo identifican y que se pueden seguir en el Rombo:

  • Es oscilatorio; ya que el objeto oscila en torno a su posición de equilibrio.
  • Es de velocidad variable.
  • Es periódico; puesto que se repite a intervalos de tiempo iguales.
  • Es rectilíneo; debido a que ocurre en línea recta.
  • Es gobernado por una fuerza que en todo instante intenta que el objeto recupere su posición inicial o de reposo.

El ejemplo más sencillo es el movimiento que realiza un muelle con una pieza que pende de su extremo. Si dejamos el cuerpo libre, iniciará una caída hacia abajo a cierta velocidad, que se irá incrementando a medida que el muelle se estire, para irse frenando al final, hasta llegar casi a detenerse. A partir de ese punto, iniciará lentamente un camino de ascenso, en el que irá incrementando su velocidad hasta llegar al punto central, donde empezará a perderla progresivamente hasta llegar a perderla del todo cuando llegue al punto de donde partió. Desde allí, el movimiento podría continuar   Indefinidamente.

EL M.A.S Y EL MOVIMIENTO CIRCULAR

UNIFORME

El Movimiento Armónico Simple de un cuerpo se puede considerar como el movimiento de la proyección sobre una línea, que realiza un móvil auxiliar que describe un movimiento circular uniforme (­M.C.U.)

El desplazamiento sobre el eje horizontal

Figura. El desplazamiento sobre el eje horizontal

El móvil, describe un círculo completo y su proyección, como si fuera una sombra, se puede seguir sobre una línea, en la que se observa que cuando se llega a los extremos, la velocidad es mínima y es máxima al llegar al centro. La imagen que se ve en la línea es el M.A.S y la manera de estudiarlo es el M.C.U. Como vemos, la semejanza de este tipo de desplazamiento con velocidad variable (máxima en el centro y mínima en los extremos), es la misma que se produce en el Rombo en el movimiento de alternancia polar.

Podemos observar también el desplazamiento que se produce entre los dos puntos de Ideación Divina. En este caso, la línea sobre la que realizaremos el estudio de la proyección del móvil es la diagonal menor, el eje verde vertical.

El desplazamiento sobre el eje vertical

Figura. El desplazamiento sobre el eje vertical

El tercer movimiento, el de basculación o compensación, se puede estudiar sobre cualquiera de los 4 vértices del Rombo. Si lo miramos en los vértices obtusos, lo podremos seguir estudiando el desplazamiento horizontal. Si lo hacemos sobre los vértices agudos, lo podemos hacer observado el movimiento vertical.

Estos tres movimientos armónicos simples, se pueden dar al mismo tiempo y pueden ser estudiados de una manera conjunta en una gráfica ya que pueden estudiar como sincronizados.

EL CICLO ANUAL

LA ALTURA DEL SOL SOBRE EL HORIZONTE

Observar el transcurso de un ciclo anual con todas sus fases es muy fácil si se vive en el campo y se pueden observar y sentir con detalle todos los cambios que experimenta la naturaleza en el desarrollo del año. Las cuatro estaciones son las cuatro fases por las que pasa el ciclo anual en nuestra latitud. Las estaciones están totalmente relacionadas con las aparentes variaciones de altura que experimenta nuestro sol sobre el horizonte. Para nuestra latitud, (41º Norte), la culminación ecuatorial o altura del sol en los equinoccios es de 90º- 41º = 49º sobre el nivel del horizonte. Como que el sol, tiene una variabilidad de 47º en su desplazamiento desde su punto más alto al punto más bajo, podemos calcular la altura máxima que tendrá en nuestra latitud en el solsticio de verano. Ese punto corresponderá a la culminación ecuatorial más el ascenso máximo permitido, es decir 49º+23.5º = 72. 5º sobre el horizonte. En este momento, la radiación solar es máxima y estamos frente a la estación más calurosa: el verano. En el equinoccio, (tanto el de primavera como el de otoño), la altura solar es de 49º y se relaciona con las estaciones con el tiempo más suave. Y en el solsticio de invierno, la poca altura que conseguirá el sol será de 49º- 23. 5º = 26. 5º sobre el nivel del horizonte. Este valor tan bajo, origina muy poca radiación solar y se corresponde con la estación fría del invierno.

Siguiendo el movimiento del Sol en el Rombo en nuestra latitud

Figura. Siguiendo el movimiento del Sol en el Rombo en nuestra latitud

Es fascinante observar la aparición de los cuatro momentos más espectaculares que se dan en el ciclo anual: primavera, verano, otoño e invierno. Sabemos lo que son desde un punto de vista climatológico, térmico, biológico y social, pero los cambios que generan en el aspecto psicológico o espiritual la llegada de las estaciones, es otra manera muy interesante de observar lo que son estas fases del año.

Sabemos que vivimos en una zona privilegiada de nuestro Planeta, donde se siente de una manera muy clara el paso de las diferentes estaciones del año, esas fases que nos indican cómo nos hemos de vestir, que actividades podemos realizar, que debemos comer, cómo nos sentiremos, y la manera en que podremos relacionarnos. Las estaciones marcan el ritmo, el horario y la actividad de nuestra vida, y además tienen todo un aspecto mágico que las rodea que hace que los períodos de transición de una estación a otra sean momentos de transiciones, de inicios y de finales.

LAS ESTACIONES EN EL ROMBO

Tenemos la opción de seguir el ciclo anual de las estaciones observando la figura del Rombo. En este esquema, en el punto superior de la figura, colocaremos por ejemplo al equinoccio de primavera, una situación en la que el día y la noche se reparten las horas de luz: 12 horas de día y 12 horas de noche. Después del equinoccio de primavera, llega el solsticio de verano, con muchas más horas de luz. Aproximadamente 15 horas de luz y 9 horas de oscuridad. De aquí, pasaremos al equinoccio de otoño, donde se volverá a producir una situación de equilibrio entre las 12 horas de luz del día y las 12 horas de oscuridad de la noche. Y desde esta posición avanzaremos hacia el solsticio de invierno, donde habrán 9 horas de luz y 15 de oscuridad. Toda esta experiencia la podemos seguir con un movimiento circular exterior o a través de un desplazamiento lineal a través del canal verde situado en el centro del Rombo.

El desplazamiento de las estaciones en el Rombo

Figura. El desplazamiento de las estaciones en el Rombo

En los equinoccios, el sol sale exactamente por el este y se oculta por el oeste. Pero a partir del equinoccio de primavera y yendo hacia el verano, en la medida en que el sol se levanta más y más en la posición más alta del mediodía, su salida va escalando posiciones en el noreste, mientras que la puesta de sol a su vez se da en posiciones cada vez más altas en el noroeste. En el solsticio de verano, el sol sale en la posición más al norte del noreste y se pone en el punto más alto del noroeste.

Desde este momento, sus salidas y sus puestas empiezan a descender, hasta llegar de nuevo al equinoccio de otoño, punto en el que otra vez vuelve a salir por el este y ponerse en el oeste. Desde ese punto las salidas y las puestas empezarán a descender por el sureste y suroeste hasta llegar a la posición más ubicada en el sur al entraren el solsticio de invierno.

A partir de aquí, empezará de nuevo su ascenso y aunque saldrá aproximadamente 6 meses por el sureste y se pondrá por el suroeste, cada vez lo hará a mayor altura, hasta que llegue de nuevo al equinoccio de primavera, donde saldrá exactamente por el este y se pondrá por el oeste.

LA METAFÍSICA DE LAS ESTACIONES

Cada cierto tiempo, coincidiendo o estando muy cerca de estos cambios estacionales, hemos mencionado, y trabajado diferentes textos que hacían referencias explícitas al significado espiritual de las estaciones. Sabemos lo que son desde un punto de vista climatológico, biológico y social, pero los cambios que generan la llegada de las estaciones en el aspecto psicológico o espiritual, es otra manera muy interesante de observar este fenómeno.

En las siguientes líneas, vamos a recopilar frases y textos que han ido apareciendo en las charlas, reuniones y encuentros que se han producido en los momentos de tránsito de las estaciones y que, sin duda, nos darán una lectura espiritual de las mismas:

Equinoccio de Primavera

Desde que se inicia el invierno (21 de diciembre) hasta que llega la primavera (21 de marzo), la luz va ganando día a día, minutos a la oscuridad, hasta que llega el momento en que las horas de oscuridad y de luz coinciden. Ese día es el equinoccio de primavera.

Este período es un período de apertura y de expresión de amor fraterno hacia todas las criaturas. Es el tiempo, en que todo llama a la pareja de opuestos para darse la mano y formar así un sentimiento y una emoción. La primavera da con toda su potencia, una vibración radiante de amor y de creación de toda la naturaleza. Es el tiempo de cooperar y contribuir a que la primavera sea para todos, fuente de amor, de creación, de paz y de alegría”.

Solsticio de verano

Si la primavera era el tiempo en que los pares de opuestos se unían para formar sentimientos y pensamientos, ahora, el Sol ha fecundado ya estos pensamientos y sentimientos amorosos y los plasma con sentimientos más definidos. El solsticio de verano (21 de junio) es el momento definitivo para la creación, ya consolidada, de nuestra vida y de la vida ajena.

“En verano, estamos dentro de los días en que el sol, con sus rayos, cargados con una gran riqueza de elementos y vibraciones lumínicas, inciden más fuertemente en el área de la corteza del planeta Tierra. El solsticio es un día especialmente amoroso y cariñoso, día en que las criaturas se comunican y abren sus sentimientos para captar y retener en su interior las sensaciones, afectos y sentimientos de sus compañeros de vida y camino. Estos días todos sentimos impulsos de buscar la convivencia que nos ha de llevar a la comprensión y el entendimiento de las personas ajenas. Estimulemos desde el centro de nuestro amor, el amor a los demás, y que sea nuestra fuerza como una onda expansiva que toque a nuestra familia, a nuestros compañeros más íntimos, nuestros parientes, amigos y a toda persona que esté dentro del área de influencia de estas ondas que parten de nuestro corazón”.

Equinoccio de Otoño

Después de que, en verano, la luz haya llegado a su cénit, vemos que lentamente, la oscuridad va ganando minutos a la luz hasta que, en el equinoccio de otoño, las horas de luz y oscuridad se equilibran. Cuando comienza el otoño, en el equinoccio de otoño, se inicia el ciclo de oscuridad e interiorización, período de tiempo que va desde el 23 de septiembre hasta el 21 de diciembre, que es el día en que menos radiación solar hay.

Tengamos muy en cuenta estos días en los que las noches son largas, que los días son cortos y melancólicos, que los colores son más ocres, y que la tierra se deja querer. Debemos vivir de una manera en que nuestro corazón interno esté, por así decirlo en redundancia, interiorizado, aunque nuestra parte visible manifieste su presencia en el exterior.

Ahora la oscuridad más absoluta busca hacer estallar la luz para iluminar a los hombres el día 21de diciembre, que es entonces cuando saldrá el sol niño, para dar claridad y vida a todo aquel que desee su bondad. Estos días de otoño, hasta el 21 de diciembre, son los días más oscuros, con menos horas de luz solar del año, de este año que para nosotros comienza el 21 de diciembre que es cuando nace el sol”. Guardemos estos días siempre un rinconcito para, al igual que hace la tortuga, meternos dentro del caparazón.

Solsticio de invierno

El solsticio de invierno tiene lugar el 21 de diciembre, que es cuando el sol alcanza el punto más bajo en el horizonte. A partir de ese momento, el sol empezará a levantarse sobre el horizonte y a irradiar más luz al mundo. Desde este momento y hasta llegar al solsticio de verano, la luz irá irradiando con más intensidad.

“Hoy, 21 de diciembre, es día gozoso. Hoy nace el sol, ese sol oculto a las miradas de los hombres, este sol del que nos parece ver un pálido reflejo. Pues este sol, que sea para nosotros punto de mira para nuestra vida. El Sol como fuente de vida, es la manifestación suprema de la ley que rige toda la vida cósmica. Todo el simbolismo de la enseñanza de la Sagrada Forma del Rombo se basa en este hecho de la ocultación de la luz y la salida del Sol Universal o Infinito. Hoy es la conmemoración de la Luz de las Luces: La Sagrada Forma del Rombo”.

En esta hora y en este lugar, la luz intenta, de dentro hacia fuera, romper la cáscara de huevo que la contiene, ya que la luz siempre nace de la condensación más compacta de la oscuridad, y de ahí su fuerza. Ahora, el Sol alcanza el punto más interior, más escondido de nuestros sentidos, pero más interiormente aprendido por nosotros. Es saber de una forma cierta y personal que la verdad no está en lo que ven nuestros sentidos externos, ni las sensaciones que percibimos con los oídos, la piel, los ojos, la nariz, sino que la verdad está dentro de nuestro interior. Cuando por unos momentos lo podamos ver, cojámoslo y pongámoslo en nuestra vida, porque ya para siempre estará con nosotros”.

“En el invierno, con su aparente quietud, es cuando la naturaleza aquieta sus vibraciones y aparentemente muere. Es la hora pues de introspección y meditación. Si profundizamos en nuestro íntimo ser, sentiremos esta quietud y esa profundidad. No importa que aparentemente la vida siga con su bullicio. Cada uno de nosotros, cada una de las criaturas, siente dentro de sí, la quietud de la unión mística. En este momento estamos dentro de casa, en la habitación, en el cuarto más alejado y en el rincón más oscuro; en este momento y hora estamos dentro de nuestro propio interior; en este momento y hora, nos dirigimos a nuestro Padre que está en el cielo. Esta oscuridad que nos obliga a hacer de nuestro corazón, la sede y el habitáculo de la unión de nuestro espíritu con el Dios Cósmico, es de una fuerza tal que nuestro espíritu y nuestra voluntad no pueden dejar de aprovecharlo para los propósitos encaminados a ayudar a la humanidad del planeta, mediante el canal de la compasión, o sea, del amor doloroso”.

LOS CICLOS HORARIOS

LA CRONOBIOLOGIA

Aunque en el sistema horario que utilizamos, el día empieza por convención a las 00.00 horas, pensamos que en el reloj biológico que tenemos incorporado, el día comienza en el momento en que sale el sol en el horizonte local. En ese instante, el sol se halla en la zona más baja del horizonte y a partir de aquí, en la medida que asciende, empieza a emitir más radiación y a aportar más luz. La misma lógica que se utiliza para determinar el inicio del día biológico, tiene su analogía con el nacimiento del año astronómico. Si bien por diversos y sorprendentes motivos históricos, el año empieza el 1 de enero, astronómica y metafísicamente, el año, empieza el 21 de diciembre, que es el momento en que el sol alcanza en el mediodía el punto más bajo sobre el horizonte y que por tanto hay un mínimo de radiación solar. A partir de este momento, la cantidad de luz recibida por la Tierra va aumentando progresivamente en la medida que el sol va alcanzando cada día más altura sobre el horizonte. El mismo razonamiento que se aplica para la astronomía, la trasladamos a la cronobiología que es la parte de la biología que estudia los fenómenos cíclicos y los ritmos biológicos. La idea básica de la cronobiología radica en la existencia de relojes biológicos en los organismos controlados por el núcleo supraquiasmático del hipotálamo quien, vía epífisis, estimula la secreción de melatonina y controla el ciclo de vigilia / sueño vinculado a la cantidad y calidad de luz ambiental. Además, hemos de recordar que el hipotálamo vía hipófisis controla a su vez la secreción de todo el sistema endocrino.

Nuestra vida diaria está marcada por un artificial huso horario local, al que además hacemos bailar constantemente realizando un cambio horario en verano y otro en invierno. Por si fuera poco, los horarios del trabajo y de la vida social, nos marcan con tanta rigidez el paso rítmico de las horas que, a menudo, no hay posibilidad de poder sincronizar los ritmos biológicos con los ritmos sociales y laborales.

Es muy difícil cuando uno se encuentra en la vorágine del trabajo diario, poder apreciar los ritmos de los ciclos biológicos, pero cuando uno no está inmerso en el frenesí de la actividad laboral y tiene la posibilidad de escuchar al propio cuerpo (en las horas no laborales, en los días festivos o en las vacaciones), podrá observar cómo hay períodos en que el cuerpo pasa por fases en las que pide actividad y en otras en las que solicita descanso. Todos sabemos que hay grandes ciclos de actividad (las horas de luz) y de descanso (la noche), pero dentro del día y de la noche, hay a su vez ciclos menores (de una hora de duración) en los que se alternan periodos de actividad y de descanso que pueden llegar a percibirse si se conoce su existencia y si se está receptivo a las sensaciones que da el cuerpo.

El estudio que presentaremos en este escrito se ha realizado en el transcurso de las horas de luz del día y durante estas horas de asueto, donde no estamos trabajando mecánicamente y se hace posible escuchar a las necesidades que demanda el cuerpo.   Para realizar el estudio, solo nos ha hecho falta una plantilla, un reloj, un lápiz y la intención de registrar las sensaciones que iban apareciendo durante el día.

Plantilla sobre la que se han realizado las anotaciones

Dibujo. Plantilla sobre la que se han realizado las anotaciones

Pero antes de adentrarnos en el estudio de estos ciclos biológicos, vamos a recordar cómo se forman los ciclos de predominio Yin o Yang desde dos perspectivas posibles: En la primera, el Rombo se mueve dentro del Yin-Yang y en la segunda, el Yin-Yang se mueve alrededor del Rombo.

EL MOVIMIENTO DEL ROMBO Y LOS CICLOS YIN-YANG

Estudiar el desplazamiento del Rombo en rotación nos puede proporcionar una idea de cómo se mueven los flujos de Yin-Yang en una hora. Para ello, hemos de partir de algunas premisas:

  • 1) En este modelo de representación, utilizaremos el dibujo en el cual hay puntos ambivalentes de energía Yin-Yang (1-5) y puntos de máxima actividad (3-7)
  • 2) Lo que marca que un ciclo sea Yin o Yang es el lugar por donde se mueve la 7ª dimensión y el tipo de energía que por allí entra.
  • 3) El tiempo del ciclo en el cual la séptima dimensión entra por el Yin o por el Yang dura 1 hora.
  • 4) Después de un ciclo Yang de 1 hora, viene un ciclo Yin de 1 hora.
El ciclo en la rotación del Rombo dentro de la esfera Yin-Yang

Figura. El ciclo en la rotación del Rombo dentro de la esfera Yin-Yang

Lo que sucede en el momento 1 dentro de la parte material del Rombo (rojo), está sucediendo al mismo tiempo en el momento 5 en la parte energética del Rombo (azul). Lo que sucede en el momento 2 en la parte material del Rombo, está pasando al mismo tiempo en el momento 6 en la parte energética. Lo que acontece en el momento 3 en la parte material, tiene lugar al mismo tiempo en el momento 7 en la parte energética. Lo que pasa en el momento 4 ocurre también, pero al revés en el momento 8. Lo que acontece en el momento 5 sucede en el 1, lo del 6 en el 2, lo del 7 en el 3 y lo del 8 en el 4. Como vemos, en una parte y en la otra del Rombo, se dan situaciones invertidas.

En el primer cuadrado vemos como la 7º dimensión entra en el punto 5 y se desplazará hacia el punto 6. Cuando en su rotación llegue al punto 7, habrán transcurrido 30´. En ese punto, habremos llegado a la máxima expresión del Yang. A partir de aquí, el Yang empieza a decaer mientras sigue avanzando y llega por fin al cabo de 1 hora al punto 1, que representa el final del ciclo Yang.

A partir de este punto, la 7ª dimensión sigue avanzando y en el mismo punto 1, iniciará su entrada en el ciclo Yin. Cuando llegue al punto 3, habrán transcurrido 30´y habrá llegado al máximo de energía Yin. A partir de este punto, empezará el Yin su fase de retroceso hasta llegar al punto 5 al cabo de 1 hora también.

El ciclo de energía Yang dura una hora, lo mismo que un ciclo Yin. Y cada ciclo, tiene tres puntos importantes: El instante de inicio, el punto que está medio camino o punto máximo (a los 30´) y el punto final (a los 60´).

EL MOVIMIENTO DEL YIN- YANG Y EL ORIGEN DE LOS CICLOS

Todo siempre depende del punto de vista. En el dibujo anterior, habíamos visto como Yin-Yang permanecían inmóviles y el Rombo era el que daba vueltas originando los ciclos. Ahora podemos imaginar otra situación y el Rombo está quieto mientras que son Yin-Yang los que se mueven alrededor de él.

Para ello, hemos de imaginar las dos polaridades (flecha negra y flecha gris) que giran en círculo siguiendo la dirección de las flechas azules. La flecha gris, en su desplazamiento temporal, va dibujando una curva senoidal que desciende y asciende. La flecha negra, también en su desplazamiento temporal, dibuja otra curva senoidal que asciende y desciende.

Podemos imaginar al Rombo quieto en el centro y como consecuencia del movimiento del Yin-Yang, va sintiendo como la energía Yin o Yang se va alternando en los puntos de entrada de la 1ª y 7ª dimensión, originando los ciclos Yin o Yang.   Cuando la energía de alta frecuencia Yang entra por la 7ª dimensión, estamos en un ciclo de alta frecuencia. Cuando la energía de baja frecuencia Yin entra por la 7ª dimensión, estamos en un ciclo de baja frecuencia.

El origen de los ciclos como movimiento rotacional de Yin-Yang

Figura. El origen de los ciclos como movimiento rotacional de Yin-Yang

Vemos como un mismo fenómeno se puede estudiar desde lados diferentes y en cambio, obtenemos las mismas conclusiones. Depende de como estudiemos una situación, esta nos enseñará una cara u otra. Pero, en cualquier caso, y observado desde dos lugares muy distintos, vemos como el círculo describe perfectamente el movimiento cíclico del tiempo. En base a esto, nos centraremos en el estudio de unos ciclos observables y mesurables: los ciclos energéticos de una hora.

LA COMPLEJIDAD DEL ESTUDIO DE LOS CICLOS

Nuestras vidas, están regidas por horas y minutos. Ellas, forman las unidades de tiempo de las que depende nuestro quehacer cotidiano, así que, en el momento de estudiar los diferentes ciclos de tiempo, pensamos que quizá lo más fácilmente experimentable y comprensible sería el estudiar los ciclos de una hora y ver cómo y de qué manera, estos influían en nuestras acciones, estado de ánimo y necesidades fisiológicas.

Empezamos el estudio en 1992 (hace 28 años), y desde entonces, de una forma acíclica, hemos ido realizando observaciones que se han extendido durante algunas horas del día y en las que hemos observado como variaban los diferentes estados físicos y psíquicos que se presentaban a lo largo de una jornada de observación. Al principio, los datos eran muy erráticos porque, aunque se podían observar cambios en la necesidad de realizar o no determinadas actividades, no se sabía que es lo que marcaba el inicio de los ciclos, así que era difícil poner un poco de orden y lógica en la recogida de datos, pero un día en concreto, (23/11/1992) las cosas se empezaron a organizar, con más lógica, porque apareció la hipótesis, (confirmada posteriormente) de que los ciclos biológicos empezaban su despegue con la hora de la salida del sol en el horizonte local.  

Los ciclos empiezan con la hora de la salida local del sol

Figura. Los ciclos empiezan con la hora de la salida local del sol

En el dibujo, en la zona inferior derecha, se puede leer “Hoy me planteo que los ciclos empiezan con el sol y si el inicio del ciclo es la salida del sol (muy posible”). El dato tenía cierta lógica porque el funcionamiento nervioso y hormonal está relacionado con la presencia de luz en el entorno y aunque hay un poco de luz antes del amanecer, es en el preciso instante de la eclosión solar en el horizonte cuando llega con intensidad la luz a los ojos y desde allí al eje hipotálamo-hipofisario y a la epífisis, quienes realizan toda la activación del sistema nervioso y hormonal. La lógica confirmaba algunas observaciones e intuiciones, y eso suponía que la llegada directa de la radiación solar y su luz era el momento crítico para la activación diaria de los ciclos biológicos de una hora. Como que excepto en los solsticios, la duración de las horas de luz es variable y los momentos en los que sale el sol por el horizonte se va adelantando (desde el solsticio de invierno al de verano) o atrasando (desde el solsticio de verano al de invierno), los ciclos no son exactamente de 1 hora, pero si de un valor muy aproximado. El reloj biológico no es estable. Se autoajusta cada día desde unos segundos (cerca de los solsticios) hasta aproximadamente 1 minuto diariamente en el resto del año. El cambio es inapreciable en un solo día, pero muy importante en el transcurso de las semanas o los meses ya que esta variabilidad diaria es el origen de las estaciones. En ellas se ve con claridad como la radiación solar no llega de una forma constante a la tierra durante todo el año. Sabemos que aproximadamente, tenemos 9 horas de luz, en el solsticio de invierno, 12 horas de luz en los equinoccios y 15 horas de luz en verano. Esto sin duda, provoca que, en estos distintos momentos del año, nuestro cuerpo esté más o menos estimulado y funcione de una manera o de otra.

Además, y para complicar un poco la situación, debemos recordar que existe un ciclo Yin-Yang anual que hace que un año sea de polaridad Yin y el siguiente sea Yang y que también existen ciclos polares de 3 años, de 7 años… situación que puede hacer muy difícil analizar qué tipo de energía cósmica está predominando en un momento u otro.

Para entender lo complejo de esta situación, podemos imaginarnos que sucedería si al poner en marcha una radio, sonaran 10 emisoras a la vez. El resultado sería solo la presencia de un ruido indescifrable. Ahora bien, con un selector de frecuencias, es posible aislar un solo canal dentro del maremágnum frecuencial e intentar estudiar (dentro de lo posible) las fluctuaciones y los mensajes de esa sola frecuencia.

Esto significa que se puede dar el caso de que mientras en la 7ª dimensión esté entrando en un momento energía Yang dentro de en un ciclo de 7años, al mismo tiempo, puede entrar por la 7ª dimensión energía Yin correspondiente al ciclo de 1 hora. Este hecho nos hace ver la complejidad del estudio de los ciclos y del mismo Rombo, ya que, en un mismo momento, por una de las dimensiones extremas del Rombo, pueden entrar al mismo tiempo los dos tipos de polaridades antagónicas, lo que puede dificultar el análisis de la polaridad dominante en ese preciso momento.

Así que quizá lo más práctico para poder realizar el trabajo sobre la influencia biológica de los ciclos, es prescindir de la influencia de los ciclos mayores y menores para centrarse en el estudio de los ciclos de una hora. Íbamos a realizar el estudio partiendo solo de la percepción de los ciclos Yin-Yang de una hora de duración e íbamos a obviar la influencia del resto de los ciclos superiores e inferiores.

Los distintos ciclos coexisten y se superponen. ¿Qué energía llega?

Figura. Los distintos ciclos coexisten y se superponen. ¿Qué energía llega?

Desde 1992 y hasta la actualidad, siguiendo estas premisas, se han realizado unas 70 observaciones durante las horas de luz solar del ciclo de un día. Algunas de ellas, están separadas entre sí, días o semanas, pero otras lo están meses y años. El estudio de los ciclos es pues un tema que nunca se ha dejado totalmente de lado, pero en el que tampoco se ha puesto el acento con mucha insistencia.

Durante este tiempo, nos hemos limitado a registrar datos y ciertamente, con el tiempo hemos llegado ya a tener algunas ideas más consistentes, y quizá ya ha llegado el momento de analizar todos esos datos, juntarlos y sacar conclusiones más concretas y firmes.

Para realizar el estudio, hemos utilizado una planilla en la que se observa el transcurso de las horas del día. En la planilla vemos el inicio del ciclo, la hora de la salida solar: 6.18. El siguiente ciclo lo hace al cabo de 1 hora: 7.18 y así continuamente. Cada hora empieza un nuevo ciclo con polaridad distinta.

La planilla de registro

Figura. La planilla de registro

Observamos como la Alta Frecuencia (digamos Yang) y representada con una línea continua, pasa alternativamente por un vértice u otro del Rombo. Hemos de recordar que lo que marca la calidad energética de cada hora es la energía Yin o Yang que entra por la séptima dimensión. Así el primer ciclo será de Alta Frecuencia, el segundo de Baja Frecuencia y así continuamente.

Si ahora y con perspectiva repasamos los 70 registros que hemos ido realizando, veremos que se destacan por el número de datos introducidos, 3 momentos que, desde un punto de vista de sensaciones percibidas, son muy relevantes en el ciclo del Rombo: el inicio del ciclo, la cúspide (Yin o Yang) y el final del ciclo. Estos tres momentos simbolizan cambios importantes de actividad cíclica, por lo que son más fácilmente detectables.

Los momentos claves en un ciclo completo de 2 horas

Figura. Los momentos claves en un ciclo completo de 2 horas

El primer momento sería el punto del inicio del ciclo, que es al mismo tiempo el final del ciclo anterior. Después del punto de inicio, viene un ciclo de predominancia polar y al acabar este y antes de entrar en el siguiente ciclo polar, se vuelve a pasar por este punto de cambio total de polaridad. Este punto, es siempre una zona de transición, de cambio de polaridad, de inversión de polaridad y por eso se percibe con claridad.

El segundo momento correspondería al ciclo en el cual la energía de baja frecuencia entra por la 7ª dimensión. Por tradición (y aunque no sea lo correcto en este ciclo cósmico de 24.000 años) llamamos a la energía de baja frecuencia Yin. La energía Yin que entra por la 7ª dimensión es la que da carácter Yin o de baja frecuencia energética al ciclo. La energía Yin va entrando progresivamente por la 7ª dimensión hasta que llega al culmen, al máximo valor, y a partir de este punto, aunque la energía Yin siga siendo la predominante, el ciclo pierde valor intrínseco y parece perder vitalidad.

El tercer momento nos mostraría el ciclo en el que la energía de alta frecuencia (convencionalmente Yang) entra por la 7ª dimensión. Esto ocasionaría un ciclo Yang o de alta frecuencia en el que sucedería lo mismo. La fuerza Yang iría dotando de más poder al ciclo hasta que se llegara al clímax del ciclo. A partir de ese instante, aparece la sensación de que, aunque se esté todavía en un ciclo Yang, este, se está desinflando y lo que en instantes anteriores era tenido como un valor en alza, ahora empieza a perder resuello y empieza a perder valor e interés.

Para hacer más comprensible todo lo explicado, expondremos algunas de las anotaciones que se han ido recogiendo en los gráficos en cada uno de los tres momentos citados. Son sensaciones y experiencias de índole personal, pero son datos que, analizados en conjunto, son capaces de proporcionar una idea general de las sensaciones que provocan la aparición de estas fases dentro del organismo. Iremos describiendo los puntos y al final, llegaremos a conclusiones.

PRIMER MOMENTO O CAMBIO DE CICLO

Un ciclo está finalizando y su fuerza mengua progresivamente hasta que, en un momento dado, desaparece del todo y se inicia otro ciclo de polaridad distinta. Ha acabado un ciclo y empieza otro. Estamos en un momento de final y de principio al mismo tiempo.

Datos recogidos en el momento de cambio de ciclo

  • Dejo de pensar y me pongo a hacer
  • Tengo energía en las piernas y me levanto
  • Dejo de escribir
  • He de ir al lavabo
  • Dejo la actividad
  • He de comer algo
  • Tengo la sensación de que se produce un cambio interior
  • No sé qué hacer (moverme o quedarme sentado)
  • Tengo necesidad de levantarme
  • Me llega una sensación de un cambio inminente
  • Aparece una ligera inquietud
  • He de cambiar de actividad
  • Me llega una sensación de intranquilidad
  • Necesito un cambio. Me aburro
  • Estoy leyendo, me pongo de pie y doy saltitos
  • Fin de la actividad mental creativa. Me pongo a leer.
  • Dejo de escribir. Quiero hacer algo mecánico
  • Me aparece un cierto decaimiento y tengo ganas de parar
  • Me levanto a hacer algo material
  • Me despierto de la siesta
  • Estoy en la transición entre leer y moverme
  • He de pasar de la teoría a la práctica

Conclusiones: Todas estas anotaciones recogen la misma sensación: Estoy haciendo algo y noto que aquello que estaba haciendo ya no me interesa en absoluto. Eso puede producir una sensación de cambio inminente o de intranquilidad porque no sé lo que he de hacer y dudo. Tengo la necesidad de hacer un cambio. Pierdo totalmente el interés por lo que hacía y me aburre. Si dormía, me levanto. Si leo, me pongo de pie. Si escribo, dejo de hacerlo. Si estoy activo, he de descansar. Si estoy sentado, me he de levantar. Si hago algo mental o teórico, he de hacer algo práctico o material. Puedo sentir la necesidad de comer o ir al lavabo.

SEGUNDO MOMENTO O CICLO DE PREDOMINANCIA YIN

Si la energía Yin entra por la 7ª dimensión, la energía Yang lo hará por la 1ª dimensión. La que otorga carácter al ciclo es el tipo de energía que entra por la 7ª dimensión, así que estaremos en un ciclo de predominancia material o de baja frecuencia. Durante toda la hora de este ciclo, estaremos bajo la influencia de la baja frecuencia que aparecerá suavemente y llegará al cénit en el minuto 30, donde el carácter será muy predominante. A partir de este punto, se notará un decaimiento energético progresivo que finalizará en el minuto 60, instante de mínimo energético y cambio de ciclo. Muchos de los datos que aparecerán a continuación, se recogen al llegar cerca de la cúspide, donde la influencia es más clara.

Datos recogidos en el ciclo de baja frecuencia

  • Tengo un impulso material
  • Aparece necesidad de actividad física
  • He de hacer algo práctico
  • Me marcho de casa
  • Cojo el coche
  • Subo escaleras
  • Trabajo físico (leña)
  • Tengo ganas de moverme
  • Bailo
  • Me pongo “manos a la obra”
  • Siento que he de pasear
  • Me apetece hacer algo distraído
  • He de hacer algo fácil
  • No quiero leer
  • Quiero escribir algo fácil
  • No quiero estudiar
  • No me puedo concentrar en el estudio
  • Pasado el pico del ciclo se acaba el culmen de la actividad física y he de descansar, me pongo a leer

Conclusiones:

Es un ciclo de poca actividad mental. Hay un predominio de la actividad física. Hay ganas de hacer cosas materiales: Cortar leña, subir escaleras, marcharse de casa, coger el coche, moverse, bailar, pasear, hacer algo práctico, ponerse “manos a la obra” para realizar alguna acción material, hacer algo fácil, distraído, que no implique demasiada actividad intelectual. No apetece estudiar ni concentrarse en actividades mentales. La actividad del ciclo decae al sobrepasar el pico de los 30’ de máxima actividad. En ese momento, a menudo, se nota la necesidad de bajar de ritmo o hacer una actividad no tan material o física.

TERCER MOMENTO O CICLO DE PREDOMINANCIA YANG

La alta energía Yang entra por la 7ª dimensión y la baja energía Yin lo hace por la 1ª dimensión. El ciclo será de predominio Yang o de alta energía. El cénit del ciclo energético llegará en el minuto 30, donde se han recogido muchos de los datos que aparecerán en la lista. A partir de ese instante, la actividad del ciclo de alta frecuencia decae y a partir de aquí, se pueden percibir cambios cualitativos de las acciones.

Datos recogidos en el ciclo alta frecuencia.

  • Me levanto de la siesta
  • Se pone en marcha el cuerpo
  • Me aparece mucha actividad
  • Siento energía en piernas
  • Doy saltitos al ponerme en pie
  • Me siento algo nervioso
  • Tengo un pico de actividad mental
  • Me aparece inspiración
  • Siento una inspiración divina por la música
  • Me llegan un torrente de ideas
  • Escribo
  • Hago un gráfico
  • Tengo ganas de leer
  • Siento euforia
  • Estoy estudiando (no me quiero mover)
  • Me apetece meditar
  • Quiero oír música
  • Me aparecen ganas de leer
  • Me replanteo como organizar la biblioteca
  • Organizo unos apuntes
  • Quiero estudiar
  • He de ir al lavabo
  • Me aparecen ganas de comer
  • Tengo ganas de trabajar en jardinería

Pasado el pico de la fase:

  • Sensación de cambio
  • Pierdo energía física
  • Acabo de leer y me pongo a fregar platos
  • Bajo la música (me equivoco, pierdo concentración)
  • Me pongo a trabajar
  • Quiero hacer cosas fáciles

Conclusiones:

Es una fase activa que se expresa desde un punto de vista físico y también mental: Me levanto de la siesta, se pone en marcha el cuerpo, hay energía en las piernas y también mucha actividad mental. Hay un pico de actividad mental, sensación de euforia, ganas de meditar, inspiración por la música, flujo de ideas, ganas de leer, estudiar, escribir, iniciar un estudio, oír música, estar inspirado por la música, tener ganas de hacer gráficos, organizar libros. En el pico del ciclo, pueden aparecer necesidades fisiológicas como comer o ir al baño. Pasado el pico de la fase, se puede tener la sensación de que se pierde actividad (más claramente de la esfera psíquica), y de que se produce un cambio, o una disminución de la actividad mental y apetece entonces iniciar algo más físico o fácil, que no implique tanto desgaste.

COMO UTILIZAR EL RELOJ PARA SEGUIR LOS CICLOS

Realizar el ejercicio para aprender a percibir (dentro de lo posible) la alternancia de los ciclos y el predominio de una fase u otra necesita de algunos elementos básicos:

  • 1) El conocimiento de la radiestesia y su utilización práctica a través del manejo del pulso o del péndulo.

Esto en sí mismo, no es un requisito básico e indispensable, pero nos puede ayudar en muchas ocasiones para constatar lo que estamos percibiendo y tener la certeza de que estamos realmente dentro de un ciclo u otro. Muchas veces se pueden plantear dudas acerca de en qué ciclo estamos, de lo que estamos percibiendo y estos métodos nos pueden dar una información complementaria.

  • 2) Tener la posibilidad de tener un almanaque donde aparezca diariamente la hora de la salida del sol en el sitio donde estamos. Sino existe (que es lo más habitual), se puede buscar esta información en internet.
  • 3) Disponer de un reloj con bisel móvil

El bisel gira en un solo sentido (levógiro) y en su inicio, servía para que los buceadores pudieran controlar el tiempo de inmersión. Al girar solo hacia un lado, permitía que, si el bisel se desplazaba por un golpe, se moviera solo en un sentido y no pudiera confundir al buceador y le hiciera pensar que disponía de más oxígeno del que disponía. Con el giro levógiro, si se desplazaba por un golpe, podía engañar al buceador en el sentido de que disponía de menos oxígeno del que realmente tenía, pero nunca le podía engañar en el sentido de que le hiciera creer que tenía más oxígeno del que disponía en realidad. El punto cero del bisel se ponía justo en el momento de la inmersión y permitía saber al buceador cuanto tiempo llevaba de inmersión.

Reloj con bisel móvil

Figura. Reloj con bisel móvil

Vemos que el bisel se aplica como cronómetro. Se puede poner el bisel a cero en el momento de hacer un pedido y se puede ver cuánto tiempo tarda el mensajero en venir, o cuanto rato llevamos de reunión, cuanto tarda en llegar un taxi o en traernos la comida del restaurante. Es un cronómetro muy sencillo, pero hace bien su función.

En nuestro caso, el punto cero del bisel nos marcará la hora de salida del sol. Esta será su utilidad en el estudio de los ciclos. A partir de aquí, vemos como por el bisel, discurren los minutos, desde el instante cero hasta el minuto 60. Siguiendo el trayecto por el bisel, aparece un 0 (que encontraremos en las cifras 10,20,30,40,50) o un 1 (marcado como una rayita). Estas serán las dos polaridades que aparecerán en toda la corona circular del reloj (valores 0 o 1), a la que nosotros, aleatoriamente y según nuestra conveniencia daremos el valor Yin-Yang.

En el ejemplo siguiente daremos al signo marcado como I que se observa en el bisel, el valor Yin. Cuando se inicia un nuevo ciclo horario, a las 6.28 horas, vemos que la aguja de los minutos marca el inicio del ciclo (apunta al triángulo del bisel) , y la aguja de las horas señala el signo I y esta manecilla, estará durante toda una hora desplazándose apenas 1 centímetro por el signo I del bisel hasta llegar al signo 0 (10), hasta que a las 7.28 , la aguja de los minutos nos advertirá de la llegada de un futuro nuevo ciclo y la aguja de las horas, nos indicará que entraremos en un ciclo 0 o Yang. En este momento, nos hallamos en el minuto 58 del ciclo y éste, está a punto de expirar.

El ciclo Yin empezó a las 6.28. El ciclo Yang empezará a las 7.28

Figura. El ciclo Yin empezó a las 6.28. El ciclo Yang empezará a las 7.28

De esta manera podremos observar como la manecilla de las horas, estará una hora en un ciclo 0 (Yang) y a la hora siguiente estará en el ciclo I (Yin). El marcador de minutos del bisel nos permitirá saber en qué momento exacto del ciclo estamos.

LA POLARIDAD ALTERNA ENTRE HOMBRES Y MUJERES

Si dibujamos una figura antropomórfica y la situamos en el Rombo con la cabeza en la parte de entrada de la Energía Divina (7ª dimensión) y los pies en la parte de entrada de las vibraciones de los elementos primarios (1ª dimensión), veremos que la parte de la cabeza corresponde a la 7ª dimensión. El tórax y los brazos a la 6ª. Parte del parte del abdomen y los antebrazos corresponden a la 5ª. La pelvis y las manos están en la 4ª. Las caderas y muslos hasta las rodillas forman la 3ª. Desde las rodillas hasta los tobillos, incluyendo parte de la pierna están relacionadas con la 2ª. Y desde los tobillos hasta los pies forman la 1ª dimensión. Observamos como las articulaciones (que siempre tienen una parte superior y una inferior) marcan los límites entre las dimensiones.

Esto es igual para el hombre que para la mujer, pero hay una característica que los hace muy diferentes: es la frecuencia de la vibración de Yin y Yang, que siempre es alterna, o sea, que nunca está actuando la misma vibración, sino que es positivo-negativo continuamente en toda la humanidad. Siempre es el mismo pulso el que rige para los hombres y alterno el que rige para las mujeres. Si no fuera así no sería posible la atracción de los dos sexos. Cuando por causa de alguna sacudida electromagnética, causada por "shocks" psíquicos que influyen fuertemente en la parte somática o física del ser, se pierde el ritmo, es cuando surgen problemas de identificación y de personalidad sexual.

La alternancia de polaridad

Figura. La alternancia de polaridad

CONCLUSIONES

El estudio de la predominancia de los ciclos Yin-Yang es capaz de sensibilizar más al ser humano en la percepción de estos ritmos cósmicos y puede hacer que con cierto entreno, método de estudio y observación, sea capaz de sentir y experimentar mejor estos ritmos de la naturaleza. Este aprendizaje puede ser considerado como un juego y resulta bastante divertido. Si la persona es consciente de estos ritmos, de los ritmos biológicos por los que pasa, puede aprovechar esos momentos álgidos en los que puede tener una inspiración más sutil o un enfoque más material, para realizar un tipo de tarea u otra.

Pero aparte de estos ritmos cósmicos, el ser humano, va a vivir su experiencia vital desde el punto en el que está, ya que un día, por ejemplo, se puede estar bajo el influjo de un ciclo Yang y en cambio, la persona puede tener por algún motivo, el Yin muy manifestado en ese momento, y está contrarrestando la energía que rige en ese momento. O puede que esté bajo un momento Yin, y en cambio, su psiquismo, por un suceso determinado, pase por un momento álgido del Yang y la influencia exterior no sea tan evidente. Pero, por el contrario, puede suceder que un ciclo Yang se vea catapultado por un ciclo interior Yang, con lo que la evidencia de la predominancia Yang es muy notoria. Si se sigue obsesivamente la permanencia de los ciclos Yin-Yang, ciertamente, la persona se puede mecanizar y no se trata evidentemente de esto. Pero, si se observa la presencia de estos ciclos y se es conocedor de ellos, se puede aprovechar ese ciclo exterior para ayudar al impulso interior y ser más eficaz.

En cualquier caso, el ejercicio de estudiar los ciclos externos es un aprendizaje de percepción y de sensibilización de la captación de los ritmos externos e internos, y puede ayudarnos en muchas ocasiones a hacernos comprender porque nos cuesta tanto realizar una acción en un momento determinado y porque nos es tan fácil realizarla en otro momento. La observación y el estudio de los ritmos internos y externos puede ser una ayuda, y una buena manera de conocer la influencia del exterior y de percibir el impulso vital interior.

Muchas veces, el ser humano, a nivel intuitivo e impulsivo ya se adapta a estos ciclos sin ser conocedor de ellos, pero conocerlos, en determinados momentos, puede estar bien y puede ayudar a trabajar a favor de la corriente dominante, haciendo que la energía vital fluya con más comodidad.

LA TEORIA DE CUERDAS

La súper energía Yin-Yang es el origen de la Materia y la Energía, y es la que origina aparte de los 144 elementos primarios, todas las fuerzas conocidas de la Naturaleza a través del proceso de congelación progresiva que tiene lugar posteriormente al momento de la creación. Según esta idea, toda la materia elemental (Quarks, leptones, neutrinos), con sus posteriores aglomeraciones (átomos, moléculas y universo) y toda la energía conocida, con sus partículas transmisoras de fuerzas (fotones, gluones, bosones, gravitones), están originadas por estas energías vibrantes primigenias, a las que llamamos Yin-Yang.

Yin-Yang, originan todas las formas de materia y fuerzas

Figura. Yin-Yang, originan todas las formas de materia y fuerzas

Según este pensamiento, la energía eléctrica, en todas sus manifestaciones, polaridades, campos magnéticos, frecuencias e intensidades de onda es la expresión más grosera, de una energía que, en el otro extremo, es siete veces más potente. Es la energía que hemos llamado dentro del esquema del Rombo Yin-Yang. De una manera muy esquemática, vamos a intentar fusionar el concepto del origen de la materia y la energía en una sola imagen, para intentar ver al mismo tiempo, lo que sucede en los dos lados de la creación, en el de la materia y en el de la energía.

Figura. Creación de Materia y Energía a partir de Yin-Yang

En este esquema vemos como Yin-Yang crean al mismo tiempo materia y energía (fuerzas de la Naturaleza), siguiendo el mismo proceso de congelación que hace posible al mismo tiempo la evolución desde la materia o desde la energía. El gráfico intenta dar a entender la idea de cómo van apareciendo materia, energía y dimensiones al mismo tiempo, pero contiene un dato que debe ser explicado porque puede conducir al error. La energía Yin-Yang no está presente al mismo tiempo en el inicio de la materia y en el inicio de la energía. Es decir que esta Súper Alta energía bipolar no tiene el don de la ubicuidad.

Queremos decir que, si un polo crea materia en un momento, el otro polo crea energía. La creación de materia y energía por un polo es alterna, no es simultánea. Sabemos que el proceso de creación es cíclico y que si en un ciclo determinado, Yin crea materia en un polo, en el otro lado del Rombo, Yang crea energía y en el siguiente ciclo, se invierten las funciones.

Que estas vibraciones primigenias, sean capaces de crear materia y fuerzas indistintamente, es un tema muy interesante y que, en cierta manera, la física teórica actual, también comparte bajo el contexto de la teoría de cuerdas. Esta capacidad creativa, es uno de los misterios más sorprendentes de la naturaleza, y según parece, esta versatilidad y mutabilidad creativa, está relacionada precisamente con la interacción de estas energías vibratorias con las dimensiones con las que se encuentran e interaccionan en el momento de su manifestación en el espacio-tiempo.

Y es que la diferente naturaleza y estructura de la 1ª y la 7ª dimensión, hace que cuando una determinada energía entre en su seno, en su maquinaria de creación por llamarlo de alguna manera, el resultado final del producto sea muy distinto. Cada fábrica, crea lo que puede hacer dependiendo de la maquinaria que se encuentra allí. Cada dimensión tiene su forma y la acción de una estructura dimensional sobre una frecuencia entrante, es tal que puede hacer que si una determinada frecuencia entra allí, esa frecuencia se vea impelida a adaptarse a la geometría y las leyes del lugar. La geometría de la primera dimensión es muy densa, su estructura es muy compresiva entre otras cosas porque hemos de pensar que en este nivel dimensional, trabajan, interaccionan y compiten entre sí muchas fuerzas de la naturaleza, fuerzas muy densas y de muy corto alcance, como los embriones de lo que serán la fuerza fuerte, la fuerza débil y la gravedad, lo que hace que la primera dimensión, sea una híper condensación de fuerzas compresivas ,unidas todas ellas en un espacio mínimo, que lleva a la dimensión a replegarse y comprimirse sobre sí misma, haciendo que cualquier tipo de frecuencia vibratoria que entre allí, sea baja o alta, se vea fuertemente presionada, y abocada a la construcción de formas materiales densas. Por el contrario, la geometría de la séptima dimensión es tan etérea y laxa, que toda frecuencia vibratoria que entra allí sea baja o alta, tiende a adoptar una forma sutil.

Cuando las frecuencias bajas o altas entran por la primera dimensión, generan materia y cuando lo hacen por la séptima dimensión, generan energía. En el primer caso, la materia será muy masiva, y en el segundo caso, menos. Lo mismo sucede en el caso de la creación de la energía. La energía creada con frecuencias altas será muy energética, y la creada con frecuencias bajas, tendrá un soporte material más importante. En resumen: estamos diciendo que todas las formas materiales conocidas y todas las fuerzas de la naturaleza, nacen de unas frecuencias vibratorias primigenias que pueden crear indistintamente materia o energía. Esto que acabamos de decir, está muy cercano a la teoría de cuerdas, que va más allá del mundo microscópico y dice que las cuerdas se pueden estirar para formar un espacio al que le llaman membranas y que tienen un tamaño mucho mayor. Si estas estructuras, tuvieran suficiente energía podrían alcanzar un tamaño gigantesco, tan grande como nuestro universo. Según esta teoría, nosotros vivimos dentro de una membrana que está dentro de un espacio multidimensional. Nuestro universo, podría estar dentro de una membrana, alojado en un espacio más grande y con más dimensiones. Sería como si viviéramos dentro de una barra de pan de molde y que nuestro universo fuera una de las rebanadas y la barra, podría tener más rebanadas situadas a nuestro lado, de hecho, universos paralelos. Puede que esto sea compatible también con la enseñanza del Rombo, pero con matices, ya que según pensamos, la estructura del universo con sus dimensiones obedece a una geometría interna, sagrada y que nace de la misma Fuente. Las dimensiones son la plasmación de una geometría y en su interior se almacenan y viven todas las formas de materia y energía, pero la estructura misma de las dimensiones no está hecha de Yin-Yang. Está rellenada y vivificada por ellas, pero no está hecha de ellas.

La teoría de cuerdas busca entender la estructura de la materia, de la energía y de todo el universo gracias a un sutil y minúsculo sustrato energético vibracional que está en el origen de   todo lo visible. Esta teoría de la física, precisa para ser viable matemáticamente de un número determinado de dimensiones. El modelo de la teoría de cuerdas, que  es un modelo fundamental de la física teórica , asume que las partículas materiales , ya sean las que forman los elementos primarios o las que transmiten las fuerzas de la naturaleza, son en realidad , la plasmación de unos teóricos objetos insustanciales , de naturaleza energética y vibracional llamados cuerdas. Si una cuerda, que es una energía vibratoria minúscula, vibra de cierta manera, creará un electrón, pero si vibra de otra manera, entonces podrá generar un fotón, un quark o cualquier otra partícula contemplada dentro del modelo estándar de la física de partículas. Estas cuerdas, estas vibraciones energéticas, serían las creadoras de todas las partículas y de todas las fuerzas del universo. Esta teoría, que tiene como mínimo cinco variantes o cinco maneras de entenderla, precisa necesariamente en todos sus modelos, de la presencia de dimensiones suplementarias a las ya conocidas. Algunos físicos hablan de 11 dimensiones, otros de 21, y otros de un número indeterminado, pero el dato que más llama la atención es que para que la teoría de cuerdas pueda funcionar, necesita de estas desconocidas dimensiones suplementarias o adicionales. Una parte de esta teoría se basa en el mismo concepto erróneo introducido por Einstein, que consideraba al tiempo como la cuarta dimensión, una idea que, por cierto, no se contempla como acertada desde la perspectiva del Rombo.

Al final, y en líneas generales, lo que propone la teoría, es que tanto los materiales estructurales como las fuerzas, parten de unos hilos vibrantes, que según su calidad vibratoria, originan indistintamente materia o fuerzas. Este concepto, parece extraído de la idea que tenemos en el Rombo de que las frecuencias vibratorias primigenias Yin-Yang, previamente existentes a la creación del universo, son capaces de crear materia o energía, dependiendo de cuál sea la dimensión por la que entran en manifestación. Es decir, que tal como propone la teoría de cuerdas, estas cuerdas vibrantes, pueden originar, dependiendo del lugar donde se originan, materia o fuerzas.

Esta teoría, propone además algunas ideas, que pueden ayudar a entender la importancia de la estructura de las dimensiones en la génesis de materia o fuerzas a partir de estas vibraciones únicas. Se cree que estas cuerdas vibrantes, podrían interaccionar con las estructuras de las dimensiones, interactuando con ellas y haciendo que, bajo ciertas disposiciones geométricas y espaciales, su interacción mutua, pudiera crear, según la estructura más o menos comprimida y retorcida de las dimensiones, materia o energía, de una manera indiferente. El aspecto de la dimensión, y su interacción con la energía vibratoria, seria determinante para la creación de materia o energía. De esta manera, si la manifestación de las cuerdas está comprimida, se genera materia y si está expandida, se crea energía. Es una teoría apasionante, y se ajusta bastante bien al concepto que tenemos en el Rombo. En ambos pensamientos, se dice que toda manifestación de la materia o de las fuerzas de la Naturaleza, depende de unas estructuras vibrantes, que son capaces de originar materia o energía, según la forma en la que vibran y con la dimensión en la que interactúan.

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