La teoría del color desde la óptica del Rombo
La fotografía
En 1991 intentábamos fotografiar el espectro cromático que se creaba al pasar la luz del sol a través de un prisma. Entonces las máquinas de fotografiar funcionaban con un carrete de película que era una superficie transparente, compuesta de acetato de celulosa recubierta de una delgada capa de emulsión fotográfica, formada por gelatina en la que se introducía una sustancia sensible a la luz, como el bromuro de plata. La luz impactaba en este negativo y allí se quedaba grabada la imagen en negativo y posteriormente, se llevaba a revelar. Durante el análisis del proceso de revelado fue curioso observar que dependiendo de la marca del carrete que se utilizara (Agfa, Kodak, Fuji) la imagen del espectro cromático que se obtenía era diferente. Ello se debía a que cada una de las películas que se utilizaba, al tener una ligera tonalidad de fondo, hacía desaparecer parcialmente a alguno de los colores del espectro. En ese instante, comprendimos que atrapar a la luz por medio de la fotografía no iba a ser algo fácil y que no se iba a conseguir reproducir a todos los colores del espectro lumínico en el primer intento. El proceso de conseguir una foto de calidad de la descomposición de la luz iba a ser sin duda más difícil de lo pensado en el primer momento.
Pero aparte de la singularidad fotográfica que proporcionaba cada uno de los carretes, lo que más nos impactó de esos primeros experimentos fue el observar la coloración que ofrecía “el negativo” de la película de la foto. En el negativo, aparecían los colores complementarios del espectro cromático original. Eso hacía que cuando queríamos poner al Rombo dentro de los nuevos colores, nos apareciera “el negativo del Rombo” un Rombo irreconocible y con una disposición de colores totalmente distinta.
Figura. El negativo de la foto y el negativo del Rombo
Ese hallazgo nos impulsó a estudiar con mucho respeto y cautela a este nuevo Rombo y a los colores complementarios que aparecían en él. A partir de ese descubrimiento casual, empezamos a desarrollar una nueva teoría del color. La teoría era algo distinta a la que se conocía en aquel momento y que decía que los colores primarios luz eran rojo, verde, azul (RGB) y los secundarios materia eran el cyan, magenta y amarillo. (CMY). La nueva teoría que nos enseñaba el Rombo se convirtió en algo mucho más coherente con la disposición y las leyes cromáticas que aparecían en el Rombo. A la larga, esta nueva teoría sirvió para entender algunos fenómenos extraños que se encontraban en la combinación de los colores que aparecían en los cuerpos energéticos de las personas que presentaban patologías y donde se observaban aspectos relativos a la dificultad de transmutación de estadios físicos a energéticos y viceversa. Pero no nos avancemos, empecemos con la teoría cromática que proponemos. Luego vendrá lo otro.
LA TEORÍA DEL COLOR EN EL ROMBO
Iniciaremos el estudio de los colores trabajando con focos de luz. Diremos que nuestros candidatos para ser los colores primarios luz son el rojo, el verde y el violeta, (RGV) que ocupan la parte izquierda, el centro y la parte derecha del Rombo.
Figura. Los tres colores primarios luz (RGV)
En la teoría clásica del color, se acepta como colores primarios materia el cyan, el magenta y el amarillo (CMY). Si trabajamos con luz, también los podemos considerar primarios, aunque desde un punto de vista de la explicación de la teoría, nos interesa seguir llamándolos primarios materia, ya que dentro de la teoría del Rombo nos ayuda a recordar de dónde proceden. Estos primarios materia, se sitúan en los mismos lugares que ocupan los colores primarios en el Rombo luz, es decir en el centro y en los extremos de la figura.
Figura. Los tres colores primarios materia (CMY)
Esta teoría de los colores del Rombo propone que, para el Rombo luz, los colores primarios son rojo, verde y violeta (RGV) y que, para el Rombo materia, sus primarios volverían a ser los colores que están situados en los extremos y el centro de la figura: cyan, magenta y amarillo (CMY) y que son al mismo tiempo sus complementarios.
Sucede entonces que al superponer en las proyecciones de luz a los colores del Rombo luz y el Rombo materia, el resultado es la luz blanca, ya que a cada color dimensional del Rombo luz, le corresponde en el Rombo material su color complementario.
Figura. Resumen de la teoría de los colores según el Rombo
Para poder desarrollar esta teoría y explicarla, necesitaremos de la presencia de un octógono donde quepan los 8 colores que aparecen en los dos Rombos.
Figura. El octógono de la teoría de los colores del Rombo. Primarios luz y materia
Pero antes de entrar en el desarrollo completo de esta teoría y a partir de aquí poder analizar los movimientos que realizan los colores y los circuitos energéticos por los que pasan, mencionaremos algunos fenómenos muy notorios que se observan al estudiar los dos Rombos y que ilustrarán lo que queremos representar.
EL ORDEN DE LOS COLORES EN EL ROMBO MATERIA
A las personas que tienen muy integrado el orden en el que aparecen los colores del espectro cromático en el arco iris y en el Rombo luz, les resulta muy difícil memorizar la posición de los colores que aparece en el Rombo materia.
En este Rombo materia, todos los colores azules que estaban en la derecha se desplazan (siguiendo la misma ubicación) a la izquierda. Y todos los colores rojos que estaban a la izquierda, se desplazan a la derecha conservando también el mismo lugar que ocupaban.
Figura. El desplazamiento de los colores
Los colores azules y rojos cambian de lado manteniendo el orden del trio de colores que forman, pero invirtiendo su posición y el tamaño de su superficie dimensional (con excepción de los colores medios que mantienen el tamaño de su área).
El color central de cada lado de los Rombos mantiene un punto de equilibrio y no realiza las basculaciones exageradas que hacen los colores que ocupan las posiciones 1ª y 3ª de la derecha o la izquierda. Los colores que ocupan la 2ª posición (naranja-añil) que son a su vez opuestos y complementarios, al realizar el salto de lado, mantienen su posición central y también el tamaño de su área. Forman como veremos en el transcurso de la exposición, una notoriedad dentro del circuito de colores opuestos-complementarios y siempre mantienen una posición de equilibrio en el esquema del Rombo.
LAS DOS POLARIDADES
Aunque toda la enseñanza del Rombo se ha basado en el estudio del Rombo de luz, no se puede ignorar la presencia de su Rombo complementario, el Rombo materia. Es un tema que siempre ha creado mucho respeto y aunque se ha hablado de él, no ha sido abordado con demasiada profundidad hasta el momento en que algunos conceptos básicos se han clarificado y han permitido entender cuál era su naturaleza y su significado real.
Cuando todos los colores del Rombo luz se unen, se forma luz blanca. Si todos los colores del Rombo materia se unen, también se origina luz blanca. Cuando los Rombos luz y materia se unen, se crea la luz blanca, de la misma manera que sucede cuando materia y antimateria entran en contacto. La sensación que produce la existencia conjunta y simultánea en realidades contrapuestas de estos dos Rombos es que ambos existen, están manifestados, se necesitan, se crean y forman la unidad. Uno origina al otro y viceversa. Los dos juntos forman una unidad, y representan los dos polos de la unidad, de la misma manera que lo hacen Yin-Yang, materia y antimateria, luz y sombra, cielo y tierra, la cara y la cruz de una moneda. Siempre están los dos Rombos a la vez, pero uno es el que se manifiesta en el mundo visible, mientras el otro lo hace en el mundo invisible. Están juntos, pero la observación de uno impide la visión del otro. La figura en movimiento del Rombo Total recuerda al movimiento de una moneda en la que vemos que cuando rueda, observamos a una cara, pero no a la otra, o lo que sucede en psicología, que cuando observamos al ego, no podemos ver a “la sombra”, o lo que acontece en el taoísmo que dice que cuando se manifiesta el Yan, el Yin permanece oculto. Dentro del Rombo luz manifestado, está la presencia oculta o la potencialidad del Rombo materia, que en la medida que emerja, tomará el control de la nueva manifestación. Ambos Rombos se manifiestan, pero cuando uno lo ha hecho en el pasado, el otro lo hará en el futuro. El presente siempre es un punto de transición, de cambio, de transformación y de paso de materia a energía y de energía a materia. El presente es luz blanca, y pasado y futuro se representan por Rombos de colores complementarios.
Figura. La transición del Rombo luz al Rombo materia. De uno, emerge el otro.
LA PRESENCIA DE SALTOS CUÁNTICOS
Resulta curioso observar el salto cuántico cromático que se presenta en la misma dimensión en la que conviven al mismo tiempo el Rombo de luz y su complementario, el Rombo de materia.
En cada dimensión del Rombo, los colores complementarios viven juntos, pero en dos estados energéticos diferentes. Mientras uno está activo en el Rombo de luz, el otro no es visible, y está activo en el Rombo materia.
Al pasar de un Rombo de luz a uno de materia, los colores han de saltar y transformarse en su complementario para adaptarse al nuevo medio. Han de realizar un salto cuántico para pasar de un nivel energético a otro. Los colores rojizos han de subir de frecuencia y los azules han de bajar.
Si observamos el Rombo de luz, veremos que en la parte izquierda están los colores rojizos:( rojo, naranja, amarillo). Para pasar al Rombo material, cada uno de ellos, ha de realizar 4 saltos energéticos. Si observamos la parte derecha de este mismo Rombo (la parte azulada) para pasar a la parte correspondiente del Rombo material, cada uno de los colores, ha de descender otros 4 niveles.
Y lo análogo sucede en el Rombo material. Los colores azules de la parte izquierda (cyan, añil y violeta), para subir al Rombo de luz, han de bajar 4 niveles, mientras que los colores rojizos de la derecha (rojo, naranja y amarillo), han de subir 4 niveles para situarse en el Rombo de luz.
En definitiva, las frecuencias cromáticas bajas han de subir y las altas han de bajar.
Figura. Dibujo de los saltos cuánticos
Observando los dos Rombos, vemos que la zona izquierda que, en el Rombo de luz, es de predominio material, en el Rombo materia se vuelve energética, y la zona derecha que es energética en el Rombo de luz, se vuelve material en el Rombo materia.
Figura. Cada lado de cada uno de los Rombos crea con su homólogo un circuito continuo de estimulación y atracción.
Cada zona cromática, cada dimensión del Rombo de luz está enlazada con su dimensión homónima del Rombo material. Y se relacionan porque en cada dimensión, se hallan al mismo tiempo, pero en distintas manifestaciones los dos colores complementarios que crean un circuito continuo de atracción y de transmutación de un color hacia el otro.
Figura. Entrelazamiento de los Rombos luz y materia
Este mismo circuito de atracción es el que tiene lugar dentro de cada Rombo de luz y de materia. Es el mismo fenómeno de estimulación y de atracción, pero en este caso, lo representamos dentro de cada uno de los Rombos (luz y materia) entre los colores que son complementarios.
GENERACIÓN DE LOS PRIMARIOS CENTRALES
Sabemos que el color verde central del espectro se crea cuando cerramos el ángulo del prisma y empezamos a unir con este movimiento los dos paquetes de luz en cuyas cabeceras están amarillo y cyan. De hecho, cuando proyectamos la luz sobre el prisma, no observamos el color verde, sino dos paquetes lumínicos muy diferenciados: los rojizos y los azulados. Cuando por medio de un artificio que consiste en hacer rotar el prisma sobre su propio eje, logramos acercar los dos paquetes de luz y el amarillo y el cyan se juntan, aparece el verde que, aunque lo consideramos primario luz, realmente es la fusión de dos colores que le preceden y le generan.
Si además fuéramos capaces de unir por los extremos opuestos la descomposición de dos prismas de luz, obtendríamos el magenta que, aunque se considera primario materia, es el resultado de dos primarios luz (rojo y violeta).
Figura. Aparición de los dos paquetes diferenciados de luz en la emisión del prisma
De esta manera vemos que el llamado primario luz verde es la fusión de dos colores primarios materia (amarillo y cyan). Y el llamado primario materia magenta es la fusión de dos colores primarios luz (rojo y violeta).
Figura. Creación de primarios centrales
LA PRESENCIA DE CIRCUITOS ENTRE COLORES PRIMARIOS
Cuando analizamos a los dos Rombos (el de luz y el de materia) y empezamos a estudiarlos, vemos cómo van apareciendo relaciones entre los colores de un Rombo y los del otro. Con ello, empezamos a ver que estos dos Rombos están relacionados y que, entre ellos, se producen muchos circuitos de relación. Vamos a describir a algunos de estos fenómenos:
- Los colores primarios luz que aparecen en los extremos del Rombo de luz, son los que originan el primario central del Rombo materia.
- Los colores primarios materia que aparecen en los extremos del Rombo materia, son los que originan el primario central del Rombo luz.
- Los colores que están al lado del verde en el Rombo luz y que son los que lo crean, (amarillo y cyan) se sitúan en los extremos del Rombo materia.
- Los colores que están al lado del magenta del Rombo material y que son los que lo crean, (rojo y violeta) se sitúan en los extremos del Rombo luz.
En estos dos circuitos vemos la relación que existe entre los primarios que existen en los extremos del Rombo y los primarios que ocupan el centro. El cyan distal del Rombo materia se relaciona con la parte proximal del cyan del Rombo luz. El amarillo distal del Rombo materia lo hace con la parte proximal del Rombo luz. El rojo distal del Rombo luz se relaciona con el rojo proximal del Rombo materia. El violeta distal del Rombo luz lo hace con el violeta proximal del Rombo materia.
Figura. Circuitos que vinculan los primarios distales con los primarios centrales
Con estos primeros movimientos empezamos a vislumbrar la relación que existe entre los extremos del Rombo y el centro de este, de tal manera que el amarillo y el cyan que son los que originan el verde y que están en contacto intimo con él, cuando se pasan al lado material ocupan posiciones creadoras distales en los extremos y se convierten en primarios materia.
Y el rojo y el violeta que son los que están en contacto con el magenta y lo crean, cuando pasan al Rombo de luz, vuelven a ocupar posiciones creadoras en los extremos y se convierten en primarios luz.
Por otro lado, observamos que hay 6 colores que están en los dos Rombos, y hay 2 que aparecen sólo en uno de los Rombos. El verde y el magenta son como veremos, colores con características muy especiales.
OPUESTOS VS COMPLEMENTARIOS
En la teoría de colores, se acostumbran a utilizar estos dos nombres para hablar del mismo fenómeno cromático, pero dentro del lenguaje del Rombo, utilizamos una terminología distinta, y diferenciamos a los unos de los otros.
Los colores opuestos son aquellos que dentro del esquema del Rombo están en posiciones opuestas y simétricas; rojo y violeta (1ªD-7ªD), naranja y añil (2ªD-6ªD), y amarillo y cyan (3ªD-5ªD). El verde no tiene opuesto o puede ser que la mitad derecha sea la opuesta de la mitad de la izquierda. El magenta no tiene opuesto o como en el anterior caso, una mitad es la opuesta de la otra.
Por otro lado, consideramos colores complementarios a aquellos que forman el color blanco al unirse entre ellos dos: Violeta-amarillo, añil-naranja, cyan-rojo y verde-magenta. Vemos en este dibujo estos dos tipos de relación. En círculos negros los circuitos de los opuestos y en círculos grises los circuitos de los complementarios.
Figura. Colores opuestos (izquierda) y complementarios (derecha) en los dos Rombos
La distancia que existe en el Rombo entre los colores opuestos no es siempre la misma. La mayor distancia es la que existe entre el violeta y el rojo y la menor es la que hay entre el cyan y el amarillo. El opuesto del violeta es el rojo. El opuesto del añil es el naranja. El opuesto del cyan es el amarillo. La relación de opuestos establece una relación entre el color de máxima frecuencia de los azules (violeta) con el color de mínima frecuencia de los rojos (rojo), del color de media frecuencia de los azules (añil) con el de media frecuencia de los rojos (naranja) y del color de menor frecuencia de los azules (cyan) con el de mayor frecuencia de los rojos (amarillo).
En cambio, la distancia que existe en el Rombo entre los colores complementarios es siempre la misma, es constante (excepto en el caso del verde y el magenta). El complementario del violeta es el amarillo. El complementario del añil es el naranja. El complementario del cyan es el rojo. La correspondencia de complementarios marca una relación entre el color de mínima frecuencia de los colores rojizos (rojo) con el de mínima frecuencia de los colores azulados (cyan), del color de media frecuencia de los rojizos (naranja) con el de media frecuencia de los azulados (añil) y del color de máxima frecuencia de los rojizos (amarillo) con el de máxima frecuencia de los azulados (violeta)
Figura. Relación de opuestos y complementarios
Si observamos por ejemplo el circuito más externo de la figura, veremos cómo se crea un circuito en bucle infinito entre rojo, violeta, amarillo, cyan y rojo inicial. Y lo mismo sucede con cada uno de los colores que estudiemos. Cada punto del Rombo marca un circuito, bucle infinito entre opuestos y complementarios. Un punto muy interesante de esta relación de opuestos y complementarios se da entre el naranja y el añil. Ambos colores ocupan el lugar medio de sus respectivas zonas (lado de los rojos y lado de los azules).
Figura. Equilibrio entre opuestos y complementarios
En la relación de complementarios (líneas onduladas de color verde) vemos que la parte de baja frecuencia del naranja se relaciona con la parte de baja frecuencia del añil, que la parte de alta frecuencia del naranja se relaciona con la zona de alta frecuencia del añil, y que finalmente (como es lógico) la parte de media frecuencia del naranja, se comunica con la parte de media frecuencia del añil.
Este detalle es importantísimo porque a través del circuito de opuestos, la parte media del naranja se comunica también con la parte media del añil (línea ondulada de color negro). Es decir que la parte media del naranja y del añil señala una zona que tiende al infinito y que es a la vez opuesta y complementaria. Es la zona de equilibrio entre los dos circuitos. Este hecho da a entender que la parte central de la 2ª y la 6ª dimensión sea crucial para mantener el equilibrio energético de todos los circuitos cromáticos y energéticos del Rombo.
LA CREACIÓN PROXIMAL, DISTAL Y CENTRAL
La creación por los colores proximales es muy evidente, pues amarillo y cyan en el Rombo luz crean el primario luz verde. Los proximales rojo y violeta en el Rombo materia crean el magenta, el primario materia. Verde y magenta están formados por colores que se encuentran en oposición proximal tanto en el Rombo luz como en el Rombo materia.
En el salto cuántico que supone pasar del Rombo luz al Rombo materia, los colores proximales luz se convierten en distales materia. Y por el mismo mecanismo, cuando los colores proximales materia, pasan al Rombo luz se convierten en distales luz.
Figura. Creación de primarios centrales
La creación por los colores distales se puede observar estudiando por separado lo que sucede en el Rombo luz y en el Rombo materia. Los colores distales del Rombo luz, se hacen proximales en el Rombo materia al invertir su lado y su orden, y crean el primario central materia. Los colores distales del Rombo luz, crean sus complementarios proximales en el mismo Rombo luz, que a su vez originan el primario luz central.
Los colores distales del Rombo materia, se convierten en proximales del Rombo luz al invertir su lado y su orden y crean el primario central luz. Los colores distales del Rombo materia, crean sus complementarios proximales en el Rombo materia, que a su vez originan el primario materia central.
La creación central se puede observar analizando la actividad que tiene lugar en esta posición. Si miramos el primario luz verde, vemos que está formado por amarillo y cyan. Y el primario verde, en su proceso creador, se desdobla en sus predecesores y genera a los dos colores distales del Rombo materia. La parte proximal del amarillo y del cyan pasan a posiciones distales del Rombo materia.
Por otro lado, el primario materia magenta que está hecho por rojo y violeta, cuando crea, se desdobla también y crea a los dos distales del Rombo luz. La parte proximal del rojo que lo forma pasa a la parte distal del Rombo luz y la parte proximal del violeta que lo forma pasa a la parte distal del Rombo luz.
LOS COLORES MEDIALES
En todas estas observaciones relativas a la posición central, proximal o distal, no se ha citado a los colores que ocupan un lugar intermedio entre las posiciones proximales y distales. Son los colores que entre sí son opuestos y complementarios, que ocuparían la 2ª- 6ª dimensión, y que corresponden a los colores naranja y añil. Cada uno de ellos, en su lado no es ni proximal ni distal. Ocupan una posición medial y no parecen relacionados con los procesos creativos relativos a la génesis del primario central luz o materia que tienen los colores proximales y distales. Tampoco tienen el poder creador de los colores centrales, ya que estos originan colores distales en el Rombo complementario. Cada uno de estos colores mediales está relacionado con el equilibrio del poder creador de los proximales y distales. Estos colores mediales representan el equilibrio de sus congéneres creadores.
Los colores centrales verde y magenta también son al mismo tiempo el equilibrio entre el poder creador de los dos grandes grupos (izquierda y derecha) de los proximales y distales.
Figura. Las tres zonas de equilibrio del Rombo
Con estas observaciones, podemos llegar a la conclusión de que la existencia del circuito de oposición y complementariedad se da de una manera especial en tres puntos del Rombo: en la 2ªD, en la 6ªD y en la 4ªD. En ese caso, tendríamos que entender que estos tres puntos son básicos para el equilibrio energético del sistema, pues ambos mantienen el equilibrio entre la oposición y la complementariedad, entre la luz y la sombra, entre lo manifestado y lo oculto.
INTERACCIONES DE LOS COLORES
Los colores interactúan entre sí, se combinan y al hacerlo, crean otros colores. Vamos a empezar este estudio elemental mostrando cómo actúa el color verde cuando es proyectado sobre los tres colores de la parte izquierda del Rombo.
EL VERDE
Vemos que cuando sobre el color rojo aplicamos verde, este se convierte en naranja. Si proyectamos verde sobre el color naranja, esta vira a amarillo y si proyectamos verde sobre el amarillo, se vuelve amarillo verdoso.
Observamos que el verde es un color que tiene una fuerza centrípeta sobre los tres colores. Al aplicar el verde, todos los colores se desplazan hacia él en dirección hacia el centro del espectro. Del rojo vamos al naranja, del naranja al amarillo y del amarillo al amarillo-verdoso.
Figura. Interacción del color verde sobre los colores de la parte izquierda
Ahora miraremos que sucede cuando aplicamos el verde sobre los colores de la parte derecha del Rombo. Si al violeta le damos verde, se convierte en añil. Si al añil, le damos verde, se vuelve cyan. Y si al cyan le proyectamos verde, se transforma en un verdeazulado (turquesa). Aquí sucede lo mismo que en el caso anterior. El verde vuelve a ser centrípeto y desplaza a todos los colores hacia él, hacia el centro. El verde lleva a todos los colores hacia él, ya vengan de la parte izquierda o la parte derecha. A todos los colores, el verde los lleva hacia el centro del Rombo.
Figura. Interacción del color verde sobre los colores de la parte derecha
El ROJO
Ahora, haremos lo propio con el color rojo y vamos a ver qué efectos tiene sobre los colores que existen en la parte izquierda del Rombo incluida la tonalidad verde de este lado. Vemos que, si proyectamos el rojo sobre el verde, éste se vuelve amarillo. Si lo hacemos sobre el amarillo vira a naranja y si lo proyectamos el naranja, se vuelve de un color naranja-rojizo. Observamos pues que el color rojo desplaza a todos los colores del lado izquierdo hacia el mismo lado izquierdo del Rombo.
Figura. Efecto del color rojo sobre los colores de la parte izquierda del Rombo
Y ahora podemos ver que sucede cuando proyectamos el color rojo sobre los colores de la parte derecha. Al hacerlo sobre el cyan, este se vuelve añil, y al proyectarlo sobre éste, se vuelve violeta. Si le aplicáramos más rojo aún al violeta, éste podría virar hacia el magenta.
Figura. Efecto del color rojo sobre los colores de la parte derecha del Rombo
EL VIOLETA
Ahora podemos estudiar al color violeta y ver que sucede cuando se proyecta sobre los colores de la parte derecha del Rombo. Vemos que el violeta invita a todos los colores a ir hacia su misma tonalidad. Al verde lo lleva al cyan, al cyan al añil y al añil al casi violeta.
Figura. Evolución de los colores de la derecha al aplicar violeta en ellos
Y ahora observamos que sucede cuando se proyecta al color violeta sobre los colores del otro lado. Vemos que al amarillo lo hace evolucionar hacia el naranja, a éste lo lleva al rojo, y el color rojo con el impulso del violeta evoluciona hasta el magenta.
Figura. Evolución de los colores de la izquierda al aplicar violeta en ellos
Estos serían los movimientos básicos que originarían los tres primarios luz: rojo, verde y violeta. En resumen, vemos que el verde atrae a todos los colores hacia él hacia el centro del espectro cromático, el rojo cuando actúa sobre los colores de su lado los lleva hacia sí mismo y cuando actúa sobre los colores de la derecha, tiende a hacerlos ascender de frecuencia. El violeta cuando actúa sobre los colores de la derecha tiende a llevarlos hacia sí mismo y cuando actúa sobre los de la izquierda, los hace bajar de frecuencia
LA TRANSMUTACIÓN POR EL COLOR
Hemos visto como la aplicación de un color sobre el otro, hace que cambie su naturaleza original, y que ésta se pueda desplazar hacia arriba subiendo de frecuencia o hacia abajo, bajando de frecuencia también. Hemos comprobado como el verde lleva todo hacía el centro, como el violeta hace ascender a los colores azules y descender a los rojos, y cómo el rojo hacía descender a los colores rojizos y ascender a los azulados.
Se precisa del violeta para lograr que aparezca el magenta en el lado izquierdo y del rojo para conseguir ver el magenta en la derecha.
Figura. Movimiento de los colores
Hemos observado estos movimientos tan curiosos y nos hemos sorprendido con la aparición del complementario del Rombo luz, es decir el Rombo materia y hemos podido observar como cada color material está relacionado con uno luminoso y viceversa. Ambos Rombos forman la dualidad en la unidad, y cada uno de ellos precisa del otro para transformarse en luz, para dar un salto evolutivo, pues como sabemos, la luz blanca pertenece a la 6ª dimensión y los colores a la 5ª dimensión.
Figura. La transmutación de los Rombos
Para que la vida fluya, ésta se ha de mover del mundo material al etéreo y de éste, al material otra vez, en un movimiento continuo de transmutación. Cada color se ha de transformar continuamente en su complementario. Sino es así, en el punto en que eso no sucede, se produce un bloqueo en la transmutación, en el cambio, en la evolución y aparece la rigidez, la falta de movilidad y el enquistamiento energético.
Cada una de las dos manifestaciones del Rombo, es la representación de un estado energético, pero la vida es movimiento y transición y una cara ha de generar a la otra y ha de ser generada de nuevo por su compañera en una especie de baile continuo de vida-muerte, claridad-oscuridad, yin-yang, luz-materia, materia-antimateria. Este movimiento incesante es la manifestación del mecanismo de la vida en el que para que se pueda dar, se pueda mantener y ser estable al mismo tiempo, se necesita de un intercambio continuo de las dos polaridades que forman lo manifestado.
La estabilidad y la vida se asientan en el continuo movimiento de transformación y de cambio de polaridad, tal como sucede en el movimiento armónico simple, que es el causante aparente de que todo vibre, se mueva y se desplace para luego volver al inicio en un movimiento sinfín. La vida es movimiento y transformación y la teoría de colores del Rombo nos lo demuestra de una manera óptica y palpable. Ella, además, nos enseña los circuitos continuos de oposición, de complementariedad y de generación por la que ella se define y que le permiten que su movimiento no sea robótico y en circuito cerrado, ya que, con la utilización combinada de los circuitos cromáticos, la vida puede buscar continuamente nuevas manifestaciones.
Cada una de las transformaciones luz-materia que se dan en el Rombo, en cada una de las dimensiones, al dar la vuelta, muestra el otro estado de la manifestación que forma parte de la dualidad de la unidad del Rombo. Cuando este cambio no sucede , se producen alteraciones en los colores, (que no dejan de ser el simbolismo de los Rayos) y aparecen los desórdenes, los desarreglos, las enfermedades y un sinfín de alteraciones, en las que, más que una falta o un exceso de Rayos, (que en teoría también podría existir) se observa lo que se ha llamado un “parasitaje”; es decir una aparente interferencia o intromisión de un Rayo o un color en el territorio que le corresponde a otro, haciendo que el color, la frecuencia o la radiación de una dimensión pierda su color puro , aparezca un tono distinto o desaparezca parcialmente.
Figura. Cada color puede estar “parasitado por su complementario”
En el ejemplo del dibujo, si miramos la alteración que se da en la 2ªdimensión del Rombo material, para intentar solucionarla, deberíamos pensar en el naranja que hay allí, subirlo de frecuencia y llevarlo al añil. Y si pensamos en la alteración (que es la complementaria) que se da en la 2º dimensión del Rombo de luz, deberíamos pensar en el añil que hay allí y bajarlo de frecuencia. Resumiendo, vemos que, para elevar, se piensa desde el color del reverso y se lleva al color del sutil, y para bajar se realiza la operación inversa.
Con una de estas operaciones, o con las dos, podría suceder que el desorden desapareciera en ese lugar. Pero como que, por oposición, en el otro lado del del mismo Rombo, (derecha-izquierda) existe la situación inversa, es posible que el problema deba ser resuelto allí también, o que por el contrario se resuelva al solucionar la primera situación. Por otro lado, como que hay tantas correspondencias y relaciones entre los circuitos de oposición, complementariedad y generación, es lógico pensar que un problema de una sola dimensión acabe afectando a todas y es posible que requiera una acción específica en cada una de ellas o tan sólo en algunas, según sea el caso y la capacidad de manejar la información por parte del sistema.
Teniendo en cuenta la cantidad de circuitos que se han comentado y todas las leyes de los colores que se han puesto de manifiesto, resulta evidente que no existe una sola manera de realizar una acción terapéutica, neutralizante o reguladora con los colores para armonizar un Rombo determinado. Como siempre sucede, la manera en que se puede trabajar con los colores para llevar una situación a la finalidad buscada es infinita y depende entre otras cosas de la manera de comprender el funcionamiento de los colores. No existe un método único, sino que depende de la idiosincrasia, del temperamento, del conocimiento, de la minuciosidad y de la intencionalidad de quien realice la acción armonizadora. En cualquiera de los casos, la utilización del color en el ámbito de la psicología, de la salud, de la armonización de las casas o en la solución de conflictos sociales, es una herramienta que puede ayudar a entender un problema y a proporcionar soluciones muy satisfactorias. En cualquier caso, el conocimiento de la nueva teoría del color que ofrece el Rombo y que responde solamente a la observación de su funcionamiento interno y a su movilidad cromática, proporciona una buena ayuda y unas excelentes ideas acerca de cuáles han de ser los pasos para poder armonizar una determinada situación y conducirla a un nuevo estado más proclive al cambio, la movilidad y la adaptación.