Las medidas del Rombo
Especificaciones del tamaño de los Rombos
El esquema del Rombo nos puede servir para explicar el Big Bang, para saber cómo se están creando y manifestando en este momento todas las formas de vida, como se manifiesta el Tiempo en el Espacio, como se mueve la conciencia por los distintos planos, como se mantiene la salud, como se genera la enfermedad , como se puede entender la evolución, de qué manera se puede armonizar una casa y como se puede entender cualquier suceso desde un punto de vista de la energía que está involucrada en ese acto concreto.
El Rombo es una figura que (si se la conoce bien) nos puede ayudar a entender desde un punto de vista energético cualquier situación que se presente en la vida diaria. Es una figura romboidal que tiene una diagonal menor con unos valores que pueden oscilar fisiológicamente entre 18 y 19.9999999999 cm, mientras que el valor de la diagonal mayor es en principio estable y es de 22 cm.
Estas cifras de dilatación correspondientes a la diagonal menor pueden variar dependiendo del pulso de la vida que palpita dentro del mismo Rombo. Son valores fisiológicos que corresponden a la posibilidad que tiene el Rombo de expandirse y de contraerse según el ciclo vital en el que se encuentra. Es un movimiento armónico simple que nos recuerda al de la respiración de la vida, al latir del corazón y al ritmo con el que pulsa la misma vida. Este ritmo del Rombo es intrínseco al de la vida y no depende del grado de actividad que se realice. El Rombo pulsa y respira rítmica y armónicamente tal como lo hace todo el universo.
Figura. Las oscilaciones fisiológicas de la diagonal menor
Vemos también a la diagonal mayor del Rombo, cuyo valor fijo en condiciones de normalidad es de 22 cm, pero que en circunstancias especiales y cuando por motivos de violencia, guerra, hambre o crueldad, el Rombo sobrepasa la barrera límite del 19.9999999999 de la diagonal menor, se entra en un estado vibratorio de peligro, de advertencia y entonces, la diagonal mayor empieza a dilatarse como un signo de alarma y puede sobrepasar la cifra límite de 22 cm. para expandirse hasta 22.22 cm. y mostrar de esta manera que se está enfrente de una situación peligrosa que si no se corrige, puede acabar en destrucción y caos. Este sistema de aviso, de peligro inminente, aparece cuando se pasa por encima del 19.9999999999…es decir que se está muy cerca de llegar al 20.
La primera vez que vimos el fenómeno de alarma o pitido fue unos años antes de descubrir completamente el mecanismo del 22.22. Estábamos en aquel momento, estudiando el Rombo tridimensional, en concreto, las cifras de la diagonal menor y las de un lado del Rombo. En el centro, había una columna que nos ayudaba en el cálculo matemático. Es en esta columna, donde apareció la sorpresa. En la medida en que, en la columna de la izquierda, nos acercábamos al 20, en la columna central nos aproximábamos más a una fracción periódica. Al llegar en concreto al 20, el cociente se transformaba en una fracción periódica pura. Ya no existía la movilidad de los decimales cambiantes, oscilantes, sino que se llegaba a una vibración sostenida, sin oscilaciones, sin variaciones, a una especie de frontera matemática que disparaba una señal, un pitido sostenido y peligroso. Esta frecuencia continua, era capaz de provocar una oscilación en todo el Rombo y poner en peligro su estructura geométrica. Con esta especie de intuición matemático-filosófica, llegamos a la conclusión de que la cifra 20 era muy peligrosa por la vibración estructural que producía en la figura. Antes de llegar al 20, era preciso detenerse e ir hacia atrás. Llegar al 20 era un signo de alarma extrema.
Reproducimos a continuación el trozo de la tabla donde pudimos observar este fenómeno.
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TABLA DE VALORES PARA 22 INTERIOR |
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L |
h ² = ( L / √ 3) ² |
E = √ h²+484 |
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DIAGONAL MENOR |
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LADO EXTERIOR |
19.01 |
120.460 |
24.585 |
19.02 |
120.586 |
24.588 |
19.88 |
131.738 |
24.814 |
19.89 |
131.870 |
24.816 |
19.90 |
132.003 |
24.819 |
19.91 |
132.136 |
24.822 |
19.92 |
132.268 |
24.824 |
19.93 |
132.401 |
24.827 |
19.94 |
132.534 |
24.830 |
19.95 |
132.667 |
24.832 |
19.96 |
132.800 |
24.835 |
19.97 |
132.933 |
24.838 |
19.98 |
133.066 |
24.840 |
19.99 |
133.200 |
24.843 |
19´999 |
133.320 |
24.845 |
19´9999 |
133.332 |
24.846 |
19´99999 |
133´3332 |
24.846 |
19´999999 |
133´33332 |
24.846 |
19 ´9999999 |
133´333332 |
24.846 |
19´99999999 |
133´3333332 |
24.846 |
20.00 |
133´3333333333333 |
24.846 |
Figura.La aparición del 20 lleva a 133.3333333333333333333333333333333
La presencia de esta frecuencia continua que empezaba a asomar en el 19.9999 y que aparecía completamente al llegar al número 20 y el valor destructivo con la que descubrimos que estaba asociada, nos hizo comprender que había una razón estructural, geométrica y matemática para el límite del 19.9999…
Cuando se llega al límite máximo del 19.9999, se pone en marcha un mecanismo de dilatación que se observa en la diagonal mayor, la cual sale de su cifra estable de 22 cm para dilatarse y llegar al 22.22, donde sucede algo espectacular. En este punto, entra el primer Rayo para destruir y al mismo tiempo crear. Con su aparición, el 1º Rayo crea formas anómalas, monstruosas, tanto físicas como mentales, y como consecuencia, aparece el caos, el desorden, la destrucción y la muerte. Es una situación crítica, que se puede dar porque el ser humano, en sus acciones, llega al límite de las consecuencias de una manera involuntaria o voluntaria. La violencia, la guerra, el hambre, la muerte, el asesinato, estas características que conforman la parte negativa de la naturaleza humana, se dan siempre porque se ha llegado al 22.22. En este momento, el caos se enseñorea de los humanos, de la civilización, de las formas de vida y lo nuevo, lo que estaba por desarrollarse, las estructuras más frágiles e incipientes, como las nuevas creaciones o los mismos los niños, son llevados a la muerte.
Este 22.222222, explica lo que ha sucedido, hasta donde se ha llegado y da pues, una salida de continuidad para poder expresar la trayectoria de la criatura o del universo desde su aparición hasta su extinción.
Ahora miremos el problema opuesto: Conocemos la dilatación patológica de la diagonal menor. A partir de aquí y por analogía, aparece el siguiente pensamiento lógico: ¿Existe un límite o una frontera por debajo del 18 que pueda generar problemas? Parece ser que sí, y si se pasara por debajo de estas cifras, (que no se da), se daría una situación de bradicardia, y de colapso.
El Rombo como todo lo creado, pulsa y se dilata y contrae rítmicamente, pero estos movimientos fisiológicos, se han de dar dentro de unos determinados parámetros para que todo funcione correctamente. Si por alguna razón, la actividad, sale de su zona de confort, el Rombo señala tal eventualidad.