Los agujeros negros
La primera vez que empezamos a hablar de los agujeros negros desde un punto de vista metafísico fue en 1994, cuando hablando acerca del elemento más sutil que existe (el amor), llegamos a comprender que el elemento más pesado que debería existir, sería el que no tiene nada de amor: el odio. Este elemento supermasivo tendría una cierta relación con la manifestación astronómica más masiva que existe: los agujeros negros. Por este agujero negro metafísico caería desde el inicio de los tiempos este elemento que el hombre tiene ( el odio) y que es capaz de arrastrar hacia esa negritud a las criaturas que por afinidad y simpatía están en su proximidad.
Ese dato que está dentro del terreno de la física espiritual nos puso delante de los ojos una evidencia, y es que el agujero negro o los agujeros negros, estarían cerca de los elementos más masivos de la tabla. Como que, la parte más material y pesada del Rombo se encuentra en la 1ª dimensión, era lógico que el agujero negro universal estuviera situado más abajo de la 1ª de la 1ª dimensión.
Esto se vino a confirmar cuando vimos que el espacio interestelar iba desde un punto situado más allá de la 7ª dimensión hasta el agujero negro que estaba por debajo de la 1ª dimensión.
Ya por entonces teníamos integrado que los agujeros negros no podían ser tan sólo una estructura destructora, amenazante y peligrosa que se situaba en el centro de todas las galaxias, sino que deberían tener algún papel vital en el mantenimiento y función de éstas.
Fue más adelante cuando vimos que no todos los agujeros negros eran iguales y que existían tres tipos: los agujeros negros de “transmutación” por donde puede entrar una materia y aparecer en el otro lado del agujero negro pero purificada, transmutada y con otra composición. Luego estarían los agujeros negros tipo “vertedero” en los que cuando la materia entra es absorbida, disuelta en su totalidad y no queda nada de ella y los agujeros negros “de camino” que posibilitan el paso y el movimiento de la materia de un lugar a otro del universo.
Esto da lugar para teorizar y poner en práctica estos conocimientos acerca de la nueva funcionalidad propuesta para los agujeros negros, ya sea como sitios de purificación de una dimensión determinada, de lugares donde la materia es disuelta o de desplazamiento dimensional cuando actúan como caminos o carreteras.